tag:blogger.com,1999:blog-53470830852861046892024-03-13T11:03:14.121+01:00 San García Abad, ruega por nosotros!!San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.comBlogger1470125tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-42291076238874908812023-02-12T19:41:00.001+01:002023-02-12T19:41:35.800+01:00 «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4hV2noRP3fuqzFq9YWQi3DjROlzDwGvbHsZjQW0GwiPQYn33YmlBHI5eiuRzY4XIIrGfppbIxN25yBKHxcBNhpzv6gGaF4rSTnnlOi8yk-MuKI6y4LycutnNj1M1xq-UKJ68KudnlMIVPq8jzJXr7DT-VRBWRq_hdzT-WKyvP5ztKVLnW97s2pTFrMg/s275/Facebook.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="183" data-original-width="275" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4hV2noRP3fuqzFq9YWQi3DjROlzDwGvbHsZjQW0GwiPQYn33YmlBHI5eiuRzY4XIIrGfppbIxN25yBKHxcBNhpzv6gGaF4rSTnnlOi8yk-MuKI6y4LycutnNj1M1xq-UKJ68KudnlMIVPq8jzJXr7DT-VRBWRq_hdzT-WKyvP5ztKVLnW97s2pTFrMg/w400-h266/Facebook.jpg" width="400" /></a></div><p><br /></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, Jesús nos dice «No he venido a abolir, sino a dar
cumplimiento» (Mt 5,17). ¿Qué es la Ley? ¿Qué son los Profetas? Por Ley y
Profetas, se entienden dos conjuntos diferentes de libros del Antiguo
Testamento. La Ley se refiere a los escritos atribuidos a Moisés; los Profetas,
como el propio nombre lo indica, son los escritos de los profetas y los libros
sapienciales.<br />
<br />
En el Evangelio de hoy, Jesús hace referencia a aquello que consideramos el
resumen del código moral del Antiguo Testamento: los mandamientos de la Ley de
Dios. Según el pensamiento de Jesús, la Ley no consiste en principios meramente
externos. No. La Ley no es una imposición venida de fuera. Todo lo contrario.
En verdad, la Ley de Dios corresponde al ideal de perfección que está radicado
en el corazón de cada hombre. Esta es la razón por la cual el cumplidor de los
mandamientos no solamente se siente realizado en sus aspiraciones humanas, sino
también alcanza la perfección del cristianismo, o, en las palabras de Jesús,
alcanza la perfección del reino de Dios: «El que los observe y los enseñe, ése
será grande en el Reino de los Cielos» (Mt 5,19).</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAFi8frXK3H7tV5i3sHAJYdCLh6W8FlqMyjCSAlv6z0GiLoVeNR8KbLqXquslAQ6jy6y7ruWHjoYQ1d2c2Lt9Znsz0lSy6jxB9qEgbQR5kDkW0Jki9YTOJKjGRvWgbkbr1Nb7cTQ0cpJEP7IUT8oDdnSORp2JrXxIzF-p0KPdf1M4LB8z-aigL9v5w6A/s960/73c32-maxresdefault2b252832529.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="571" data-original-width="960" height="238" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAFi8frXK3H7tV5i3sHAJYdCLh6W8FlqMyjCSAlv6z0GiLoVeNR8KbLqXquslAQ6jy6y7ruWHjoYQ1d2c2Lt9Znsz0lSy6jxB9qEgbQR5kDkW0Jki9YTOJKjGRvWgbkbr1Nb7cTQ0cpJEP7IUT8oDdnSORp2JrXxIzF-p0KPdf1M4LB8z-aigL9v5w6A/w400-h238/73c32-maxresdefault2b252832529.jpg" width="400" /></a><br /><br /><br />
«Pues yo os digo» (Mt 5,22). El cumplimiento de la ley no se resume en la
letra, visto que “la letra mata, pero el espíritu vivifica” (2Cor 3,6). Es en
este sentido que Jesús empeña su autoridad para interpretar la Ley según su
espíritu más auténtico. En la interpretación de Jesús, la Ley es ampliada hasta
las últimas consecuencias: el respeto por la vida está unido a la erradicación
del odio, de la venganza y de la ofensa; la castidad del cuerpo pasa por la
fidelidad y por la indisolubilidad, la verdad de la palabra dada pasa por el
respeto a los pactos. Al cumplir la Ley, Jesús «manifiesta con plenitud el
hombre al propio hombre, y a la vez le muestra con claridad su altísima
vocación» (Concilio Vaticano II).<br />
<br />
El ejemplo de Jesús nos invita a aquella perfección de la vida cristiana que
realiza en acciones lo que se predica con palabras.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Mateo (5,17-37):<br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[endif]--></span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglbYhCrx0mQYPLIWhjoYIWyNfM2pFN0yA8LiN71iAHHlT1nXjvZqfiXyjxIyXVggm7xJTiCNqNXOHlP6fMggdbXbE0OZggtUwVwv-KCVJP5-rNX3PaeX_LVWgEpY57ENNgI3TVadxEpY08McNKDC4cQRVlnDjY-Jm2OltilnsEESwlRChEQvmmgTfdcg/s227/Evangelio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="227" data-original-width="222" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglbYhCrx0mQYPLIWhjoYIWyNfM2pFN0yA8LiN71iAHHlT1nXjvZqfiXyjxIyXVggm7xJTiCNqNXOHlP6fMggdbXbE0OZggtUwVwv-KCVJP5-rNX3PaeX_LVWgEpY57ENNgI3TVadxEpY08McNKDC4cQRVlnDjY-Jm2OltilnsEESwlRChEQvmmgTfdcg/w391-h400/Evangelio.jpg" width="391" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas:<br />
no he venido a abolir, sino a dar plenitud.<br />
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse
hasta la última letra o tilde de la ley.<br />
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así
a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.<br />
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.<br />
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y
fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.<br />
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de
juicio.<br />
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será
procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el
Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego.<br />
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas
allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante
el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a
presentar tu ofrenda.<br />
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía
de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en
la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el
último céntimo.<br />
Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”.<br />
Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido
adulterio con ella en su corazón.<br />
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un
miembro que ser echado entero en la “gehenna”.<br />
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale
perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.<br />
Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”. Pero yo os
digo que si uno repudia a su mujer —no hablo de unión ilegítima— la induce a
cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.<br />
También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y
“Cumplirás tus juramentos al Señor”.<br />
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de
Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la
ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o
negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de
ahí viene del Maligno».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Georgia, "serif"; font-size: 14pt;"> </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw7ffD8FtEzb8tkaB6mdT-Y_NwHZAdneJ_kDrUTnR8ZOom9dSYW1UYoAR71qA9i-r5RcPBTBRsQASxuTmgzcP2pGir8u0_Fa2pW04CVU1P2zuzzqFCiMwTTx08KS1LbgOQ3zEL6NlxgSV4iinzmQH0m1NoyVGVKPonSFk0t__3C4ulOnJTPEiCJMW6bA/s1200/COMENTARIO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="627" data-original-width="1200" height="209" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw7ffD8FtEzb8tkaB6mdT-Y_NwHZAdneJ_kDrUTnR8ZOom9dSYW1UYoAR71qA9i-r5RcPBTBRsQASxuTmgzcP2pGir8u0_Fa2pW04CVU1P2zuzzqFCiMwTTx08KS1LbgOQ3zEL6NlxgSV4iinzmQH0m1NoyVGVKPonSFk0t__3C4ulOnJTPEiCJMW6bA/w400-h209/COMENTARIO.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En el Evangelio de hoy continuamos con el Sermón de la
Montaña, que comienza con el discurso de las Bienaventuranzas. El Sermón
de la Montaña lo predicó Jesucristo en los primeros meses de su Vida Pública y
en él da la pauta de lo que sería la enseñanza que Él venía a dar.
El centro de esta predicación del Señor es el Amor y la primacía de éste sobre
la Ley.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por eso deja claramente establecido que no ha venido a
abolir la Ley antigua, sino a perfeccionarla. De allí la insistencia en
decir: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos... Pero yo les digo:
...” Con este planteamiento, varias veces repetido, el Señor anuncia
los perfeccionamientos más fundamentales que viene a introducir en la Nueva
Ley. Estos perfeccionamientos están basados más en el amor que en el
cumplimiento de la Ley Antigua. Y resultó que el amor terminó
siendo mucho más exigente que la Ley que los israelitas de entonces
trataban de cumplir al pie de la letra.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por supuesto, el contenido de este discurso impresionó a la
gente que lo escuchó, pero dice San Mateo al final del Sermón de la Montaña que
lo que más impresionó fue “su modo de enseñar, porque hablaba con
autoridad y no como los maestros de la Ley que tenían ellos” (Mt 7, 28).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Veamos algunos de perfeccionamientos que el Señor nos
presenta como preceptos de la Nueva Ley:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Al antiguo precepto de “No matarás”, agrega el
insulto, la ira, la agresión, el desprecio, el resentimiento contra
alguien. Y explica con más detalle: “Cuando vayas a poner tu
ofrenda sobre el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra
ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano,
y vuelve luego a presentar tu ofrenda”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMIGALbb7VLs0Ov6JEnSFdAQMTy_VEMztkkv8eQwmtK1bdMvAgTkqMYR7fbK_qaauOcOIw7BaRhaM4-Ud4fBAzToAerXE1TE9JvIj42WIO3n5e0UF8RU34jvknrQbQvyS_oOh2zhRAnjDQ8vUptvFtDJq6ktg6GcogM4JaoyLZL6npH5-sk9ppHxZzAg/s400/no-he-venido-a-abolir-sino-a-dar-cumplimiento.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="214" data-original-width="400" height="214" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMIGALbb7VLs0Ov6JEnSFdAQMTy_VEMztkkv8eQwmtK1bdMvAgTkqMYR7fbK_qaauOcOIw7BaRhaM4-Ud4fBAzToAerXE1TE9JvIj42WIO3n5e0UF8RU34jvknrQbQvyS_oOh2zhRAnjDQ8vUptvFtDJq6ktg6GcogM4JaoyLZL6npH5-sk9ppHxZzAg/w400-h214/no-he-venido-a-abolir-sino-a-dar-cumplimiento.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y... ¿hacemos esto? Cuando venimos a Misa y vamos a
comulgar ¿hemos perdonado realmente a los que nos han hecho daño? ¿Hemos
pedido perdón a quien hemos ofendido? ¿Nos hemos liberado de los
resentimientos absurdos que tenemos contra los demás? Y los llamamos
absurdos, pues no hacen daño al otro, sino que terminan haciendo más daño a
quien los lleva en su corazón.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Rito de la Paz que se realiza justo antes de la Comunión
indica precisamente esto a lo cual se refiere el Señor. Pero… ¿nos damos
“fraternalmente” la Paz, como indica el Celebrante? En ese momento las
personas que tenemos “próximas” representan al “prójimo”, al “hermano” de que
nos habla el Señor en este pasaje. Y ese gesto no significa un saludo
banal, ni está allí para dar el pésame o las condolencias a los familiares del
difunto por el cual se está ofreciendo la Misa. Ese gesto significa algo
muy concreto y exigente: que no tenemos nada contra nadie, que nuestro corazón
está limpio de rencor, de resentimiento y que, por tanto, puedo comunicar la
Paz que Cristo nos da. Sólo así, reconciliados plenamente con el hermano,
podemos entonces comulgar y “presentar nuestra ofrenda”, en las condiciones que
el Señor nos indica.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El perdón es difícil. Es uno de esos preceptos
exigentes que pone Jesucristo en su Ley del Amor. Si nos cuesta, pidamos
esa gracia al Espíritu Santo. Esa gracia del perdón es de las cosas
buenas que el Señor desea que le pidamos, para El dárnosla. Es bueno
acostumbrarse a pedir virtudes, a pedir cosas buenas... y no tanta cosa
poco útil a la vida espiritual.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Otro perfeccionamiento a la Antigua Ley se refiere a que con
el solo deseo ya hemos faltado. Es decir, aunque no materialicemos un
acto contra la Ley, con sólo desearlo ya la estamos infringiendo. O sea
que el solo deseo de algo no acorde con el amor a Dios y al prójimo, ya es una
falta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV-eqZDydrwqkdEVWqhzIKXl2s-O537hL-JEDtaRCQ6XfalHWVZdk9TzMm422Uz-_JrOd9CCcHJE66teCY6d8Zo00E9hYY8ygGu0s2ybqf5vlAWAlZ5CyS73HqKf-Ev6eGkokwyJ_Pc4AG2FDwmMwHjFVwNC_H69aoWZ2TOXlL-_B5S-kEDwjDQhw4hg/s262/descarga.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="193" data-original-width="262" height="295" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV-eqZDydrwqkdEVWqhzIKXl2s-O537hL-JEDtaRCQ6XfalHWVZdk9TzMm422Uz-_JrOd9CCcHJE66teCY6d8Zo00E9hYY8ygGu0s2ybqf5vlAWAlZ5CyS73HqKf-Ev6eGkokwyJ_Pc4AG2FDwmMwHjFVwNC_H69aoWZ2TOXlL-_B5S-kEDwjDQhw4hg/w400-h295/descarga.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por eso el que habla contra alguien, sobre todo si es una
calumnia, ya ha asesinado a ese hermano en su corazón. También el que
haya mirado a alguien con deseo, aunque no materialice ese deseo, ya ha
cometido adulterio en su corazón.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Como vemos, la Ley Nueva se centra también en lo íntimo de
la persona, en aquellos pensamientos y deseos nuestros que sólo Dios
conoce. De allí la importancia de la pureza de corazón, de no tener
deseos escondidos, ni de manifestar en palabras, cosas que vayan contra
el amor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">También habla el Señor contra el divorcio y a favor de la
indisolubilidad del Matrimonio Cristiano. No es lícito divorciarse y
volverse a casar. Y basado en esto la Iglesia no permite la
recepción de la Comunión a los que se encuentran en esta situación irregular,
pero sí los invita a venir a la Santa Misa, a orar, e inclusive a hacer
obras de caridad y a participar en algunas actividades de la Iglesia,
invitándolos siempre a pedir la gracia de regularizar su situación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Para aclarar muchos comentarios sobre cambios de disciplina
en la Iglesia para los divorciados y vueltos a casar, el 1/2/2017 habló el para
entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal
Gerhard Müller, quien afirmó que “la exhortación apostólica <a href="https://www.aciprensa.com/noticias/cardenal-muller-amoris-laetitia-no-contradice-ensenanza-catolica-sobre-el-matrimonio-64931"><span style="color: windowtext;"><b>Amoris laetitia</b></span></a> no contradice la
enseñanza católica sobre el matrimonio ‘como una unión indisoluble entre un
hombre y una mujer’, y por ello alentó a leer este documento en su conjunto
para evitar confusiones”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibq4iEcyZsWs6F56Oha3GUg2dYlR3rZZ9d4KKR12c9tthfXvkxdBqXvPCdmS256dBa_qDEUZbO9v7ulkccfV7kG0o4TqI8Q4fnfPpQhu13QWWCknkhnbACxDN3dEhhJxfzAaxpcX20kFphbbKig9qmqP6BLI8ciTWWWVsh8EpKP54YH338XVa1q5WBzg/s225/Grande.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="224" data-original-width="225" height="398" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibq4iEcyZsWs6F56Oha3GUg2dYlR3rZZ9d4KKR12c9tthfXvkxdBqXvPCdmS256dBa_qDEUZbO9v7ulkccfV7kG0o4TqI8Q4fnfPpQhu13QWWCknkhnbACxDN3dEhhJxfzAaxpcX20kFphbbKig9qmqP6BLI8ciTWWWVsh8EpKP54YH338XVa1q5WBzg/w400-h398/Grande.jpg" width="400" /></a></div><br /> <p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Jesús nos habla también de no jurar. Y nos dice que la
cuestión es muy sencilla: decir simplemente sí, cuando es sí, y no, cuando es
no. Así nunca necesitaremos jurar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Para comprender y vivir esta Nueva Ley que Jesús nos trae es
necesario que el cristiano esté abierto y se deje penetrar de la Sabiduría
Divina. San Pablo sigue insistiendo en esto a lo largo de esta Primera
Carta a los Corintios que hemos estado leyendo estos domingos, junto con
el Sermón de la Montaña.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Juzgados estos exigentes preceptos del Señor con sabiduría
humana, es imposible comprenderlos y cuesta mucho aceptarlos. Por eso San
Pablo desecha por completo esa sabiduría humana en esta Carta. Pero la
Sabiduría de Dios, nos dice San Pablo, “que es misteriosa y escondida...
fue prevista por Dios para conducirnos a la gloria”, para llegar a
disfrutar de “lo que Dios tiene preparado para los que lo
aman”. Y ¿quiénes son los que aman a Dios? Los que cumplen sus
preceptos, los que siguen su Voluntad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y eso que Dios tiene preparado no lo podemos ni
imaginar. Así dice San Pablo: “ni el ojo lo ha visto, ni el oído lo ha
escuchado, ni la mente del hombre pudo siquiera haberlo imaginado”. Esa
es la descripción del Cielo que nos da San Pablo. Él lo vio, y eso es lo
que nos da a conocer de lo que vio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh__BKV2TPJEU2-iO2f56EaeD8ynVfHJBa9fIrnxpUeR_dWkM3AqlMG9DTB2gRW1469KFzFZoAJRNYTTibzGTTOzpgUzsp_Kq0ReWZCqlrL5Lw3OmzkaFyrtinadfddQPdCR74m-rQxI1Im2AMwjbaG3irfCpEQhqtOnIxipl3prS-P0iES-ydgloABEw/s626/ley%20del%20coraz%C3%B3n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="469" data-original-width="626" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh__BKV2TPJEU2-iO2f56EaeD8ynVfHJBa9fIrnxpUeR_dWkM3AqlMG9DTB2gRW1469KFzFZoAJRNYTTibzGTTOzpgUzsp_Kq0ReWZCqlrL5Lw3OmzkaFyrtinadfddQPdCR74m-rQxI1Im2AMwjbaG3irfCpEQhqtOnIxipl3prS-P0iES-ydgloABEw/w400-h300/ley%20del%20coraz%C3%B3n.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por eso hemos cantado en el Salmo: “Dichoso el que cumple la
Voluntad del Señor”. Dichoso, porque podrá llegar a ese sitio que
Dios nos tiene preparado. En vez de pensar que los preceptos del Señor
son imposibles o demasiado difíciles, debemos orar como lo hicimos en el Salmo:
“Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes y yo lo seguiré con cuidado.
Enséñame, Señor, a cumplir tu Voluntad y a guardarla de todo
corazón”. Amén. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Fuentes:<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Evangeli.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Artículo
del Cardenal Gerhard Müller sobre "Amores Laetitia"<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="zhomiliaparacadadomingotexto" style="background: white; text-align: justify; text-indent: 1.0cm;"><span style="color: #003366; font-size: 13.5pt;"> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-25304526479557910162023-01-22T15:29:00.003+01:002023-01-22T15:29:53.973+01:00«Recorría Jesús toda Galilea» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtuOO5TZJHKwqAWvibh-Uk9HQfqKwAxuGohSwJpKOOyyvro7EHoaiNUreKf8rsX4UUDshKPNCkQsDu8yi4HsYqRKlhuWFfj5JXxI6ZBsAHGAx8Wj70V2DKm5C9Lzb0drHkz5MdZi2_08mUanXWWNVh6F5P4g8xxDbRpPCYrJvYc9DyuGb_2oOy7ZyGlg/s1280/maxresdefault%20%20Portada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtuOO5TZJHKwqAWvibh-Uk9HQfqKwAxuGohSwJpKOOyyvro7EHoaiNUreKf8rsX4UUDshKPNCkQsDu8yi4HsYqRKlhuWFfj5JXxI6ZBsAHGAx8Wj70V2DKm5C9Lzb0drHkz5MdZi2_08mUanXWWNVh6F5P4g8xxDbRpPCYrJvYc9DyuGb_2oOy7ZyGlg/w400-h225/maxresdefault%20%20Portada.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><br /></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, Jesús nos da una lección de “santa prudencia”,
perfectamente compatible con la audacia y la valentía. En efecto, Él —que no
teme proclamar la verdad— decide retirarse, al conocer que —tal como ya habían
hecho con Juan Bautista— sus enemigos quieren matarlo a Él: «Sal y vete de
aquí, porque Herodes quiere matarte» (Lc 13,31). —Si a quien pasó haciendo el
bien, sus detractores intentaron dañarle, no te extrañe que también tú sufras
persecuciones, como nos anunció el Señor.<br />
<br />
«Cuando oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea» (Mt 4,12).
Sería imprudente desafiar los peligros sin un motivo proporcionado. Solamente
en la oración discernimos cuándo el silencio o inactividad —dejar pasar el
tiempo— son síntomas de sabiduría, o de cobardía y falta de fortaleza. La
paciencia, ciencia de la paz, ayuda a decidir con serenidad en los momentos
difíciles, si no perdemos la visión sobrenatural.<br />
<br />
«Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena
Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo» (Mt
4,23). Ni las amenazas, ni el miedo al qué dirán o las posibles críticas pueden
retraernos de hacer el bien. Quienes estamos llamados a ser sal y luz,
operadores del bien y de la verdad, no podemos ceder ante el chantaje de la
amenaza, que tantas veces no pasará de ser un peligro hipotético o meramente
verbal.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGlfCXoUljbrobc6STO_CSHHQLYpD-cN_F6Nxz5fzEZXvO_SMaqd6nUUtdnZ1_HuhisXhAh2X3ZmBrj5oS-wXcg-Q1iteiTr6iywFom2iYc-B4QREHsopCxfxENhqGlLMVt7Up83azDyoXSiXI7mzv0dXahDW7TdKmkm-unwEgRAdOEM6ORiH9M2K2_A/s640/jesus-discipulos.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="530" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGlfCXoUljbrobc6STO_CSHHQLYpD-cN_F6Nxz5fzEZXvO_SMaqd6nUUtdnZ1_HuhisXhAh2X3ZmBrj5oS-wXcg-Q1iteiTr6iywFom2iYc-B4QREHsopCxfxENhqGlLMVt7Up83azDyoXSiXI7mzv0dXahDW7TdKmkm-unwEgRAdOEM6ORiH9M2K2_A/w331-h400/jesus-discipulos.jpg" width="331" /></a><br /><br /><br /><br />
Decididos, audaces, sin buscar excusas para postergar la acción apostólica para
“después”. Dicen que «el “después” es el adverbio de los vencidos». Por eso, san
Josemaría recomendaba «una receta eficaz para tu espíritu apostólico: planes
concretos, no de sábado a sábado, sino de hoy a mañana (...)».<br />
<br />
Cumplir la voluntad de Dios, ser justos en cualquier ambiente, y seguir el
dictamen de la conciencia bien formada exige una fortaleza que hemos de pedir
para todos, porque el peligro de la cobardía es grande. Pidamos a nuestra Madre
del Cielo que nos ayude a cumplir siempre y en todo la voluntad de Dios,
imitando su fortaleza al pie de la Cruz.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Mateo (4,12-23):<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> </span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqy60iPkbz-LqQG5b4Pv0CydqojvuU6r9XpFxHhJnJP3i9cnXJ_PxE7U6qi3B-MNmTeyj1dFJKAjVVmFFinK_n07DK5mkYwqye8_hyyqVEdQ4Osuo6PU_p1_5Prl_5SRCeF3YcUNMtI8dJIwmhy0agDFIwHNumMp6KoGAHL7mXtuMOBytVR_mkguS1Wg/s265/descarga%20Evangelio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="190" data-original-width="265" height="287" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqy60iPkbz-LqQG5b4Pv0CydqojvuU6r9XpFxHhJnJP3i9cnXJ_PxE7U6qi3B-MNmTeyj1dFJKAjVVmFFinK_n07DK5mkYwqye8_hyyqVEdQ4Osuo6PU_p1_5Prl_5SRCeF3YcUNMtI8dJIwmhy0agDFIwHNumMp6KoGAHL7mXtuMOBytVR_mkguS1Wg/w400-h287/descarga%20Evangelio.jpg" width="400" /></a></b></div><p></p><p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
<br />
</span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">AL
enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retirá a Galilea. Dejando
Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y
Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:<br />
«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,<br />
camino del mar, al otro lado del Jordán,<br />
Galilea de los gentiles.<br />
El pueblo que habitaba en tinieblas<br />
vio una luz grande;<br />
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,<br />
una luz les brilló».<br />
Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:<br />
«Convertíos,porque está cerca el reino de los cielos».<br />
Paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y
a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.<br />
Les dijo:<br />
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».<br />
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.<br />
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a
Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su
padre, y los llamó.<br />
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.<br />
Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el
evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><br /></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIPMBOcwjNUphQchqcQJwepbJo-jBE75Gnoy8xubQoEsWF97qpVUC0d7j_GTI70PkWfWNS8lxH8zvTVCvO8Cf6Fz3PZ3qVkkk0wqru8bPcy1X93D9Xcja9oa9kZU-4eIb72ym84ydu1b9zop8T4UOVmqgcu9NgH9nDbMpUQBoIjwZfPI8MxozukW1t1g/s895/793781.jpg%20%20Facebook.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="895" height="269" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIPMBOcwjNUphQchqcQJwepbJo-jBE75Gnoy8xubQoEsWF97qpVUC0d7j_GTI70PkWfWNS8lxH8zvTVCvO8Cf6Fz3PZ3qVkkk0wqru8bPcy1X93D9Xcja9oa9kZU-4eIb72ym84ydu1b9zop8T4UOVmqgcu9NgH9nDbMpUQBoIjwZfPI8MxozukW1t1g/w400-h269/793781.jpg%20%20Facebook.webp" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las Lecturas de este Domingo nos hablan principalmente de
dos cosas: de la manifestación de Jesús como fuente de luz y de salvación, y de
la escogencia de los primeros discípulos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Jesús es esa “gran luz” que había sido anunciada
por el Profeta Isaías así: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran
luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz resplandeció” (Is
8,23/9-3).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Evangelista San Mateo es uno de los discípulos escogidos
y se da cuenta de que esa profecía de Isaías que hemos leído en la Primera
Lectura (Is 9, 1-4) se está cumpliendo ante sus propios ojos.
Por eso, al comenzar a narrar en su Evangelio la vida pública del Señor, San
Mateo quiere comunicarnos esa buena nueva a todos: nos dice que Jesús es
esa “gran luz” que había sido anunciada por el Profeta Isaías.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero ¿qué significa esto que dice el Profeta
Isaías? En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país
de Neftalí; pero en el futuro llenará de gloria el camino del mar, más allá del
Jordán, en la región de los paganos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">San Mateo nos especifica que Jesús dejó Nazaret y se fue a
vivir a Cafarnaúm y precisa que esta ciudad quedaba justamente en el territorio
de las tribus de Zabulón y Neftalí, como para que sus lectores se den cuenta
que de veras se está cumpliendo en Jesús esta profecía de Isaías. El
camino del mar se refiere a una vereda natural que venía del Mediterráneo
y pasaba precisamente por el norte del Mar de Galilea, escenario del Evangelio
de hoy, donde eran pescadores algunos de los que Jesús escoge como Apóstoles.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZKc7tx5ChVKOGsZvrrY3TqiQfObWuEm4IR-4FgdP-Ezb9H6MPJ2ynw4K8xVdYTnrIGVxa6pnxtay0aiZ9G5HJFaFDabAEkdgyDEdUPfaWg2HCZkZIyq7YUX2qs3HKcjdC8DFJSCUub3JjXKuTOyq_pB0QCoh9wqHWmLahgjRBoXWc35s0-ftWljTOJg/s900/9e9b88603374e241f689522e77fd8421_XL%20%20portada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="642" data-original-width="900" height="285" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZKc7tx5ChVKOGsZvrrY3TqiQfObWuEm4IR-4FgdP-Ezb9H6MPJ2ynw4K8xVdYTnrIGVxa6pnxtay0aiZ9G5HJFaFDabAEkdgyDEdUPfaWg2HCZkZIyq7YUX2qs3HKcjdC8DFJSCUub3JjXKuTOyq_pB0QCoh9wqHWmLahgjRBoXWc35s0-ftWljTOJg/w400-h285/9e9b88603374e241f689522e77fd8421_XL%20%20portada.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En otro tiempo el Señor humilló esa zona, hace
referencia a que sus habitantes habían sido conquistados por Asiria siglos
antes. Tan grave era su situación que la zona era llamada Galilea de
los paganos, pues estaban en gran oscuridad por ignorancia religiosa,
idolatría y otros pecados. Pero en el futuro llenará de gloria el
camino del mar, porque precisamente allí comenzará a brillar esa gran
Luz que es Jesucristo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es por ello que en el Salmo 26 hemos alabado a
Jesús cantando: “El Señor es mi luz y mi salvación”. Y, siendo
el Señor nuestra luz y salvación, ¿a quién deberemos seguir? ¿En quién
nos deberemos apoyar?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En el Salmo hemos orado respondiendo estas preguntas... Pero
a veces no nos damos cuenta de lo que decimos. Sabiendo que Jesús es
nuestra luz y nuestra salvación, a Él debemos seguir. Y de esto se trata
este Evangelio de hoy.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En efecto, San Mateo nos narra también la escogencia de los
primeros discípulos: Pedro, Andrés, Santiago y Juan. Pero tengamos en
cuenta que el Señor nos escoge y nos llama a todos para ser sus discípulos y
seguidores. No sólo llama a los Sacerdotes y a las Religiosas: el Señor
nos llama a todos. Y el Señor llama de muchas maneras y en diferentes
circunstancias a lo largo de toda nuestra vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sucede, sin embargo, que la voz del Señor es suave y el
llamado que hace a nuestra puerta es también suave. No nos obliga, no nos
grita, ni tampoco tumba nuestra puerta. El Señor es gentil. No nos
doblega, ni nos amenaza. Pero siempre está allí, llamando a nuestra
puerta.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOLN94-a9KU_6i-5JuEWDHka9L6ieisk9kwVikRyiTuRVxwobkPYi3GdsOPI2MHrBIv9PCKiPADfMKqbPQFevSMpS0uSDxSa5ATHcGwEfx0YbxTqVbVY6zptByILbBGGRq2sxVECtmmE9R4MsiHzv3zUZ32EIA9Wd3qghbqyctPZFf926jbjrrFeN3Dw/s1280/maxresdefault%20%20Mejor.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="1280" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOLN94-a9KU_6i-5JuEWDHka9L6ieisk9kwVikRyiTuRVxwobkPYi3GdsOPI2MHrBIv9PCKiPADfMKqbPQFevSMpS0uSDxSa5ATHcGwEfx0YbxTqVbVY6zptByILbBGGRq2sxVECtmmE9R4MsiHzv3zUZ32EIA9Wd3qghbqyctPZFf926jbjrrFeN3Dw/w400-h200/maxresdefault%20%20Mejor.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Somos libres de abrirle o no. Somos libres de
responderle o no. El llamado es para seguirle a Él. Puede ser en la
vida de familia o en la vida religiosa o hasta solos en el celibato. Pero
sea para una u otra cosa, siempre será para “estar en el mundo sin ser del
mundo” (Jn 15, 18 - 17, 14).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esta frase del Señor es ¡tan poco comprendida y tan poco
practicada!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hemos sido escogidos por Él para seguirle. “Ven y
sígueme”, les dijo a sus primeros discípulos. “Ven y sígueme”, nos
dice a cada uno de nosotros también.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y seguirle a Él implica muchas veces ir contra la corriente,
ir contra lo que el mundo nos propone. Incluso seguirlo en contra de
nuestros propios deseos. Seguirle a Él es ser como Él y es hacer como
Él. Y ¿qué hace Jesús? ¿Qué nos muestra Jesús con su vida aquí en
la tierra? Lo sabemos y Él nos lo ha dicho: “He bajado del Cielo no para
hacer mi propia voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado” (Jn 6, 38).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Seguirlo a Él es, entonces, buscar la Voluntad de Dios y no
la propia voluntad. Es hacer lo que Dios quiere y no lo que yo
quiero. Es ser como Dios quiere que sea y no como yo quiero ser.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzMtyZ5sd7ZQDJ6a9WEV8G-_r_xL92gsQQdCD2hh3cHEEAeXModR7HLj1sA1N-7HhIXyC7o6DruUdj0xtMyVuLThmNJHVucUkbCzxSGQ2LRqypGsSUgnL03e4fkk7g_ot4kCiJoPLfDOurjocZ_zH-7vIx_XBef10Mg2qvb3ZQxIh6in9baoW_VuCUFQ/s245/descarga%20(1).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="206" data-original-width="245" height="336" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzMtyZ5sd7ZQDJ6a9WEV8G-_r_xL92gsQQdCD2hh3cHEEAeXModR7HLj1sA1N-7HhIXyC7o6DruUdj0xtMyVuLThmNJHVucUkbCzxSGQ2LRqypGsSUgnL03e4fkk7g_ot4kCiJoPLfDOurjocZ_zH-7vIx_XBef10Mg2qvb3ZQxIh6in9baoW_VuCUFQ/w400-h336/descarga%20(1).jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">A veces creemos que por ser Católicos, bautizados, ya
tenemos asegurada la salvación. Ciertamente nuestro catolicismo significa que
tenemos a nuestra disposición todos los medios de salvación que nos llegan a
través de la Iglesia por Cristo fundada. Pero no basta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Señor tal vez podría decirnos como nos ha dicho en
la Carta a los Hebreos: “Tengamos cuidado, no sea que alguno se quede
fuera. Porque a nosotros también se nos ha anunciado ese mensaje de
salvación, lo mismo que a los israelitas en el desierto; pero a ellos no les
sirvió de nada oírlo, porque no lo recibieron con fe” (Hb 4, 1-2).
Esta advertencia se refiere a que, de la gran cantidad de varones que salieron
de Egipto, sólo dos -Josué y Caleb- entraron a la Tierra Prometida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Entonces, no basta decir yo tengo fe, yo creo en Dios.
Esa fe tiene consecuencias. Recibir el mensaje de Jesucristo con
fe, hoy, es seguirlo en el cumplimiento de la Voluntad de Dios. Tal vez
algunos que no han nacido y crecido como Católicos busquen la Voluntad de Dios
mejor que muchos de los que sí hemos tenido ese privilegio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero, ¿cuál es la Voluntad de Dios?**
Primeramente, cumplir los mandamientos. Eso ya es algo, pero aún no es
toda la Voluntad de Dios. Lo siguiente es aceptar lo que Dios permite
para mi vida, sea lo que sea: lo que me gusta y lo que no me
gusta. Y por último, hacer lo que creo que Dios me pide. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡Cuidado, entonces, porque podríamos quedar fuera!
¡Cuidado si no nos dejamos iluminar por esa “gran luz” que es
Jesucristo nuestro Señor! ¡Cuidado si no aceptamos su mensaje de
salvación! Porque como hemos cantado en el Salmo: “El Señor es mi luz y
mi salvación. Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa
del Señor toda mi vida”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0svqe-P1JDI2ECevbjD_BxliJ9BjVeGt8Mk97hQXtiJvSQz6q8_3f7e9-Nh1J7fPJOfl03OfGPv1495FvUREU20i2RvcDsk4OjpppKVqn01bp3UB9WEU9Xat9DjDya68dPAyVYIcV0Ql1y9_mQGWEQjZjuOTcTNxgR-qFIJcdYmTNSdrzMlj8JRXkIw/s320/mateo-412-23-1-320.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="240" data-original-width="320" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0svqe-P1JDI2ECevbjD_BxliJ9BjVeGt8Mk97hQXtiJvSQz6q8_3f7e9-Nh1J7fPJOfl03OfGPv1495FvUREU20i2RvcDsk4OjpppKVqn01bp3UB9WEU9Xat9DjDya68dPAyVYIcV0Ql1y9_mQGWEQjZjuOTcTNxgR-qFIJcdYmTNSdrzMlj8JRXkIw/w400-h300/mateo-412-23-1-320.webp" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y, para vivir en la casa del Señor eternamente, es necesario
comenzar a vivir en su casa aquí en la tierra. Y eso significa vivir en
su Voluntad siempre y en todo momento. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Que así sea.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-54253942893481669442022-12-04T13:16:00.000+01:002022-12-04T13:16:07.201+01:00«Dad fruto digno de conversión» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwxyDTf5UiTSn_-qOVaGab5Oqq7YKXxSVk6GXASYYxddgaeDm1tiFmtQSIdPp_g3b0TKQIiu8ZM5rD0ol-8oVMokyCaOZYvf4g8jT-PiwKz4P9wsLTnn7rJToh3Hmfahwe8IAxMOaB-mRS8_CMIHJWIRIwg1iuPtZlUzXMJ6db22jKjdrBEm1NUwmALA/s1280/maxresdefault%20%20Grande.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwxyDTf5UiTSn_-qOVaGab5Oqq7YKXxSVk6GXASYYxddgaeDm1tiFmtQSIdPp_g3b0TKQIiu8ZM5rD0ol-8oVMokyCaOZYvf4g8jT-PiwKz4P9wsLTnn7rJToh3Hmfahwe8IAxMOaB-mRS8_CMIHJWIRIwg1iuPtZlUzXMJ6db22jKjdrBEm1NUwmALA/w400-h225/maxresdefault%20%20Grande.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, el Evangelio de san Mateo nos presenta a Juan el Bautista
invitándonos a la conversión: «Convertíos porque ha llegado el Reino de los
Cielos» (Mt 3,2).<br />
<br />
A él acudían muchas personas buscando bautizarse y «confesando sus pecados» (Mt
3,6). Pero dentro de tanta gente, Juan pone la mirada en algunos en particular,
los fariseos y saduceos, tan necesitados de conversión como obstinados en negar
tal necesidad. A ellos se dirigen las palabras del Bautista: «Dad fruto digno
de conversión» (Mt 3,8).<br />
<br />
Habiendo ya comenzado el tiempo de Adviento, tiempo de gozosa espera, nos
encontramos con la exhortación de Juan, que nos hace comprender que esta espera
no se identifica con el “quietismo”, ni se arriesga a pensar que ya estamos
salvados por ser cristianos. Esta espera es la búsqueda dinámica de la
misericordia de Dios, es conversión de corazón, es búsqueda de la presencia del
Señor que vino, viene y vendrá.<br />
<br />
El tiempo de Adviento, en definitiva, es «conversión que pasa del corazón a las
obras y, consiguientemente, a la vida entera del cristiano» (San Juan Pablo
II).<br />
<br /><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4jE4Aili4uTVKLpI5x1bF034Ri3tAUWwCnDvAE8RLQrdTcWHGeN508owgIz8Uu3s4CnBILd9Bz7NeiRb1KjWrDrJixbMeV09zb1tG-D44diAHpYVNZJo16xzjJLXktmAZmwVFNahuLAi8xwg3pwNjF-YHzfkYOuRwFwOU7qO7DSPyGb6q3gUI1KAhcQ/s1280/CAMINO.webp" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="1280" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4jE4Aili4uTVKLpI5x1bF034Ri3tAUWwCnDvAE8RLQrdTcWHGeN508owgIz8Uu3s4CnBILd9Bz7NeiRb1KjWrDrJixbMeV09zb1tG-D44diAHpYVNZJo16xzjJLXktmAZmwVFNahuLAi8xwg3pwNjF-YHzfkYOuRwFwOU7qO7DSPyGb6q3gUI1KAhcQ/w400-h200/CAMINO.webp" width="400" /></a><br /><br /><br /><br />
Aprovechemos, hermanos, este tiempo oportuno que nos regala el Señor para
renovar nuestra opción por Jesucristo, quitando de nuestro corazón y de nuestra
vida todo lo que no nos permita recibirlo adecuadamente. La voz del Bautista
sigue resonando en el desierto de nuestros días: «Preparad el camino al Señor,
enderezad sus sendas» (Mt 3,3).<br />
<br />
Así como Juan fue para su tiempo esa “voz que clama en el desierto”, así
también los cristianos somos invitados por el Señor a ser voces que clamen a
los hombres el anhelo de la vigilante espera: «Preparemos los caminos, ya se
acerca el Salvador y salgamos, peregrinos, al encuentro del Señor. Ven, Señor,
a libertarnos, ven tu pueblo a redimir; purifica nuestras vidas y no tardes en
venir» (Himno de Adviento de la Liturgia de las Horas).<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Mateo (3,1-12):</span></b><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFs_gTC-i2EqmEEJ1KqXcMm-NfE8-gMaqCGqs6pKGOY5PEhsI5vn7MpFc69JX8KupMggcyMp4vLejEDBWhymhTp68VpLEIJRvN2ygkEcJZuoMf6OXXzapQ30gAxtsRZDZsxhjubUkp3fYsQp3hsgzouNmhaKNBjyAWBJG4y7_1vpqyELGEL9tEHqFsoA/s320/evangelio-san-mateo-3-1-12-1-320.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="240" data-original-width="320" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFs_gTC-i2EqmEEJ1KqXcMm-NfE8-gMaqCGqs6pKGOY5PEhsI5vn7MpFc69JX8KupMggcyMp4vLejEDBWhymhTp68VpLEIJRvN2ygkEcJZuoMf6OXXzapQ30gAxtsRZDZsxhjubUkp3fYsQp3hsgzouNmhaKNBjyAWBJG4y7_1vpqyELGEL9tEHqFsoA/w400-h300/evangelio-san-mateo-3-1-12-1-320.webp" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
<br />
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea,
predicando: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»<br />
Éste es el que anunció el profeta Isaías, diciendo: «Una voz grita en el
desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos."»<br />
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la
cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la
gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados; y
él los bautizaba en el Jordán.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizará, les dijo:
«¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando:</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> "Abrahán es nuestro padre", pues os digo que Dios es capaz de sacar
hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y
el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con
agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y
no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y
fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el
granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.»<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgenaY3daAJHM00Rv4MUjoX7SY3SvOSOunVo8rNlWrAsKiXwsH1hncgleCVKsQviMB_Kw2ep87qQuBkiqyHyBalgrxGqqmlSxT0328nCC_-Gr3bSz6-R6nGTLDQnKumdRUxm9Hh4Kz8s-2TEelyEdVoaVcbqC1J1YTk0SEU_S2b3jAhGlZfDNXz9hGnjw/s265/images%20(1)%20grande.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="190" data-original-width="265" height="287" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgenaY3daAJHM00Rv4MUjoX7SY3SvOSOunVo8rNlWrAsKiXwsH1hncgleCVKsQviMB_Kw2ep87qQuBkiqyHyBalgrxGqqmlSxT0328nCC_-Gr3bSz6-R6nGTLDQnKumdRUxm9Hh4Kz8s-2TEelyEdVoaVcbqC1J1YTk0SEU_S2b3jAhGlZfDNXz9hGnjw/w400-h287/images%20(1)%20grande.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las Lecturas de este Segundo Domingo de Adviento nos invitan a
vivir el reinado de paz y de justicia que viene a instaurar Jesucristo, el
Mesías prometido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y con el Salmo 71 hemos invocado a ese “Rey de
Justicia y de Paz” que “extenderá su Reino era tras era de un extremo
a otro de la tierra”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Primera Lectura del Profeta Isaías (Is 11, 1-10) nos
describe al Mesías y también describe ese ambiente justicia y de paz que Él
vendrá a traernos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Profeta Isaías hace un relato simbólico de lo que será el
reinado de Cristo. Nos presenta a animales -que por instinto son enemigos
entre sí- viviendo en convivencia pacífica: el lobo con el cordero, la pantera
con el cabrito, el novillo con el león... y hasta un niño con la serpiente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwH3p2y8XKubfJkj33g_VBiPJlxkkAh3Djv5txF-XsmeLfRh9u9I3KigoiXUbiHCNZC6Qt4JU2XkcpGKSYVLhKdn4oSbYfuMJxTu4idfuhnxxaQQVoK-bob9l_rzGuQJp1BS5lrz4P8d0v45jHpMG4najR_WZWHmKUHcn-GK0OpueIRHDpZgE1nhqpSg/s1200/Diseno-sin-titulo-2021-11-29T110637.956%20%20Facebook.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwH3p2y8XKubfJkj33g_VBiPJlxkkAh3Djv5txF-XsmeLfRh9u9I3KigoiXUbiHCNZC6Qt4JU2XkcpGKSYVLhKdn4oSbYfuMJxTu4idfuhnxxaQQVoK-bob9l_rzGuQJp1BS5lrz4P8d0v45jHpMG4najR_WZWHmKUHcn-GK0OpueIRHDpZgE1nhqpSg/w400-h225/Diseno-sin-titulo-2021-11-29T110637.956%20%20Facebook.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Isaías invita a los seres humanos que también tendemos a ser
rivales unos de los otros, a que vivamos en paz y en justicia. Y así -en
paz y en justicia- podríamos convivir, si todos –unos y otros- recibiéramos al
Mesías, si aceptáramos su Palabra, si de veras viviéramos de acuerdo a
ella. ¿Será esto imposible?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es lo mismo que nos sugiere San Pablo en su Carta a los
Romanos (Rom 15, 4-9) cuando nos dice: “Que Dios, fuente de toda
paciencia y consuelo, les conceda vivir en perfecta armonía unos con otros,
conforme al Espíritu de Cristo Jesús, para que, con un solo corazón
y una sola voz alaben a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El cómo llegar a esa armonía en Cristo Jesús, para alabar con
un solo corazón y una sola voz a Dios Padre, nos lo indica San Mateo en el
Evangelio de hoy (Mt 3, 1-12).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">San Mateo nos introduce a San Juan Bautista como aquél que
Isaías anunciaba 700 años antes. Es una frase muy importante. Por
eso esta frase nos viene recalcada en el Aleluya. “Preparen el camino del
Señor, hagan rectos sus senderos” (Is 40, 3).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿cómo se hacen rectos, cómo se allanan los caminos del
Señor? El Profeta Isaías -en ese texto que no aparece en las Lecturas de
hoy- nos detalla un poco más esta labor de preparación de los caminos.
Nos pide: “rellenar las quebradas y barrancos, y rebajar los montes y colinas”
(Is 40, 4-5).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nos dice el Evangelio que con estas palabras predicaba San
Juan Bautista, para preparar la aparición del Mesías. Juan llamaba a un
cambio de vida, a la conversión, al arrepentimiento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt75Ts7pFc10ZWKI59gY6bfRo6178K2OTvU6Ggdn2rb_6kZ_4_Z4QUANyyEyH-xgU5PPfwAODpFpRuWpAor0YmV_IDoi2gmFJAkAvOt5YTDRAZ7nrCw23a8umh-wQpVNMjbS3UbtuuvEhVzvawOn7CkwGSrHUCHmxaBkfmYXBJJ7YW1qonof9KHPVfZg/s400/20181205072659-allanad-el-camino-al-senor.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="265" data-original-width="400" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjt75Ts7pFc10ZWKI59gY6bfRo6178K2OTvU6Ggdn2rb_6kZ_4_Z4QUANyyEyH-xgU5PPfwAODpFpRuWpAor0YmV_IDoi2gmFJAkAvOt5YTDRAZ7nrCw23a8umh-wQpVNMjbS3UbtuuvEhVzvawOn7CkwGSrHUCHmxaBkfmYXBJJ7YW1qonof9KHPVfZg/w400-h265/20181205072659-allanad-el-camino-al-senor.jpg" width="400" /></a></div><br /><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Rebajar montes y colinas” significa rebajar las alturas
de nuestro orgullo, nuestra soberbia, nuestra altivez, nuestro engreimiento,
nuestra auto-suficiencia, nuestra vanidad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“Rellenar quebradas y barrancos” significa rellenar las
bajezas de nuestro egoísmo, nuestra envidia, nuestras rivalidades, odios,
venganzas, retaliaciones.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Son pecados que dificultan el poder vivir en armonía unos con
otros, alabando a Dios con un solo corazón y una sola voz. Son pecados
que impiden la realización de ese Reino de Paz y Justicia que Cristo viene a
traernos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por eso San Juan Bautista es claro y exigente en su
predicación: “Cambien de vida, arrepiéntanse... hagan ver los frutos de su
arrepentimiento”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es la misma llamada que nos hace el Mesías que viene y que nos
hace la Iglesia siempre, pero muy especialmente en este tiempo de Adviento:
conversión, cambio de vida, rebajar las montañas y rellenar las bajezas de
nuestros pecados, defectos, vicios, malas costumbres.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Ese llamado de hace casi dos siglos sigue siendo vigente.
¿Hemos respondido? ¿O seguimos hoy con las mismas actitudes de hace dos
mil años?</span><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14pt;"> </span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPTij7voP1jU2DeDRQdxMY0reXviaXxEW6dw3Wy7N1yd3gooWf22md_p9sNE3rJQwip8KXuF575emj-uI2hwtO9ICei8324_1NP92kzU2c6WsEg8mf_5-9WfFmRxEzg6WjSQZk6r-4oAXDftr-DttJ1yMuLMOKATKFUOlrlp3rVLsTqX3dg-0wlnVFog/s300/images.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="168" data-original-width="300" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPTij7voP1jU2DeDRQdxMY0reXviaXxEW6dw3Wy7N1yd3gooWf22md_p9sNE3rJQwip8KXuF575emj-uI2hwtO9ICei8324_1NP92kzU2c6WsEg8mf_5-9WfFmRxEzg6WjSQZk6r-4oAXDftr-DttJ1yMuLMOKATKFUOlrlp3rVLsTqX3dg-0wlnVFog/w400-h224/images.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿No podría San Juan Bautista decirnos las mismas cosas que
dijo entonces? “Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles, y
todo árbol que no dé fruto será cortado y arrojado al fuego... El que viene
después de mí (Jesucristo, el Mesías) separará el trigo de la paja.
Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se
extingue”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así termina el Evangelio de hoy. Son palabras fuertes,
que suenan a amenaza. Pero son la realidad de cómo funcionan la Bondad y
la Justicia Divinas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Mesías ya vino hace dos mil años, y está presente en
nosotros con su Gracia, está presente en la Eucaristía y en los demás
Sacramentos. Podemos -además- encontrarlo en la oración sincera, esa
oración que busca al Señor para agradarlo, para entregarse a Él, para conocer
su Voluntad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Adviento nos invita a la conversión, al cambio de vida, a
entregar a Dios nuestro corazón, nuestra vida, nuestra voluntad. Pero
somos libres. Así nos hizo Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Eso sí: Al final del mundo tenemos dos opciones: Cielo o
Infierno. Con nuestra libertad podemos escoger: ¿Queremos ser “paja” arrojada
al fuego o “trigo” a ser guardado en el granero del Señor?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Fuentes:<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Homilias.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Evangeli.org<o:p></o:p></span></b></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-42468874892419325332022-11-02T11:07:00.000+01:002022-11-02T13:16:04.781+01:00Conmemoración de todos los fieles difuntos.<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfkbvKmX6VTRLPbd8aB3H_BiQ6nh-qprlffnvWVcmxK70mGqclJaJX0Hk7-mE803xcwRlAK-ORpO5KW-2EjZYRkNzchmU2kJ_esyb87C8ydDVGD_uZEC1yECL2YWUH6rhyphenhyphenCrsrREGBbRcU/s1600/Brille+para+ellos+la+Luz+Eterna..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfkbvKmX6VTRLPbd8aB3H_BiQ6nh-qprlffnvWVcmxK70mGqclJaJX0Hk7-mE803xcwRlAK-ORpO5KW-2EjZYRkNzchmU2kJ_esyb87C8ydDVGD_uZEC1yECL2YWUH6rhyphenhyphenCrsrREGBbRcU/s400/Brille+para+ellos+la+Luz+Eterna..jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Este 2 de noviembre se celebra la fiesta de todos los Fieles
Difuntos, justo el día después de que los cristianos celebren la de Todos
los Santos. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14pt;">Es importante recordar que el día 2 se puede ganar una
indulgencia plenaria para el alma de un familiar o ser querido fallecido.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Según la Constitución Apostólica de San Pablo VI, <a href="https://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/apost_constitutions/documents/hf_p-vi_apc_01011967_indulgentiarum-doctrina.html" target="_blank"><span style="color: windowtext;">Indulgentiarum Doctrina</span></a>,
en su norma 15, “en todas las iglesias, oratorios públicos o –por parte de
quienes los empleen legítimamente- semipúblicos, puede ganarse una indulgencia
plenaria aplicable y solamente en favor de los difuntos, el día 2 de
noviembre".<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La
importancia de una sincera conversión<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfKfU0UqmdsrDcmvaAyzVW-EnjnRWFIE3jPE5Jah_5tZpGC49DCqU4vdW1cXrP_0zjwAPnVqB_8RM_pfK6nD-e3X-B24HNu_Hvp48oGYQ29gNsjGQ7XFGftxGdLd2jHV2kG3jWcEI8EbXh/s1600/yo-soy-el-camino-la-verdad-y-la-vida-nadie-va-al-padre-sino-por-mc3ad.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="214" data-original-width="400" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfKfU0UqmdsrDcmvaAyzVW-EnjnRWFIE3jPE5Jah_5tZpGC49DCqU4vdW1cXrP_0zjwAPnVqB_8RM_pfK6nD-e3X-B24HNu_Hvp48oGYQ29gNsjGQ7XFGftxGdLd2jHV2kG3jWcEI8EbXh/s400/yo-soy-el-camino-la-verdad-y-la-vida-nadie-va-al-padre-sino-por-mc3ad.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">"Para ganar la indulgencia plenaria se requiere la
ejecución de la obra enriquecida con la indulgencia [en este caso, visitar la
iglesia el 2 de noviembre y orar en ella] y el cumplimiento de las tres
condiciones siguientes: la confesión sacramental, la comunión eucarística
y la oración por las intenciones del Romano Pontífice. Se requiere además, que
se excluya todo afecto al pecado, incluso venial. Si falta esta completa
disposición, y no se cumplen las condiciones arriba indicadas, la indulgencia
será solamente parcial", añade el texto promulgado en 1967.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sin embargo, San Pablo VI dejaba muy claro que las
indulgen</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">cias “no se pueden ganar sin una sincera metanoia (conversión,
cambio de mentalidad) y unión con Dios, a lo que se suma el cumplimiento de las
obras prescritas”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">"las tres condiciones pueden cumplirse algunos días antes
o después de la ejecución de la obra prescrita; sin embargo, es
conveniente que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice
se realicen el mismo día en que se haga la obra", añadía el texto.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<b><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">Un poco de historia</span></b><span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEg179rjfE308Fd4tgzp4WMT91wVWRd8sE7wHLQdt9lwK9gw84oWKdY9PCGNqhVZPw2e83OTlx4eNJLUg8bYKGnO_er0RCQJy6xyDpXUXcusIboTwjEK0Rop3QhzqVpJvbGSYlpVEPhG_Z/s1600/descarga.png" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="252" data-original-width="200" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEg179rjfE308Fd4tgzp4WMT91wVWRd8sE7wHLQdt9lwK9gw84oWKdY9PCGNqhVZPw2e83OTlx4eNJLUg8bYKGnO_er0RCQJy6xyDpXUXcusIboTwjEK0Rop3QhzqVpJvbGSYlpVEPhG_Z/s400/descarga.png" width="317" /></a><br /><br />
La tradición de rezar por los muertos se remonta a los primeros tiempos del
cristianismo, en donde ya se honraba su recuerdo y se ofrecían oraciones y
sacrificios por ellos.<br />
<br />
Cuando una persona muere ya no es capaz de hacer nada para ganar el cielo; sin
embargo, los vivos sí podemos ofrecer nuestras obras para que el difunto
alcance la salvación.<br />
<br />
Con las buenas obras y la oración se puede ayudar a los seres queridos a
conseguir el perdón y la purificación de sus pecados para poder participar de
la gloria de Dios.</span><br />
<span style="font-family: "Comic Sans MS"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br />
A estas oraciones se les llama sufragios. El mejor sufragio es
ofrecer la Santa Misa por los difuntos.<br />
<br />
Debido a las numerosas actividades de la vida diaria, las personas muchas veces
no tienen tiempo ni de atender a los que viven con ellos, y es muy fácil que se
olviden de lo provechoso que puede ser la oración por los fieles difuntos.
Debido a esto, la Iglesia ha querido instituir un día, el 2 de noviembre, que
se dedique especialmente a la oración por aquellas almas que han dejado la
tierra y aún no llegan al cielo.<br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkRRN1vvtTXoVKG2ASDen4edsqTRY9F4oz9Ia3OZCqs2CUe2JrsxfUv93pVvCoGqdYojUFbh_hAT2B7LmElQP6IxpIRMi9tqaxXnqrudXbNyj-wznT_C-Rj5SVWZUd89gpnFVw7DY-MFfU/s1600/istock_000004123350_medium.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="520" data-original-width="920" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkRRN1vvtTXoVKG2ASDen4edsqTRY9F4oz9Ia3OZCqs2CUe2JrsxfUv93pVvCoGqdYojUFbh_hAT2B7LmElQP6IxpIRMi9tqaxXnqrudXbNyj-wznT_C-Rj5SVWZUd89gpnFVw7DY-MFfU/s400/istock_000004123350_medium.jpg" width="400" /></a><br /><br /><br />
La Iglesia recomienda la oración en favor de los difuntos y también las
limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia para ayudarlos a hacer más
corto el periodo de purificación y puedan llegar a ver a Dios. "No
dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras
plegarias por ellos".<br />
<br />
Nuestra oración por los muertos puede no solamente ayudarles, sino también
hacer eficaz su intercesión a nuestro favor. Los que ya están en el cielo
interceden por los que están en la tierra para que tengan la gracia de ser
fieles a Dios y alcanzar la vida eterna.<br />
<br />
Para aumentar las ventajas de esta fiesta litúrgica, la Iglesia ha establecido
que si nos confesamos, comulgamos y rezamos el Credo por las intenciones del
Papa entre el 1 y el 8 de noviembre, “podemos ayudarles obteniendo para ellos
indulgencias, de manera que se vean libres de las penas temporales debidas por
sus pecados”. (CEC 1479)<br />
<br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--></span>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-28360130321943622512022-10-30T09:04:00.002+01:002022-10-30T09:04:15.188+01:00«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa» (Evangelio Dominical)<p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHmKPzQjJ04ccOddKVVACPnxYcWismbS5JyPhgfgezVu7lEp54oUsX1cj6FEfhSYnQgkAJf0t0CqoJ-L__T2ZQ2mFut5ZUmZ__vzEz3EoWzan2bKwsNgKFLMVvzCApV80ll8ubpyURcMniRSWLVBlPpRVM-XdE572MFKDq-H7gfJmoyBWMYVtwnUZ_OQ/s957/1-2%20facebook.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="374" data-original-width="957" height="156" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHmKPzQjJ04ccOddKVVACPnxYcWismbS5JyPhgfgezVu7lEp54oUsX1cj6FEfhSYnQgkAJf0t0CqoJ-L__T2ZQ2mFut5ZUmZ__vzEz3EoWzan2bKwsNgKFLMVvzCApV80ll8ubpyURcMniRSWLVBlPpRVM-XdE572MFKDq-H7gfJmoyBWMYVtwnUZ_OQ/w400-h156/1-2%20facebook.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, la narración evangélica parece como el cumplimiento de
la parábola del fariseo y el publicano (cf. Lc 18,9-14). Humilde y sincero de
corazón, el publicano oraba en su interior: «Oh Dios, ten compasión de mí, que
soy un pecador» (Lc 18,13); y hoy contemplamos cómo Jesucristo perdona y
rehabilita a Zaqueo, el jefe de publicanos de Jericó, un hombre rico e
influyente, pero odiado y despreciado por sus vecinos, que se sentían
extorsionados por él: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en
tu casa» (Lc 19,5). El perdón divino lleva a Zaqueo a convertirse; he aquí una
de las originalidades del Evangelio: el perdón de Dios es gratuito; no es tanto
por causa de nuestra conversión que Dios nos perdona, sino que sucede al revés:
la misericordia de Dios nos mueve al agradecimiento y a dar una respuesta.<br />
<br />
Como en aquella ocasión Jesús, en su camino a Jerusalén, pasaba por Jericó. Hoy
y cada día, Jesús pasa por nuestra vida y nos llama por nuestro nombre. Zaqueo
no había visto nunca a Jesús, había oído hablar de Él y sentía curiosidad por
saber quién era aquel maestro tan célebre. Jesús, en cambio, sí conocía a
Zaqueo y las miserias de su vida. Jesús sabía cómo se había enriquecido y cómo
era odiado y marginado por sus convecinos; por eso, pasó por Jericó para
sacarle de ese pozo: «El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que
estaba perdido» (Lc 19,10).<br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEga7J_QUBARCO48ewgABtifjiRkQPRpIciukOqqnMqY2C8QoJvzQzUnea6wMSaavIciZjCMkoQ_-lKS9h_mfli47KcMIKgybK9tXc8ByZ_18t5Oa13SBjBbfOEBy0sPX7UM_BuOWBfeNM6kzXhQrdOoV2UuNXvBP1Q-nUZSmwfaunfEGeoCq0RYXtnwiA/s500/w1QFmWr.png" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="200" data-original-width="500" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEga7J_QUBARCO48ewgABtifjiRkQPRpIciukOqqnMqY2C8QoJvzQzUnea6wMSaavIciZjCMkoQ_-lKS9h_mfli47KcMIKgybK9tXc8ByZ_18t5Oa13SBjBbfOEBy0sPX7UM_BuOWBfeNM6kzXhQrdOoV2UuNXvBP1Q-nUZSmwfaunfEGeoCq0RYXtnwiA/w400-h160/w1QFmWr.png" width="400" /></a><br /><br /><br />
El encuentro del Maestro con el publicano cambió radicalmente la vida de este
último. Después de haber oído el Evangelio, piensa en la oportunidad que Dios
te brinda hoy y que tú no debes desaprovechar: Jesucristo pasa por tu vida y te
llama por tu nombre, porque te ama y quiere salvarte, ¿en qué pozo estás
atrapado? Así como Zaqueo subió a un árbol para ver a Jesús, sube tú ahora con
Jesús al árbol de la cruz y sabrás quien es Él, conocerás la inmensidad de su
amor, ya que «elige a un jefe de publicanos: ¿quién desesperará de sí mismo
cuando éste alcanza la gracia?» (San Ambrosio).</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Lucas (19,1-10):</span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNE3VkioW0lbOnoUGBhzP3sEJQ19U0UdVIaURmw-wDjBtmxDsPioxA6oofZb7imlOsPfMBpd1u_cOG2Q2hG6-bUIXIHWwJ9dtygf_itN8yPFeek2jA_niSPxGeDH6NOi7OzUT4lyJFk32ibi4DCqeGUh2arTM5dReobLL6-6iz1xozs8Dvxf_CK_k0VQ/s284/images%20(1)%20evangelio.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="178" data-original-width="284" height="251" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNE3VkioW0lbOnoUGBhzP3sEJQ19U0UdVIaURmw-wDjBtmxDsPioxA6oofZb7imlOsPfMBpd1u_cOG2Q2hG6-bUIXIHWwJ9dtygf_itN8yPFeek2jA_niSPxGeDH6NOi7OzUT4lyJFk32ibi4DCqeGUh2arTM5dReobLL6-6iz1xozs8Dvxf_CK_k0VQ/w400-h251/images%20(1)%20evangelio.jpg" width="400" /></a><br /><br /><br />
EN aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad.<br />
En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver
quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de
estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque
tenía que pasar por allí.<br />
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo:<br />
«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».<br />
Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento.<br />
Al ver esto, todos murmuraban diciendo:<br />
«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».<br />
Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor:<br />
«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado
a alguno, le restituyo cuatro veces más».<br />
Jesús le dijo:<br />
«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán.
Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiosi9wXCHO9I0ppUhaV08HAkh4eTZ4MZ32yYbqqacLRVXqB0bqz-6467D-kvEZf-iqKiNdBNYLQBG3UpssBKuBtG0eEuvncL6k58NBPpBQAvzYnGgzNMfkUCicc-T5t_HX6nSa5t1xCztJZo9VToxg1Uvzqf-vHpctLzOWz7pqOcAwFk2D9l9kttrs6Q/s247/images%20(1)%20%20super.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="217" data-original-width="247" height="351" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiosi9wXCHO9I0ppUhaV08HAkh4eTZ4MZ32yYbqqacLRVXqB0bqz-6467D-kvEZf-iqKiNdBNYLQBG3UpssBKuBtG0eEuvncL6k58NBPpBQAvzYnGgzNMfkUCicc-T5t_HX6nSa5t1xCztJZo9VToxg1Uvzqf-vHpctLzOWz7pqOcAwFk2D9l9kttrs6Q/w400-h351/images%20(1)%20%20super.jpg" width="400" /></a></b></div><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Misericordia de Dios es infinita. Eso se dice y se
repite, sin darnos cuenta de su real significación y dimensión. Entre
tantos atributos de Dios -todos infinitos- su Bondad y su Misericordia son
realmente insospechadas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cómo recibir al hijo pródigo que se había portado tan
mal... y -como si fuera poco- celebrar su recibimiento con una
fiesta? (cf. Lc 15, 11-32) ¿Cómo buscar por todos
lados a la oveja perdida? (Lc 15, 1-10) ¿Cómo defender a la
mujer adúltera? (cf. Jn 8, 1-11) ¿Cómo perdonar a Pedro que lo
negó tan feamente? (cf. Mc 14, 66-72 y Jn 21, 15-17) ¿Cómo
perdonar a los que lo estaban matando en la cruz? (cf. Lc 23,
32-34).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y así podríamos seguir enumerando ejemplos de Bondad y
Misericordia de Dios, que, a nuestro modo de ver humano, resultan -cuanto
menos- incomprensibles.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y refiriéndonos al Evangelio de hoy (Lc 19,
1-10): ¿Cómo buscar a Zaqueo, corrupto cobrador de impuestos, para
alojarse en su casa?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La respuesta a estos interrogantes, producto de nuestra
miope visión humana, está en la Primera Lectura (Sb 11, 23 a 12, 2): “Tú
perdonas a todos, porque todos son tuyos”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esta frase del Libro de la Sabiduría nos lleva a comprender
por qué Dios perdona nuestras faltas para con Él: Dios nos perdona porque somos
suyos, porque Él es nuestro Padre. Y como Padre, infinitamente Bueno que
es, nos ama incondicionalmente... como los buenos padres que aman a sus hijos,
a pesar del mal comportamiento y de las fallas que como hijos podamos
tener. Por cierto, el buen padre no aprueba, ni consiente al hijo en sus
faltas, sino que lo corrige –hasta lo castiga- pero lo sigue amando.
Porque lo ama, lo corrige y lo castiga.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Entonces… ¡qué consuelo el saber que Dios es “nuestro
Padre”! Y el pensar en Dios como “Padre” puede explicarnos sus
“incomprensibles” y desmesuradas actitudes de perdón, de bondad, de amor.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiq7bQFi-y-yPCuiC6tzdC3F-BZZ5bnFMAaN85wshLMlbvoFZc4eQh5JNwteOWF197Tr0RCrCdBkmYpcAOhvB_k4r9dfx04GK3jRU7dfQiSzwku0WvUYJU0XhIBnVEPOoaAkUBzFxCe9mdviLg241mSbRWO7HoE0ZMevf2buKQhxCRKBuyygb0iYrMh4g/s266/descarga.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="189" data-original-width="266" height="284" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiq7bQFi-y-yPCuiC6tzdC3F-BZZ5bnFMAaN85wshLMlbvoFZc4eQh5JNwteOWF197Tr0RCrCdBkmYpcAOhvB_k4r9dfx04GK3jRU7dfQiSzwku0WvUYJU0XhIBnVEPOoaAkUBzFxCe9mdviLg241mSbRWO7HoE0ZMevf2buKQhxCRKBuyygb0iYrMh4g/w400-h284/descarga.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Dios Verdadero, que se ha revelado a los seres humanos y
a Quien los cristianos adoramos y amamos, es infinitamente Bueno y
Misericordioso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Dios es Padre. Y es Padre infinitamente
Misericordioso. Pero esa Misericordia Infinita del Dios Verdadero no significa
complacencia por nuestros pecados, aceptación de nuestras faltas, o
alcahuetería con nuestros comportamientos inmorales. Cuando Dios, como
dice el Libro de la Sabiduría aparenta no ver los pecados de los
hombres, no es para consentirnos en nuestras faltas, sino para darnos
ocasión de arrepentirnos (Sb 11, 23).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y llega un momento que nos corrige…nos reprende y nos
trae a la memoria nuestros pecados (Sb 12, 2). ¿Para qué todo
esto? Para poder ejercer de veras su Misericordia, al perdonarnos porque
nos hemos arrepentido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Dios Verdadero no es excluyente, pues ama a todos, buenos
y malos, cumplidores e infractores, creyentes e incrédulos, hombres y
mujeres. Todos somos amados por el Dios Verdadero. Pero ese Amor
Infinito de Dios no significa que Dios nos quiere viviendo en pecado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">De allí que cantemos en el Salmo 144: “Bueno es el
Señor para con todos y su Amor se extiende a todas sus creaturas”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y continúa el Salmo: “El Señor es compasivo y
misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar” (Sal 144,
8). Ytodos podemos ser perdonados por Dios… si nos
arrepentimos. Ésa sí es una exigencia de su Misericordia Infinita.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Mucho se escucha decir: Dios es Misericordioso. Y eso
está bien dicho así. El problema está en que, muchas veces al decir eso,
estamos pensando que, porque es Misericordioso, Dios acepta todos nuestros
pecados. No. Dios no es alcahuete. Él es Misericordioso
porque perdona los pecados al pecador que se arrepiente y se confiesa en la
Confesión Sacramental.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVDIND-KWsuDddJcGDrCXp2albjrmlGkeVXl5nfzj26SzKniShDxBj0SiDw63bkaJq9zZ5pAFO47pIL37gvscrjFp3kiDvp1FpxXs3S855BzMXRLmq4U7Q3ABW2vTuJ9HoYzB2Bjr5_NLVWltenVrzUidjpac5M_ciHrSzJA2ZUiGg4uxIsSRlR4e8CA/s750/Jesus%20con%20Zaqueo%20(13).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="750" data-original-width="628" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVDIND-KWsuDddJcGDrCXp2albjrmlGkeVXl5nfzj26SzKniShDxBj0SiDw63bkaJq9zZ5pAFO47pIL37gvscrjFp3kiDvp1FpxXs3S855BzMXRLmq4U7Q3ABW2vTuJ9HoYzB2Bjr5_NLVWltenVrzUidjpac5M_ciHrSzJA2ZUiGg4uxIsSRlR4e8CA/w335-h400/Jesus%20con%20Zaqueo%20(13).jpg" width="335" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Cuando Dios nos busca, no es para consentirnos en el pecado,
sino para que nos arrepintamos y cambiemos de vida. Más aún: Dios
busca muy especialmente al infractor, al incrédulo, al pecador, no para
consentirlo en su falta, sino para que se arrepienta y para sanarlo, perdonarlo
y hacerlo nuevo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡Qué Bueno es nuestro Dios, que no sólo nos perdona, sino
que nos transforma de tal manera que nos hace creaturas nuevas!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así hizo con Zaqueo. De tal forma lo renovó, que lo
transformó en un hombre nuevo. Caritativo: “Mira, Señor, voy a dar a los
pobres la mitad de mis bienes”. Restaurador del mal hecho a
los demás: “Y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Dios Verdadero no sólo obra perdonando al pecador que,
arrepentido, confiesa su falta, sino que va más allá: crea en él un corazón
puro y le otorga un espíritu nuevo, renueva interiormente a la persona y la
prepara para alabar a Dios y para dar testimonio de su conversión. (cf.
Salmo 50, 12-19).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFBgNeGSiCjc-H09TEh9AbeJ8CRJTQTFF2zEOFsWOahHXVHJXTGjaluwG_0lG5ubjUf6w0BbYvrNMhYHMmxZydLiqc2ceIFZB0_5tQeDbTsMtWitjsBOq53dImEeyomPz9DEsFBz4Nx-jhSieL-I_aH6xnPuyl0pEDG2Q5yhDH6QoqxBa_5gameZhhZQ/s425/DsaTqCOWwAEBdMD.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="425" data-original-width="425" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFBgNeGSiCjc-H09TEh9AbeJ8CRJTQTFF2zEOFsWOahHXVHJXTGjaluwG_0lG5ubjUf6w0BbYvrNMhYHMmxZydLiqc2ceIFZB0_5tQeDbTsMtWitjsBOq53dImEeyomPz9DEsFBz4Nx-jhSieL-I_aH6xnPuyl0pEDG2Q5yhDH6QoqxBa_5gameZhhZQ/w400-h400/DsaTqCOWwAEBdMD.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y, aunque nuestros pecados fueran negros como la noche, la
Misericordia Divina es más luminosa que nuestra negrura. Sólo hace falta
que, como Zaqueo, quien se subió a un árbol para poder divisar a Jesús, nos
subamos -al menos un poquito- por encima de nuestra miseria, para ver pasar al
Señor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sólo hace falta que el pecador al menos abra la puerta de su
corazón, y reconozca arrepentido que ha ofendido a Dios y luego se
confiese. Dios hace el resto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><sup><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></sup></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><sup><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Fuentes:<o:p></o:p></span></sup></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><sup><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras<o:p></o:p></span></sup></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><sup><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Evangeli.net<o:p></o:p></span></sup></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><sup><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Homilias.org<o:p></o:p></span></sup></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-75667255028548625612022-10-23T19:07:00.004+02:002022-10-23T19:07:51.907+02:00«¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí...» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIaLc6rdHgbwo4uQeGpfp3TpYW3jNtJme8MCUx2FghcHJLhEzq_sIZnsKb4ZfhiqcOf9G6p8v_e4wz77Bz-kzCDUDJ-CBTSYHySpVyqzZT23Sw9MJhMA2Eoqy9O2oNGGwi2mJHrWHfYeMDfEvMrTH-0MmS69Kd72-1rieZqVQ347kZ1fNyzK6YhWFBtw/s800/fariseo-publicano.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="800" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIaLc6rdHgbwo4uQeGpfp3TpYW3jNtJme8MCUx2FghcHJLhEzq_sIZnsKb4ZfhiqcOf9G6p8v_e4wz77Bz-kzCDUDJ-CBTSYHySpVyqzZT23Sw9MJhMA2Eoqy9O2oNGGwi2mJHrWHfYeMDfEvMrTH-0MmS69Kd72-1rieZqVQ347kZ1fNyzK6YhWFBtw/w400-h300/fariseo-publicano.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy leemos con atención y novedad el Evangelio de san Lucas.
Una parábola dirigida a nuestros corazones. Unas palabras de vida para desvelar
nuestra autenticidad humana y cristiana, que se fundamenta en la humildad de
sabernos pecadores («¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!»: Lc
18,13), y en la misericordia y bondad de nuestro Dios («Todo el que se ensalce,
será humillado; y el que se humille, será ensalzado»: Lc 18,14).<br />
<br />
La autenticidad es, ¡hoy más que nunca!, una necesidad para descubrirnos a
nosotros mismos y resaltar la realidad liberadora de Dios en nuestras vidas y
en nuestra sociedad. Es la actitud adecuada para que la Verdad de nuestra fe
llegue, con toda su fuerza, al hombre y a la mujer de ahora. Tres ejes
vertebran a esta autenticidad evangélica: la firmeza, el amor y la sensatez
(cf. 2Tim 1,7).<br />
<br />
La firmeza, para conocer la Palabra de Dios y mantenerla en nuestras vidas, a
pesar de las dificultades. Especialmente en nuestros días, hay que poner
atención en este punto, porque hay mucho auto-engaño en el ambiente que nos
rodea. San Vicente de Lerins nos advertía: «Apenas comienza a extenderse la
podredumbre de un nuevo error y éste, para justificarse, se apodera de algunos
versículos de la Escritura, que además interpreta con falsedad y fraude».</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_2aIMrChrJwh3efSpdegPEWoXWSjeu5qZBYESDest_DsmhX3WVLt7WUod0Bjn1xQoLiJNMG5pVveaFXUAGfwptr_9_f6PuAL89KWUeI81N-8RT7qCGftgEP2InN_WP8GTPiRFGYCysoQaHTW-FbfH76gzPmnN34o2D396PuxXHpbNPNBqk8IebNp3dQ/s256/XXX_Dom_Ord_cicloC_.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="256" data-original-width="256" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_2aIMrChrJwh3efSpdegPEWoXWSjeu5qZBYESDest_DsmhX3WVLt7WUod0Bjn1xQoLiJNMG5pVveaFXUAGfwptr_9_f6PuAL89KWUeI81N-8RT7qCGftgEP2InN_WP8GTPiRFGYCysoQaHTW-FbfH76gzPmnN34o2D396PuxXHpbNPNBqk8IebNp3dQ/w400-h400/XXX_Dom_Ord_cicloC_.jpg" width="400" /></a><br /><br /><br />
El amor, para mirar con ojos de ternura —es decir, con la mirada de Dios— a la
persona o al acontecimiento que tenemos delante. San Juan Pablo II nos anima a
«promover una espiritualidad de la comunión», que —entre otras cosas— significa
«una mirada del corazón sobre todo hacia el misterio de la Trinidad que habita
en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los
hermanos que están a nuestro lado».<br />
<br />
Y, finalmente, sensatez, para transmitir esta Verdad con el lenguaje de hoy,
encarnando realmente la Palabra de Dios en nuestra vida: «Creerán a nuestras
obras más que a cualquier otro discurso» (San Juan Crisóstomo).<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Lucas (18,9-14):<br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[endif]--></span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrI3FIc4PFGgaZmWLd4GTcn-rlHbBcTwbtZQT-tj3PtSdGEm3hyD7gpkgnCAOxWABRaVPVWMCkLbRVkfqywwQ_IritCzyFPCR4lNM96jrzkA8Ome2EwNsMD-TgvhfLnUmx3ylcbpfxYnSym6w_Dd8c85ygJ9c9gLClvJrjUEeAIOBnpS0Ek6BRkhPfeQ/s1200/Lucas-18-9-14%20%20evangelio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrI3FIc4PFGgaZmWLd4GTcn-rlHbBcTwbtZQT-tj3PtSdGEm3hyD7gpkgnCAOxWABRaVPVWMCkLbRVkfqywwQ_IritCzyFPCR4lNM96jrzkA8Ome2EwNsMD-TgvhfLnUmx3ylcbpfxYnSym6w_Dd8c85ygJ9c9gLClvJrjUEeAIOBnpS0Ek6BRkhPfeQ/w400-h225/Lucas-18-9-14%20%20evangelio.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a algunos que se confiaban en sí
mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El
fariseo, erguido, oraba así en su interior:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
“¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones,
injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana
y pago el diezmo de todo lo que tengo”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos
al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo:<br />
“Oh Dios!, ten compasión de este pecador”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se
enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTY9NUCjief9pe1iN4xsrkoB-ecLy8dCh1LG9kQeNqooJcrMH73RqEKHKS_bb2gzUXbe862ABrI32ABmvCeb6KNQCKCI9gEjnjvmFNK1pTuchTuozssyf0OYYtEpPkWS1wx6Fah3ghfFmyhphM4MZ0RsyeR6uaYZSlkQBpBP6jbM2CVLexOBFFnXXp1g/s259/images%20%20comentario.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTY9NUCjief9pe1iN4xsrkoB-ecLy8dCh1LG9kQeNqooJcrMH73RqEKHKS_bb2gzUXbe862ABrI32ABmvCeb6KNQCKCI9gEjnjvmFNK1pTuchTuozssyf0OYYtEpPkWS1wx6Fah3ghfFmyhphM4MZ0RsyeR6uaYZSlkQBpBP6jbM2CVLexOBFFnXXp1g/w400-h300/images%20%20comentario.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las Lecturas de hoy continúan la línea de los anteriores
domingos: nos hablan de la oración. Esta vez, de una oración
humilde. Y al decir humilde, decimos “veraz”; es decir, en verdad... pues
-como decía Santa Teresa de Jesús- “la humildad no es más que andar
en verdad”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Y cuál es nuestra verdad? Que no somos nada...
Aunque creamos lo contrario, realmente no somos nada ante Dios. Pensemos
solamente de quién dependemos para estar vivos o estar muertos. ¿En manos
de Quién están los latidos de nuestro corazón? ¿En manos nuestras o en
manos de Dios?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hay que reflexionar en estas cosas para poder darnos cuenta
de nuestra realidad, para poder “andar en verdad”. Porque a veces nos
pasa como al Fariseo del Evangelio (Lc 18, 9-14), que no se daba
cuenta cómo era realmente y se atrevía a presentarse ante Dios como perfecto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El mensaje del Evangelio es más amplio de lo que
parece a simple vista. No se limita a indicarnos que debemos presentarnos
ante Dios como somos; es decir, pecadores... pues todos somos pecadores...
todos sin excepción.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La exigencia de humildad en la oración no sólo se refiere a
reconocernos pecadores ante Dios, sino también a reconocer nuestra realidad
ante Dios. Y nuestra realidad es que nada somos ante Dios, que nada
tenemos que Él no nos haya dado, que nada podemos sin que Dios lo haga en
nosotros. Esa “realidad” es nuestra “verdad”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Comencemos hablando del primer aspecto de la humildad al
orar: el reconocer nuestros pecados ante Dios. A Dios no le gusta
que pequemos, pero debemos recordar que cuando hemos pecado, Él está
continuamente esperando que reconozcamos nuestros pecados y que nos
arrepintamos, para luego confesarlos al Sacerdote.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Recordemos que hay otro pasaje del Evangelio que nos dice
que hay más alegría en el Cielo por un pecador que se convierta que por 99 que
no pecan (Lc 15, 4-7). Así es el Señor con el pecador que reconoce
su falta... sea cual fuere. Pues puede ser una falta grave o una falta
menos grave. O bien un defecto que hay que corregir.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero si tomamos la posición del Fariseo del Evangelio, y
ante Dios nos creemos una gran cosa: muy cumplidos con nuestras obligaciones
religiosas, muy sacrificados, etc., etc., y pasamos por alto aquel defecto que
hace daño a los demás, o aquel engreimiento que nos hace creernos muy buenos, o
aquella envidia que nos hace inconformes, o aquel resentimiento que nos
carcome, o aquel reclamo escondido a Dios que impide el flujo de la gracia
divina, nuestra oración podría ser como la del Fariseo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Podríamos, entonces, correr el riesgo de creernos muy buenos
y en realidad estamos pecando de ese pecado que tanto Dios aborrece: la soberbia,
el orgullo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1JUbvTZ5WiehPbvvaV31qHU2MnlglCumxRhg_Pv7SXUmOwwkxw9_2j-ufzYkP6IJncPMmlgD59-OVUq5ZormYcE6JKXRfblQH4B5cyifL7Ro2zQDQe5Cd9dCj_CYXTSMiRQJsscBT7UsudxEotqgiWEvwClavJEWZJD9EtTK4DrWaXTvtH9NcgT17jg/s247/images%20(2).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="215" data-original-width="247" height="348" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1JUbvTZ5WiehPbvvaV31qHU2MnlglCumxRhg_Pv7SXUmOwwkxw9_2j-ufzYkP6IJncPMmlgD59-OVUq5ZormYcE6JKXRfblQH4B5cyifL7Ro2zQDQe5Cd9dCj_CYXTSMiRQJsscBT7UsudxEotqgiWEvwClavJEWZJD9EtTK4DrWaXTvtH9NcgT17jg/w400-h348/images%20(2).jpg" width="400" /></a></div><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La verdad es que la virtud de la humildad es despreciada en
este tiempo. En nuestros ambientes más bien se fomenta el orgullo, la
soberbia y la independencia de Dios, olvidándonos que Dios “se acerca al
humilde y mira de lejos al soberbio” (Salmo 137).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por eso dice el Señor al final del Evangelio: el que se
humilla (es decir aquél que reconoce su verdad) será enaltecido (será
levantado de su nada). Y lo contrario sucede al que se enaltece.
Dice el Señor que será humillado, será rebajado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero decíamos que este texto lo podemos aplicar también a la
humildad en un sentido más amplio. Si nos fijamos bien los hombres y
mujeres de hoy nos comportamos como si fuéramos independientes de Dios. Y
muchos podemos caer en esa tentación de creer que podemos sin Dios, de no
darnos cuenta que dependemos totalmente de Dios... aún para que nuestro corazón
palpite.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Entonces... ¿cómo podemos ufanarnos de auto-suficientes, de
auto-estimables, de auto-capacitados?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nuestra oración debiera más bien ser como la de San Agustín:
“Concédeme, Señor, conocer quién soy yo y Quien eres Tú”. Pedir esa
gracia de ver nuestra realidad, es desear “andar en verdad”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y al comenzar a “andar en verdad” podremos darnos cuenta que
nada somos sin Dios, que nada podemos sin Él, que nada tenemos sin Él.
Así podremos darnos cuenta que es un engaño creernos auto-suficientes e
independientes de Dios, auto-estimables y auto-capacitados.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y como criaturas dependientes de Él, debemos estar atenidos
a sus leyes, a sus planes, a sus deseos, a sus modos de ver las cosas. En
una palabra, debemos reconocernos dependientes de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEKApovYTSa1WGhFXZo8ZFz71jhIOE9Bsd7m6B5dYW1gJnMgGv_9S6-uEXtkHNlkamt9Qh_7TgYKZqsekcanZ_557cKlZ6hXKvu5tqDZlSNoc_Asx4VfN3g-mAsRslZA1ZfbrnYM8SzFCk5w65d7jSjBJJ0yjQRIvHMsVsvo5ExTLJTMRvv2qhie75Bw/s1280/maxresdefault.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEKApovYTSa1WGhFXZo8ZFz71jhIOE9Bsd7m6B5dYW1gJnMgGv_9S6-uEXtkHNlkamt9Qh_7TgYKZqsekcanZ_557cKlZ6hXKvu5tqDZlSNoc_Asx4VfN3g-mAsRslZA1ZfbrnYM8SzFCk5w65d7jSjBJJ0yjQRIvHMsVsvo5ExTLJTMRvv2qhie75Bw/w400-h225/maxresdefault.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Podremos darnos cuenta que nuestra oración no puede ser un
pliego de peticiones con los planes que nosotros nos hemos hecho y solicitar a
Dios su colaboración para esos planes y deseos. Podremos darnos
cuenta que nuestra oración debe ser humilde, “veraz”, reconociéndonos
dependientes de Dios, deseando cumplir sus planes y no los nuestros, buscando
satisfacer sus deseos y no los nuestros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sobra agregar que los planes y deseos de Dios son muchísimo
mejores que los nuestros. “Así como distan el Cielo de la tierra,
así distan mis caminos de vuestros caminos, mis planes de vuestros
planes” (Is 55, 3).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Reconociéndonos dependientes de Dios, nuestra oración será
una oración humilde y, por ser humilde, será también veraz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Podrá darse en nosotros lo que dice la Primera Lectura (Eclo
o Sir 35, 15-17; 20-22): “Quien sirve a Dios con todo su corazón es
oído... La oración del humilde atraviesa las nubes”. Es decir quien
se reconoce servidor de Dios, dependiente de Dios y no dueño de sí mismo, quien
sabe que Dios es su Dueño, ése es oído.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En la Segunda Lectura (2 Tim 4, 6-8; 16-18) San
Pablo nos habla de haber “luchado bien el combate, correr hasta la meta y
perseverar en la fe”, y así recibir “la corona merecida, con la
que el Señor nos premiará en el día de su advenimiento”. Condición
indispensable para luchar ese combate, para correr hasta esa meta, perseverando
en la fe hasta el final, es -sin duda- la oración. Pero una oración
humilde, entregada, confiada, sumisa a la Voluntad de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Reflexionemos, entonces: ¿Nos reconocemos lo que somos ante
Dios: creaturas dependientes de su Creador? ¿Somos capaces de ver
nuestros pecados y de presentarnos ante Dios como somos: pecadores? ¿Es nuestra
oración humilde, veraz? ¿Oramos con humildad, entrega y confianza en
Dios? ¿Reconocemos que nada somos ante Él?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Entonces, ante esta verdad-realidad del ser humano, nuestra
oración debería ser de adoración. Y… ¿qué es adorar a Dios?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaXgEuhzYh0xsKI49cI8ZDn2kBhEp5XtWOzE7rHa0TCCyB0GdeHQzXnQVK4w8cJhKzDMkBoaWeDsOB8xFUCA9AkwPrbLyJ5-2RqrVPhj4giYn-WO5nHBYb8802iuhhvq65k_1FwdNRdIHBlXRbQ6Bc1rgntTn-uwcznr2rlEZvyzBH5j-kFSv8PXeEcw/s318/images%20(1).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="159" data-original-width="318" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaXgEuhzYh0xsKI49cI8ZDn2kBhEp5XtWOzE7rHa0TCCyB0GdeHQzXnQVK4w8cJhKzDMkBoaWeDsOB8xFUCA9AkwPrbLyJ5-2RqrVPhj4giYn-WO5nHBYb8802iuhhvq65k_1FwdNRdIHBlXRbQ6Bc1rgntTn-uwcznr2rlEZvyzBH5j-kFSv8PXeEcw/w400-h200/images%20(1).jpg" width="400" /></a></div><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es reconocerlo como nuestro Creador y nuestro Dueño.
Es reconocerme en verdad lo que soy: hechura de Dios, posesión de Dios.
Dios es mi Dueño, yo le pertenezco. Adorar, entonces, es tomar conciencia
de esa dependencia de Él y de la consecuencia lógica de esa dependencia:
entregarme a Él y a su Voluntad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">ORACION DE ADORACION<br />
<br />
Tú eres mi Creador, yo tu creatura,<br />
Tú mi Hacedor yo tu hechura,<br />
Tú mi Dueño, yo tu propiedad.<br />
Aquí estoy para hacer tu Voluntad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-72834006503604552022022-10-18T11:20:00.000+02:002022-10-18T12:32:31.003+02:00Hoy es... San Lucas Evangelista!!<!--[if gte mso 9]><xml>
<o:OfficeDocumentSettings>
<o:AllowPNG/>
</o:OfficeDocumentSettings>
</xml><![endif]--><br />
<!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:View>Normal</w:View>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:TrackMoves/>
<w:TrackFormatting/>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:DoNotPromoteQF/>
<w:LidThemeOther>ES</w:LidThemeOther>
<w:LidThemeAsian>X-NONE</w:LidThemeAsian>
<w:LidThemeComplexScript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:SnapToGridInCell/>
<w:WrapTextWithPunct/>
<w:UseAsianBreakRules/>
<w:DontGrowAutofit/>
<w:SplitPgBreakAndParaMark/>
<w:EnableOpenTypeKerning/>
<w:DontFlipMirrorIndents/>
<w:OverrideTableStyleHps/>
</w:Compatibility>
<m:mathPr>
<m:mathFont m:val="Cambria Math"/>
<m:brkBin m:val="before"/>
<m:brkBinSub m:val="--"/>
<m:smallFrac m:val="off"/>
<m:dispDef/>
<m:lMargin m:val="0"/>
<m:rMargin m:val="0"/>
<m:defJc m:val="centerGroup"/>
<m:wrapIndent m:val="1440"/>
<m:intLim m:val="subSup"/>
<m:naryLim m:val="undOvr"/>
</m:mathPr></w:WordDocument>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" DefUnhideWhenUsed="true"
DefSemiHidden="true" DefQFormat="false" DefPriority="99"
LatentStyleCount="267">
<w:LsdException Locked="false" Priority="0" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Normal"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="heading 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 7"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 8"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 9"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 7"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 8"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 9"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="35" QFormat="true" Name="caption"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="10" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Title"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" Name="Default Paragraph Font"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="11" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtitle"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="22" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Strong"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="20" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="59" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Table Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" UnhideWhenUsed="false" Name="Placeholder Text"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="No Spacing"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" UnhideWhenUsed="false" Name="Revision"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="34" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="List Paragraph"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="29" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Quote"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="30" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Quote"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="19" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtle Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="21" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="31" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtle Reference"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="32" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Reference"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="33" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Book Title"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="37" Name="Bibliography"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" QFormat="true" Name="TOC Heading"/>
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 10]>
<style>
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:"Tabla normal";
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-priority:99;
mso-style-parent:"";
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin-top:0cm;
mso-para-margin-right:0cm;
mso-para-margin-bottom:10.0pt;
mso-para-margin-left:0cm;
line-height:115%;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:11.0pt;
font-family:"Calibri","sans-serif";
mso-ascii-font-family:Calibri;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-hansi-font-family:Calibri;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";
mso-bidi-theme-font:minor-bidi;
mso-fareast-language:EN-US;}
</style>
<![endif]-->
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVh8hNhPBCk2Fj1TGbubvcnEOdYgKBrdqZTSc0pHcK3zCqiAXAprOgy6sk-4enVgtdzsMRAjrwOuLQFYXAze13D5fD2dZBdXEt19uYFx-DIuEBD15mNjvk82dF4O_rFtFeRTadBgeXBws/s1600/images.jpg++PORTADA.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVh8hNhPBCk2Fj1TGbubvcnEOdYgKBrdqZTSc0pHcK3zCqiAXAprOgy6sk-4enVgtdzsMRAjrwOuLQFYXAze13D5fD2dZBdXEt19uYFx-DIuEBD15mNjvk82dF4O_rFtFeRTadBgeXBws/s400/images.jpg++PORTADA.jpg" height="298" width="400" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Nadie ha merecido como San Lucas el título de Evangelista,
de mensajero de la Buena Nueva; no ya porque el historiador de Cristo, en el
tercer Evangelio, se convierte enseguida en los Hechos de los Apóstoles, en el
historiador de la Iglesia naciente, de la difusión del mensaje cristiano al
mundo, sino, ante todo, porque en su estilo de griego y de literato, el mensaje
de salvación canta un auténtico himno de acción de gracias, de alegría y de
optimismo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2eD6o3ZaK-BZIX6oNoUoX4tkZZta1oGn4vZDnJPb2-qoi0SnPBtzBtFzSshbtxc9F3o0woZQomgOMhsSl2TUCNuvp2FTLkXmTqFuyzmAUPux4_Gm4GjV2f1cNDX3FB8wAOCw8wwNPIxQ/s1600/San+Lucas--.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2eD6o3ZaK-BZIX6oNoUoX4tkZZta1oGn4vZDnJPb2-qoi0SnPBtzBtFzSshbtxc9F3o0woZQomgOMhsSl2TUCNuvp2FTLkXmTqFuyzmAUPux4_Gm4GjV2f1cNDX3FB8wAOCw8wwNPIxQ/s400/San+Lucas--.jpg" height="400" width="334" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Lucas no minimiza nunca la Cruz - a él se debe la descripción
más detallada de la agonía de Jesús - pero en el predomina el gozo: desde el
nacimiento de Juan, con el cual - "muchos se alegrarán" a la
evocación de los discípulos, que tras la Ascensión "volvieron a Jerusalén
con gran alegría", pasando por el relato de la pecadora perdonada y del
Hijo Pródigo, todo en él es un triunfo de la vida y del amor.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los Hechos están bañados por la misma luz:
"...los creyentes celebraban la fracción del pan en las casas y comían
juntos alabando a Dios con alegría y de todo corazón..." (Hc. 2, 46).
"...En el grupo de creyentes todos pensaban y sentían lo mismo...."
(Hc. 4, 32).</span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Lucas que se unió fielmente al alma de San Pablo y
permaneció junto a él aun en sus cadenas, el cantor de la mansedumbre de Cristo
- como le llama el Dante -, captó desde el principio el universalismo del
mensaje de amor que Jesús había confiado a los suyos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">El Salvador que nos presenta este hombre llegado del
paganismo es claramente "luz para alumbrar a las naciones". (Lc.
2,32)<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El único de los evangelistas que
no era judío, sino gentil, quizá natural de Antioquía y que parece que fue
médico de profesión. Discípulo de san Pablo (quien le alude en la carta a los
colosenses como «...Lucas, el médico amado....»), le acompañó en sus viajes y tal
vez se encontraba con él en Roma cuando sufrió martirio; poco más se sabe,
aparte de que escribió el tercer evangelio y los Hechos de los apóstoles.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxBaFbJ2-V0ezlZovtrNx-I1x3iKPBw5svbumuTYPn2yHhFFlEpzZ1eiqGq0eqzKj83eMw0aGt-FpIkMZPGsGDsQI6izc6JHZDob1WSw1a3uI196VcCuCzlAJOmylqDl-buoLl8UiqAXE/s1600/GHIRLANDAIO_Domenico_St_Luke_The_Evangelist.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxBaFbJ2-V0ezlZovtrNx-I1x3iKPBw5svbumuTYPn2yHhFFlEpzZ1eiqGq0eqzKj83eMw0aGt-FpIkMZPGsGDsQI6izc6JHZDob1WSw1a3uI196VcCuCzlAJOmylqDl-buoLl8UiqAXE/s400/GHIRLANDAIO_Domenico_St_Luke_The_Evangelist.jpg" height="400" width="325" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Según remotas tradiciones, después de la muerte de Pablo
predicó la buena nueva en Egipto y en Grecia, y debió de morir en este último
país, quién sabe si crucificado en Patras, como algunos suponen. Su símbolo es
el buey, porque su evangelio empieza con el sacrificio de Zacarías en el
Templo, y desde tiempo inmemorial es patrón de médicos y cirujanos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimyJBOGyJ2e9jDR8GNvEfCLcdqejuelc_J_QUF-nS-ZZKOiGfBxq8t1MHE_GF9nsf-i3PtokYlt9gic6yRn3roaAxYLBhDC3vBM-56kUqT9T2J4pI3GlzH1pGDJvC-L1klpfM1nCrZB9s/s1600/salucas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimyJBOGyJ2e9jDR8GNvEfCLcdqejuelc_J_QUF-nS-ZZKOiGfBxq8t1MHE_GF9nsf-i3PtokYlt9gic6yRn3roaAxYLBhDC3vBM-56kUqT9T2J4pI3GlzH1pGDJvC-L1klpfM1nCrZB9s/s400/salucas.jpg" height="400" width="278" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Como evangelista tiene un rasgo muy peculiar sin duda debido
a su condición de gentil que escribía para cristianos de cultura griega, hace
muy pocas referencias a la ley mosaica y es el que más insiste en el alcance
universal de la salvación, mostrándose también en eso fiel discípulo de san
Pablo. </span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><b><span style="font-size: large;">
</span></b></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><b><span style="font-size: large;"> El Evangelio según
San Lucas</span></b><span style="mso-spacerun: yes;"><b><span style="font-size: large;"> </span></b> </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2nxOyLNQT4sZ3MtYxrFpC7AQhQF8riZB-pmJSNT4JnhCA-GKroqeIsl6qN_cyq3yJB9xAX9LqsdE0v-RoI74A9v7g9-Z8DTlcuAjK-vLJjMUfQZ3wudNUnI9nGHdRuxhpdtYL-0rPqGw/s1600/images.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2nxOyLNQT4sZ3MtYxrFpC7AQhQF8riZB-pmJSNT4JnhCA-GKroqeIsl6qN_cyq3yJB9xAX9LqsdE0v-RoI74A9v7g9-Z8DTlcuAjK-vLJjMUfQZ3wudNUnI9nGHdRuxhpdtYL-0rPqGw/s400/images.jpg" height="400" width="305" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">El autor del tercer Evangelio, San Lucas, el médico, era un
sirio nacido en Antioquía, de una familia pagana. Tuvo la suerte de convertirse
à la fe de Jesucristo y encontrarse con San Pablo, cuyo fiel compañero y
discípulo fue por muchos años, compartiendo con él hasta la prisión en Roma.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Según su propio testimonio ( 1, 3), Lucas se informó «...de
todo exactamente desde su primer origen ...«. No cabe duda de que una de sus
principales fuentes de información fue el mismo Pablo y es muy probable que
recibiera informes también de la Santísima Madre de Jesús, especialmente sobre
la infancia del Señor, que Lucas es el único en referirnos detalladamente.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0IGJwIfS15en9ruLkhxLtv2D1o4Juji-48GrGtPJxlP8vEYHAlLF58SmR75DGsfEyzXKLVEgPQfw3CiYFUL75DpMR22IQYw7LdWsZ3Qtr9VZgaSiYOu2uvvGt4xkPd983ynsdD2KCc9I/s1600/images.jpg+San+Lucas+Evangelio.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0IGJwIfS15en9ruLkhxLtv2D1o4Juji-48GrGtPJxlP8vEYHAlLF58SmR75DGsfEyzXKLVEgPQfw3CiYFUL75DpMR22IQYw7LdWsZ3Qtr9VZgaSiYOu2uvvGt4xkPd983ynsdD2KCc9I/s400/images.jpg+San+Lucas+Evangelio.jpg" height="362" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">El es, pues, precisamente por sus noticias sobre el Niño y
su Madre, el Evangelista por excelencia de la Virgen.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero Lucas posee además una característica
muy llamativa que ha dado origen a una curiosa leyenda: es el que más habla de
la Virgen, quizá porque la trató personalmente (por ejemplo, es el único que
cuenta la Anunciación), y de ahí que atribuyéndosela habilidades de pintor se
supusiese que pintó un retrato de Nuestra Señora.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Aunque los supuestos retratos sean muy tardíos (el más
famoso, que se conserva en la Capilla Paulina de Santa María la Mayor de Roma,
es un icono del siglo XII), los pintores le tienen también por patrón celestial
y se encomiendan a él como al artista que tuvo el máximo modelo de hermosura
humana.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Lucas es llamado también el Evangelista de la misericordia,
por ser el único que nos trae las parábolas del hijo pródigo, de la dracma
perdida, del buen samaritano, etc.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Éste
tercer Evangelio fue escrito en Roma à fines de la primera cautividad de San
Pablo, o sea entre los años 62 y 63. Sus destinatarios son los cristianos de
las Iglesias fundadas por el Apóstol de los gentiles, así como Mateo se dedicó
más especialmente à mostrar à los judíos el cumplimiento de las profecías,
realizadas por Cristo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjO87z-vX9l_wIMBS-5POtMxXbwM-62NGzsVxBRYMDx9FNwaIAYHO0n9Q_SgfCzbRpcaSTHIG_OzQknwblF_nd0ZB4jKS9oFjNkT2_qdf3p1EC6s7qucZbuSIhRtJvjHy5DsynO7bzCV4/s1600/42%2520SanLucas42.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjO87z-vX9l_wIMBS-5POtMxXbwM-62NGzsVxBRYMDx9FNwaIAYHO0n9Q_SgfCzbRpcaSTHIG_OzQknwblF_nd0ZB4jKS9oFjNkT2_qdf3p1EC6s7qucZbuSIhRtJvjHy5DsynO7bzCV4/s400/42%2520SanLucas42.jpg" height="400" width="220" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Por eso, El Evangelio de San Lucas contiene un relato de la
vida de Jesús que podemos considerar el más completo de todos y hecho à
propósito para nosotros los cristianos de la gentilidad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Se afirma que Lucas evangelizó Acaya y Bitinia, donde habría
sellado con su sangre la verdad del Evangelio.</span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><b><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Oremos</span></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span></span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtKGXv9ayDV0pEDNqdzsxWTgWp-3RgLpUDIODwhKcfdvSCikYtO8Z0wNmDyS6I4zqsK1DmsUO5jLBBhKj_ecG8eGOcJcNzjxpI3_2fq1CgupbWDgmA7XPwf-yW_8V3Sw97t80BG6PChxM/s1600/images.jpg+++Oraci%C3%B3n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtKGXv9ayDV0pEDNqdzsxWTgWp-3RgLpUDIODwhKcfdvSCikYtO8Z0wNmDyS6I4zqsK1DmsUO5jLBBhKj_ecG8eGOcJcNzjxpI3_2fq1CgupbWDgmA7XPwf-yW_8V3Sw97t80BG6PChxM/s400/images.jpg+++Oraci%C3%B3n.jpg" height="400" width="354" /></a></div>
<br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Señor Dios, que elegiste a San Lucas para que, con su
predicación y sus escritos, revelara al mundo tu amor hacia los pobres, concede
a quienes nos gloriamos de ser cristianos vivir unidos con un solo corazón y
una sola alma y haz que todos los pueblos lleguen a contemplar a tu Salvador.
Que vive y reina contigo.</span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-56807194225751840502022-10-16T14:32:00.000+02:002022-10-16T14:32:06.513+02:00«Es preciso orar siempre sin desfallecer» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8Rwg4DkxK4LAQ5oiYIrePt427M6XjN1E-ZlYPMZVwZ6xZ-_g40sU2i3VI4fefxwTLfbnoTbEaSd7zVI6-JOAVZZ5DDO5vy6UwlDk0sVxtD71GZjlF6-cb0BWJANnBhUk0GVxIXZYthNzhk88mxu_N3J3pX5lLFCZ4RJIQSFp2d4j45FuKQjLkgI1JHw/s960/evangelio-20.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="960" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8Rwg4DkxK4LAQ5oiYIrePt427M6XjN1E-ZlYPMZVwZ6xZ-_g40sU2i3VI4fefxwTLfbnoTbEaSd7zVI6-JOAVZZ5DDO5vy6UwlDk0sVxtD71GZjlF6-cb0BWJANnBhUk0GVxIXZYthNzhk88mxu_N3J3pX5lLFCZ4RJIQSFp2d4j45FuKQjLkgI1JHw/w400-h250/evangelio-20.webp" width="400" /></a></div><p></p><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, Jesús nos recuerda que «es preciso orar siempre sin
desfallecer» (Lc 18,1). Enseña con sus obras y con las palabras. San Lucas se
nos presenta como el evangelista de la oración de Jesús. Efectivamente, en
algunas de las escenas de la vida del Señor, que los autores inspirados de la
Escritura Santa nos transmiten, es únicamente Lucas quien nos lo muestra
rezando.<br />
<br />
En el Bautismo en el Jordán, en la elección de los Doce y en la
Transfiguración. Cuando un discípulo le pidió «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11,1),
de sus labios salió el Padrenuestro. Cuando anuncia las negaciones a Pedro: «Yo
he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca» (Lc 22,32). En la crucifixión:
«Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34). Cuando muere en
la Cruz: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu», del Salmo 31. El Señor mismo
es modelo de la oración de petición, especialmente en Getsemaní, según la
descripción de todos los evangelistas.<br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJ1rYGSq5yy9O3ctWwLkGkLZsCRNiI8-tjJsjciPfWr54eNlP5rUFgk2boWjloIk-0t9n_cvMguR7wvR7jJgGlniTFfflrPIbXVD_7m4dbNwEkStqMDBxBKgWMG1ddRllKa811RbZR8DYLukLvVSED37csr2k3znRPbVbSZgYzYrIkiK4S5VWJ96a9OQ/s338/images.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="149" data-original-width="338" height="176" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJ1rYGSq5yy9O3ctWwLkGkLZsCRNiI8-tjJsjciPfWr54eNlP5rUFgk2boWjloIk-0t9n_cvMguR7wvR7jJgGlniTFfflrPIbXVD_7m4dbNwEkStqMDBxBKgWMG1ddRllKa811RbZR8DYLukLvVSED37csr2k3znRPbVbSZgYzYrIkiK4S5VWJ96a9OQ/w400-h176/images.jpg" width="400" /></a><br /><br /><br />
—Puedo ir concretando cómo elevaré el corazón a Dios en las distintas actividades,
porque no es lo mismo hacer un trabajo intelectual que manual; estar en la
iglesia que en el campo de deportes o en casa; conducir por la ciudad que por
la autopista; no es lo mismo la oración de petición que el agradecimiento; o la
adoración que pedir perdón; de buena mañana que cuando llevamos todo el
cansancio del día. San Josemaría Escrivá nos da una receta para la oración de
petición: «Más consigue aquel que importuna más de cerca... Por tanto, acércate
a Dios: esfuérzate por ser santo».<br />
<br />
Santa María es modelo de oración, también de petición. En Caná de Galilea es
capaz de avanzar la hora de Jesús, la hora de los milagros, con su petición,
llena de amor por aquellos esposos y llena de confianza en su Hijo.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Lucas (18,1-8):</span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh86lEMTUm6-m4lpalLGojmOvcFgBhOlbK17u3XP99cTg6qW3zTaACSunomgrl9jFgA-i1pWW9Q7xXMnUb8mRXeQKn1OlqAQOLo3con9S-fYQleQNbaVjx16EhrkeUPRVeKndqHuD5WPiR1c4UVPaJ6kviEBghdGwMXv2iZ1iwx-_HWkEWLAsTu-W-wkA/s426/SirviendolaPalabrasegunSanJuan-2018-11-17-01.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="426" data-original-width="426" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh86lEMTUm6-m4lpalLGojmOvcFgBhOlbK17u3XP99cTg6qW3zTaACSunomgrl9jFgA-i1pWW9Q7xXMnUb8mRXeQKn1OlqAQOLo3con9S-fYQleQNbaVjx16EhrkeUPRVeKndqHuD5WPiR1c4UVPaJ6kviEBghdGwMXv2iZ1iwx-_HWkEWLAsTu-W-wkA/w400-h400/SirviendolaPalabrasegunSanJuan-2018-11-17-01.png" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
<br />
En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos una parábola para enseñarles que
es necesario orar siempre, sin desfallecer.<br />
«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.<br />
En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle:<br />
“Hazme justicia frente a mi adversario”.<br />
Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo:<br />
“Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está
molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a
importunarme”».<br />
Y el Señor añadió:<br />
«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus
elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les
hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará
esta fe en la tierra?».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: Georgia, "serif"; line-height: 115%;"><span style="font-size: large;">COMENTARIO</span><span style="font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjCaJwHeOkLO3858KQCSfhAC78k8mKMR25XecJncGTyKe9DT7SyLoU4HFpmgOY2BoSpO7rP5tO2ZYEMvAkPfepf13GhoUE3TgtkOczyrrAENF64ba5WXRFhJi1S3e9IrNsvJC3aZyGhJ-flrdswLPPdZRzcCAeMKtyew9V9eVh3zs4TweU35EZ-6aZrA/s1280/maxresdefault%20%20facebook.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjCaJwHeOkLO3858KQCSfhAC78k8mKMR25XecJncGTyKe9DT7SyLoU4HFpmgOY2BoSpO7rP5tO2ZYEMvAkPfepf13GhoUE3TgtkOczyrrAENF64ba5WXRFhJi1S3e9IrNsvJC3aZyGhJ-flrdswLPPdZRzcCAeMKtyew9V9eVh3zs4TweU35EZ-6aZrA/w400-h225/maxresdefault%20%20facebook.jpg" width="400" /></a></b></div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las Lecturas de hoy nos hablan de la perseverancia en la
oración. Vemos a Moisés en la Primera Lectura (Ex. 17, 8-13) con
las manos en alto en señal de súplica al Señor. Mientras Moisés oraba el
ejército de Israel vencía; si las bajaba, sucedía lo contrario. Llegó un
momento en que Moisés no pudo sostener sus brazos y tuvo que ser
ayudado. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Evangelio (Lc 18, 1-8) nos habla de una
parábola del Señor, en la cual nos presenta un Juez injusto que no quiere saber
nada de una pobre viuda que lo busca para que le haga justicia contra su
adversario. Y el inhumano Juez termina por acceder a las insistentes y
perseverantes peticiones de la pobre mujer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Jesús usa este ejemplo para darnos a entender que Dios, que
no es como el Juez inhumano e injusto, sino que es infinitamente Bueno y Justo,
escuchará nuestras oraciones constantes, insistentes y perseverantes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sin embargo, recordemos que debemos saber qué pedir y cómo
pedir a Dios. Hace poco las Lecturas nos hablaban de que si pedíamos Dios
nos daba: “Pidan y se les dará”. Pero debemos recordar lo que decía
ese texto al final: “Dios dará cosas buenas a los que se las pidan”
(Mt 7, 11).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Qué significa esto de “cosas buenas”? Significa
que debemos saber pedir lo que Dios nos quiere dar. Y estar confiados en
que es Dios Quien sabe qué nos conviene. Esas “cosas buenas” son
las cosas que nos convienen. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Por qué parece que Dios a veces no responde nuestras
oraciones? Porque la mayoría de las veces pedimos lo que no nos
conviene. Pero, aunque nosotros no sepamos pedir cosas buenas, El sí sabe
dárnoslas. Por eso la oración debe ser confiada en lo que Dios decida, y
a la vez perseverante. A lo mejor Dios no nos da lo que le estamos pidiendo,
porque no nos conviene, pero nos dará lo que sí nos conviene. Y la
oración no debe dejarse porque no recibamos lo que estemos pidiendo, pues
debemos estar seguros de que Dios nos da tooodo lo que necesitamos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1465jlyWoGhIzEvR3-hN8PoPKUCAwUPVCSyL0Zckmm3Ur0Ep7MypYELwa9mcLtE3ltgwKHbO56NE2A2aSpcWFpBzutRdmxh7tofA2XsaIBkH_DwXsyRQZk62sF_kW90GjkdoZuj4URlFRV4EzTVqyUiw_wICz4ofY-JmJAVVvebay4x59GJuNglYDdw/s1000/nov%2017,%20parabola%20del%20juez%20y%20la%20viuda.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="558" data-original-width="1000" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1465jlyWoGhIzEvR3-hN8PoPKUCAwUPVCSyL0Zckmm3Ur0Ep7MypYELwa9mcLtE3ltgwKHbO56NE2A2aSpcWFpBzutRdmxh7tofA2XsaIBkH_DwXsyRQZk62sF_kW90GjkdoZuj4URlFRV4EzTVqyUiw_wICz4ofY-JmJAVVvebay4x59GJuNglYDdw/w400-h224/nov%2017,%20parabola%20del%20juez%20y%20la%20viuda.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sin embargo, no podemos dejar de notar la pregunta de Cristo
al final de este trozo del Evangelio. ¿Qué significa esa frase sobre si habrá
Fe sobre la tierra cuando vuelva a venir Jesucristo?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esta frase sobre la Fe y Segunda Venida de Jesucristo
“pareciera” estar como agregada, como fuera de contexto. Pero no es
así. Notemos que habla el Señor sobre “sus elegidos, que claman a El
día y noche”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Si nos fijamos bien, no hubo cambio de tema, pues a la
parábola sobre la perseverancia en la oración, sigue el comentario de que Dios
hará justicia a “sus elegidos, que claman a El día y noche”. De
hecho, el tema que estaba tratando Jesús antes de comenzar a hablar de la
necesidad de oración constante era precisamente el de su próxima venida en
gloria (cf. Lc 17, 23-37).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esa oración perseverante y continua que Jesús nos pide es la
oración para poder mantenernos fieles y con Fe hasta el final... hasta el final
de nuestra vida o hasta el final del tiempo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sin embargo, el cuestionamiento del Señor nos da indicios de
que no habrá mucha Fe para ese momento final. Es más, en el recuento que
da San Mateo de este discurso escatológico nos dice el Señor que, si el tiempo
final no se acortara, “nadie se salvaría, pero Dios acortará esos días en
consideración de sus elegidos” (Mt 24, 22).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Qué nos indica esta advertencia? Que la Fe va a estar
muy atacada por los falsos cristos y los falsos profetas que también nos
anuncia Jesús. Que muchos estamos a riesgo de dejar enfriar nuestra Fe,
debido a la confusión y a la oscuridad (cf. Mt 24, 23-29).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es una advertencia grave del Señor, que nos indica que
debemos estar siempre listos para ese día de la venida en gloria del Señor -o
para el día de nuestro paso a la otra vida a través de nuestra
muerte. Es una advertencia para que roguemos perseverantemente
porque seamos salvados, en ese día en que el Señor vendrá con gran poder y
gloria para juzgar a vivos y muertos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEsfN0gEmeGrCKnK_WaWJZ4QP1_47QIKeKyzG2JlCyuDTE2m48LqRFOWGmV9D8nBXW7x-SQFCiUGSPcHGfd20bZ6dFkEfvE1Lr2303XzD4FWtzbylxHg8iOg4oNrAhWNFSGq92kJGeLFKi6B_X_6PtsJWganf6P5_8QKIKxYXUnk5AbevfYR7pRCOhNA/s1200/med18112017.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="627" data-original-width="1200" height="209" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEsfN0gEmeGrCKnK_WaWJZ4QP1_47QIKeKyzG2JlCyuDTE2m48LqRFOWGmV9D8nBXW7x-SQFCiUGSPcHGfd20bZ6dFkEfvE1Lr2303XzD4FWtzbylxHg8iOg4oNrAhWNFSGq92kJGeLFKi6B_X_6PtsJWganf6P5_8QKIKxYXUnk5AbevfYR7pRCOhNA/w400-h209/med18112017.jpg" width="400" /></a></div><br /><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sabemos que por parte de Dios la salvación está dada, pues
Jesucristo ya nos salvó a todos con su Vida, Pasión, Muerte y Resurrección.
Pero de parte de nosotros se requiere que mantengamos nuestra Fe y que la
mantengamos hasta el final.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">De allí que Jesús nos dé el remedio para fortalecer nuestra
Fe y para que esa Fe permanezca hasta el final: la oración, la oración perseverante
y continua. Orar sin desfallecer para que nuestra Fe tampoco
desfallezca. Por eso San Alfonso María de Ligorio nos ha dejado esta
frase imponente: “el que ora se salva y el que no ora se condena”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero, sin duda, la pregunta del Señor “¿creen ustedes
que habrá Fe sobre la tierra cuando venga el Hijo del hombre?” nos invita
a una seria reflexión... Cabe preguntarnos, entonces, ¿cómo está nuestra
Fe? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Es una Fe que nos lleva a la esperanza de la Resurrección y
la Vida Eterna? ¿O es una Fe que está contando con patrañas como el mito
de la reencarnación? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Es una Fe segura o es una fe que duda ante las últimas
novelerías, las cuales están escritas justamente para que nuestra Fe se vaya
debilitando?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por ejemplo… ¿le hemos dado algún crédito a los escritos de
los ateos actuales que han llenado las librerías con sus libros blasfemos, en
los que tratan a los cristianos como si fuéramos tontos?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Es una Fe que confía en Dios o que confía en las fuerzas
humanas?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Es una Fe que nos hace sentir muy importantes e
independientes de Dios o es una Fe que nos lleva a depender de nuestro Creador,
nuestro Padre, nuestro Dios?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿De verdad tenemos la clase de Fe que el Señor espera
encontrar cuando vuelva?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y si la oración es la receta para tener esa Fe que
requerimos para el final,cabe preguntarnos también: ¿Cómo es nuestra oración?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Es frecuente, perseverante, constante, sin desfallecer,
como la pide el Señor para que nuestra Fe no decaiga?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cómo oramos? ¿Cuánto oramos? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAhYVpH4IZM7yXU2OsyLtPXHskq2zK9Pk2Yw5mLpUNtahfYcUwoeg0-FD84g9ijzfNvr6p82MQ7kf0SktrV9_yYYq_ytpERr4xVHzNXKsMx7YZ9D7cHYJoyz15p_m_5nny-bqa2B7ZJGkuxZUj4C5JaqOQft1lLrwvT_lJHtNk2yLNR-D--Ylen_gwiA/s720/permanece-junto-a-mi-parabola-de-la-viuda-importuna.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="514" data-original-width="720" height="285" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAhYVpH4IZM7yXU2OsyLtPXHskq2zK9Pk2Yw5mLpUNtahfYcUwoeg0-FD84g9ijzfNvr6p82MQ7kf0SktrV9_yYYq_ytpERr4xVHzNXKsMx7YZ9D7cHYJoyz15p_m_5nny-bqa2B7ZJGkuxZUj4C5JaqOQft1lLrwvT_lJHtNk2yLNR-D--Ylen_gwiA/w400-h285/permanece-junto-a-mi-parabola-de-la-viuda-importuna.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Está nuestra oración a la medida de las circunstancias?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> Porque... pensándolo bien... considerando como están
las cosas en el mundo, “¿creen ustedes que habrá Fe sobre la tierra cuando
venga el Hijo del hombre?”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Salmo 120 es un himno al poder de Dios y a la
confianza que debemos tener en Él. Cantamos al Señor, que es
Todopoderoso, pues, entre otras cosas, “hizo el Cielo y la
tierra”. Y confiamos en Él, pues “está siempre a nuestro
lado... guardándonos en todos los peligros... ahora y para siempre”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Segunda Lectura (2 Tim 3,14 - 4,2) nos pide
también firmeza en la Fe (“permanece firme en lo que has
aprendido”), seguridad en la Sabiduría que encontramos viviendo la Palabra
de Dios. Y además nos habla de la necesidad de la Fe para la salvación (“la
Sagrada Escritura, la cual puede darte la Sabiduría que, por la Fe en Cristo
Jesús conduce a la salvación”).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero, adicionalmente, nos habla de la obligación que tenemos
de comunicar esa Fe contenida en la Palabra de Dios. Y esa obligación
deriva de la necesidad que hay de anunciarla en atención -precisamente- a la
Segunda Venida de Cristo: “En presencia de Dios y de Cristo Jesús, te pido
encarecidamente que, por su advenimiento y por su Reino, anuncies la Palabra”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">De allí la importancia de leer la Palabra de Dios, de
meditarla, de orar con la Palabra de Dios. Así, encontrando en ella la
Sabiduría, podamos vivir nosotros y mostrarla a los demás con nuestro ejemplo y
con nuestro testimonio “a tiempo y a destiempo, convenciendo, reprendiendo
y exhortando con toda paciencia y sabiduría”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHWOh8kSAC4WpvtRPnXzvlj91L5nJZ2IXdFclOBav0zGyQ9Tbx_3gBLHZy1h6jYVk2T5Nz4j5ylBQuX0Q9UjxVqmVyjk9Jgw7RxXaFbCDCLsfH5arWYNmK625TcALsPoW7kChqKkYzwzQoZO9-IfyTZG0-Iye_1mtko90v0BFOQZ8sUqX7Og4B-4ynVw/s1200/med12112016.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="627" data-original-width="1200" height="209" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHWOh8kSAC4WpvtRPnXzvlj91L5nJZ2IXdFclOBav0zGyQ9Tbx_3gBLHZy1h6jYVk2T5Nz4j5ylBQuX0Q9UjxVqmVyjk9Jgw7RxXaFbCDCLsfH5arWYNmK625TcALsPoW7kChqKkYzwzQoZO9-IfyTZG0-Iye_1mtko90v0BFOQZ8sUqX7Og4B-4ynVw/w400-h209/med12112016.jpg" width="400" /></a></div><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En resumidas cuentas, las lecturas de hoy nos invitan a
orar, a orar con perseverancia para pedir para nosotros y para todos la Fe que
Jesucristo quiere encontrar cuando vuelva.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Fuentes:<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Evangeli.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Homilia.org<o:p></o:p></span></b></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-42192006085745967372022-09-25T13:21:00.002+02:002022-09-25T13:21:26.250+02:00«Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiey5pwCAAT9iQhqPpgvy-sIegD4rJsjwknmMi3FSo2ZrNuVIBnbIuR79rpNeHYCWyfKWZueEYhHjo85ClUaHSkWTP8xAVsFUm8CvK3gVImR_qEnejHRYaoEi75LRqqB_7PvQjmnASVomD2f8h-51eQN2dZTaYF8qwWmu28AH8XYlL8_hZ5fqZhlAy8ag/s1408/1635422170634%20%20facebook%20%20UNO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="792" data-original-width="1408" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiey5pwCAAT9iQhqPpgvy-sIegD4rJsjwknmMi3FSo2ZrNuVIBnbIuR79rpNeHYCWyfKWZueEYhHjo85ClUaHSkWTP8xAVsFUm8CvK3gVImR_qEnejHRYaoEi75LRqqB_7PvQjmnASVomD2f8h-51eQN2dZTaYF8qwWmu28AH8XYlL8_hZ5fqZhlAy8ag/w400-h225/1635422170634%20%20facebook%20%20UNO.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p>
</p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, Jesús nos encara con la injusticia social que nace de
las desigualdades entre ricos y pobres. Como si se tratara de una de las
imágenes angustiosas que estamos acostumbrados a ver en la televisión, el
relato de Lázaro nos conmueve, consigue el efecto sensacionalista para mover
los sentimientos: «Hasta los perros venían y le lamían las llagas» (Lc 16,21).
La diferencia está clara: el rico llevaba vestidos de púrpura; el pobre tenía
por vestido las llagas.<br />
<br />
La situación de igualdad llega enseguida: murieron los dos. Pero, a la vez, la
diferencia se acentúa: uno llegó al lado de Abraham; al otro, tan sólo lo
sepultaron. Si no hubiésemos escuchado nunca esta historia y si aplicásemos los
valores de nuestra sociedad, podríamos concluir que quien se ganó el premio
debió ser el rico, y el abandonado en el sepulcro, el pobre. Está claro,
lógicamente.<br />
<br />
La sentencia nos llega en boca de Abraham, el padre en la fe, y nos aclara el
desenlace: «Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro,
al contrario, sus males» (Lc 16,25). La justicia de Dios reconvierte la
situación. Dios no permite que el pobre permanezca por siempre en el
sufrimiento, el hambre y la miseria.<br />
<br /><br /> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiN4Vi1f_0qHG_DLrnogeDslGAr9geoHFK-ziwA-XQ3Dmmd5h0rFaimK_O5K3tjU0jpGaBZJ_4-f1BEVf3f7wmC0KPjR0BT4b_DW-yvvp6jXY7s4fLUFqmmHKhU6qFH-kEA8XuouEC1sY8Lj8oyPdwK7GtJvjwCH5Kq-5RDNGB06BxnMJeRL02u_46SCg/s800/_1lazarus_.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="383" data-original-width="800" height="191" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiN4Vi1f_0qHG_DLrnogeDslGAr9geoHFK-ziwA-XQ3Dmmd5h0rFaimK_O5K3tjU0jpGaBZJ_4-f1BEVf3f7wmC0KPjR0BT4b_DW-yvvp6jXY7s4fLUFqmmHKhU6qFH-kEA8XuouEC1sY8Lj8oyPdwK7GtJvjwCH5Kq-5RDNGB06BxnMJeRL02u_46SCg/w400-h191/_1lazarus_.jpg" width="400" /></a></div><br /><br /><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Este relato ha movido a millones de corazones de ricos a lo
largo de la historia y ha llevado a la conversión a multitudes, pero, ¿qué
mensaje hará falta en nuestro mundo desarrollado, hiper-comunicado,
globalizado, para hacernos tomar conciencia de las injusticias sociales de las
que somos autores o, por lo menos, cómplices? Todos los que escuchaban el
mensaje de Jesús tenían como deseo descansar en el seno de Abraham, pero,
¿cuánta gente en nuestro mundo ya tendrá suficiente con ser sepultados cuando
hayan muerto, sin querer recibir el consuelo del Padre del cielo? La auténtica
riqueza es llegar a ver a Dios, y lo que hace falta es lo que afirmaba san
Agustín: «Camina por el hombre y llegarás a Dios». Que los Lázaros de cada día
nos ayuden a encontrar a Dios.<o:p></o:p></span></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> </span></p><p>
</p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Lucas (16,19-31):</span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[endif]--><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgW35Z7eR4IRTJnRQcD1sxbpdvrAq1H_mzwt5iM3o_nHUq9PVvCyWsLwPn_WPrfp5OlPcoWdzB3qdYj6bkfamhXWm9EJJUdVtBPUiMdDb6jYD3oTK-rWzjim42eWzQvuRBSpO5eR9PmIYlG-Zv1vKe_xSsnVpcPHflbUWGwFnWzF1kZl0YIaOFSB7oiZw/s800/Lucas-1619-31%20%20%20evangelio.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="800" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgW35Z7eR4IRTJnRQcD1sxbpdvrAq1H_mzwt5iM3o_nHUq9PVvCyWsLwPn_WPrfp5OlPcoWdzB3qdYj6bkfamhXWm9EJJUdVtBPUiMdDb6jYD3oTK-rWzjim42eWzQvuRBSpO5eR9PmIYlG-Zv1vKe_xSsnVpcPHflbUWGwFnWzF1kZl0YIaOFSB7oiZw/w400-h200/Lucas-1619-31%20%20%20evangelio.webp" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada
día.<br />
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y
con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.<br />
Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.<br />
Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.<br />
Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de
los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su
seno, y gritando, dijo:<br />
“Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del
dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”.<br />
Pero Abrahán le dijo:<br />
«Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males:
por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.<br />
Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los
que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco
pasar de ahí hasta nosotros”.<br />
Él dijo:<br />
“Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco
hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan
a este lugar de tormento”.<br />
Abrahán le dice:<br />
“Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. Pero él le dijo:<br />
“No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán”.<br />
Abrahán le dijo:<br />
«Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite
un muerto”».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO</span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTa-Dnuq2e_Evm-Tgu94Mj2elyfCysDP076v7yhdukLVtJT6G12I45kzGRlY-bSgyQ68qz2axMM6qFprbN1JlzbOE4a_oRaK1Gh1g9dbgAZohLK5_StvQWvzXRSbVoZVTBXhL0d-pbjcmIs_g5Af3fvMxp1BSx5BCQULvnuOJA5Tr-7JIBizmYf04ReQ/s976/1602855039236.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="549" data-original-width="976" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTa-Dnuq2e_Evm-Tgu94Mj2elyfCysDP076v7yhdukLVtJT6G12I45kzGRlY-bSgyQ68qz2axMM6qFprbN1JlzbOE4a_oRaK1Gh1g9dbgAZohLK5_StvQWvzXRSbVoZVTBXhL0d-pbjcmIs_g5Af3fvMxp1BSx5BCQULvnuOJA5Tr-7JIBizmYf04ReQ/w400-h225/1602855039236.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En este Domingo el Señor nos vuelve a hablar -ampliando un
poco más el tema del Domingo anterior- de los bienes espirituales y de los
bienes materiales, de lo celestial y de lo terreno, de lo temporal y de lo
eterno.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Contienen las Lecturas de hoy una grave advertencia para los
que vivimos apegados a los bienes materiales, olvidándonos de compartirlos con
los que carecen de esos bienes. Traen -por lo tanto- un llamado al
ejercicio de la caridad, en su aspecto de compartir con los demás.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Evangelio (Lc 16, 19-31) nos trae la Parábola
narrada por el Señor de un hombre muy, muy rico, que vivía en medio de muchos
lujos y bienes superfluos, y que no era capaz de ver la necesidad de un pobre
que siempre estaba en la puerta de su casa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y sucede que ambos personajes mueren. Nos dice el
Evangelio que el pobre fue llevado por los Ángeles al “seno de Abraham”.
Así se nombraba el lugar donde iban los muertos antes de que Cristo muriera,
resucitara y abriera las puertas del Cielo. Es decir que el destino del
mendigo Lázaro fue de felicidad eterna.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Qué sucedió con el rico? Nos dice el Evangelio que
fue al “lugar de castigo y de tormentos”. Es decir, el destino del rico
egoísta fue de condenación eterna.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero debemos ver bien... No nos dice el texto que el
rico fue al Infierno por ser rico. No ... El rico fue al Infierno
por ser egoísta, por no saber compartir, por no tener compasión de los
necesitados, por no usar bien su dinero, por usar su dinero solamente para sus
lujos. Esto quiere decir que la riqueza en sí no es un pecado. El
pecado consiste en no usar rectamente los bienes que Dios nos da. El
pecado consiste en no saber compartir los bienes que Dios nos da.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-Z9D4vmcy-XpX20m_tk1lelh-5LL5HWRv2tyG0Yf5iVq_VgLoIsTT54-JZ9_Kqiz4D82VQuuicVh5ISLKLWLU0UwYvb7j8Xv_l8cshnBh5vMSor6omFMdeBlmBwd40rYUHcuWcdJQG1tgvcE-BvVp2vmP-X9XZPx0_sE_faXfrMU0jp3cLG4DpgvkVQ/s480/1d33819d2a33e6562aa852c173afd1a0.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="319" data-original-width="480" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-Z9D4vmcy-XpX20m_tk1lelh-5LL5HWRv2tyG0Yf5iVq_VgLoIsTT54-JZ9_Kqiz4D82VQuuicVh5ISLKLWLU0UwYvb7j8Xv_l8cshnBh5vMSor6omFMdeBlmBwd40rYUHcuWcdJQG1tgvcE-BvVp2vmP-X9XZPx0_sE_faXfrMU0jp3cLG4DpgvkVQ/w400-h266/1d33819d2a33e6562aa852c173afd1a0.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Primera Lectura del Profeta Amós (Am 6, 1.4-7) describe
a los que viven en medio de lujos y excesos, a espaldas de las necesidades de
los demás. Reprende seriamente a “los que no se preocupan por las
desgracias de sus hermanos”. El Profeta advierte claramente sobre el
destino de los que así se comportan. Dice así: “Por eso irán al
destierro”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿qué es el “destierro”? Aunque esta profecía del
destierro se cumplió para el pueblo de Israel treinta años después, a causa de
su decadencia moral, el “destierro” tiene un sentido espiritual más amplio para
nosotros hoy en día: es el mismo lugar de tormentos al que fue el rico
del Evangelio, el Infierno.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Infierno viene nombrado muchas veces en la Sagrada
Escritura. Es uno de los Dogmas de nuestra Fe Católica que más veces se
nombra en la Biblia con diferentes nombres, como hemos visto en estas Lecturas
de hoy. Por cierto, es bueno insistir que el Infierno -al igual que el
Cielo y el Purgatorio- son Dogmas de Fe; es decir: son de obligatoria creencia
por parte de todos los Católicos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Fíjense que en este texto evangélico vemos al mismo
Jesucristo hablarnos del Infierno, y hablarnos también de la posibilidad que
tenemos de condenarnos para siempre, si no obramos de acuerdo a la Voluntad de
Dios. En el caso del rico de la parábola, se olvidó de la Voluntad de
Dios y se regía sólo por sus apetencias. Por eso falló en caridad,
generosidad, compasión, y estuvo pendiente sólo de sus gustos y lujos,
olvidándose de Dios y de los demás.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Decíamos que el Señor nos hablaba con su Palabra hoy sobre
los bienes espirituales y los bienes materiales. Respecto de los bienes
materiales ya lo hemos expresado: hay que saber c o m p a r t i r.
Hay que saber estar atentos a las necesidades de los demás. Hay que saber
ayudar a quien necesita ser ayudado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las Lecturas de hoy nos recuerdan que la búsqueda de bienes
materiales podría más bien alejarnos del camino del Cielo. La búsqueda de
bienes materiales podría alejarnos de lo que San Pablo nos recuerda en la
Segunda Lectura (1 Tim 6, 11-16): “la conquista de la vida eterna a la
que hemos sido llamados”. La búsqueda de bienes materiales nos puede
cegar, haciéndonos creer que el dinero y las cosas que con el dinero
conseguimos, es lo único verdaderamente importante y necesario. Y no es
así.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6pad-xI9-Oqmz1cRiHDhcTqEQ5mnBNX8W9dEJnOVTFYb7XXQKswpuxapPg-YWXnweJUBbE8_aZFPEMkV8UK50AfcZsGmeXfj0PO6piygnmnXdIcUKmviJhyFtOjPWbAkgU1dBps0-i92ErAQgV5x9qrtNX5wxhPmPcBMSakiS8e9rPUoeHsHspWW4vw/s900/1102014688_univ_cnt_3_xl.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="900" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6pad-xI9-Oqmz1cRiHDhcTqEQ5mnBNX8W9dEJnOVTFYb7XXQKswpuxapPg-YWXnweJUBbE8_aZFPEMkV8UK50AfcZsGmeXfj0PO6piygnmnXdIcUKmviJhyFtOjPWbAkgU1dBps0-i92ErAQgV5x9qrtNX5wxhPmPcBMSakiS8e9rPUoeHsHspWW4vw/w400-h400/1102014688_univ_cnt_3_xl.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Debemos recordar que los bienes verdaderamente importantes
son los bienes espirituales. Estos son los bienes que no se acaban.
Son los que realmente debemos buscar. Son los que nos aseguran la
conquista de la vida eterna, de la que nos habla San Pablo hoy.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿cuáles son esos “bienes espirituales”? Son todas
aquellas cosas relacionadas con la vida espiritual. No basta solamente
evitar el pecado. No basta solamente venir a Misa los Domingos, que es un
precepto indispensable de cumplir.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En la Misa, además, nos nutrimos de la Palabra de Dios, de
la enseñanza en la Homilía, nos nutrimos también de Dios mismo al recibirlo en
la Comunión. Pero eso no basta. Es necesario ir creciendo en las
virtudes, tratar de ser cada vez mejores, especialmente a través de la oración
frecuente. Aprovechando todas estas gracias, vamos procurándonos “bienes
espirituales”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Volvamos -entonces- al relato del Evangelio, que tiene dos
partes bien diferenciadas. Vemos que en la primera parte el Señor nos
describe cómo debe ser el uso de los bienes materiales y las consecuencias que
puede tener el usarlos mal.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La segunda parte nos describe lo que es la eternidad, lo que
es la otra vida. La primera cosa que debemos observar en el relato hecho
por el mismo Jesucristo es que, después de la muerte, hay salvación o hay condenación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">No nos habla Jesucristo de nada que se parezca a la
reencarnación, ese mito nefasto que se nos ha estado metiendo aún entre los
Católicos. Sepamos que es verdad de fe que se vive en esta tierra una
sola vez y que después de esta vida terrenal hay o condenación, o salvación, y
que podemos salvarnos yendo directamente al Cielo o pasando primero una etapa
de purificación en el Purgatorio, para luego ir al Cielo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sigue relatando el Señor en esta parábola que el rico pide
desde su lugar de tormentos al menos una gota de agua para refrescarse de las
llamas que lo torturan. Y Abraham le responde que eso no es posible, que
ya no hay remedio. Es una descripción de lo que es el Infierno: es un
lugar de tormentos y de fuego. Y además, sin remedio: quien llega allí ya no
puede regresar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmBCL65I0hmtcRel3L-GOc3TvvadpM4xznb_69tPHZlIv2aHuRgAlQOTgT99QZitg0gELWTv1kcchrGXzoT_ljtiv62sLNf2YLeTANxYLa7dNcUQM_kqYCpr0P7SmKrm8_4VsATEOU_VmmQb9Pd9y1-Avloki0mAidOyiLyurLOlhKGQ40B9lwuHjzIQ/s1080/tumblr_o33vr4EEUy1uu9ll7o1_1280.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1080" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmBCL65I0hmtcRel3L-GOc3TvvadpM4xznb_69tPHZlIv2aHuRgAlQOTgT99QZitg0gELWTv1kcchrGXzoT_ljtiv62sLNf2YLeTANxYLa7dNcUQM_kqYCpr0P7SmKrm8_4VsATEOU_VmmQb9Pd9y1-Avloki0mAidOyiLyurLOlhKGQ40B9lwuHjzIQ/w400-h266/tumblr_o33vr4EEUy1uu9ll7o1_1280.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Dice el texto: “entre ustedes y nosotros se abre un
abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá, ni hacia acá”. No
estamos tratando de asustar. Simplemente estamos extrayendo del Evangelio
lo que el mismo Cristo contó a sus seguidores y que nos cuenta a nosotros, que
somos sus seguidores de hoy.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Insiste el rico que al menos, entonces, envíe al pobre
Lázaro a avisarle a sus familiares, para que ellos no acaben en ese lugar de
tormentos. Se le responde que ya Moisés y los Profetas han hablado sobre
esto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sigue insistiendo el rico: “Pero si un muerto va a
decírselos, entonces sí se arrepentirán”. Y viene, entonces, la
sentencia final del Señor: “Si no escuchan a Moisés y a los Profetas” -es
decir, si no escuchan la Palabra de Dios- “ni, aunque un muerto resucite
harán caso”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿a qué muerto se refiere el Señor? ... Se está
refiriendo a Él mismo. Él nos dejó su Evangelio que completa la Ley que
Dios dio a Moisés y las enseñanzas de los Profetas. Él murió y resucitó.
Y todavía hay gente que no cree en ese muerto, en ese muerto resucitado, que es
nada menos que Dios hecho Hombre.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y -peor aún- todavía hay Cristianos que no practican sus
enseñanzas. Todavía hay Católicos que se dan el lujo de llamarse así y de negar
algunas verdades de la fe cristiana, como sucede cuando se niega la existencia
del Infierno, o cuando se está creyendo en esa mentira de la reencarnación, que
niega la Verdad sobre la Vida Eterna.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Recordemos las lecciones de las Lecturas de hoy: el recto
uso de los bienes materiales, los bienes verdaderamente importantes son los
espirituales, y la Verdad sobre la Vida Eterna, que es ésta: después de la
muerte no volvemos a esta vida terrena, sino que hay para nosotros salvación
eterna o condenación eterna.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaUbPHCaHd8TO5rkPL4zuYxO1AJ75nxfniUIJf84FlJqsS1sjBQ_Zm52X_0aOlI0j1LYFNr8aThVdQDvujTaV3o-Vdsu7_CoQMf_bQ-rvDW4UibzYO6Z-F8lbzX2i11AG4RfnkQUga9TwC5ywmQLa8bXLIprzgGKo8y7xOaet-Dxxpc7dUe69iWmKYSg/s294/images.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="171" data-original-width="294" height="233" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaUbPHCaHd8TO5rkPL4zuYxO1AJ75nxfniUIJf84FlJqsS1sjBQ_Zm52X_0aOlI0j1LYFNr8aThVdQDvujTaV3o-Vdsu7_CoQMf_bQ-rvDW4UibzYO6Z-F8lbzX2i11AG4RfnkQUga9TwC5ywmQLa8bXLIprzgGKo8y7xOaet-Dxxpc7dUe69iWmKYSg/w400-h233/images.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Con el Salmo 145 alabamos “al Señor que viene
a salvarnos”. Reconocemos la Divina Providencia, que “hace justicia
al oprimido, da pan a los hambrientos y libera al cautivo... premia al justo...
y trastorna los planes del inicuo... Dios reina por los siglos”.
Amén.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Fuentes;<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Evangeli.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Homilias.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-38767771047609120382022-09-18T20:25:00.002+02:002022-09-18T20:25:49.081+02:00«No podéis servir a Dios y al dinero» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEUUpsNvNCB2YZIYRwAp8l57YZqPhdm3O48bYFpFGTmjVF_XiZTeN5yRpl_c7IdYC-TTB81IqbKJDVXyYvPan4XEnjvH86-Rkd202_vH19os6Ojh3komgWxp38TK552CSVrwAAZUODfMxJSxl5SaXPlDNQchdiJT-RWUWCuyM5rQoiEIPukMbZaiV-_w/s1024/slide1-l%20%20comentario.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEUUpsNvNCB2YZIYRwAp8l57YZqPhdm3O48bYFpFGTmjVF_XiZTeN5yRpl_c7IdYC-TTB81IqbKJDVXyYvPan4XEnjvH86-Rkd202_vH19os6Ojh3komgWxp38TK552CSVrwAAZUODfMxJSxl5SaXPlDNQchdiJT-RWUWCuyM5rQoiEIPukMbZaiV-_w/w400-h300/slide1-l%20%20comentario.jpg" width="400" /></a></div><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy el Evangelio nos presenta la figura del administrador
infiel: un hombre que se aprovechaba del oficio para robar a su amo. Era un
simple administrador, y actuaba como el amo. Conviene que tengamos presente:<br />
<br />
1) Los bienes materiales son realidades buenas, porque han salido de las manos
de Dios. Por tanto, los hemos de amar.<br />
<br />
2) Pero no los podemos “adorar” como si fuesen Dios y el fin de nuestra
existencia; hemos de estar desprendidos de ellos. Las riquezas son para servir
a Dios y a nuestros hermanos los hombres; no han de servir para destronar a
Dios de nuestro corazón y de nuestras obras: «No podéis servir a Dios y al
dinero» (Lc 16,13).<br />
<br />
3) No somos los amos de los bienes materiales, sino simples administradores;
por tanto, no solamente los hemos de conservar, sino también hacerlos producir
al máximo, dentro de nuestras posibilidades. La parábola de los talentos lo
enseña claramente (cf. Mt 25,14-30).<br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmyslJRp24pEzMbIowwegAChoRI2bIB7oQMfeu3Vyzwl4dSYZPfsAzPBqrB8F1vnxUhkjN1MVMMKNrzCQZHk7PgLB_-VorOjDCal1FvN8MeJ05WmsJTWnk9VEjZKHHB17wZof1xjWOGF9csPjB_QCfv4wSBDnQdALkFaKbAOV4vCwHjaETHEjEfjpRMQ/s900/98d30fd3e687deeb76126a1751bbe8e8%20%20facebook.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="900" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmyslJRp24pEzMbIowwegAChoRI2bIB7oQMfeu3Vyzwl4dSYZPfsAzPBqrB8F1vnxUhkjN1MVMMKNrzCQZHk7PgLB_-VorOjDCal1FvN8MeJ05WmsJTWnk9VEjZKHHB17wZof1xjWOGF9csPjB_QCfv4wSBDnQdALkFaKbAOV4vCwHjaETHEjEfjpRMQ/w400-h266/98d30fd3e687deeb76126a1751bbe8e8%20%20facebook.jpg" width="400" /></a><br /><br /><br /><br />
4) No podemos caer en la avaricia; hemos de practicar la liberalidad, que es
una virtud cristiana que hemos de vivir todos, los ricos y los pobres, cada uno
según sus circunstancias. ¡Hemos de dar a los otros!<br />
<br />
¿Y si ya tengo suficientes bienes para cubrir mis gastos? Sí; también te has de
esforzar por multiplicarlos y poder dar más (parroquia, diócesis, Cáritas,
apostolado). Recuerda las palabras de san Ambrosio: «No es una parte de tus
bienes lo que tú das al pobre; lo que le das ya le pertenece. Porque lo que ha
sido dado para el uso de todos, tú te lo apropias. La tierra ha sido dada para
todo el mundo, y no solamente para los ricos».<br />
<br />
¿Eres un egoísta que sólo piensa en acumular bienes materiales para ti, como el
administrador del Evangelio, mintiendo, robando, practicando la cicatería y la
dureza de corazón, que te impiden conmoverte ante las necesidades de los otros?
¿No piensas frecuentemente en las palabras de san Pablo: «Dios ama al que da
con alegría» (2Cor 9,7)? ¡Sé generoso!<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo Evangelio según San Lucas 16, 1-13</span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNIAp0FtemUUPReqoH0agwEIHC3vYOZMg6RJuEFdnJHaF5H7uC70BemoDBqAi7Nmb2nHZZONJtIYfXGNsiOQ-vij-c9N_r6Tzaxj9EOjNpaB6z1m0KBdt77LN0Xug6P9oGc6feYCvuRRrBF2Yaejr26x8-oq5MtOBON6bRUul5wad8pSNcb8g9qqTslw/s1280/maxresdefault%20%20evangelio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNIAp0FtemUUPReqoH0agwEIHC3vYOZMg6RJuEFdnJHaF5H7uC70BemoDBqAi7Nmb2nHZZONJtIYfXGNsiOQ-vij-c9N_r6Tzaxj9EOjNpaB6z1m0KBdt77LN0Xug6P9oGc6feYCvuRRrBF2Yaejr26x8-oq5MtOBON6bRUul5wad8pSNcb8g9qqTslw/w400-h225/maxresdefault%20%20evangelio.jpg" width="400" /></a></b></div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p><br /></o:p></b><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />
«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar
sus bienes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Entonces lo llamó y le dijo:<br />
“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque
en adelante no podrás seguir administrando”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El administrador se puso a decir para sí:<br />
“¿Qué voy a hacer, pus mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo
fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me
echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al
primero:<br />
“¿Cuánto debes a mi amo?”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Este respondió:<br />
“Cien barriles de aceite”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Él le dijo:<br />
“Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Luego dijo a otro:<br />
“Y tú, ¿cuánto debes?”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Él contestó:<br />
“Cien fanegas de trigo”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Le dijo:<br />
“Aquí está tu recibo, escribe ochenta”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia
con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos
con su gente que los hijos de la luz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para
que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El que es de fiar en lo poco, también en lo mucho es fiel;
el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os
confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os
lo dará?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien
aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso
del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Palabra de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhkfwyHSZuIY2ubXSFIrSBT0CQi6JocEi5NE0uCzuWg_vNxW9I2TvGFTN6hojB1qxSfG3gye1iWri2qjPSEXxoyOiL14svtKVntfdCCei29hcljA3fXyKTe15YXsoIwsYcwYiy5Xlo4u7RZLD-q48I7rrmKxQwXPFMCFupjWj1nlOk1qqXK8JLdqH-jQ/s318/descarga%20%20grande.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="159" data-original-width="318" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhkfwyHSZuIY2ubXSFIrSBT0CQi6JocEi5NE0uCzuWg_vNxW9I2TvGFTN6hojB1qxSfG3gye1iWri2qjPSEXxoyOiL14svtKVntfdCCei29hcljA3fXyKTe15YXsoIwsYcwYiy5Xlo4u7RZLD-q48I7rrmKxQwXPFMCFupjWj1nlOk1qqXK8JLdqH-jQ/w400-h200/descarga%20%20grande.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las Lecturas del día de hoy nos llevan a reflexionar sobre
el recto uso del dinero y de los bienes materiales. El Evangelio tiene
frases muy importantes y bastante conocidas: “No se puede servir a Dios y al
dinero”... “Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la
luz”, que en otra traducción es así: “Los que pertenecen al mundo
son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Primera Lectura del Profeta Amós (Am. 6, 4-7) puede
servir para describir la situación de corrupción en que se encuentra el
mundo. El Profeta acusa y reprocha fuertemente a los que cometen fraude,
a los vendedores sin escrúpulos que se enriquecen a expensas de los pobres y
que suben los precios aprovechando la necesidad ajena. Y amenaza el
Profeta a los que así se comportan con el castigo de Dios, diciendo que el
Señor no olvidará jamás ninguna de estas acciones. Es decir: las
malas acciones, los actos que van contra la Ley de Dios -y que además hacen daño
al prójimo- tienen el castigo de Dios ... o pueden tener el perdón de Dios, si
el pecador se arrepiente y no peca más.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Evangelio relata la parábola del administrador
infiel. En este caso pudo haber estafa o fraude, no en daño a los pobres,
sino a un rico propietario, que tiene que despedir a su administrador porque le
había malgastado los bienes que debía administrar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">De hecho, resulta que el administrador, al verse sin
ingresos, utiliza otra maniobra fraudulenta más, con el fin de asegurarse unos amigos
que lo ayuden después. La maniobra consistía en reducir arbitrariamente
las deudas de los clientes de su amo. O tal vez el administrador infiel
redujo a la deuda la porción que le tocaba como administrador.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La parábola y las palabras de Jesús pueden sonar un poco
confusas si no las revisamos bien. Fíjense que el Señor no aprueba
expresamente la conducta del administrador, a quien califica de “infiel”.
Simplemente destaca su “sagacidad”. Y la frase esa muy conocida de
Jesús -”Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la
luz”- suena más bien a una queja del Señor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixR_RXuSrx73UHaL0dvvs8fkn5_84WXgbNrNY8GHQOUE2zuXQ9pjDzDdWfRZYnHTIgT-9KHhnc5TBwKrmIhizUVE8Xas7mMahBJ2v_mRukB03yPs54Blp1cmvTIn7zIZO3t_rldsMSMaD5ofF30DWemQjatw8RIoLDnsIwyzbM3E-FBQeIwX4PPN4GxA/s792/dinero.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="612" data-original-width="792" height="309" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixR_RXuSrx73UHaL0dvvs8fkn5_84WXgbNrNY8GHQOUE2zuXQ9pjDzDdWfRZYnHTIgT-9KHhnc5TBwKrmIhizUVE8Xas7mMahBJ2v_mRukB03yPs54Blp1cmvTIn7zIZO3t_rldsMSMaD5ofF30DWemQjatw8RIoLDnsIwyzbM3E-FBQeIwX4PPN4GxA/w400-h309/dinero.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y la queja consiste en esto: Jesús observa que los que viven
de acuerdo al mundo, los que viven en oscuridad; es decir, los que viven lejos
de Dios son, en los negocios terrenos -que es lo único que les importa- más
sagaces, más astutos y diligentes, que lo que son los hijos de la luz, para el
negocio más importante, es decir, la Vida Eterna, su salvación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es decir: los que seguimos a Dios y queremos estar cerca de
Él, no somos tan sagaces para cuidar lo que el Señor llama en este Evangelio “los
verdaderos bienes”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿cuáles son los “verdaderos bienes”?. Son los bienes
espirituales, aquéllos que son los únicos necesarios para llegar a nuestra
meta, que es el Cielo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Realmente los que queremos seguir a Dios y cumplir con sus
mandatos, a veces somos flojos, poco inteligentes, y nada astutos, para
asegurarnos los bienes que nunca se acaban, los bienes espirituales, la Vida
Eterna.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En realidad, este reproche del Señor nos llama a la
vigilancia y al esfuerzo en lo espiritual... Porque nos llegará el momento a
todos y cada uno de nosotros ... ese momento al que ninguno puede
escapar. Es el momento en que el Señor -igual que al administrador de la
parábola- nos pedirá cuentas del único negocio realmente importante.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> Seamos sagaces, seamos astutos, en el único negocio
que realmente vale la pena: el negocio de nuestra salvación, el negocio de
asegurarnos la ganancia eterna del Cielo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿qué significa ser astuto en la vida espiritual?
Significa que debemos aprovechar todas las gracias que Dios nos da para
asegurarnos la Vida Eterna. Tenemos a disposición los Sacramentos.
Aprovechemos muy especialmente la Confesión y la Sagrada Eucaristía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y la mejor muestra de sagacidad espiritual consiste en
buscar y en hacer sólo la Voluntad de Dios en nuestra vida. Y esto se
hace, no solamente huyendo del pecado y confesándolo cuando sea necesario, sino
buscando siempre la Voluntad de Dios para nuestra vida... no nuestra propia
Voluntad: los Planes de Dios para nuestra vida... no nuestros propios planes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Evangelio trae al final la frase de Jesús: “No se puede
servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro... o se apegará a uno y
despreciará al otro”. Se está refiriendo el Señor específicamente al
dinero, pues termina así la frase: “En resumen, no puedes servir a Dios y al dinero”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGVz19OgiOHocXgJkb9VTXJJc9BpxTDEO4f9vFfRSBQGwBH91bvTI9CcbPeZMw8xplg7YYHmrHdnZpVI_OeGKmDBLpWjmIb5tdX_es5SxZyruVaKaWf8VBDG6bLdsK3XpKKxJjeBhyOuFXzxHo0v8-4uYd6QE-ajzbLn8QAwJl1KRxeH9ztj0p_519sQ/s1024/domingo25letra-1024x682%20grande.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="682" data-original-width="1024" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGVz19OgiOHocXgJkb9VTXJJc9BpxTDEO4f9vFfRSBQGwBH91bvTI9CcbPeZMw8xplg7YYHmrHdnZpVI_OeGKmDBLpWjmIb5tdX_es5SxZyruVaKaWf8VBDG6bLdsK3XpKKxJjeBhyOuFXzxHo0v8-4uYd6QE-ajzbLn8QAwJl1KRxeH9ztj0p_519sQ/w400-h266/domingo25letra-1024x682%20grande.png" width="400" /></a></div><br /><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El dinero ha de ser utilizado de tal forma que no sea
obstáculo para llegar a la Vida Eterna. Porque el dinero puede ser un
obstáculo para la salvación. Pero el dinero bien usado -usado sagazmente-
puede servirnos para la salvación, puede ser una inversión en el único negocio
importante. Esa inversión la hacemos cuando no estamos apegados al dinero
y con generosidad lo compartimos, dedicando parte del mismo a las necesidades
de los demás, a la limosna, a contribuciones a obras de caridad organizadas, a
las necesidades de la Iglesia, etc.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">No significa esto que el Cielo puede comprarse, o que
actuando así tenemos asegurada la Vida Eterna. Tampoco significa que el
actuar así nos exime de otras obligaciones morales y espirituales.
Simplemente significa que actuando así impedimos que el dinero nos desvíe del
camino al Cielo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Muchas veces en el Evangelio el Señor advierte sobre los
peligros de las riquezas, porque los hombres tendemos a apegarnos al dinero y a
lo que el dinero nos puede conseguir, tendemos a hacernos “esclavos” del
dinero... Y el Señor nos advierte: o te apegas de Dios o te apegas del
dinero, pero no puedes estar apegado a los dos. O tenemos confianza en Dios, o
tenemos confianza en el dinero.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y no estamos hablando aquí ya de ganancias ilícitas y
pecaminosas como las que describe el Profeta Amós... que también las hay... y
¡muchas! Estamos suponiendo honestidad en el manejo de los bienes que
poseemos. Estamos hablando -entonces- del recto uso de las riquezas
obtenidas lícitamente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Realmente, si no somos desprendidos con el dinero y con los
bienes materiales que con el dinero conseguimos, éstos se nos convertirán en
una tentación que puede llegar a ser inmanejable. Podríamos dejar de ser
dueños y administradores del dinero para convertirnos en esclavos de
éste. Y el dinero se puede convertir en un tirano que nos quita la
libertad de poder dedicarnos al negocio verdaderamente importante: nuestra
salvación, nuestra entrega a la Voluntad de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En la Segunda Lectura (1 Tim. 2, 1-8) San Pablo
nos habla de la voluntad salvífica de Dios para todos: “Dios quiere que todos
se salven”. Dios nos ha creado a todos para el Cielo. No
quiere que ninguno se condene. Quiere tenernos a todos con Él.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Para ello ha dispuesto todos los medios necesarios, los
cuales debemos aprovechar para hacer bien el único negocio verdaderamente
importante: nuestra salvación eterna. Depende de nosotros, entonces, el
aprovechar o desaprovechar todas las gracias que Dios dispone para nuestra
salvación eterna.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y Dios, aunque tiene su morada en el Cielo, se baja para
vernos, para ayudarnos. Es lo que hemos orado en el Salmo (Sal 112).
A pesar de su grandeza y su gloria Dios está con nosotros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y, cuando llegó el momento, Jesús se dignó a bajarse de su
condición de Dios para hacerse Hombre, para regalarnos la salvación, pagando
nuestro rescate. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0Rz_x3exWFRg_gBLmU1yLh7tU0k3aigIfI_BOkb95cloPK5bldAlag66zsb_z8wK66wrKp_OoUN_xxcY5u7JN4eLDTPV0q4IskiTCElBDEQtbC6A0p7GKP0-_Pq5UkG3rQ2t1tXs1195gxdrwuSl5OtVIHxH2-lqh-S8FhuRIjzYf4UpvUF2r6B_FcQ/s1024/slide_1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0Rz_x3exWFRg_gBLmU1yLh7tU0k3aigIfI_BOkb95cloPK5bldAlag66zsb_z8wK66wrKp_OoUN_xxcY5u7JN4eLDTPV0q4IskiTCElBDEQtbC6A0p7GKP0-_Pq5UkG3rQ2t1tXs1195gxdrwuSl5OtVIHxH2-lqh-S8FhuRIjzYf4UpvUF2r6B_FcQ/w400-h300/slide_1.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nos dice San Pablo en su Carta a Timoteo: “No hay sino un
solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, Hombre El
también, que se entregó como rescate por todos”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Recordemos, entonces, los importantes consejos que nos traen
las Lecturas de hoy: Recto uso de los bienes materiales... Sagacidad en la vida
espiritual para ser fieles a Dios ... El verdadero negocio es la Vida
Eterna: nuestra salvación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Fuentes:<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Homilias.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Evengeli.org</span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-70835449772685777332022-09-04T14:32:00.003+02:002022-09-04T14:32:40.864+02:00«El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5jFawOXb-duhvyHZ4X8opgKftEcbY6Gz7Ue7rgHNoNiF58j2e7LA6J9ZMo_47NHMlNJeC70QTp641B5SGJDcCoT4fYN7o3e-Oj__jlKvGpJimLVNVNzdNvy2uwuijoJRzGnx4tUpFA-T_sjS_gYhYU6yK9dri3pvPM7W46wuit-fKiJMW7-WNGgDf7w/s1280/Lc-14-25-33-1280x720%20%20portada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5jFawOXb-duhvyHZ4X8opgKftEcbY6Gz7Ue7rgHNoNiF58j2e7LA6J9ZMo_47NHMlNJeC70QTp641B5SGJDcCoT4fYN7o3e-Oj__jlKvGpJimLVNVNzdNvy2uwuijoJRzGnx4tUpFA-T_sjS_gYhYU6yK9dri3pvPM7W46wuit-fKiJMW7-WNGgDf7w/w400-h225/Lc-14-25-33-1280x720%20%20portada.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, Jesús nos indica el lugar que debe ocupar el prójimo en
nuestra jerarquía del amor y nos habla del seguimiento a su persona que debe
caracterizar la vida cristiana, un itinerario que pasa por diversas etapas en
el que acompañamos a Jesucristo con nuestra cruz: «Quien no lleve su cruz
detrás de mí no puede ser discípulo mío» (Lc 14,27).<br />
<br />
¿Entra Jesús en conflicto con la Ley de Dios, que nos ordena honrar a nuestros
padres y amar al prójimo, cuando dice: «Si alguno viene conmigo y no pospone a
su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus
hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío» (Lc 14,26)?
Naturalmente que no. Jesucristo dijo que Él no vino a derogar la Ley sino a
llevarla a su plenitud; por eso Él da la interpretación justa. Al exigir un
amor incondicional, propio de Dios, declara que Él es Dios, que debemos amarle
sobre todas las cosas y que todo debemos ordenarlo en su amor. En el amor a
Dios, que nos lleva a entregarnos confiadamente a Jesucristo, amaremos al
prójimo con un amor sincero y justo. Dice san Agustín: «He aquí que te arrastra
el afán por la verdad de Dios y de percibir su voluntad en las santas
Escrituras».<br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-HRaLqsrufBQ2kUyMr6pDIUkGh9eS8-KXbM8dRTWmj22grH6XZLxC8iG2a2g-9jS1f3oHE5WNHWY5YT9FCzQ7c5x6JKIHKX2jY4HmKs4B2RjNaBPzxrbvdTjNmqIo6xRc-KIySDkaMwAIvs-7xn-fKt-MBgxD_Elyw2S28JSSkxUL_3WglZEJfS2OFg/s682/FOTO-1.webp" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="455" data-original-width="682" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-HRaLqsrufBQ2kUyMr6pDIUkGh9eS8-KXbM8dRTWmj22grH6XZLxC8iG2a2g-9jS1f3oHE5WNHWY5YT9FCzQ7c5x6JKIHKX2jY4HmKs4B2RjNaBPzxrbvdTjNmqIo6xRc-KIySDkaMwAIvs-7xn-fKt-MBgxD_Elyw2S28JSSkxUL_3WglZEJfS2OFg/w400-h266/FOTO-1.webp" width="400" /></a><br /><br /><br />
La vida cristiana es un viaje continuo con Jesús. Hoy día, muchos se apuntan,
teóricamente, a ser cristianos, pero de hecho no viajan con Jesús: se quedan en
el punto de partida y no empiezan el camino, o abandonan pronto, o hacen otro
viaje con otros compañeros. El equipaje para andar en esta vida con Jesús es la
cruz, cada cual con la suya; pero, junto con la cuota de dolor que nos toca a
los seguidores de Cristo, se incluye también el consuelo con el que Dios
conforta a sus testigos en cualquier clase de prueba. Dios es nuestra esperanza
y en Él está la fuente de vida.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Lucas (14,25-33):</span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsRMg2KBfOAq15OSHAqcsvYnNm7pSh07Hsc_Ei6xxUhz8Wb5FiW4Z2lKcrAjzD64252UL7cQ02JO0ZwErkP_4kNzcI-DosqXOkEs-ySg39-WAEqZBR1TC4XLNmYcTZL-3LOmm9G_SJXcptsWL5Va-4Aueyuy79g1Sv8kYQRWfmiFuoe7f6bxYIqFmlTA/s320/2013-domingo-xxxiii-to-14-320%20%20evangelio.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="240" data-original-width="320" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsRMg2KBfOAq15OSHAqcsvYnNm7pSh07Hsc_Ei6xxUhz8Wb5FiW4Z2lKcrAjzD64252UL7cQ02JO0ZwErkP_4kNzcI-DosqXOkEs-ySg39-WAEqZBR1TC4XLNmYcTZL-3LOmm9G_SJXcptsWL5Va-4Aueyuy79g1Sv8kYQRWfmiFuoe7f6bxYIqFmlTA/w400-h300/2013-domingo-xxxiii-to-14-320%20%20evangelio.webp" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
<br />
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:<br />
«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus
hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser
discípulo mío.<br />
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.<br />
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a
calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los
cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran,
diciendo:<br />
“Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.<br />
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar
si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil?<br />
Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir
condiciones de paz.<br />
Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no
puede ser discípulo mío».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><br /></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdi9Qw8s2KY4AH4geFzHR0_4ooSe-aen1VOfxwvNOM2abNWe5Ev6yraQh4IsyNY1Mw5PQMxC_UWD6tBhbYB8ZblQp0TlP4fJYqsNOYnq7g82KhQgEsp94vJQdrrLgKLK4CyPJ_aJLyvzuA3ao9cknJl8WQPm52wGqJZx7JwnlhU6rabYgkZrPqt2SQIg/s1024/ED4_crWXoAAZrwC%20comentario.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdi9Qw8s2KY4AH4geFzHR0_4ooSe-aen1VOfxwvNOM2abNWe5Ev6yraQh4IsyNY1Mw5PQMxC_UWD6tBhbYB8ZblQp0TlP4fJYqsNOYnq7g82KhQgEsp94vJQdrrLgKLK4CyPJ_aJLyvzuA3ao9cknJl8WQPm52wGqJZx7JwnlhU6rabYgkZrPqt2SQIg/w400-h300/ED4_crWXoAAZrwC%20comentario.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Dios es exigente. “Dios es un Dios exigente”, dijo
Juan Pablo II a la juventud venezolana en 1985. De allí que si queremos
seguir a Dios debemos estar dispuestos a darlo todo por Él y a preferirlo a Él
primero que a todo y primero que a todos. Así de claro. Lo dijo el
Papa Juan Pablo II, pero también lo atestigua la Sagrada Escritura.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a
su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún,
a sí mismo, no puede ser mi discípulo” (Lc 14, 25-33).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">No podemos creer que estamos siguiendo a Cristo si
preferimos otras cosas o personas más que a Él. Y esto significa ponerlo
a Él por encima de cualquier otro afecto, por más genuino que sea, por más
natural que sea. Así sea el de los padres, el de los hijos o el del
cónyuge. No se trata de no amar a los nuestros, sino de saber que primero
viene Él y después todo lo demás, inclusive uno mismo. Bien lo sabe el
Señor y bien lo sabemos nosotros -si nos revisamos bien- que el más consentido
de todos nuestros amores es uno mismo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esta exigencia significa posponer todo, pues Dios va
primero. Y en comparación de Dios, “todo” es “nada”. El “todo”
también incluye todos los bienes. Y los “bienes” no son sólo los
materiales: son todos. La inteligencia y el entendimiento (modos de
pensar y de razonar); la voluntad (deseos, planes, proyectos, etc.)
Inclusive la libertad que Él mismo nos dio, si no la usamos para poner a Dios
en primer lugar, no la estamos usando bien.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcd07Trq9lhMFIFrmkv3j1xK8Bb1lyOSW4Rcf9j8WsihlEjk5O4S7F0QUWs-lqMz4o_lcAHtU9e7OqW6V_0OiQmX8ZNhlKehvya6RSGSPJ9SVnpJsobuF2D9kT0O5tkoZyfXRSOwn800I3Asi9g48WfvkkuQx30KOc7j83FGlk6cYh0RAwq9LBnuiNBA/s1024/Lo+mismo+vosotros_+el+que+no+renuncia+a+todos+sus+bienes+no+puede+ser+disc%C3%ADpulo+m%C3%ADo..jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcd07Trq9lhMFIFrmkv3j1xK8Bb1lyOSW4Rcf9j8WsihlEjk5O4S7F0QUWs-lqMz4o_lcAHtU9e7OqW6V_0OiQmX8ZNhlKehvya6RSGSPJ9SVnpJsobuF2D9kT0O5tkoZyfXRSOwn800I3Asi9g48WfvkkuQx30KOc7j83FGlk6cYh0RAwq9LBnuiNBA/w400-h225/Lo+mismo+vosotros_+el+que+no+renuncia+a+todos+sus+bienes+no+puede+ser+disc%C3%ADpulo+m%C3%ADo..jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Toda esta exigencia requiere un primer “sí” definitivo a
Dios: rendirnos ante Él, darle un “cheque en blanco”. Y ese “sí” inicial
tiene que irse repitiendo a lo largo de nuestra vida. Como el “sí” de
María en la Anunciación, el cual repitió a lo largo de su vida, hasta en la
Cruz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es lo que llamamos tener perseverancia. Y Dios nos
hace saber que el camino no es fácil. Él no nos engaña. La Biblia
no nos promete la felicidad perfecta en esta vida. No nos dice que será
un camino fácil. Por el contrario, nos advierte que será un camino de
cruz: “Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo” (Lc 14,
27).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero podría suceder que lo que antes nos entusiasmaba, luego
nos resulte indiferente, fastidioso y hasta insoportable. Y esas
fluctuaciones podrían llevarnos a la inconstancia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por eso el Señor nos advierte de antemano, para que al dar
el primer “sí”, sepamos que no podemos estar volteando hacia atrás: “Todo el
que pone la mano en el arado y mira para atrás, no sirve para el Reino de Dios”
(Lc 9, 62).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y nos pide que calculemos bien, pues no quiere que nos
entusiasmemos en un momento inicial y luego queramos volver a una vida
aparentemente más fácil -según la medida del mundo, que -por cierto- no es la
medida de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3GTpA-PWOTeWxJ13qoNVm2HlgdwWQHfzou4CUKepDozftJAu8yV4H_bfIlsW9JexN0UclPdEUqiFrbsJEmbXmKMbyQa9LAkgnBPoIzGM0pXMJfTUzFYLtywws5PCt8Ay5MDw8J1clSnXeP0stiAScxTXuYbXY6mV_0uLzbV5oHDycWSrtH3dOiPE4lg/s1280/seguidores-de-jesus%20face.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3GTpA-PWOTeWxJ13qoNVm2HlgdwWQHfzou4CUKepDozftJAu8yV4H_bfIlsW9JexN0UclPdEUqiFrbsJEmbXmKMbyQa9LAkgnBPoIzGM0pXMJfTUzFYLtywws5PCt8Ay5MDw8J1clSnXeP0stiAScxTXuYbXY6mV_0uLzbV5oHDycWSrtH3dOiPE4lg/w400-h225/seguidores-de-jesus%20face.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Para demostrar esto nos ha puesto el ejemplo de un
constructor que comienza una torre sin calcular su costo y ve que no puede terminarla.
Y advierte el Señor que, si cava los cimientos y luego no puede acabarla, todos
se burlarán de ese constructor que no tiene constancia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nos habla también de un rey que va a combatir a otro y al no
haber calculado bien el número de soldados con que cuenta, tiene que rendirse
antes de haber siquiera comenzado el combate.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">De allí que la virtud de la perseverancia sea tan necesaria
en la vida espiritual, porque habrá obstáculos, vendrán dificultades, surgirán
persecuciones, y ninguno de esos inconvenientes puede ser excusa para no
continuar. Y es que no se puede interrumpir el camino hacia Dios por las
molestias que puedan presentarse.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Para que perseveremos hasta el final siempre están las
gracias (las ayudas gratuitas de Dios). “No les han tocado pruebas
superiores a las fuerzas humanas. Dios no les puede fallar y no permitirá
que sean tentados por encima de sus fuerzas. Él les dará, al mismo tiempo
que la tentación, los medios para resistir” (1 Cor 10, 13).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Espíritu Santo nos infunde la virtud de la constancia y
de la perseverancia, para mantener nuestro “sí” inicial. Las pruebas y
las tentaciones no van a faltar, pero sirven justamente para crecer en
santidad. Y crecemos en santidad utilizando las gracias que tenemos
para ejercitarnos en esas virtudes. De allí que San Pablo nos
entusiasme con esta afirmación: “Nos sentimos seguros hasta en las pruebas,
sabiendo que de la prueba resulta la paciencia, de la paciencia el mérito, y el
mérito es motivo de esperanza” (Rom 5, 3-4).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">De eso se trata. De crecer en constancia,
perseverancia, paciencia y esperanza. Esperanza de alcanzar la gloria, de
llegar a la meta, levantándonos nuevamente si es que llegamos a
desfallecer. Se trata de ser perseverantes hasta el final, no importa las
circunstancias por las que tengamos que pasar. Es lo que se denomina
“perseverancia final”, que nos lleva a mantenernos firmes hasta el momento de
nuestra muerte, que es nuestro paso a la Vida Eterna.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzuyuicg__Knj-vPxxoTDZWtWSr16lvWadL9p-sPW1g35gn5xZIHT_hN--mbTJVQzMR_eiodt8LSzIJs_l5I1R6UNTGn66tK2OugDUFClxuTQcbNqvGt1Zx4GOKA6561W2d8qapET41bgAMe6_RlB4Ju0h8-hIjf22IHjkGueq_kScTLXUIzYUBlZxrQ/s1280/maxresdefault%20%20faceb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzuyuicg__Knj-vPxxoTDZWtWSr16lvWadL9p-sPW1g35gn5xZIHT_hN--mbTJVQzMR_eiodt8LSzIJs_l5I1R6UNTGn66tK2OugDUFClxuTQcbNqvGt1Zx4GOKA6561W2d8qapET41bgAMe6_RlB4Ju0h8-hIjf22IHjkGueq_kScTLXUIzYUBlZxrQ/w400-h225/maxresdefault%20%20faceb.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero para llegar al final, al Cielo, Dios nos dice cuál es
el cálculo que tenemos que hacer: saber que tenemos que renunciar a todo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esa es su exigencia cuando nos dice al concluir el Evangelio
de hoy: “Cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser
mi discípulo”. Dios es exigente: Él, que es “Todo”, quiere
“todo”. Y lo quiere, porque sabe que eso que consideramos nosotros
nuestro “todo” realmente no es “nada”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Entre los bienes que debemos renunciar están también los
bienes materiales. Pero esa “renuncia” es más bien de desapego, de no
tener esos bienes como ídolos que sustituyan a Dios. O, en el espíritu
del Evangelio de hoy, de no tenerlos colocados por encima de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Aunque hay vocaciones especiales, como los Sacerdotes,
Religiosos y Religiosas, cuyos votos requieren que no tengan bienes materiales
propios y que su vida sea un ejemplo de austeridad y pobreza. Para los
laicos, esa renuncia no significa que no podamos tener bienes materiales
propios. La renuncia que nos pide el Señor a todos consiste en que
coloquemos esos bienes materiales en su sitio: no pueden ser sustitutos de
Dios, ni tampoco pueden estar colocados por encima de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Primera Lectura (Sb 9, 13-19) nos ayuda a tener
esta actitud de desprendimiento de los bienes materiales, de los seres queridos
y de nosotros mismos, pues nos ubica a los seres humanos en nuestra realidad,
en nuestro valor si nos comparamos con la grandeza de Dios y su poder: “¿Quién
es el hombre que puede conocer los designios de Dios? ¿Quién es el que
puede saber lo que Dios tiene dispuesto?”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Se nos recuerda que somos hechos de barro y que ese
barro “entorpece nuestro entendimiento”. De allí que sólo podamos
conocer los designios de Dios, si al darnos su Sabiduría, recibimos su Santo
Espíritu de lo alto, para iluminar nuestro torpe entendimiento humano.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sólo con esa Sabiduría podremos llegar a la salvación
eterna. Y esa Sabiduría nos hace entender que Dios es primero que todo y
que todos. Es la manera de llegar a la meta y de tener esa
perseverancia final.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Salmo 89 también canta las grandezas del Señor
y nos ayuda a calcular el valor de nuestra vida en la tierra: “Tú haces volver
al polvo a los hombres... Mil años son para ti como un día que ya pasó, como
una breve noche... Nuestra vida es como un sueño, semejante a la hierba que
florece en la mañana y por la tarde se marchita”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Salmo nos lleva, entonces, a pedir esa Sabiduría, al
darnos cuenta lo poco que es esta vida y lo poco que somos nosotros, así como
lo mucho que es Dios: “Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos...
Que tus hijos puedan mirar tus obras y tu gloria”. Amén.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3UMTHpNmRNdE1q66D7JJ9xyBgcUNCl6AOlk-DhGBswEaq9avC8mIqZFwKDvEZ0VpZ33EpemEJIvTTS4lB54ENBdxqlUH2UTSO8eQQBOzDTnvASbfIwtZLirzxNfdSKEyWgZ1npb5q14C-dMF3aloGfxm8LcZU8F9cCIj_7HJbLZqVn0I4s25sZ23T0Q/s1200/DrZIzr7W4AA1iD7.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="850" data-original-width="1200" height="284" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3UMTHpNmRNdE1q66D7JJ9xyBgcUNCl6AOlk-DhGBswEaq9avC8mIqZFwKDvEZ0VpZ33EpemEJIvTTS4lB54ENBdxqlUH2UTSO8eQQBOzDTnvASbfIwtZLirzxNfdSKEyWgZ1npb5q14C-dMF3aloGfxm8LcZU8F9cCIj_7HJbLZqVn0I4s25sZ23T0Q/w400-h284/DrZIzr7W4AA1iD7.jpg" width="400" /></a></div><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Segunda Lectura (Flm 1, 9-10; 12-17) completa
una historia interesante, en la que vemos cómo, al comienzo de la Iglesia, la
fe y la vida en Cristo iba haciendo que los esclavos fueran dejando de ser
“objetos” o personas inferiores. Sucedía, entonces, que muchos cristianos iban
concediendo libertad a sus esclavos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La historia de Onésimo, nombre frecuente entre los esclavos,
pues significa “útil”, es que éste se escapa de casa de su amo, Filemón de
Colosas, y llega a Roma. Allí encuentra a Pablo, al que había conocido
casa de Filemón. Pablo está preso, pero con libertad condicionada, por lo
que podía salir, pero acompañado por un guardia. Onésimo se convierte y
es bautizado. Pablo lo hace regresar donde su patrón con esta
carta. San Pablo nos hace ver que tal era la libertad interior que daba
la vida en Cristo, que ya no era de tanta trascendencia ser esclavo o
libre (cf. 1 Cor 7, 17-24).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Fuentes:<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Evangeli.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Homilias.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-17360423106410442602022-08-28T20:49:00.000+02:002022-08-28T20:49:20.489+02:00«Los invitados elegían los primeros puestos» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNSLda8dJLb8PZ6URfzL_HP2tWE21nWnIySjbiTPx7gk7MsmqnxreVu9Ps9iCugB3JTHdyHgfLpHfg2NtJedSjmhrTqF3Q94OaCTAJ3eHS8JjmNv-SwTXh1yAtYaDk-0m8ngqtrQuUyog04e7WRosOu1hEzY1paD_RCOCoknG_MCD9LqGciSk2g4hyWQ/s318/descarga%20portada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="159" data-original-width="318" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNSLda8dJLb8PZ6URfzL_HP2tWE21nWnIySjbiTPx7gk7MsmqnxreVu9Ps9iCugB3JTHdyHgfLpHfg2NtJedSjmhrTqF3Q94OaCTAJ3eHS8JjmNv-SwTXh1yAtYaDk-0m8ngqtrQuUyog04e7WRosOu1hEzY1paD_RCOCoknG_MCD9LqGciSk2g4hyWQ/w400-h200/descarga%20portada.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, Jesús nos da una lección magistral: no busquéis el
primer lugar: «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el
primer puesto» (Lc 14,8). Jesucristo sabe que nos gusta ponernos en el primer
lugar: en los actos públicos, en las tertulias, en casa, en la mesa... Él
conoce nuestra tendencia a sobrevalorarnos por vanidad, o todavía peor, por
orgullo mal disimulado. ¡Estemos prevenidos con los honores!, ya que «el
corazón queda encadenado allí donde encuentra posibilidad de fruición» (San León
Magno).<br />
<br />
¿Quién nos ha dicho, en efecto, que no hay colegas con más méritos o con más
categoría personal? No se trata, pues, del hecho esporádico, sino de la actitud
asumida de tenernos por más listos, los más importantes, los más cargados de
méritos, los que tenemos más razón; pretensión que supone una visión estrecha
sobre nosotros mismos y sobre lo que nos rodea. De hecho, Jesús nos invita a la
práctica de la humildad perfecta, que consiste en no juzgarnos ni juzgar a los
demás, y a tomar conciencia de nuestra insignificancia individual en el
concierto global del cosmos y de la vida.<br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9KnyPt4LucyFR9t_HHN-qsWNDcYatqlUrBcsGg5dTnspvRWt_j2Ed8paWg3Dba0eEEZBtmjXwIjHZDb4DZCTMl20HIrESEyr8ycJ5G1Ka1N-IjV0O3E4SdauesFPnvJhtsi-OAL-xLAfVWgAP70n6WwOwvApF2AeLueWVY7OGuPgoFjRWAJT4vxoeLQ/s584/lucas-14-11.webp" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="389" data-original-width="584" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9KnyPt4LucyFR9t_HHN-qsWNDcYatqlUrBcsGg5dTnspvRWt_j2Ed8paWg3Dba0eEEZBtmjXwIjHZDb4DZCTMl20HIrESEyr8ycJ5G1Ka1N-IjV0O3E4SdauesFPnvJhtsi-OAL-xLAfVWgAP70n6WwOwvApF2AeLueWVY7OGuPgoFjRWAJT4vxoeLQ/w400-h266/lucas-14-11.webp" width="400" /></a><br /><br /><br /><br />
Entonces, el Señor, nos propone que, por precaución, elijamos el último sitio,
porque, si bien desconocemos la realidad íntima de los otros, sabemos muy bien
que nosotros somos irrelevantes en el gran espectáculo del universo. Por tanto,
situarnos en el último lugar es ir a lo seguro. No fuera caso que el Señor, que
nos conoce a todos desde nuestras intimidades, nos tuviese que decir: «‘Deja el
sitio a éste’, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto» (Lc
14,9).<br />
<br />
En la misma línea de pensamiento, el Maestro nos invita a ponernos con toda
humildad al lado de los preferidos de Dios: pobres, inválidos, cojos y ciegos,
y a igualarnos con ellos hasta encontrarnos en medio de quienes Dios ama con
especial ternura, y a superar toda repugnancia y vergüenza por compartir mesa y
amistad con ellos.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Lucas (14,1.7-14):<br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[endif]--></span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqcSRcySttKOo4eh2yesOUspFlPThI6_m3zbHJxDvzjPBfx8uwHI41kiAZipKxgkJLg_gVDmtIcGJ7dlvY3CfKSxMacqLFSW6KN3AoHJuHkXcgpnsK4a27AenBpT2c_a34mwRTeC19pHA7KAdJDZPvcYZFjmeA_QkD5KJsbE_toV09zNufUix36fYhpA/s640/Lucas-141.7-11%20%20EVANGELIO.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="320" data-original-width="640" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqcSRcySttKOo4eh2yesOUspFlPThI6_m3zbHJxDvzjPBfx8uwHI41kiAZipKxgkJLg_gVDmtIcGJ7dlvY3CfKSxMacqLFSW6KN3AoHJuHkXcgpnsK4a27AenBpT2c_a34mwRTeC19pHA7KAdJDZPvcYZFjmeA_QkD5KJsbE_toV09zNufUix36fYhpA/w400-h200/Lucas-141.7-11%20%20EVANGELIO.webp" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
En sábado, Jesús entró en casa de uno de los principales fariseos para comer y
ellos lo estaban espiando.<br />
Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una
parábola:<br />
«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea
que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a
ti y al otro, y te diga:<br />
“Cédele el puesto a este”.<br />
Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.<br />
Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que,
cuando venga el que te convidó, te diga:<br />
“Amigo, sube más arriba”.<br />
Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.<br />
Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será
enaltecido».<br />
Y dijo al que lo había invitado:<br />
«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos,
ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote,
y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y
ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la
resurrección de los justos».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAwdvb2z7vuINAKMT-QvUM191FakaKvmtM9FrBx-fT0o6nMX7FsnwbWzwEoWVjXsdtxcdOGUmX-TqqkG5C5vQILnxxJHpmv_pnJG35XEFyEQG9e5GJ38qp5-u0tBbb5JKwyASLo4ovW9dySO_t9UuzPiIaZS7rWkL26t3rvbSvmlTZscSsSFF5GoolNw/s232/images%20%20grande.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="232" data-original-width="217" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAwdvb2z7vuINAKMT-QvUM191FakaKvmtM9FrBx-fT0o6nMX7FsnwbWzwEoWVjXsdtxcdOGUmX-TqqkG5C5vQILnxxJHpmv_pnJG35XEFyEQG9e5GJ38qp5-u0tBbb5JKwyASLo4ovW9dySO_t9UuzPiIaZS7rWkL26t3rvbSvmlTZscSsSFF5GoolNw/w374-h400/images%20%20grande.jpg" width="374" /></a></b></div><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las Lecturas del día de hoy van dirigidas a hacernos
reflexionar sobre la humildad. Y la humildad es esa virtud que nos lleva
a reconocer lo que realmente somos. Por eso Santa Teresa de Jesús decía
que la humildad es andar en verdad. Es decir: la Humildad
es vernos tal cual somos. Es saber y reconocer lo que valemos ante Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿qué somos ante Dios? ... ¿Cuánto valemos ante Dios? ...
¿Somos capaces de ser algo sin Dios, que nos creó, nos mantiene vivos, y
derrama todas las gracias que necesitamos para llegar a Él y para gozar de Él
para toda la eternidad?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Responder estas preguntas adecuadamente; es comenzar a andar
en verdad. Es apenas comenzar a darnos cuenta de lo que es ser
humilde. Y luego de ese reconocimiento de nuestro “cero” valor ante Dios,
luego de reconocer que nada valemos ante Dios... luego de eso... nos
queda un larguísimo trecho para llegar a ser humildes, para andar ese camino de
la humildad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y es muy importante saber que ese camino de la humildad es
equivalente al camino de santidad, que nos lleva a Dios, que nos lleva al
Cielo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Todos tenemos que ser santos. Es lo que Dios nos
pide... para eso nos ha creado: para ser santos; es decir, para vivir de
acuerdo a Su Voluntad. San José de Calasanzs decía: “Si quieres ser
santo, sé humilde. Si quieres ser muy santo, sé muy humilde”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La humildad es el fundamento de todas las demás
virtudes. Lo contrario de la humildad es el orgullo. Así que, si la
humildad es el fundamento de todas las demás virtudes, se deduce que el orgullo
es la raíz de todos los pecados. Y es la raíz del pecado, porque -si
aplicamos al orgullo las palabras de Santa Teresa sobre la Humildad- resulta
ser que orgullo es no andar en verdad.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi33DgFA94NeFkYX-t_NS2oDVKtOocQ--dToBIuvh-wFrw6MWZZLSzpgiZSNDIu3RQfN3PVUabR1-yv9nLlWqHYDbp94nB7bmqHKce-haor5kOJdK2Op8pRnI1NCbLe_n_LBdtDMNnXDXw8wCUBOkWnfBxjxmLUYbn7N4td62RSVNvN78kb6wp9eCaiAw/s1280/maxresdefault.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi33DgFA94NeFkYX-t_NS2oDVKtOocQ--dToBIuvh-wFrw6MWZZLSzpgiZSNDIu3RQfN3PVUabR1-yv9nLlWqHYDbp94nB7bmqHKce-haor5kOJdK2Op8pRnI1NCbLe_n_LBdtDMNnXDXw8wCUBOkWnfBxjxmLUYbn7N4td62RSVNvN78kb6wp9eCaiAw/w400-h225/maxresdefault.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El orgullo es básicamente creernos - no-dependientes de
Dios. Y el creernos - no-dependientes de Dios nos lleva al
pecado... Y lo que es peor: nos puede llevar a justificar el pecado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por eso la Primera Lectura del Libro del Eclesiástico (Sir.
3, 19-21 y 30-31) nos dice así: “No hay remedio para el hombre orgulloso,
porque ya está arraigado en la maldad”. Es decir: está arraigado en el
pecado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y “no hay remedio” se refiere a nuestro camino
hacia Dios. Es decir: no podremos llegar a Dios y a la felicidad eterna,
si no reconocemos nuestro justo valor ante Dios... (es decir: que nada
valemos ante Él). Y tampoco podremos llegar si no reconocemos nuestra
total dependencia de Él... en t o d o.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">También nos recomienda el Libro del Eclesiástico que debemos
hacernos pequeños, y que sólo Dios es poderoso. Sin embargo, en problema
está en que la humildad es una virtud despreciada por el mundo y al orgullo se
le da un gran valor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y esto no debe sorprendernos porque el mundo nos vende lo
contrario a lo que Dios desea. El mundo es regido por “el príncipe
de este mundo” -que es uno de los nombres que da la Sagrada
Escritura al Demonio. Este nos engaña, y nos hace creer todo lo contrario
a lo que Dios desea.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El mundo nos vende la idea de que los primeros puestos son
los mejores. El mundo nos vende la idea de que las glorias humanas y los
reconocimientos humanos son muy importantes. El mundo nos vende la idea
de que los privilegios y el poder son muy necesarios. El mundo nos vende
la idea de que creernos una gran cosa es algo bueno.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg0MFvE5CN963Dqr7A29Qpi_tkYp60Kl23IcR9YxBw6ezwqRcZi8EvTZzTBrwGMwqCeLBbDgvy-no-OmIzT8kKtZEFUCHV7mhyfTc6GmRFikMfmz8dYNz6hslBhzYtA6qIPgbYSqLjubrIrQvem93LUdoJhLHToUfz-77isNI6tQkyoFTYz6aXKHf8wQ/s800/evangelio_255.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="800" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg0MFvE5CN963Dqr7A29Qpi_tkYp60Kl23IcR9YxBw6ezwqRcZi8EvTZzTBrwGMwqCeLBbDgvy-no-OmIzT8kKtZEFUCHV7mhyfTc6GmRFikMfmz8dYNz6hslBhzYtA6qIPgbYSqLjubrIrQvem93LUdoJhLHToUfz-77isNI6tQkyoFTYz6aXKHf8wQ/w400-h250/evangelio_255.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Como vemos: todo lo contrario a lo que significa la
humildad, que es reconocer que nada somos y nada valemos ante Dios.
Y también de que nada podemos sin Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">A veces nos creemos muy capaces por nosotros mismos y muy
independientes de Dios... Y ¿nos hemos detenido a pensar -por ejemplo- si
podemos siquiera hacer palpitar nuestro corazón por nosotros mismos? ¿Qué
sucede cuando Dios no hace palpitar nuestro corazón? ... ¿Qué sucede? ...
Sabemos lo que sucede ¿no? ... ¿Cómo, entonces, podemos vivir
independientemente de Dios, buscando hacer nuestra voluntad y no la de Dios?
... ¿Cómo? ...<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y el mundo últimamente nos está vendiendo una idea que se
nos ha metido por todos lados... ¡hasta en la Iglesia! ... Ustedes reconocerán
este nuevo término muy moderno, porque se repite por todos lados:
“auto-estima”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La llamada auto-estima es todo lo contrario a lo que es la
humildad. Recordemos que nada valemos ante Dios... nada somos sin
Dios. De nuestra cuenta sólo podemos y sabemos pecar. No somos
capaces por nosotros mismos de hacer nada bueno.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Eso dice San Alfonso María de Ligorio. Y también dice:
“Cualquier bien que hagamos viene de Dios. Cualquier cosa buena que
tengamos pertenece a Dios”. Esa sí es la verdadera “auto-estima”: la
estima que me tengo por todo lo que Dios me ha dado y por todo lo que hace en
mí.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">San Ignacio de Loyola define la humildad como la renuncia de
tres cosas: renuncia a la propia voluntad, renuncia al propio
interés, y renuncia al propio amor. Y el propio amor o amor
propio es justamente la auto-estima que tanto se nos pregona, para
-supuestamente- poder ser felices.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_usB3fWsOLpd8ZGLH0rNkC7Fk307qfvj9Nix-yLOnJrVFJXowoEPcTSuApdhoBfgxn3x_-evDHwUJBEJYv_22mXcKNauJU2mJdQabo5vMPP5pKbajqWw-qMEBBBSZ0Qy3snHLbc8c8wcq6m101d4AjsQSWbvW09lwEy8RjlThcM33jzihnr4kOdUr-A/s1920/Los-convidados-a-las-bodas%20%20facebook.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_usB3fWsOLpd8ZGLH0rNkC7Fk307qfvj9Nix-yLOnJrVFJXowoEPcTSuApdhoBfgxn3x_-evDHwUJBEJYv_22mXcKNauJU2mJdQabo5vMPP5pKbajqWw-qMEBBBSZ0Qy3snHLbc8c8wcq6m101d4AjsQSWbvW09lwEy8RjlThcM33jzihnr4kOdUr-A/w400-h225/Los-convidados-a-las-bodas%20%20facebook.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Evangelio de hoy nos habla de los puestos. Y los
primeros puestos se refieren a esas cosas que nos vende el mundo:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">- Glorias, alabanzas, reconocimientos, poder, mando,
honores, privilegios, creerse grande, querer ser grande y poderoso, alardear de
lo mucho que sabemos, creer que podemos sin Dios, buscar ser reconocido, hacer
las cosas para que nos crean muy buenos y muy capaces, creernos mejores que los
demás, creernos que somos una gran cosa, creer que merecemos lo que tenemos y
muchas cosas más, confiar en las propias fuerzas y no en Dios, buscar hacer
nuestra propia voluntad y no la de Dios, etc., etc. Todas estas cosas nos
las vende el mundo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero la humildad es todo lo contrario: es hacer las
cosas porque Dios las quiere así ... es buscar la gloria de Dios y no la
propia…. es no buscar, ni reclamar honores ni reconocimientos ... es no hablar
de uno mismo, ni alardear lo mucho que somos y tenemos ... es saber que nada
podemos sin Dios ... es saber y reconocer que somos totalmente dependientes de
Dios ... es hacer las cosas como Dios quiere, sin buscar reconocimientos ... es
dar gracias a Dios por lo que somos, por lo que hacemos y por lo que tenemos
... es saber que nada podemos sin Dios, pues nuestra fuerza está en Dios.
Es creer, de verdad, que nada somos ante Dios y sin Dios nada somos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Ahora bien, debemos tener en cuenta que la humildad no
consiste en negar las cualidades que Dios nos ha dado, sino en saber y en
reconocer que todo nos es dado por Dios. Todo lo que tenemos nos viene de
Dios. Pero el orgullo nos hace creer que esas cosas las logramos nosotros
mismos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es así, entonces, como reconociendo nuestra verdad, “andando
en verdad”, se cumple lo que el Señor dice en el Evangelio: “el que se humilla
será engrandecido”. De no ser así, nos sucederá lo contrario: “el que se
engrandece será humillado”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgG9qhWUhlpynaDeBYFEVa4kiRjMbjYXMU0NPKSQGnsA1AMm66_woe9dv_WIFlzISi6VsfRgcBobleOgF85QnoW670FCTvxMM0LGK_CxyUduzAfme32YdLp9n_JrcybRksMz2LPicmrJHI2YpEoKBedJYMeo2BPLc5NFQI7VbtmF8XGmT6H-fiYELGK7g/s311/descarga.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="162" data-original-width="311" height="208" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgG9qhWUhlpynaDeBYFEVa4kiRjMbjYXMU0NPKSQGnsA1AMm66_woe9dv_WIFlzISi6VsfRgcBobleOgF85QnoW670FCTvxMM0LGK_CxyUduzAfme32YdLp9n_JrcybRksMz2LPicmrJHI2YpEoKBedJYMeo2BPLc5NFQI7VbtmF8XGmT6H-fiYELGK7g/w400-h208/descarga.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así, podremos llegar a ser de esos “espíritus justos
que alcanzaron la perfección” de los cuales nos habla San Pablo en la
Segunda Lectura (Hb 12, 18-19 y 22-24). Son los Santos... Y
todos ellos han sido humildes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Salmo 67, nos recuerda la grandeza de
Dios y la pequeñez humana, las cosas que Dios hizo por su pueblo y que siempre
hace por nosotros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Fuentes:<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Evangeli.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Homilias.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-26971710881885984622022-08-15T12:08:00.002+02:002022-08-15T12:15:54.569+02:00Solemnidad de la Asunción de Santa María Virgen llena de Gloria!!<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_fcXuLwWkR74sgldxB4g6-Hzuoyo3SuCO4oV9Nix7crL6vne4hMS4L1Pb2aNkhmFkQuHS4G_XQQfGWH1cJ6HHbtglwO5YtFJlmfxJWri9HeVGtZYkhwQzzTHt9a7OSK0gNZngAz9EDHqdseLMk46DYGdkvw37T1z9tL8q54WvuHSkd-AZKeXMM1YmcA/s277/images%20(3).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="182" data-original-width="277" height="263" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_fcXuLwWkR74sgldxB4g6-Hzuoyo3SuCO4oV9Nix7crL6vne4hMS4L1Pb2aNkhmFkQuHS4G_XQQfGWH1cJ6HHbtglwO5YtFJlmfxJWri9HeVGtZYkhwQzzTHt9a7OSK0gNZngAz9EDHqdseLMk46DYGdkvw37T1z9tL8q54WvuHSkd-AZKeXMM1YmcA/w400-h263/images%20(3).jpg" width="400" /></a><br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">«Proclama
mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador»<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">Hoy celebramos la solemnidad de la Asunción de Santa María
en cuerpo y alma a los cielos. «Hoy —dice san Bernardo— sube al cielo la Virgen
llena de gloria, y colma de gozo a los ciudadanos celestes». Y añadirá estas
preciosas palabras: «¡Qué regalo más hermoso envía hoy nuestra tierra al cielo!
Con este gesto maravilloso de amistad —que es dar y recibir— se funden lo
humano y lo divino, lo terreno y lo celeste, lo humilde y lo sublime. El fruto
más granado de la tierra está allí, de donde proceden los mejores regalos y los
dones de más valor. Encumbrada a las alturas, la Virgen Santa prodigará sus
dones a los hombres».<br />
<br />
El primer don que te prodiga es la Palabra, que Ella supo guardar con tanta
fidelidad en el corazón, y hacerla fructificar desde su profundo silencio
acogedor. Con esta Palabra en su espacio interior, engendrando la Vida para los
hombres en su vientre, «se levantó María y se fue con prontitud a la región
montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel»
(Lc 1,39-40). La presencia de María expande la alegría: «Apenas llegó a mis
oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno» (Lc 1,44), exclama
Isabel.<br /><br /> </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDD2f9x6DbnNEtGdiQ-JM9J9aMAuSDJkKQnWebF7-5bC8XoiWGttmXEgBTbyGLx1QYTW60kGYTIp5Mnys31nIDWXo_5PaRlyCBDhzZa0J7Ab3sBlgpenoisd_0WxmicDQbA0PWPbS-FbN3/s1600/descarga.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="272" data-original-width="185" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDD2f9x6DbnNEtGdiQ-JM9J9aMAuSDJkKQnWebF7-5bC8XoiWGttmXEgBTbyGLx1QYTW60kGYTIp5Mnys31nIDWXo_5PaRlyCBDhzZa0J7Ab3sBlgpenoisd_0WxmicDQbA0PWPbS-FbN3/s400/descarga.jpg" width="272" /></a></div>
<br /><br /><br /><o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">Sobre todo, nos hace el don de su alabanza, su misma alegría
hecha canto, su Magníficat: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi
espíritu se alegra en Dios mi Salvador...» (Lc 1,46-47). ¡Qué regalo más
hermoso nos devuelve hoy el cielo con el canto de María, hecho Palabra de Dios!
En este canto hallamos los indicios para aprender cómo se funden lo humano y lo
divino, lo terreno y lo celeste, y llegar a responder como Ella al regalo que
nos hace Dios en su Hijo, a través de su Santa Madre: para ser un regalo de
Dios para el mundo, y mañana un regalo de nuestra humanidad a Dios, siguiendo
el ejemplo de María, que nos precede en esta glorificación a la que estamos
destinados.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 18pt; line-height: 115%;">La
Fiesta de la Asunción de la Virgen María<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 18pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 18pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 18pt; line-height: 115%;"> </span></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5ic0duAe2rVMmkE3L_tRAz4gqGuRPidRmE7VhemOR8HLd9vg64uuHsuA6jWBxGDuNAHXalaQoHKo6A1wLPpKjKuTQVbNms_55b06K61E2gwb5JxtbCtQlDTbVF-4TlBlfIcXMLROLfU3S/s1600/murillo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="757" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5ic0duAe2rVMmkE3L_tRAz4gqGuRPidRmE7VhemOR8HLd9vg64uuHsuA6jWBxGDuNAHXalaQoHKo6A1wLPpKjKuTQVbNms_55b06K61E2gwb5JxtbCtQlDTbVF-4TlBlfIcXMLROLfU3S/s400/murillo.jpg" width="295" /></a></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 18pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 18pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">La fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, se
celebra en toda la Iglesia el 15 de agosto. Esta fiesta tiene un doble
objetivo: La feliz partida de María de esta vida y la asunción de su cuerpo al
cielo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">“En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María:
ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el
camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad
con él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra; seguirlo cada día,
incluso en los momentos en que sentimos que nuestras cruces resultan pesadas.
María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con
claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la
comunión de alegría y de paz con Dios”. Homilía de Benedicto XVI (2010)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 20pt; line-height: 115%;">Oda a
la Asunción de la Virgen María<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaZpBAgrQMNe6eiGwPdJc2EEpI0_GEKTX-kxwlJs5cpj_SY89UJugFRzvNJmNa2l4k_rmITadpupEkpvJlgEUbUY14dnqjWZJ8u4MKwNJUncv2436VCVdWKzvjUEGoN7PKsGppH9omNZ9N/s1600/asuncion.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1350" data-original-width="931" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaZpBAgrQMNe6eiGwPdJc2EEpI0_GEKTX-kxwlJs5cpj_SY89UJugFRzvNJmNa2l4k_rmITadpupEkpvJlgEUbUY14dnqjWZJ8u4MKwNJUncv2436VCVdWKzvjUEGoN7PKsGppH9omNZ9N/s400/asuncion.jpg" width="275" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">Al cielo vais, Señora,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">y allá os reciben con alegre canto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">¡Oh quién pudiera ahora<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">asirse a vuestro manto<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">para subir con vos al monte santo!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">De ángeles sois llevada<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">de quien servida sois desde la cuna,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">de estrellas coronada:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">¡Tal Reina habrá ninguna,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">pues os calza los pies la blanca luna!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">Volved los blancos ojos,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">ave preciosa, sola humilde y nueva,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">a este valle de abrojos,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">que tales flores lleva,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">do suspirando están los hijos de Eva.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">Que, si con clara vista,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">miráis las tristes almas desde el suelo,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">con propiedad no vista,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">las subiréis de un vuelo,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">como piedra de imán al cielo, al cielo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16pt; line-height: 115%;">Amén<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br />San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-61706493621695081012022-08-14T20:06:00.000+02:002022-08-14T20:06:16.032+02:00«¿Creéis que he venido a traer paz a la tierra?» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaKCQx5sXilcHH-tFcPx4RnAWBYXqaqr_fU96Z_fTknLWyz6h34plI3j6pDX3D9X6xQ2Jl5tePQ2xbpkT3RdzXdt72wKzden9eno6MMg3HjXMyNgQ9Na66DSO51aH8HkxFNPk5zJ61e2A-o3Qabxx12nWIQMl6DZufK5eypsxJO4x7GFBfZH6mnQ24wA/s284/descarga%20portada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="177" data-original-width="284" height="249" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaKCQx5sXilcHH-tFcPx4RnAWBYXqaqr_fU96Z_fTknLWyz6h34plI3j6pDX3D9X6xQ2Jl5tePQ2xbpkT3RdzXdt72wKzden9eno6MMg3HjXMyNgQ9Na66DSO51aH8HkxFNPk5zJ61e2A-o3Qabxx12nWIQMl6DZufK5eypsxJO4x7GFBfZH6mnQ24wA/w400-h249/descarga%20portada.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy -de labios de Jesús- escuchamos afirmaciones
estremecedoras: «He venido a encender fuego en el mundo» (Lc 12,49); «¿creéis
que he venido a traer paz a la tierra? Pues os digo que no, sino división» (Lc
12,51). Y es que la verdad divide frente a la mentira; la caridad ante el
egoísmo, la justicia frente a la injusticia…<br />
<br />
En el mundo -y en nuestro interior- hay mezcla de bien y de mal; y hemos de
tomar partido, optar, siendo conscientes de que la fidelidad es
"incómoda". Parece más fácil contemporizar, pero a la vez es menos
evangélico.<br />
<br />
Nos tienta hacer un "evangelio" y un "Jesús" a nuestra
medida, según nuestros gustos y pasiones. Hemos de convencernos de que la vida
cristiana no puede ser una pura rutina, un "ir tirando", sin un
constante afán de mejorar y de perfección. Benedicto XVI ha afirmado que
«Jesucristo no es una simple convicción privada o una doctrina abstracta, es
una persona real cuya entrada en la historia es capaz de renovar la vida de
todos».<br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgREgjO0KrM1PYOrL-zLsqhz7gOi1lbVBZQpShRqZumDHLGdwq9AIhlBXCWPJhGjOJ639ye1Q3islFfCIQ4wEw2cytRHVQqKWh2Xb0UV5YwACYKDyWPmG25EgJWy6eZJlY05BUIPZOP0r9F0QPyFIJwTegrquajXbDTZKCFgeYFcd6qF8KUSRCOiNorSQ/s226/images.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="223" data-original-width="226" height="395" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgREgjO0KrM1PYOrL-zLsqhz7gOi1lbVBZQpShRqZumDHLGdwq9AIhlBXCWPJhGjOJ639ye1Q3islFfCIQ4wEw2cytRHVQqKWh2Xb0UV5YwACYKDyWPmG25EgJWy6eZJlY05BUIPZOP0r9F0QPyFIJwTegrquajXbDTZKCFgeYFcd6qF8KUSRCOiNorSQ/w400-h395/images.jpg" width="400" /></a><br /><br /><br />
El modelo supremo es Jesús (hemos de "tener la mirada puesta en Él",
especialmente en las dificultades y persecuciones). Él aceptó voluntariamente
el suplicio de la Cruz para reparar nuestra libertad y recuperar nuestra
felicidad: «La libertad de Dios y la libertad del hombre se han encontrado
definitivamente en su carne crucificada» (Benedicto XVI). Si tenemos presente a
Jesús, no nos dejaremos abatir. Su sacrificio representa lo contrario de la
tibieza espiritual en la que frecuentemente nos instalamos nosotros.<br />
<br />
La fidelidad exige valentía y lucha ascética. El pecado y el mal constantemente
nos tientan: por eso se impone la lucha, el esfuerzo valiente, la participación
en la Pasión de Cristo. El odio al pecado no es cosa pacífica. El reino del
cielo exige esfuerzo, lucha y violencia con nosotros mismos, y quienes hacen
este esfuerzo son quienes lo conquistan (cf. Mt 11,12).<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Lucas (12,49-53):</span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEi2jSyEvxiH0vOqpzMi3Jado1lgGd6Zd7ibJ7XhK3SE7IaE53H_N2pulVN2joWnIrTfjVcRTH45hZJQhwYq993tzEkANINHE-D4nKteMYHb-8G-83lPcEqdrs3odFKzBksNlQXMreljaVjG4UlHFTx1hcOHvSWV5-VZDqt30fkBSq4WmKaAeiHIxArg/s800/Lucas-1249-53%20%20evangelio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="800" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEi2jSyEvxiH0vOqpzMi3Jado1lgGd6Zd7ibJ7XhK3SE7IaE53H_N2pulVN2joWnIrTfjVcRTH45hZJQhwYq993tzEkANINHE-D4nKteMYHb-8G-83lPcEqdrs3odFKzBksNlQXMreljaVjG4UlHFTx1hcOHvSWV5-VZDqt30fkBSq4WmKaAeiHIxArg/w400-h200/Lucas-1249-53%20%20evangelio.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />
«He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo!
Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se
cumpla!<br />
¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. Desde ahora
estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán
divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la
hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la
suegra».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9nTLafzXEGbTGRYEYSs4nJEZvMADrtoauXMP4V3jaw1kziUa6-sa1xQuhRN6lKeFuytkE6bwQVA97GsniTVcGbSMZ7fTp4c9lNtT9LJo9D9rotBhrvATj7HFR9UtqThsdNxYU4ICXR20cb0phsMF4NF6VDX9VS1sUFWv2IQenVgA2d4M3r_LCEffoRw/s638/He%20venido%20a%20traer%20Fuego%20a%20este%20mundo%20%20comentario.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="479" data-original-width="638" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9nTLafzXEGbTGRYEYSs4nJEZvMADrtoauXMP4V3jaw1kziUa6-sa1xQuhRN6lKeFuytkE6bwQVA97GsniTVcGbSMZ7fTp4c9lNtT9LJo9D9rotBhrvATj7HFR9UtqThsdNxYU4ICXR20cb0phsMF4NF6VDX9VS1sUFWv2IQenVgA2d4M3r_LCEffoRw/w400-h300/He%20venido%20a%20traer%20Fuego%20a%20este%20mundo%20%20comentario.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las Lecturas de hoy nos hablan de dos temas conflictivos,
por ser desagradables: la persecución y la división. Y por más que
queramos soslayarlos, no nos es posible.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Tampoco podemos soslayar un grave comentario de Jesús,
acerca de la división en la familia, que nos trae el Evangelio de hoy:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
“No he venido a traer la paz,
sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia,
estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el
padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la
hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”
(Lc 12, 49-53).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cómo puede ser esto? ¿No dijeron los Ángeles que
anunciaron el Nacimiento del Salvador: “Paz a los hombres” (Lc 2, 14)?
¿No nos habló varias veces Jesús de llevar la Paz, de ser pacíficos,
etc.? ¿No nos dijo: “Mi Paz les dejo; mi Paz les doy” (Jn 14, 27)?
Ciertamente. Así nos dijo. Pero, enseguida explicó: “La Paz que Yo
les doy no es como la que da el mundo” (Mt 14, 27).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Paz de Jesús no es como la del mundo. La paz que
nos ofrece el mundo es una paz ficticia, incompleta, equívoca, engañosa...
Porque en el mundo las cosas no son como las de Dios. En el mundo la paz
puede ser un balance entre violencias opuestas. ¿Y eso es Paz? En
el mundo la paz puede ser la ley del más fuerte. ¿Y eso es Paz? En
el mundo la paz puede provenir del acuerdo en unas conversaciones. ¿Y eso
es Paz? En el mundo la paz puede ser una aparente serenidad. ¿Y eso
es Paz?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Paz que Cristo nos vino a traer es muy distinta a la del
mundo. Muy distinta. Cristo vino a traer la salvación. Y la
salvación puede trastornar la paz según el mundo, porque hay unos que buscan a
Cristo y su causa -la salvación de la humanidad-, y hay otros que no. He
allí la división a la cual se refiere Jesús en este Evangelio: los que
están con Él y su causa, y los que no están con Él y con su causa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg65baNZ7lM7Xsfiru_ZHgxITatNhQWFKW61lql_x_BTlCFA8JTDHhhFZx4o2q2d3kZxBbTFRDn6vXu83hnDG5STie3OVBJdhQ3LpoPixk4qMUEoCucrdHJPaAVcl9t3h9rHwQ5bjY_fp2AH-8ycVrPW0loUNscJ3u_nbTqZiQ7YfWKA0kZz4ID-mzzUg/s400/he-venido-a-prender-fuego-en-el-mundo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="214" data-original-width="400" height="214" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg65baNZ7lM7Xsfiru_ZHgxITatNhQWFKW61lql_x_BTlCFA8JTDHhhFZx4o2q2d3kZxBbTFRDn6vXu83hnDG5STie3OVBJdhQ3LpoPixk4qMUEoCucrdHJPaAVcl9t3h9rHwQ5bjY_fp2AH-8ycVrPW0loUNscJ3u_nbTqZiQ7YfWKA0kZz4ID-mzzUg/w400-h214/he-venido-a-prender-fuego-en-el-mundo.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y esa división puede darse en una nación, entre amigos... o
en una familia. Es verdad que la Fe puede ser factor de unión, pero
cuando hay algunos que no la acogen puede ser también factor de división.
Muchas veces cuando alguno o algunos responden al llamado de Cristo de seguirlo
de verdad, sincera y profundamente como Cristo nos pide, pueden esos seguidores
convertirse en “signo de contradicción” para los demás... incluso para
los más cercanos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“¡Estás muy fanático!” “¡Has perdido
objetividad!” “¡Ya no hablas sino de Dios!” Y termina por darse el
distanciamiento, la separación, la división.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Ahora bien, ¿quién es el que se está separando? ¿Quién
está causando la división? ¿El que sigue a Cristo o el que no?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El que se divide es aquél que no sigue a Cristo. De
allí que el seguidor de Cristo se siente apartado de los que no Lo están
siguiendo. Y pueden ser amigos, parientes o de la propia familia. Y
esa división significa que alguno o algunos están haciendo lo que hay que
hacer, pues le están siguiendo a Él, Camino, Verdad y Vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Entonces ... ¿nos quedamos sin familia? ¿Nos quedamos
sin padres, ni hermanos, ni hijos? La respuesta es otra sorpresa del
Señor:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
“‘¿Quiénes son mi madre y
mis hermanos? E indicando con la mano a sus discípulos, dijo: ‘Estos son mi
madre y mis hermanos’. Porque todo el que cumple la voluntad de mi Padre
que está en los Cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre’” (Mt 12, 48-49).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjy-C0ldaHMI_0sKIlR9K3k59PG7aZbPb39HCNdjEcN-EzrTsXUbn_gR2XF9LGvlx3_xd4ZuA9udPMYtLO7CnFrfbcPHY4yQWJgta6PR09Ekqd5QaD35MdYoAvxFWmShX5WoL8HxD6XD5OTHqlzOYF97KtuB80ode9anGh1tsnkcNnr4VE_PSjcuONf_w/s1080/tumblr_obwfmqdcGh1uu9ll7o1_1280.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1080" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjy-C0ldaHMI_0sKIlR9K3k59PG7aZbPb39HCNdjEcN-EzrTsXUbn_gR2XF9LGvlx3_xd4ZuA9udPMYtLO7CnFrfbcPHY4yQWJgta6PR09Ekqd5QaD35MdYoAvxFWmShX5WoL8HxD6XD5OTHqlzOYF97KtuB80ode9anGh1tsnkcNnr4VE_PSjcuONf_w/w400-h266/tumblr_obwfmqdcGh1uu9ll7o1_1280.jpg" width="400" /></a></div><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La “familia”, entonces, termina siendo quien hace la
Voluntad de Dios. Son todos los que siguen a Cristo en su entrega a la
Voluntad del Padre. Puede ser que en esa “familia” estén incluidos
algunos o todos los miembros de mi familia. Pueda ser que por un tiempo
no estén mis familiares y luego más tarde sí. Lo importante es saber
-porque así nos lo dice Cristo- que la familia de Dios, su “familia”, está
formada por aquéllos que hacen Su Voluntad. De otra forma, la división es
inevitable.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Toda división trae sufrimiento y ese sufrimiento purifica a
quien pretende seguir a Cristo y ve que los suyos no hacen lo mismo.
Sufre porque los suyos no están en el Camino que es Cristo. Sufre porque
no puede compartir con ellos la Verdad que es Cristo. Sufre porque los
suyos no viven la Vida que es Cristo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">De allí que el Señor en el comienzo del Evangelio de hoy nos
diga antes de hablarnos de esta dolorosa división: “Vine a traer fuego a la
tierra. Y cómo quisiera que estuviera ya ardiendo” (Lc 12, 49). Es
el fuego purificador de su Palabra. Es el fuego purificador de la acción
del Espíritu Santo en el mundo y en cada uno de nosotros. Es el fuego
purificador del sufrimiento, cualquiera que sea, pero muy especialmente del
causado por seguirlo a Él.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Primera Lectura (Jer 38, 4-6. 8-10) nos habla
de la persecución del Profeta Jeremías. Lo perseguían porque consideraban
que desanimaba al pueblo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La posición de Jeremías era comprometedora -como la de todos
los Profetas- porque los planes de Dios distan mucho de los de los
hombres. Y los modos de Dios pueden ser a veces incomprensibles. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Dios estaba pidiendo al pueblo hebreo que se rindiera ante
la invasión extranjera de los Caldeos, pero es Jeremías quien tiene que hacer
la proposición. “Aunque pierda todo, el que se entregue a los
Caldeos, salvará su vida”. Una proposición anti-patriótica. Pero
Dios es el que sabe cómo guía a su pueblo. Jeremías cumple con su misión
de anunciar y de aconsejar lo impopular. Por eso lo apresan y lo condenan
a morir en la fosa. Pero Dios lo salva de manera imprevista. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sin embargo, Jeremías tuvo que sufrir mucho a causa de su
misión como Profeta durante 40 años. Jeremías tuvo muchas dificultades en
el servicio a Dios, pues le tocó informarle a los últimos Reyes de Judá de los
desastres que le venían a Jerusalén, a causa de sus pecados. Por las
pruebas que tuvo que sufrir, se considera el Profeta que más se parece a Cristo
sufriente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Salmo 38 expresa la situación de Jeremías. Puede
ser la nuestra también, cuando nos encontramos en peligro en nuestra vida
espiritual: “Esperé en el Señor con gran confianza ... Del charco fangoso
y la fosa mortal me puso a salvo”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsOx91csQob32XIm8rKqWjWvUiB2mGSDKE0BoCeZhzDM6vudvz_RyKWn3WS42hFVfN6WqKKvjEMu2rzYkZa5c3R9xsut6PSpGwEy2ab11NBYNcvdcCldGaLLcgXoaoC6qR2n7hfC1ZCr42_H_kHYZ17GYur8IMpbHRor7hhcAaL-uP-zMfrabq3BCrGw/s299/descarga.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="168" data-original-width="299" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsOx91csQob32XIm8rKqWjWvUiB2mGSDKE0BoCeZhzDM6vudvz_RyKWn3WS42hFVfN6WqKKvjEMu2rzYkZa5c3R9xsut6PSpGwEy2ab11NBYNcvdcCldGaLLcgXoaoC6qR2n7hfC1ZCr42_H_kHYZ17GYur8IMpbHRor7hhcAaL-uP-zMfrabq3BCrGw/w400-h225/descarga.jpg" width="400" /></a></div><br /><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En la Segunda Lectura (Hb 12, 1-4) también se nos
habla de persecución: la de Jesús. “Aceptó la cruz, sin temor
a la ignominia ... Mediten, pues, en el ejemplo de Aquél que quiso sufrir tanta
oposición de parte de los pecadores”. También nos anuncia posibles
martirios a los cuales hay que estar dispuestos, pues algunas persecuciones
pueden llegar a esos extremos: “todavía no han llegado a derramar su sangre en la
lucha contra el pecado”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Fuentes:<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Homilia.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;">Evangeli.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 9.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-47698881576730931022022-08-07T19:37:00.003+02:002022-08-07T19:37:38.597+02:00«También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX8HDdxOOiG0ag6hzcQbDCtAxensd9pnn-aq0xKfvDklJuCl8ypex3qCu7DMUiGNCWAbckZC6Bsz4oVqDYcOI6JbwnzcQ9vmzG3hI1uPDJqocS-9lkzszupo_y9F-QnEVsO3y1jrFdh4S6xQkiqvjfT2Inu-Lu348xsFVkFqqZjwTw2FZfuwvQGz850w/s960/evangelio-11%20%20portada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="960" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX8HDdxOOiG0ag6hzcQbDCtAxensd9pnn-aq0xKfvDklJuCl8ypex3qCu7DMUiGNCWAbckZC6Bsz4oVqDYcOI6JbwnzcQ9vmzG3hI1uPDJqocS-9lkzszupo_y9F-QnEVsO3y1jrFdh4S6xQkiqvjfT2Inu-Lu348xsFVkFqqZjwTw2FZfuwvQGz850w/w400-h250/evangelio-11%20%20portada.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p><br /></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, el Evangelio nos recuerda y nos exige que estemos en
actitud de vigilia «porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del
hombre» (Lc 12,40). Hay que vigilar siempre, debemos vivir en tensión,
“desinstalados”, somos peregrinos en un mundo que pasa, nuestra verdadera
patria la tenemos en el cielo. Hacia allí se dirige nuestra vida; queramos o
no, nuestra existencia terrenal es proyecto de cara al encuentro definitivo con
el Señor, y en este encuentro «a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho;
y a quien se confió mucho, se le pedirá más» (Lc 12,48). ¿No es, acaso, éste el
momento culminante de nuestra vida? ¡Vivamos la vida de manera inteligente,
démonos cuenta de cuál es el verdadero tesoro! No vayamos tras los tesoros de
este mundo, como tanta gente hace. ¡No tengamos su mentalidad!<br />
<br />
Según la mentalidad del mundo: ¡tanto tienes, tanto vales! Las personas son
valoradas por el dinero que poseen, por su clase y categoría social, por su
prestigio, por su poder. ¡Todo eso, a los ojos de Dios, no vale nada! Supón que
hoy te descubren una enfermedad incurable, y que te dan como máximo un mes de
vida,... ¿qué harás con tu dinero?, ¿de qué te servirán tu poder, tu prestigio,
tu clase social? ¡No te servirá para nada! ¿Te das cuenta de que todo eso que el
mundo tanto valora, en el momento de la verdad, no vale nada? Y, entonces,
echas una mirada hacia atrás, a tu entorno, y los valores cambian totalmente:
la relación con las personas que te rodean, el amor, aquella mirada de paz y de
comprensión, pasan a ser verdaderos valores, auténticos tesoros que tú —tras
los dioses de este mundo— siempre habías menospreciado.<br />
<br />
¡Ten la inteligencia evangélica para discernir cuál es el verdadero tesoro! Que
las riquezas de tu corazón no sean los dioses de este mundo, sino el amor, la
verdadera paz, la sabiduría y todos los dones que Dios concede a sus hijos
predilectos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Lucas (12,32-48):</span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi31OgnSFuK6oelWUce-ioCHIe7wYZ_CdV1wiSOpGkeo7tZgIh3_fN6gLa20bPVAIGd6qiXlaBIvVXmC3zeviUYTXFrPBh_ioo_-hPHzcQ9ozgdTB-kY2V5bT72INT518TeyCdvum2o6gYuj_Rc308e6IfivBF2-NstTzMEaUVgaVcxZyRlwrhY6pcbCA/s934/Foto_principal_evangelio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="623" data-original-width="934" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi31OgnSFuK6oelWUce-ioCHIe7wYZ_CdV1wiSOpGkeo7tZgIh3_fN6gLa20bPVAIGd6qiXlaBIvVXmC3zeviUYTXFrPBh_ioo_-hPHzcQ9ozgdTB-kY2V5bT72INT518TeyCdvum2o6gYuj_Rc308e6IfivBF2-NstTzMEaUVgaVcxZyRlwrhY6pcbCA/w400-h266/Foto_principal_evangelio.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />
«No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el
reino.<br />
Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un
tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la
polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.<br />
Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los
hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas
venga y llame.<br />
Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre
en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y,
acercándose, les irá sirviendo.<br />
Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así,
bienaventurados ellos.<br />
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría
y no le dejaría abrir un boquete en casa.<br />
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene
el Hijo del hombre».<br />
Pedro le dijo:<br />
«Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?».<br />
Y el Señor dijo:<br />
«¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente
de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?<br />
Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre
portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.<br />
Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y
empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse,
vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo
castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.<br />
El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de
acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha
hecho algo digno de azotes, recibirá menos.<br />
Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más
aún se le pedirá».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj80W0qc4biKBe3H4v5FGL_phsHUZF0KwL3LADMdENjgfC--8JKRTIgeIiPRdjfSDcZM7TfmmtcFTxH34C5stUKMBWm9R-TZKfjXP-8pr_xX8_e65kBvc6xSYHpsm457FwZA36Wo5fSAJ0Z7TwSpKBAX_g_MB0Kb3PcOqMDMNljfoQVMmqhpyh3q3x2ag/s1030/pan-de-vida-1030x515%20%20COMENTARIO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="515" data-original-width="1030" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj80W0qc4biKBe3H4v5FGL_phsHUZF0KwL3LADMdENjgfC--8JKRTIgeIiPRdjfSDcZM7TfmmtcFTxH34C5stUKMBWm9R-TZKfjXP-8pr_xX8_e65kBvc6xSYHpsm457FwZA36Wo5fSAJ0Z7TwSpKBAX_g_MB0Kb3PcOqMDMNljfoQVMmqhpyh3q3x2ag/w400-h200/pan-de-vida-1030x515%20%20COMENTARIO.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Fe es un don de Dios. Es cierto. La Fe es una
virtud. También es cierto. La Fe es un acto de la voluntad.
Cierto también. Pero la Fe es, además, de acuerdo a las Lecturas de hoy,
una actitud muy inteligente, porque por medio de la Fe recibimos por adelantado
lo que esperamos poseer. ¿Que... cómo es esto?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nos dice la Segunda Lectura: “La fe es la forma de poseer,
ya desde ahora, lo que se espera y de conocer las realidades que no se ven” (Hb
11, 1-2.8-19). Y ¿qué es lo que esperamos? Nada menos que el Reino
de Dios. Y eso tendremos... si creemos... y si actuamos de acuerdo a esa
Fe. Jesús mismo nos lo ha prometido al comienzo del Evangelio de hoy: “No
temas, rebañito mío, porque mi Padre ha tenido a bien darte el Reino” (Lc 12,
32-48).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En las Lecturas de este domingo vemos, entonces, la conexión
entre la Fe y la Esperanza. Esperamos porque creemos, ya que lo que
esperamos no lo vemos ... al menos no claramente. Por la Fe creemos,
entonces, en lo que no se ve. Creemos en lo que aceptamos como verdad,
aun sin comprobar. Creemos, además, en lo que esperamos recibir en la
Vida que nos espera después de esta vida, aunque no lo veamos y aunque no lo
podamos comprobar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es decir, por la Fe podemos comenzar a gustar desde aquí lo
que vamos a recibir Allá. Podemos comenzar a recibir por adelantado lo
que luego tendremos en forma perfecta. Podemos comenzar a disfrutar en
forma velada lo que se llama la “Visión Beatífica”, el ver a Dios “cara a
cara” (1 Cor 13, 12), “tal cual es” (1 Jn 3, 2). De allí que la Iglesia
Católica se atreva a decirnos en el Catecismo: “La Fe es, pues, ya el comienzo
de la Vida Eterna” (CIC # 163).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“Ahora, sin embargo, caminamos en la Fe, sin ver todavía” (2
Cor 5, 7), y conocemos a Dios “como en un espejo y en forma opaca,
imperfecta, pero luego será cara a cara. Ahora solamente conozco en
parte, pero entonces le conoceré a El como El me conoce a Mí” (1 Cor 13,
12-13). (cf. CIC #164)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_vIB-Ge0rDKhl2Ou8FWgjM4uitrGM6k4_-wuvSpAydCVNGWNMZ6UuEaAVPaJ6w1unMCvdAo-4jARWb9YqxeKcmp967f0S05rRBxD8HP9AYZiZ3Ck84Dw7rFmGT1C7tbTglZa-D8wTaflEiorJeqG8D70OjT_Hnatkk0G12SprI4qwlP3F8exfHsYC-g/s600/150920182216240-g.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="326" data-original-width="600" height="217" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_vIB-Ge0rDKhl2Ou8FWgjM4uitrGM6k4_-wuvSpAydCVNGWNMZ6UuEaAVPaJ6w1unMCvdAo-4jARWb9YqxeKcmp967f0S05rRBxD8HP9AYZiZ3Ck84Dw7rFmGT1C7tbTglZa-D8wTaflEiorJeqG8D70OjT_Hnatkk0G12SprI4qwlP3F8exfHsYC-g/w400-h217/150920182216240-g.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hay que vivir en Fe, aunque por ahora no podamos ver
claramente, sino en forma opaca, imperfecta. A veces la Fe puede hacerse
muy oscura. Puede ser puesta a prueba. Las circunstancias de nuestra
vida pueden tornarse difíciles y entonces lo que creemos por Fe y lo que
esperamos por Esperanza, podría opacarse, podría hasta esconderse. Es el
momento, entonces, de creer más aún, de afianzar nuestra Fe.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">De allí que mucha gente exclame ante ciertas situaciones: ¿Cómo
se puede vivir sin Fe? ¿Cómo hubiera hecho si no tuviera Fe?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sabemos que la Fe es un regalo de Dios. Y eso
significa que tenemos toda su ayuda para que creamos en lo que esperamos y para
que nuestra Fe no desfallezca nunca, aún en medio de las más complicadas
situaciones.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Entonces nos toca imitar la Fe de la Santísima Virgen María
que tuvo Fe en el momento increíble, pero gozoso, de la Anunciación. Y
esa Fe suya no desfalleció jamás, ni siquiera en los momentos más dolorosos del
sufrimiento de su Hijo, ni en el momento de su ausencia cuando lo colocó en el
sepulcro.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nuestra Fe tiene que ser como la de la Virgen. La Fe
no puede ser una actitud momentánea. La Fe no puede ir en marcha y
contramarcha. La Fe tiene que ir acompañada de la perseverancia... hasta
el final. Bien lo dice Jesucristo en el Evangelio de hoy: “Estén
listos con la túnica puesta y las lámparas encendidas... También ustedes estén
preparados, porque a la hora que menos lo piensen vendrá el Hijo del hombre”
(Lc 12, 32-48).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es seria esta advertencia del Señor: a la hora que
menos pensemos vendrá Jesucristo, bien porque nos llegue el día de nuestra
muerte, bien porque Él mismo venga en gloria a juzgar a vivos y muertos.
Y tenemos que estar preparados. Tenemos que vivir cada día de nuestra
vida en la tierra como si fuera el último día de nuestra vida. Es la
recomendación de ese gran Santo de la Iglesia, San Francisco de Sales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaziZmshZhqrS7OgqTn6IE_SiL-2RHwuHjfNGEVp2OSLU05pJaMC4lWgMpyPkchkL8DILVZlOYgaZLEEykn4QVi7QRgXK1wXdFLHj-jVoPx-9tvig0-9TP1YBwn049swFIYFYRZDArxk5ujnJw_te4yox5IqcwGy9EboAf3kSzOKaAwxUr9ModRoXY_A/s285/images%20(2).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="177" data-original-width="285" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaziZmshZhqrS7OgqTn6IE_SiL-2RHwuHjfNGEVp2OSLU05pJaMC4lWgMpyPkchkL8DILVZlOYgaZLEEykn4QVi7QRgXK1wXdFLHj-jVoPx-9tvig0-9TP1YBwn049swFIYFYRZDArxk5ujnJw_te4yox5IqcwGy9EboAf3kSzOKaAwxUr9ModRoXY_A/w400-h248/images%20(2).jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En el Evangelio, además de las advertencias mencionadas, el
Señor nos propone una parábola relativa a ese requerimiento de perseverancia y
de preparación constante que debemos tener. Nos habla de dos
administradores: uno honesto y diligente, y otro descuidado y
desleal. Nos dice que será dichoso aquél a quien el jefe lo encuentre
cumpliendo su deber. Pero el otro, el incumplido, parrandero e
irresponsable, “recibirá muchos azotes”, porque, conociendo la
voluntad de su amo, no la cumplió.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y luego Jesucristo hace la salvedad con respecto de aquéllos
que, sin conocer la voluntad de su amo hacen algo digno de castigo. Y nos
informa que ésos también recibirán azotes, pero serán pocos. ¿Qué
significa esto?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Jesús está refiriéndose al conocimiento que podemos tener
los seres humanos sobre lo que es bueno y lo que es malo. Los que no
saben lo que es la Voluntad de Dios, lo que es la Ley de Dios ¿por qué serán
castigados también? Nos dice que recibirán poco castigo, pero también
serán castigados.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Veamos... Todo hombre o mujer sabe por su conciencia lo que
es bueno y lo que es malo. De hecho, lo que llamamos “conciencia” es la
conexión que hay entre la Ley de Dios y nuestros actos. Y esa Ley de Dios
está inscrita en el corazón de cada uno de nosotros. Es lo que se llama
“Ley Natural”. La “conciencia” es, entonces, la aplicación de esa “Ley
Natural” -que Dios ha inscrito en cada corazón humano- a los pensamientos,
palabras y obras que realizamos los seres humanos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Ahora bien, el hecho de que tengamos una “conciencia”, no
hace que esa conciencia sea necesariamente correcta. ¡Es un error pensar
así! Podemos tener una conciencia correcta o podemos tener una conciencia
equivocada.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La conciencia equivocada es aquélla que, por ejemplo,
considera que es permitido robar o fornicar. Nuestra conciencia se va
formando por demasiadas informaciones contrapuestas -desde una propaganda
inmoral en televisión o una noticia mal interpretada que nos llega por
internet, hasta una Encíclica del Papa. Entonces, con tanta información
contrapuesta, es fácil ver cómo nuestra conciencia es capaz de errar. Es
decir, nuestra conciencia no siempre es infalible.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU7vKmEap8R1VplyBhQKocXVQG-Zq_VhTewQVLQbre7qFvLS8an3ukdDxanVVSyA03tifGtrmTI6AlsFvYESIYEeLx5UGiwKJTsNFk_zviSTDXtDbgVWLm_krv5xKZAHuLsCPWpHctQR5DTKYbEog4on6WY7BmeL75vkbcCgC501BDrPOeC3p_ir4NtA/s400/mateo-24-segunda-venida.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="277" data-original-width="400" height="278" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU7vKmEap8R1VplyBhQKocXVQG-Zq_VhTewQVLQbre7qFvLS8an3ukdDxanVVSyA03tifGtrmTI6AlsFvYESIYEeLx5UGiwKJTsNFk_zviSTDXtDbgVWLm_krv5xKZAHuLsCPWpHctQR5DTKYbEog4on6WY7BmeL75vkbcCgC501BDrPOeC3p_ir4NtA/w400-h278/mateo-24-segunda-venida.webp" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El caso que menciona Jesús en el Evangelio de hoy podría ser
el de una conciencia, que, sin llegar a ser totalmente errónea, podría ser
catalogada como una conciencia “laxa”. Este tipo de conciencia es aquélla
que es permisiva, que juzga como no tan ilícito lo ilícito, o como leve lo que
es grave.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿cómo puede llegarse a esto? Pues la persona
comienza por permitirse faltas no muy graves, con lo cual va haciendo que su
conciencia se haga algo insensible a ciertos pecados. También puede ser
que lleve una vida muy mundana, frívola y sensual, o que haya descuidado la
oración y los Sacramentos. La lujuria, por ejemplo, es un gran
oscurecedor de la recta conciencia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">De allí que toda persona tenga la obligación de formarse una
conciencia recta que esté de acuerdo a la verdad y a la Ley Divina, y no dejar
que su conciencia se haga “laxa” o se desvíe completamente hacia el error.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cómo lograr esto? Haciendo todo lo contrario a lo que
son causas de una conciencia “laxa”: evitar la mundaneidad, la frivolidad,
la sensualidad. Evitar la lujuria. Orar con perseverancia y llevar
una vida sacramental frecuente. Como mínimo la Misa de los domingos, pero
no limitarnos a ese requerimiento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Concluye Jesús diciéndonos en este Evangelio que “al
que mucho se le da, se le exigirá mucho, y al que mucho se le confía, se le
exigirá mucho más”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esto es muy justo y muy lógico, y no hay que tener temor a
las exigencias que nos vienen con las muchas gracias que nos da el Señor cuando
comenzamos a ponerlo a Él en el primer lugar, cuando comenzamos a “acumular
tesoros que no se acaban para el Cielo, allá donde no llega el ladrón, ni
carcome la polilla”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi46miwH-hMYeEOQW-mo8lNO5ho4mUB9n9IPIB1gepJYd3nZFp1Cj6sxdOOCx-mWTs2PE3_BhmDxsvV4MY687EoFi0o-BR_VP5H3K5gkj_Z9wSCwcX5NoCtfVpSc9tRnSRrsH22FHIeiaCb8s5JS2renoq1JU4vTcQohOVSmRAT-jSVioUC2kF0CIgs3A/s301/images%20(1).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="167" data-original-width="301" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi46miwH-hMYeEOQW-mo8lNO5ho4mUB9n9IPIB1gepJYd3nZFp1Cj6sxdOOCx-mWTs2PE3_BhmDxsvV4MY687EoFi0o-BR_VP5H3K5gkj_Z9wSCwcX5NoCtfVpSc9tRnSRrsH22FHIeiaCb8s5JS2renoq1JU4vTcQohOVSmRAT-jSVioUC2kF0CIgs3A/w400-h222/images%20(1).jpg" width="400" /></a></div><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Cuando verdaderamente nos dedicamos a las cosas de Dios, a
los “tesoros para el Cielo”, Dios nos regala muchas más cosas.
Y, ciertamente, nos exigirá según todas esas cosas que nos ha dado. Pero
... ¿qué importa que nos exija? Es como el alumno, bien preparado en una
materia, a quien no le importa que lo interroguen en cosas difíciles, pues está
bien preparado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Primera Lectura del Libro de la Sabiduría (Sb. 18,
6-9) nos habla también de la Fe. Nos presenta la noche de la
liberación del pueblo elegido, cautivo en Egipto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Los egipcios no creyeron la palabra de Dios y, tal como
había anunciado Yavé a través de Moisés, vieron morir a todos sus
primogénitos. En cambio, los hebreos, que sí creyeron en Dios, fueron
preservados de esta amenaza y pudieron salir en libertad hacia el desierto,
donde Yavé los guiaba para establecer su alianza con ellos, el pueblo elegido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sabemos que no siempre ese pueblo suyo le creyó y le fue
fiel a Dios, pero toda la historia de Israel en el desierto es una historia
basada en la fe o falta de fe de ese pueblo en Yavé, su Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLQziV9Iozjx3mrcuacB8NFJKoN8GVKZuyeA0Ohb0XpSwPk1mW_C0mwbK5PR1tEaV8WGnwRy1UMub1gSIhnNH8cPc8U6xyGSxvL4ef_nzYDBJCIq12AKsiTvPr3Pl0WLgbb3_pcffhhi61WR7xDk4YpZtvOR6W_fjzSGSgi-cUhbHN3Dzgy-G84Kfw_A/s1280/servo12_39-48-1280x720%20%20%20N.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLQziV9Iozjx3mrcuacB8NFJKoN8GVKZuyeA0Ohb0XpSwPk1mW_C0mwbK5PR1tEaV8WGnwRy1UMub1gSIhnNH8cPc8U6xyGSxvL4ef_nzYDBJCIq12AKsiTvPr3Pl0WLgbb3_pcffhhi61WR7xDk4YpZtvOR6W_fjzSGSgi-cUhbHN3Dzgy-G84Kfw_A/w400-h225/servo12_39-48-1280x720%20%20%20N.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En la Segunda Lectura se desarrolla el tema de la Fe en
varios momentos del pueblo elegido: desde Abraham hasta Isaac, hijo de
éste. Y este recuento nos debe llevar a que, en los momentos de dudas y
de exigencias, imitemos esa fe de Abraham.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">No en vano Abraham es considerado nuestro padre en la Fe,
porque creyó “esperando contra toda esperanza” (Rom 4, 18) y, en confianza
absoluta en Dios, “sin saber a dónde iba, partió hacia la tierra que
habría de recibir como herencia”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y cuando Dios lo puso a prueba, se dispuso a sacrificar a
Isaac, su hijo único, con el cual se debía cumplir la promesa que Dios mismo le
había hecho: una inmensísima descendencia que llevaría su nombre y que
sería tan grande como las estrellas del cielo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">A Abraham no le importó lo que Dios le estaba
pidiendo: simplemente confió en que, si Dios se lo pedía, Él sabría lo que
iba a hacer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así debe ser nuestra fe: confiada, tan confiada como la
de Abraham, quien confiaba hasta en que Dios podía cambiar su plan, podía
revertir su promesa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiguax2ojg3hLg37GAa0_VhbCB5IdAJqCBr5JEUuFYUC56Qmakvpm0-IwzmpNYc8BZX77oHWHZeAjRSO_H8Z3MUKHsUbxl3CwQXosS3RiQUjwgxyP73Hz2QIXo_ZxWUPW3l3_TUtDSm-M861u6IAEwMK1ekDg6m7m9IZQBzEwAmp7273zbq15ctyycBUw/s257/images.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="196" data-original-width="257" height="305" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiguax2ojg3hLg37GAa0_VhbCB5IdAJqCBr5JEUuFYUC56Qmakvpm0-IwzmpNYc8BZX77oHWHZeAjRSO_H8Z3MUKHsUbxl3CwQXosS3RiQUjwgxyP73Hz2QIXo_ZxWUPW3l3_TUtDSm-M861u6IAEwMK1ekDg6m7m9IZQBzEwAmp7273zbq15ctyycBUw/w400-h305/images.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Con el Salmo 32 celebramos lo que Dios hace con su
pueblo escogido, con nosotros, su Iglesia, con cada uno de nosotros.
Somos dichosos porque Él nos eligió. Y confiamos en que cuida a los que
confían en su bondad... aunque haya épocas de hambre. No importa.
El Señor nos salva de la muerte, pues en Él está nuestra esperanza. Si
confiamos en Él, nada importa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Fuentes:<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Homilia.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Evangeli.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-67123160790865020702022-07-31T20:30:00.000+02:002022-07-31T20:30:33.616+02:00«La vida de uno no está asegurada por sus bienes» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisAS2lD2WhZJvMvYLb-zy3yrn7cVLdo4zmYg8t2HcKmq9sw4Tja_vNCfAXHYZplIMjbwz574PNh2Ra82xhDGfFWv4GWXVdc4bFQJGpeTIfT6Iq9YuO_tOwf4cAyrE7prc7CL-aPFZ7Oir70bRa1v7NLMXuf1FdzLen1i23NscWNcgj9CLTWGa_OJ7kVQ/s245/images%20%20%20Portada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="206" data-original-width="245" height="336" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisAS2lD2WhZJvMvYLb-zy3yrn7cVLdo4zmYg8t2HcKmq9sw4Tja_vNCfAXHYZplIMjbwz574PNh2Ra82xhDGfFWv4GWXVdc4bFQJGpeTIfT6Iq9YuO_tOwf4cAyrE7prc7CL-aPFZ7Oir70bRa1v7NLMXuf1FdzLen1i23NscWNcgj9CLTWGa_OJ7kVQ/w400-h336/images%20%20%20Portada.jpg" width="400" /></a></div><p><br /></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, Jesús nos sitúa cara a cara con aquello que es
fundamental para nuestra vida cristiana, nuestra vida de relación con Dios:
hacerse rico delante de Él. Es decir, llenar nuestras manos y nuestro corazón
con todo tipo de bienes sobrenaturales, espirituales, de gracia, y no de cosas
materiales.<br />
<br />
Por eso, a la luz del Evangelio de hoy, nos podemos preguntar: ¿de qué llenamos
nuestro corazón? El hombre de la parábola lo tenía claro: «Descansa, come,
bebe, banquetea» (Lc 12,19). Pero esto no es lo que Dios espera de un buen hijo
suyo. El Señor no ha puesto nuestra felicidad en herencias, buenas comidas,
coches último modelo, vacaciones a los lugares más exóticos, fincas, el sofá,
la cerveza o el dinero. Todas estas cosas pueden ser buenas, pero en sí mismas
no pueden saciar las ansias de plenitud de nuestra alma, y, por tanto, hay que
usarlas bien, como medios que son.<br />
<br />
Es la experiencia de san Ignacio de Loyola, cuya celebración tenemos tan
cercana. Así lo reconocía en su propia autobiografía: «Cuando pensaba en cosas
mundanas, se deleitaba, pero, cuando, ya aburrido lo dejaba, se sentía triste y
seco; en cambio, cuando pensaba en las penitencias que observaba en los hombres
santos, ahí sentía consuelo, no solamente entonces, sino que incluso después se
sentía contento y alegre». También puede ser la experiencia de cada uno de
nosotros.<br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNAiCumgdF8k9jgZH8MkqlgmYpUGv8FxVCPR_ozbPUXcqEygQRpG6e3GUoby8nk1l6XmUIEhwllxms3Cq5XvuCPjAFjMkvX3TGSg4WY_TxuqK4LIUrIAi8WlBoWU12rhAE93sYbk1NMBTIukkJDdEaVFG_B65Tcvo5CX_pfnXCrEdiAY7qENYijemJ2Q/s1200/1102014677_univ_lsr_xl.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="1200" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNAiCumgdF8k9jgZH8MkqlgmYpUGv8FxVCPR_ozbPUXcqEygQRpG6e3GUoby8nk1l6XmUIEhwllxms3Cq5XvuCPjAFjMkvX3TGSg4WY_TxuqK4LIUrIAi8WlBoWU12rhAE93sYbk1NMBTIukkJDdEaVFG_B65Tcvo5CX_pfnXCrEdiAY7qENYijemJ2Q/w400-h200/1102014677_univ_lsr_xl.jpg" width="400" /></a><br /><br /><br />
Y es que las cosas materiales, terrenales, son caducas y pasan; por contraste,
las cosas espirituales son eternas, inmortales, duran para siempre, y son las
únicas que pueden llenar nuestro corazón y dar sentido pleno a nuestra vida
humana y cristiana.<br />
<br />
Jesús lo dice muy claro: «¡Necio!» (Lc 12,20), así califica al que sólo tiene
metas materiales, terrenales, egoístas. Que en cualquier momento de nuestra
existencia nos podamos presentar ante Dios con las manos y el corazón llenos de
esfuerzo por buscar al Señor y aquello que a Él le gusta, que es lo único que
nos llevará al Cielo.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Lucas (12,13-21):</span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEha-rkCN4CPQNMgxfoXiCmN-58eay9SnfAcatM42eHy8FTxFmfpGQZJYAqb-6fINyv1P77_PrvQYFsfOaoZD31Mb_TcwWd292e7HTJSeofonZFIAlWjw0aUuT7ngGKVTpsM11ksee1D5IuhFMYpdv9_lxf87fMMsw1fWFEt__o6m5p0sRNfHeMu779LjQ/s960/evangelio-04%20%20evangelio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="960" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEha-rkCN4CPQNMgxfoXiCmN-58eay9SnfAcatM42eHy8FTxFmfpGQZJYAqb-6fINyv1P77_PrvQYFsfOaoZD31Mb_TcwWd292e7HTJSeofonZFIAlWjw0aUuT7ngGKVTpsM11ksee1D5IuhFMYpdv9_lxf87fMMsw1fWFEt__o6m5p0sRNfHeMu779LjQ/w400-h250/evangelio-04%20%20evangelio.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
<br />
EN aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:<br />
«Maestro, dije a mi hermano que reparta conmigo la herencia».<br />
Él le dijo:<br />
«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».<br />
Y les dijo:<br />
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su
vida no depende de sus bienes».<br />
Y les propuso una parábola:<br />
«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar
cálculos, diciéndose:<br />
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo:<br />
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y
almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma
mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea
alegremente”.<br />
Pero Dios le dijo:<br />
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has
preparado?”.<br />
Así es el que atesora para SÍ y no es rico ante Dios».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><br /></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUvUmXctE0RVo5KfQzMH9Q39stgrwOz4ThPMYdI2jUu5yv2CPiBEh_IeWo1m2Mo1ihv_mYhn2nWgMJNOIPHhkktxbcjspILK5QCFj-ZN1LpBGc2bhBupq0Oe0TjtN1rYi7oMmWJBDQRjx8IJn38lSL9NS1DHIFn3PnGnLvCabUimWcob5Gd7PqEYwj3g/s900/PasionCristo_FlickrHumberpikeCC_BY_20_010218%20%20%20facebood.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="900" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUvUmXctE0RVo5KfQzMH9Q39stgrwOz4ThPMYdI2jUu5yv2CPiBEh_IeWo1m2Mo1ihv_mYhn2nWgMJNOIPHhkktxbcjspILK5QCFj-ZN1LpBGc2bhBupq0Oe0TjtN1rYi7oMmWJBDQRjx8IJn38lSL9NS1DHIFn3PnGnLvCabUimWcob5Gd7PqEYwj3g/w400-h223/PasionCristo_FlickrHumberpikeCC_BY_20_010218%20%20%20facebood.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las Lecturas de este Domingo nos hablan sobre los bienes
materiales y los bienes espirituales. Nos advierten acerca del peligro de
la avaricia, la cual es un pecado y un vicio relacionado con el apego a los
bienes materiales y con el deseo de tener mucho.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Primera Lectura del Libro del Eclesiastés (Qo 1, 2;
2, 21-23) nos insinúa la poca importancia que tienen los bienes materiales
y los afanes de este mundo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Segunda Lectura de San Pablo (Col 3, 1-5. 9-11) nos
invita muy claramente a ocuparnos “de los bienes de arriba, donde está
Cristo sentado a la derecha de Dios”. Es decir, nos habla San Pablo
de los bienes del Cielo, de los bienes que tienen relación con nuestra vida
espiritual, de los bienes que tenemos que buscar para llegar a nuestra meta,
que es el Cielo. Menciona también San Pablo la “avaricia”, “como una
forma de idolatría”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Idolatría es la adoración y el culto a dioses falsos.
¿Por qué, entonces, habla de la avaricia como idolatría? Porque el deseo
excesivo de bienes materiales, la satisfacción de necesidades inventadas o de
lujos innecesarios terminan por convertir al dinero en un dios falso, en una
cosa a la que se le rinde culto, porque se le pone por encima de todas las
demás cosas, por encima de los bienes espirituales, por encima de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Evangelio (Lc 12, 13-21) también nos habla de
la avaricia: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no
depende de la abundancia de los bienes que posea”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero... ¡qué difícil es no estar apegado a los bienes de
aquí abajo, a los bienes de la tierra: dinero, propiedades, comodidades, lujos,
gustos, placeres, seres queridos, etc.! Y si nos fijamos bien, en la
Palabra de Dios el Señor nos pide apegarnos solamente a los bienes de
allá arriba y desprendernos totalmente de lo que solemos llamar “las cosas de
este mundo”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy3vyvpOvYwU1SVexbbMHpjScliJgBWXym2we5iZgxpPvag_JQfRhUDJfSJ4xgV-U8BoxWU15ZXHrEBwncU-2ZP383IL52CYN4w_clCX08oTKY9R4B9yfcNJXUbD63aU6WowLVJcXQXotu22KFudkEvJhtKX2Di4qycpIXSWXIFYex_UkeqlbeOethpw/s890/837496-421d1e05-focus-0-0-745-622.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="395" data-original-width="890" height="178" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhy3vyvpOvYwU1SVexbbMHpjScliJgBWXym2we5iZgxpPvag_JQfRhUDJfSJ4xgV-U8BoxWU15ZXHrEBwncU-2ZP383IL52CYN4w_clCX08oTKY9R4B9yfcNJXUbD63aU6WowLVJcXQXotu22KFudkEvJhtKX2Di4qycpIXSWXIFYex_UkeqlbeOethpw/w400-h178/837496-421d1e05-focus-0-0-745-622.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y si nos fijamos bien en lo que hemos rezado en el Salmo de
hoy (Sal 89), podemos darnos cuenta de la poca importancia que tienen
las cosas de esta vida. El Salmo nos hace reflexionar también sobre lo
efímero de esta vida; es decir sobre lo breve que es esta vida comparada con la
eternidad: “Nuestra vida es tan breve como un sueño... Mil años son para Ti
como un día ... Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡Y es verdad! Es una insensatez darle tanta
importancia a esta vida y a las cosas de esta vida. ¡Esta vida es nada...
comparada con la otra Vida! ¡Es brevísima si la comparamos con la
eternidad! ¡Es poco importante si la comparamos con lo que nos espera
después!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Recordemos aquí, entonces, el fin para el cual hemos sido
creados... ¿Cuál es nuestra meta? ... Hemos sido creados por Dios
para una felicidad perfecta. Y ese anhelo de felicidad es bueno, pues ha
sido puesto por Dios en el corazón del hombre.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sin embargo, esa felicidad perfecta sólo será posible
tenerla en la otra vida, en la Vida que comienza después de esta vida terrena,
cuando se inicia para los seres humanos la Vida Eterna, la vida que no tiene
fin. Es un error pensar que ese anhelo de felicidad se satisface con bienes
materiales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Cuando el ser humano busca equivocadamente esa felicidad en
los bienes de este mundo -y muy especialmente, en los bienes materiales y en el
dinero que los obtiene- pierde de vista los verdaderos bienes; es decir, los
bienes de allá arriban. Entonces corre el riesgo de quedarse con los
bienes de aquí abajo y de perder los verdaderos bienes, que son los que
recibiremos en la otra Vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Se nos olvida aquel consejo de Jesús: “Busquen primero el
Reino de Dios y su justicia y lo demás se les dará por añadidura” (Mt 6, 33).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZAp0qdipHTIbm4g5XartaJw8iaY2BwEaiPyRqoqOdHVus8_F015BHyo_UzXNhSaFpHLPo5Z2uTqDdphyQ6LL3EynpQ252hnT6zH759mfe6jLawZB2OTXyihbtVYkb5kgmPIorFsNcT7JssRseo0gYJbjYPtJ64s9KZgoPcESfubNQg-8pW2VVbXitxA/s700/jesus-ense%C3%B1a_opt.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="700" height="229" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZAp0qdipHTIbm4g5XartaJw8iaY2BwEaiPyRqoqOdHVus8_F015BHyo_UzXNhSaFpHLPo5Z2uTqDdphyQ6LL3EynpQ252hnT6zH759mfe6jLawZB2OTXyihbtVYkb5kgmPIorFsNcT7JssRseo0gYJbjYPtJ64s9KZgoPcESfubNQg-8pW2VVbXitxA/w400-h229/jesus-ense%C3%B1a_opt.png" width="400" /></a></div><br /><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y el Señor, además de este consejo, nos hace varias veces
graves advertencias sobre el apego a las cosas del mundo: “No acumulen tesoros
en la tierra... Reúnan riquezas celestiales que no se acaban ... porque donde
están tus riquezas, ahí también estará tu corazón”. (Mt 6, 19-21 y Lc 12,
33-34).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esta advertencia de Jesucristo es muy importante. En
ella nos pide “ahorrar” para el Cielo, nos pide “ahorrar” bienes
celestiales. Y nos pide, además, considerar estos bienes celestiales como
la verdadera riqueza.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Si seguimos considerando verdadera riqueza los bienes de
aquí abajo, nuestro corazón quedará atrapado por esos bienes perecederos que se
acaban: nuestro corazón quedará atrapado en el pecado de la avaricia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿qué sucede con los bienes acumulados aquí? ¿Acaso
nos los podemos llevar para el viaje a la eternidad? ¿Qué sucede con las
riquezas acumuladas aquí abajo? ¿Las podemos llevar con nosotros?
Bien sabemos que no... Definitivamente, no.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Se cuenta de un señor muy, muy avaro... ¡tan avaro! que
quiso que lo enterraran con el dinero que había acumulado en una cuenta muy
sustanciosa que tenía. Y tanta era su avaricia que le hizo prometer a la
esposa que lo enterraría con el dinero que estaba en esa cuenta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Muere el señor y la esposa le hizo saber de su promesa al
hijo mayor. Este -muy sagazmente- resolvió el problema: <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL0R1zYPs0mTtJJCYGAZGQ0KCBCcmfVsy-1JFl5qseoD7S5YPZWzKFza4CGdgmYN5bCo37mz8IKYph1eHkPiVCc7JdE6oXrgS8gHvQvTPTxVpwaReW9BZVTHDiARjo8YBF-z-PPa3EgWHZDQqR0F9gdd01TDbddq7kI1K7c4zNabBE6g2OFjq9HQhFwQ/s480/hqdefault.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="480" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL0R1zYPs0mTtJJCYGAZGQ0KCBCcmfVsy-1JFl5qseoD7S5YPZWzKFza4CGdgmYN5bCo37mz8IKYph1eHkPiVCc7JdE6oXrgS8gHvQvTPTxVpwaReW9BZVTHDiARjo8YBF-z-PPa3EgWHZDQqR0F9gdd01TDbddq7kI1K7c4zNabBE6g2OFjq9HQhFwQ/w400-h300/hqdefault.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“No te preocupes, mamá, yo le voy a hacer un cheque por la
cantidad que hay en la cuenta, y se lo ponemos en la urna”... En qué Banco iría
a cobrar este cheque el avaro fallecido (???).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y esto -que parece un cuento- puede llegar a suceder, porque
no sabemos a dónde nos puede llevar la avaricia. La avaricia -recordemos-
es una forma de idolatría, de rendir culto al dios “dinero”. Y si no nos
lleva a extremos como el del avaro enterrado con su cheque, sí nos aleja de las
cosas de Dios, sí nos aleja de los bienes espirituales, sí nos aleja de lo
único que es importante para llegar a nuestra meta que es el Cielo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Señor nos advierte acerca de la avaricia, acerca de ese
apego a los bienes de este mundo. Y lo hace en tono bastante grave, y en
varias ocasiones.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Fijémonos, concretamente, en el Evangelio de hoy. Nos
dice así el Señor: “eviten toda clase de avaricia, porque la vida del
hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y cuenta la parábola de un hombre acumulador de riquezas que
se siente muy satisfecho de todo lo acumulado. “Pero Dios le dijo:
¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos
tus bienes? Y la advertencia final del Señor en este Evangelio es la
siguiente: “Esto mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se
hace rico de lo que vale ante Dios”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Recordemos, nuevamente, lo que nos dice San Pablo en su
Carta de hoy: “Busquen los bienes de arriba, donde está Cristo sentado a
la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del Cielo, no en
los de la tierra”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgndZhEHQo22vsRDFnDXA2azqqiZJfCfsl9F-jPRNYwjl1Rg_4GU4QSpsjnO3lavqeVR-YTbg4k58SwQxM4tQb5_ZFJ0ynQQrAgAM2JcP5OfirpcqUASZEHR6D7QqlwxmWYX6W99gn24208Y3P1p3-UZYpxS-3bYoffj2qL2PxejVu9Znw58acemRfZ2A/s460/27940442853_0d00789dc1_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="345" data-original-width="460" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgndZhEHQo22vsRDFnDXA2azqqiZJfCfsl9F-jPRNYwjl1Rg_4GU4QSpsjnO3lavqeVR-YTbg4k58SwQxM4tQb5_ZFJ0ynQQrAgAM2JcP5OfirpcqUASZEHR6D7QqlwxmWYX6W99gn24208Y3P1p3-UZYpxS-3bYoffj2qL2PxejVu9Znw58acemRfZ2A/w400-h300/27940442853_0d00789dc1_o.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿cuáles son esos bienes del Cielo? ... Se trata de todas
las obras buenas a las que nos invita el Señor a través de su Palabra.
Una de ellas es el ejercicio de la Caridad, que es la virtud que nos lleva a
amar a Dios sobre todas las cosas y a amar a los demás como Dios nos pide
amarlos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En la práctica de la Caridad podemos resumir los bienes de
allá arriba, porque al final –justo antes de llegar a la Vida Eterna- seremos
juzgados según hayamos amado o no... “Al atardecer de la vida seremos
juzgados en el Amor” (“Dichos de Luz y Amor”, San Juan de la Cruz)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Hemos amado a Dios -verdaderamente- sobre todas las
cosas? ¿Hemos amado a Dios por encima de cualquier otro bien terrenal?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es decir: ¿Hemos puesto a Dios primero que todo (¿primero
que el dinero?)... y, también, primero que a todos?...<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero, además, ¿ese Amor a Dios lo hemos traducido en amor a
los demás; es decir, en buscar el bien del otro, primero y antes que mi propio
bien? ...<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFmvDbIVB5Vy-WA-Qt_EXO_vIlDpZRKe_bkc9E1lhoCG8up528Ls5VS4Pv48iOZyPpdZbytcUkht1RycNsf1LjWXFDGEVBTl_U1fHQZ2vSUl6ea5gIREld-MpZJUvQ7dW-yeWzT39mDxouMIZ20Qhv7p4Fqh7lcTXiQ6uBNGfKT0KwjHMccF4pKoSnRQ/s1080/tumblr_ob6ip9ZS0V1uu9ll7o1_1280%20%20Comentario.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1080" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFmvDbIVB5Vy-WA-Qt_EXO_vIlDpZRKe_bkc9E1lhoCG8up528Ls5VS4Pv48iOZyPpdZbytcUkht1RycNsf1LjWXFDGEVBTl_U1fHQZ2vSUl6ea5gIREld-MpZJUvQ7dW-yeWzT39mDxouMIZ20Qhv7p4Fqh7lcTXiQ6uBNGfKT0KwjHMccF4pKoSnRQ/w400-h266/tumblr_ob6ip9ZS0V1uu9ll7o1_1280%20%20Comentario.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Todo esto, y aún más, es acumular riquezas para el Cielo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las advertencias del Señor sobre los bienes del Cielo y los
bienes de la tierra nos deben llevar a examinarnos sobre cómo están nuestros
“ahorros” para el Cielo... ¿Estamos ahorrando sólo para este mundo... o estamos
ahorrando principalmente para el Cielo?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, "serif"; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: x-small;">Fuentes:</span></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, "serif"; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: x-small;">Sagradas Escrituras</span></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, "serif"; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: x-small;">Evangeli.org</span></b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, "serif"; line-height: 115%;"><b><span style="font-size: x-small;">Homilias.org</span></b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, "serif"; line-height: 115%;"><o:p><b><span style="font-size: x-small;"> </span></b></o:p></span></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-56725039095263424662022-07-24T18:18:00.000+02:002022-07-24T18:18:16.533+02:00«Jesús estaba en oración… ‘Señor, enséñanos a orar’» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheDCFK1LGLI5c3-fyvAQxjLhCymIBdSP40XOHenixVSj9H-8MrQwx4x9QAQlrXYZGlwrr50g74wvZYQXoaCo_ia2U1qW7irZ2MhLm3t4G3j-onqWXXaV1zefyzlqVksNobHXU0XMzYgRieuiOyTpGIWUZ8pkWOeK8hVgba-MidvsvtRvVNm-9yUgp4hQ/s480/jesus_orando.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="326" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheDCFK1LGLI5c3-fyvAQxjLhCymIBdSP40XOHenixVSj9H-8MrQwx4x9QAQlrXYZGlwrr50g74wvZYQXoaCo_ia2U1qW7irZ2MhLm3t4G3j-onqWXXaV1zefyzlqVksNobHXU0XMzYgRieuiOyTpGIWUZ8pkWOeK8hVgba-MidvsvtRvVNm-9yUgp4hQ/w271-h400/jesus_orando.jpg" width="271" /></a></div><p></p><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, Jesús en oración nos enseña a orar. Fijémonos bien en
lo que su actitud nos enseña. Jesucristo experimenta en muchas ocasiones la
necesidad de encontrarse cara a cara con su Padre. Lucas, en su Evangelio,
insiste sobre este punto.<br />
<br />
¿De qué hablaban aquel día? No lo sabemos. En cambio, en otra ocasión, nos ha
llegado un fragmento de la conversación entre su Padre y Él. En el momento en
que fue bautizado en el Jordán, cuando estaba orando, «y vino una voz del
cielo: ‘Tú eres mi hijo; mi amado, en quien he puesto mi complacencia’» (Lc
3,22). Es el paréntesis de un diálogo tiernamente afectuoso.<br />
<br />
Cuando, en el Evangelio de hoy, uno de los discípulos, al observar su
recogimiento, le ruega que les enseñe a hablar con Dios, Jesús responde:
«Cuando oréis, decid: ‘Padre, santificado sea tu nombre…’» (Lc 11,2). La
oración consiste en una conversación filial con ese Padre que nos ama con
locura. ¿No definía Teresa de Ávila la oración como “una íntima relación de
amistad”: «estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos
ama»?<br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXyMi1WqPMsYFeRr9wKA9kb6H0DcIT1dAfczvLM2SkYsvq2UPopNbtV_9ePmXmEbqA-yhuD_VWU8fOAx3TBeI35osKT9cBzp2_6tckucEV1e45O_C-sC0DfoLlVoqKW1yD9UYiaL9rfiZI08rM9P6uz18e0fCf_vXoTL3cdDmy71zTEeAetKDR0Lv3jQ/s640/padrenuestro.webp" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="320" data-original-width="640" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXyMi1WqPMsYFeRr9wKA9kb6H0DcIT1dAfczvLM2SkYsvq2UPopNbtV_9ePmXmEbqA-yhuD_VWU8fOAx3TBeI35osKT9cBzp2_6tckucEV1e45O_C-sC0DfoLlVoqKW1yD9UYiaL9rfiZI08rM9P6uz18e0fCf_vXoTL3cdDmy71zTEeAetKDR0Lv3jQ/w400-h200/padrenuestro.webp" width="400" /></a><br /><br /><br />
Benedicto XVI encuentra «significativo que Lucas sitúe el Padrenuestro en el
contexto de la oración personal del mismo Jesús. De esta forma, Él nos hace
participar de su oración; nos conduce al interior del diálogo íntimo del amor
trinitario; por decirlo así, levanta nuestras miserias humanas hasta el corazón
de Dios».<br />
<br />
Es significativo que, en el lenguaje corriente, la oración que Jesucristo nos
ha enseñado se resuma en estas dos únicas palabras: «Padre Nuestro». La oración
cristiana es eminentemente filial.<br />
<br />
La liturgia católica pone esta oración en nuestros labios en el momento en que
nos preparamos para recibir el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. Las siete
peticiones que comporta y el orden en el que están formuladas nos dan una idea
de la conducta que hemos de mantener cuando recibamos la Comunión Eucarística.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Lucas (11,1-13):<br style="mso-special-character: line-break;" /></span></b></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGBoho7-xraoJWYGmVzoIfQG5KqGit7XJjhi-Hq5oCQJeqcvvLYUZHl3AhpGNF1hVFhvjYKjCxwLsKFskbXpG_8cnB8mEWTibye3anY7JkwWFf6fM76_3FQDU4TpyEz1pmBYggFpd4hhpvnQv5DKkUpw2KVQrOhqYz17b-HwGzoRLjRvFDGKHK9URGWg/s960/evangelio-28.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="960" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGBoho7-xraoJWYGmVzoIfQG5KqGit7XJjhi-Hq5oCQJeqcvvLYUZHl3AhpGNF1hVFhvjYKjCxwLsKFskbXpG_8cnB8mEWTibye3anY7JkwWFf6fM76_3FQDU4TpyEz1pmBYggFpd4hhpvnQv5DKkUpw2KVQrOhqYz17b-HwGzoRLjRvFDGKHK9URGWg/w400-h250/evangelio-28.jpg" width="400" /></a></b></div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b><p></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
</span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">UNA
vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo:<br />
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».<br />
Él les dijo:<br />
«Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos
cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también
nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”».<br />
Y les dijo:<br />
«Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y
le dice:<br />
“Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no
tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquel le responde:<br />
“No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados;
no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da
por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto
necesite.<br />
Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se
os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama
se le abre.<br />
¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en
lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?<br />
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿Cuánto
más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO</span></b></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf-r1H9c2TMex6B-kwZEkE8DzdlJb1RVR0mtPZzsgSesGfrlg4OtOswxBy2BROiP8a5AqTKy1iIGV69DcK0Qqmb_ifb_jeTR5m8q0pmVsgdtaxCmo18E3fD5AplZr0FoWCB1zfmMF-TIKPwQTbRRWPVnXd8KaXtiJ8m9bjDHjBuGyKs-bfdjqK7BBCyA/s1280/maxresdefault%20(1)%20%20comentario.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf-r1H9c2TMex6B-kwZEkE8DzdlJb1RVR0mtPZzsgSesGfrlg4OtOswxBy2BROiP8a5AqTKy1iIGV69DcK0Qqmb_ifb_jeTR5m8q0pmVsgdtaxCmo18E3fD5AplZr0FoWCB1zfmMF-TIKPwQTbRRWPVnXd8KaXtiJ8m9bjDHjBuGyKs-bfdjqK7BBCyA/w400-h225/maxresdefault%20(1)%20%20comentario.jpg" width="400" /></a></b></div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las lecturas de hoy nos hablan de la oración… nos hablan de
varios tipos de oración.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En la Primera Lectura (Gn 18, 20-32) vemos a
Abraham intercediendo por los habitantes de Sodoma y Gomorra, tratando de
impedir la destrucción de estas dos ciudades, al presentarle a Dios, aunque
sea diez hombres justos, para que, en atención a esos diez hombres
buenos y santos, Dios no destruyera estas dos ciudades.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sabemos lo que sucedió: Dios terminó destruyéndolas
con fuego y azufre. Se salvaron solamente Lot y su familia,
seguramente porque era tan generalizada la perversión, que no había en ellas ni
siquiera esos diez hombres justos, que Abraham ofreció presentar al Señor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Notemos cómo comenzó ofreciendo cincuenta justos y terminó
su oración ofreciendo sólo diez. Y ni diez hubo. Abraham hacía en
este caso oración de intercesión por los habitantes de Sodoma y
Gomorra.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En el Salmo (Sal 137) damos gracias a Dios por
haber escuchado nuestras oraciones: Te damos gracias, Señor, de todo
corazón. Es decir, en el Salmo hemos hecho una oración de
acción de gracias.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En la Segunda Lectura (Col 2, 12-14) sí aparece un
justo: Jesucristo, el Justo entre los justos, que salva -no a dos ciudades-
sino a la humanidad entera, con su Pasión y su Muerte en cruz. “Ustedes
estaban muertos por sus pecados... Pero Él les dio una nueva vida con Cristo,
perdonándoles todos los pecados”. Si bien “el documento cuyas
cláusulas nos condenaban” ha sido eliminado con la muerte de Cristo, sin
embargo, para poder aprovechar la condonación de esta deuda, cada uno de
nosotros deberá colaborar respondiendo a la gracia divina.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3e6Ns9wdwThKVZkKcFefZbbNbHsaiyt_Gqj9v_yFsx5oEhnGKiumWC8TvYBOzwyjx9F_y5cCH25eyuQD_cb9JYkQlxqWOaV1qgBgvIMuUrncp_TFzmK-XqmhyFg1sV9-4e4F6R8WMV_ZV11RAxdcWDDeGJ3tour_M_EKxchMRUTxai3izOJQEnrYyMw/s403/images%20(1).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="257" data-original-width="403" height="255" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3e6Ns9wdwThKVZkKcFefZbbNbHsaiyt_Gqj9v_yFsx5oEhnGKiumWC8TvYBOzwyjx9F_y5cCH25eyuQD_cb9JYkQlxqWOaV1qgBgvIMuUrncp_TFzmK-XqmhyFg1sV9-4e4F6R8WMV_ZV11RAxdcWDDeGJ3tour_M_EKxchMRUTxai3izOJQEnrYyMw/w400-h255/images%20(1).jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Evangelio (Lc 11, 1-13) contiene varias partes:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Una primera parte contiene esa oración que Cristo nos enseñó
-el Padrenuestro.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Una segunda parte en la que el Señor nos recomienda que
pidamos para recibir: “Pidan y se les dará”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Una tercera parte, que es muy importante, en la que
Jesucristo nos dice que el Padre Celestial dará el Espíritu Santo a
quienes se lo pidan.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Fijémonos, primeramente, en el Padrenuestro. En esa
oración que Jesús nos dejó están contenidas varias formas de oración:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Oración de Alabanza: Padre Nuestro, que estás en el
Cielo, santificado sea tu nombre.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Oración de Contrición: Es la oración para pedir perdón
por nuestras faltas. Perdona nuestras ofensas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Oración de Petición: Venga tu Reino. Danos hoy
nuestro pan de cada día. No nos dejes caer en tentación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Fijémonos ahora en la frase del Señor: “Pidan y se les
dará”. Y vamos a detenernos un poco más en esto, para poder
entender el verdadero sentido de esta recomendación, y evitar cualquier
confusión al respecto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja5T0dfPyVn0cvEU4rq_Nwy8eVJ3KteOPqitQndW-pzsRqimAnmcV0yR3-YMRzKZP36WUdYd_lVEdhGyabsV2pfFLSjwA_mogMM3OYTeRci7iGqqijTLO4v5CaSJcSwOXHOLe56djzos4DTPZ22ROEcm4Gytk3W-SzdcC-cBKUFHrnPNM4U_gM7FCUHA/s384/1658577098249.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="216" data-original-width="384" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja5T0dfPyVn0cvEU4rq_Nwy8eVJ3KteOPqitQndW-pzsRqimAnmcV0yR3-YMRzKZP36WUdYd_lVEdhGyabsV2pfFLSjwA_mogMM3OYTeRci7iGqqijTLO4v5CaSJcSwOXHOLe56djzos4DTPZ22ROEcm4Gytk3W-SzdcC-cBKUFHrnPNM4U_gM7FCUHA/w400-h225/1658577098249.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sucede que tendemos a concentrar nuestra atención y -más que
todo- nuestro interés en el “Pidan y se les dará”. Pero pasamos
por alto, tanto el comienzo del texto que contiene el Padrenuestro, como el
final que dice que el Padre Celestial dará el Espíritu Santo a
quienes se lo pidan. Y al no tomar mucho en cuenta el comienzo y el final perdemos,
entonces, el verdadero sentido de este importante llamado a la oración de
petición que nos hace el Señor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El texto que toca para la Liturgia de hoy viene del
Evangelio de San Lucas. Pero este mismo texto ha sido narrado también en
forma casi exacta por San Mateo. Fijémonos cómo concluye Mateo esta
recomendación del Señor: “... el Padre Celestial, Padre de ustedes, dará
cosas buenas a los que se las pidan” (Mt 7, 11).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Todo el texto es igual en ambos Evangelistas: sólo cambia
una palabrita al final: uno dice “dará el Espíritu Santo” y otro
dice “dará cosas buenas... a los que se lo pidan”. Son
diferentes las palabras, pero veremos al final que significan lo mismo. Y
veremos también que el pedir para recibir no puede ser separado
del final: es decir de que Dios dará Espíritu Santo y cosas
buenas a los que se lo pidan.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Siempre que hacemos oración de petición es porque tenemos un
anhelo que deseamos se cumpla o porque tenemos un plan que deseamos se realice,
o porque tenemos una necesidad que deseamos sea satisfecha.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y más de una vez podría parecer que nuestra oración no ha
sido escuchada.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero sucede que son muchas las veces que pedimos cosas que
no nos convienen y que no coinciden con lo que Dios, nuestro Padre, desea para
nosotros sus hijos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Veamos lo que dicen sobre este mismo tema otras citas de la
Sagrada Escritura. “Piden y no reciben, porque piden mal” (Stgo 4,
2), nos advierte el Apóstol Santiago en su Carta. Y San Pablo
también insiste en esta idea: “Nosotros no sabemos pedir como conviene”
(Rm 8, 26).</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYitJZnvrT5kwlGEA2nH3Ice2CSNrkrfxTRkIofbebF4y3QWJSsHFxniz1P47HR2dSITYsdbRJV9zC8s00qnpIGWdas6mvXvxbi0yYl90cglbN2Sq3b3PDkEM1ZrXXeN0itQUOpN5SLGoLU0Gc6FDo0adOjgufn3F-K-8Ef5VkKVxyGJdaMHXEgJOdqA/s1280/maxresdefault.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYitJZnvrT5kwlGEA2nH3Ice2CSNrkrfxTRkIofbebF4y3QWJSsHFxniz1P47HR2dSITYsdbRJV9zC8s00qnpIGWdas6mvXvxbi0yYl90cglbN2Sq3b3PDkEM1ZrXXeN0itQUOpN5SLGoLU0Gc6FDo0adOjgufn3F-K-8Ef5VkKVxyGJdaMHXEgJOdqA/w400-h225/maxresdefault.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Más aún: ¿Cómo podemos olvidar las palabras tan importantes
del Padre Nuestro: “Hágase tu Voluntad así en la tierra como en el
Cielo”? Recordemos que Jesús nos enseña esta oración justamente
antes de decirnos “Pidan y se les dará”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Catecismo de la Iglesia Católica, que dedica una buena
parte de sus páginas a lo que es la oración y cómo debemos orar, nos dice que
es necesario orar para poder conocer la Voluntad de Dios. Es decir que
necesitamos orar, para poder nosotros pedir lo que está conforme a los planes
de Dios, para poder pedir esas “cosas buenas”, a las que se refiere
San Mateo, para poder recibir esas gracias de santificación a las que se
refiere San Lucas cuando dice que el Señor “dará el Espíritu Santo a los
que se lo pidan”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por eso el Apóstol San Juan refiriéndose al mismo tema de la
oración de petición escribe así: “Estamos plenamente seguros: si le pedimos
algo conforme a su Voluntad, Él nos escuchará” (1 Jn 5, 9).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Resumiendo, entonces: nuestra oración de petición debe
siempre estar sujeta a la Voluntad de Dios, como rezamos en el Padre
Nuestro: “Hágase tu Voluntad”. Y como rezaba Jesucristo: “No se
haga mi voluntad sino la tuya, Padre” (Lc 22, 42 - Mc 14, 26).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Adicionalmente, debemos tener en cuenta que en los ambientes
“New Age” y del esoterismo se tergiversa esta recomendación del Señor de pedir
para recibir.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En efecto, en el mundo del llamado “poder mental” o de la
“metafísica” se insiste en que el hombre exija a Dios la satisfacción de sus
deseos. Se tiende a confundir “bienestar” con el Bien que es Dios y su
Voluntad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Además, se pretende dar órdenes a Dios, que es nuestro
Creador y nuestro Padre -nuestro Dueño- para tratar de lograr la propia
satisfacción, lo que nos interesa, lo que deseamos ... y no precisamente
las “cosas buenas” que Dios nos quiere conceder.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYfKypAIVZCueBIEFuesoXkL40xatW2BRVPdDsRdZGPbsEopkcdNZWBnYtpakdTzqlI7kZ2g0Srqd_-McVr_TS6UAw2C8ukFf3hxOYn6DdXeXymuMdkQDrph0Db2DYj8bNfgEG4WTStQ43zFQQ1lzkKdQHNRWMyhcNHsEFf-Q8ziuNZUYZZ95_k6FVvQ/s259/images.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYfKypAIVZCueBIEFuesoXkL40xatW2BRVPdDsRdZGPbsEopkcdNZWBnYtpakdTzqlI7kZ2g0Srqd_-McVr_TS6UAw2C8ukFf3hxOYn6DdXeXymuMdkQDrph0Db2DYj8bNfgEG4WTStQ43zFQQ1lzkKdQHNRWMyhcNHsEFf-Q8ziuNZUYZZ95_k6FVvQ/w400-h300/images.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esas “cosas buenas” que Dios nos quiere dar no
siempre coinciden con nuestros deseos, con nuestros planes, con las cosas que
nos interesan, o con las cosas que creemos que son muy importantes y muy
necesarias para nuestra vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y, aunque parezca otra la intención, en esa peligrosa
corriente del “New Age” que es el poder mental y el control mental, a la larga
lo que se obtiene con esa búsqueda de los propios deseos, es la independencia
del hombre de su Padre del Cielo. Y esto es todo lo contrario a lo que
conocemos por fe a través de la Sagrada Escritura y de la enseñanza de la
Iglesia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Realmente, la Voluntad de Dios se conoce a través de la
misma oración. Por eso es importante establecer ese diálogo con el Señor,
en el que tratamos de descubrir el misterio de su Voluntad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sea que en nuestra oración adoremos a Dios o le demos
gracias o le pidamos algo, sea cual fuere la modalidad de oración que usemos,
si la oración es un diálogo sincero para comunicarnos con Dios, para conocer
sus deseos y sus planes, para amarlo y para complacerlo, Dios nos va dando esas “cosas
buenas” que Él, como Padre infinitamente bueno que es, desea darnos
para nuestro bien.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiT9_3RTTY5nYyt3tFBfxqIEnUoflwrbnUkF4cXB5Oo5YL_chRns5ZqBv2IdHpIPJvtpc8nNzQocodybej1-CdgAIQxZBu0fhCyuqnKdZiMAFeSUF5oTmCUgrWMlKwVcfxZ1YIKcDJI9hhT1Yp77FU6DeGsUsYnJfjCfMQ-0i-XEhC8tO-AviEJdAod7g/s585/Lucas-111-13%20%20evangelio.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="293" data-original-width="585" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiT9_3RTTY5nYyt3tFBfxqIEnUoflwrbnUkF4cXB5Oo5YL_chRns5ZqBv2IdHpIPJvtpc8nNzQocodybej1-CdgAIQxZBu0fhCyuqnKdZiMAFeSUF5oTmCUgrWMlKwVcfxZ1YIKcDJI9hhT1Yp77FU6DeGsUsYnJfjCfMQ-0i-XEhC8tO-AviEJdAod7g/w400-h200/Lucas-111-13%20%20evangelio.webp" width="400" /></a></div><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En resumen:<b> Dios no siempre nos da lo que queremos,
pero siempre nos da lo que necesitamos.</b><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, "serif"; line-height: 115%;"><o:p><b><span style="font-size: xx-small;">Fuentes:</span></b></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: xx-small;"><b>Sagradas Escrituras</b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: xx-small;"><b>Evangeli.org</b></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: xx-small;"><b>Homilias.org</b></span></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-43020471642909502992022-06-29T17:19:00.000+02:002022-06-29T17:19:49.275+02:00Hoy celebramos a San Pedro y San Pablo...<o:officedocumentsettings>
<o:allowpng>
</o:allowpng></o:officedocumentsettings><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheo3ObDdw1ZUzvSBd0S1FD5vyBB2KDZQZZKQgWI3TaYITFkKgttzJW7uYZwHJIeR2_hiGMp5tQtibswXCv8GiMDg2hbM3LySzFiulWTjy1Jn2ctfub-pmgInclq4FlRNEvLEYRejl8Y-o/s308/portada.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheo3ObDdw1ZUzvSBd0S1FD5vyBB2KDZQZZKQgWI3TaYITFkKgttzJW7uYZwHJIeR2_hiGMp5tQtibswXCv8GiMDg2hbM3LySzFiulWTjy1Jn2ctfub-pmgInclq4FlRNEvLEYRejl8Y-o/s400/portada.jpg" width="341" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:View>Normal</w:View>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:TrackMoves/>
<w:TrackFormatting/>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:DoNotPromoteQF/>
<w:LidThemeOther>ES</w:LidThemeOther>
<w:LidThemeAsian>X-NONE</w:LidThemeAsian>
<w:LidThemeComplexScript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:SnapToGridInCell/>
<w:WrapTextWithPunct/>
<w:UseAsianBreakRules/>
<w:DontGrowAutofit/>
<w:SplitPgBreakAndParaMark/>
<w:EnableOpenTypeKerning/>
<w:DontFlipMirrorIndents/>
<w:OverrideTableStyleHps/>
</w:Compatibility>
<m:mathPr>
<m:mathFont m:val="Cambria Math"/>
<m:brkBin m:val="before"/>
<m:brkBinSub m:val="--"/>
<m:smallFrac m:val="off"/>
<m:dispDef/>
<m:lMargin m:val="0"/>
<m:rMargin m:val="0"/>
<m:defJc m:val="centerGroup"/>
<m:wrapIndent m:val="1440"/>
<m:intLim m:val="subSup"/>
<m:naryLim m:val="undOvr"/>
</m:mathPr></w:WordDocument>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" DefUnhideWhenUsed="true"
DefSemiHidden="true" DefQFormat="false" DefPriority="99"
LatentStyleCount="267">
<w:LsdException Locked="false" Priority="0" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Normal"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="heading 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 7"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 8"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="9" QFormat="true" Name="heading 9"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 7"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 8"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" Name="toc 9"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="35" QFormat="true" Name="caption"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="10" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Title"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" Name="Default Paragraph Font"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="11" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtitle"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="22" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Strong"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="20" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="59" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Table Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" UnhideWhenUsed="false" Name="Placeholder Text"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="1" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="No Spacing"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" UnhideWhenUsed="false" Name="Revision"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="34" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="List Paragraph"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="29" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Quote"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="30" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Quote"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 1"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 2"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 3"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 4"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 5"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="60" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Shading Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="61" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="62" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Light Grid Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="63" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="64" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Shading 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="65" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="66" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium List 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="67" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 1 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="68" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 2 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="69" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Medium Grid 3 Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="70" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Dark List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="71" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Shading Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="72" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful List Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="73" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" Name="Colorful Grid Accent 6"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="19" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtle Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="21" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Emphasis"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="31" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Subtle Reference"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="32" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Intense Reference"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="33" SemiHidden="false"
UnhideWhenUsed="false" QFormat="true" Name="Book Title"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="37" Name="Bibliography"/>
<w:LsdException Locked="false" Priority="39" QFormat="true" Name="TOC Heading"/>
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]--><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Cada 29 de junio, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo,
apóstoles, recordamos a estos grandes testigos de Jesucristo y, a la
vez, hacemos una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa,
católica y apostólica. Ante todo es una fiesta de la catolicidad.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Pedro, el amigo frágil y apasionado de Jesús, es el
hombre elegido por Cristo para ser <b>“la roca”</b> de la Iglesia: <b>“Tú eres
Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”</b> ( Mt 16,16). Aceptó con
humildad su misión hasta el final, hasta su muerte como mártir. Su tumba
en la Basílica de San Pedro en el Vaticano es meta de millones de
peregrinos que llegan de todo el mundo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Pablo, el perseguidor de Cristianos que se convirtió en
Apóstol de los gentiles, es un modelo de ardoroso eevangelizador para
todos los católicos porque después de encontrarse con Jesús en su
camino, se entregó sin reservas a la causa del Evangelio. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14pt;">Y </span></span>hoy 29 de junio se considera además como el Día del
Papa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">
En este día, además, se colabora con la solidaridad del Santo Padre, al
recaudarse el Óbolo de San Pedro, cuyo fondo se destina a la misión
evangelizadora y de caridad de la <a href="http://www.aciprensa.com/iglesia/index.html">Iglesia</a>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14pt;">San Pedro, Apóstol (s. I
)<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP4GMgN9m1wa_2CTui_5tiMjWmmcHK-7h6XVeFJ8SUeHsMmMwhrvmUR4ZRvvpzWU_3CZ24OSbHxV46V8tcLDs4Sh0NToUYo0t2BW4A4daf-9LWJ1eDz0AA_7h-ImsPzi1jNBMG7nxBChE/s357/290px-San_Pedro_de_Rubens.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP4GMgN9m1wa_2CTui_5tiMjWmmcHK-7h6XVeFJ8SUeHsMmMwhrvmUR4ZRvvpzWU_3CZ24OSbHxV46V8tcLDs4Sh0NToUYo0t2BW4A4daf-9LWJ1eDz0AA_7h-ImsPzi1jNBMG7nxBChE/s320/290px-San_Pedro_de_Rubens.jpg" width="259" /></a></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Recorría las
calles de Betsaida con las cestas llenas acompañado de su padre Jonás y su
hermano Andrés para vender la pesca. También pasaron horas remendando las
redes, recomponiendo maderas y renovando las velas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Se casó joven.
Era amigo de los Zebedeos, de Santiago y Juan, que eran de su mismo oficio. A
veces, se sentaban en la plaza y,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>comentaban lo que estaba en el ambiente pleno de ansiedad y con algo de
misterio; hablaban del Mesías y de la redención de Israel. En la última
doctrina que se explicó en la sinagoga el sábado pasado se hablaba de Él.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Juan, el hijo de
Zacarías e Isabel, ha calentado el ambiente con sus bautismos de penitencia en
el Jordán. Andrés está fuera de sí casi, gritándole: ¡Lo encontré! ¡Llévame a
él!, le pidió. Desde entonces no se le quitará de la cabeza lo que le dijo el
Rabbí de Nazaret: ¡Te llamarás Cefas!<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both;">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpsM52OqNBlP-MhFmjQgVNd1mG26_RHAGzXtLumfmpGTDix3ylddmNvUXe6tFzPfq6mLZMJ8Y_YZMD6BGWe5aC9QhR3GDwJG56i5rLuEBhf9pFggoWqNYgoVqSPTUjZKs63_V_8cwp3mw/s400/jesus_and_four_fishermen.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpsM52OqNBlP-MhFmjQgVNd1mG26_RHAGzXtLumfmpGTDix3ylddmNvUXe6tFzPfq6mLZMJ8Y_YZMD6BGWe5aC9QhR3GDwJG56i5rLuEBhf9pFggoWqNYgoVqSPTUjZKs63_V_8cwp3mw/s400/jesus_and_four_fishermen.jpg" /></a></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Continúa siendo
tosco, rudo, quemado por el sol y el aire; pero él es sincero, explosivo,
generoso y espontáneo. Cuando escucha atento a Jesús que dijo algo a los ricos,
tiempo le faltó para afirmar «nosotros lo hemos dejado todo, ¿qué será de
nosotros?» Oye hablar al Maestro de tronos y piensa de repente, sin pensarlo
<b>«Seré el primero».<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Pedro es
arrogante para tirarse al agua del lago y al mismo tiempo miedoso por hundirse.
Cortó una oreja en Getsemaní y luego salió huyendo. Es el paradigma de la
grandeza que da la fe y también<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la
flaqueza de los hombres. Se ve en el Evangelio descrita la figura de Pedro con
vehemencia para investigar; protestón ante Cristo que quiere lavarle los pies y
noble al darle su cuerpo a limpiar.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Es el primero en
las listas, el primero en buscar a Jesús, el primero en tirar de la red que
llevaba ciento cincuenta y tres peces grandes; y tres veces responde que sí al
Amor con la humildad de la experiencia personal.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQ0mYH_20ZmTqD70LU4gIDJ-oHfFnQthS3ZwzHY9SOn37UosYUB0ASNYijPy9NmjU1SYu0MiFP2N7dou6uSSdwU52Nuqfc2qaVEmJwmsvR05kIyEHRFujb_mUGipWE7ezRgFU-pyMf8jQ/s667/apostol-san-pedro-colash-3.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQ0mYH_20ZmTqD70LU4gIDJ-oHfFnQthS3ZwzHY9SOn37UosYUB0ASNYijPy9NmjU1SYu0MiFP2N7dou6uSSdwU52Nuqfc2qaVEmJwmsvR05kIyEHRFujb_mUGipWE7ezRgFU-pyMf8jQ/s400/apostol-san-pedro-colash-3.jpg" width="298" /></a></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> Roma no está tan
lejos. Está hablando a los miserables y a los esclavos prometiendo libertad
para ellos, hay esperanza para el enfermo y hasta el pobre se llama
bienaventurado; los menestrales, patricios y militares... todos tienen un
puesto; ¿milagro? resulta que todos son hermanos. Y saben que es gloria sufrir
por Cristo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">En la cárcel
Mamertina está encerrado, sin derechos; no es romano, es sólo un judío y es
cristiano. Comparte con el Maestro el trono: la cruz, cabeza abajo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En el Vaticano sigue su cuerpo unificante y
venerado de todo cristiano.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14pt;">San Pablo, Apóstol (s. I
) </span></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-jTG3bM8eMftq3n3rCcDGWImSBUaLqD33eeJbMO86VYsHRcPuY0Zssh9Iby12tZhtdX09RcLXYEecBsbZoLzxNu4t3PgyTQ-KWJPKa1lb-CqqhU583e4gW3qSV7qVvL-0N939zOgADPw/s400/SanPablo13.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-jTG3bM8eMftq3n3rCcDGWImSBUaLqD33eeJbMO86VYsHRcPuY0Zssh9Iby12tZhtdX09RcLXYEecBsbZoLzxNu4t3PgyTQ-KWJPKa1lb-CqqhU583e4gW3qSV7qVvL-0N939zOgADPw/s400/SanPablo13.jpg" width="300" /></a></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Dejó escrito: <b>«He combatido bien mi combate;
he terminado mi carrera; he guardado la fe. Ahora me está reservada la corona
de justicia que Dios, justo juez, me dará en su día; y no sólo a mí, sino a
todos los que aman su venida».<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Y fue mucha
verdad que combatió, que hizo muchas carreras y que guardó la fe. Su
competición, desde Damasco a la meta -le gustaba presentar la vida cristiana
con imágenes deportivas- no fue en vano, y merecía el podio. Siempre hizo su
marcha aprisa, aguijoneado con el espíritu de triunfo, porque se apuntó, como
los campeones, a los que ganan.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">En otro tiempo,
tuvo que contentarse con guardar los mantos de los que lapidaban a Esteban.
Después se levantó como campeón de la libertad cristiana en el concilio que
hubo en Jerusalén. Y vio necesario organizar las iglesias en Asia, con Bernabé;
ciega con su palabra al mago Elimas y abre caminos en un mundo
desconocido.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZv1rjxUeAQpu6_j-RGGfpB5MjjAsmBcYOcTGZ7mNr9yAvpBuoCY46RPFnwdOn_23o2UWRO9qnOA0BkDwv8vH8MKhHWmUyeipkd4dXffZSGOsczrRkFCGqDKRUbj9-oz4UJMC7IqmcZoE/s380/0125-CONVERSION-DE-SAN-PABLO.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="296" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZv1rjxUeAQpu6_j-RGGfpB5MjjAsmBcYOcTGZ7mNr9yAvpBuoCY46RPFnwdOn_23o2UWRO9qnOA0BkDwv8vH8MKhHWmUyeipkd4dXffZSGOsczrRkFCGqDKRUbj9-oz4UJMC7IqmcZoE/s400/0125-CONVERSION-DE-SAN-PABLO.jpg" width="400" /></a></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Suelen
acompañarle dos o tres compañeros, aunque a veces va solo. Entra en el Imperio
de los ídolos: países bárbaros, gentes extrañas, ciudades paganas, caminos
controlados por cuadrillas de bandidos, colonias de fanáticos hebreos fáciles
al rencor y tardos para el perdón. Antioquía, Pisidia, Licaonia, Galacia.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Y siempre
anunciando que Jesús es el hijo de Dios, Señor, Redentor y Juez de vivos y
muertos que veinte años antes había ido de un lado para otro por Palestina,
como un vagabundo, y que fue rechazado y colgado en la cruz por blasfemo y
sedicioso.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Los judíos se
conjuraron para asesinarle. En la sinagoga le rechazan y los paganos le oyen en
las plazas. Alguno se hace discípulo y muchos se amotinan, le apedrean y
maldicen. Va y viene cuando menos se le espera; no tiene un plan previo porque
es el Espíritu quien le lleva; de casi todos lados le echan.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtRPu9kHQgLn8EVDzIjpfHwXGgDFMwDIX_cAUi2erKBYdPSa71Joe9_rXN7_Wr1oNjR2saRaii110DuopZa3nKkMrqdNGwacv7NGQLhE9k98mT29eY-DuwmSD2gRsiI4gqwY9evQmkyZk/s625/san_pablo_4.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="306" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtRPu9kHQgLn8EVDzIjpfHwXGgDFMwDIX_cAUi2erKBYdPSa71Joe9_rXN7_Wr1oNjR2saRaii110DuopZa3nKkMrqdNGwacv7NGQLhE9k98mT29eY-DuwmSD2gRsiI4gqwY9evQmkyZk/s400/san_pablo_4.jpg" width="400" /></a></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"> </span><br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Filipos es
casi-casi la puerta de Europa que le hace guiños para entrar; de allí es Lidia
la primera que cree; pero también hubo protestas y acusaciones interesadas
hasta el punto de levantarse la ciudad y declararlo judío indeseable haciendo
que termine en la cárcel, después de recibir los azotes de reglamento. En esta
ocasión, hubo en el calabozo luces y cadenas rotas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Tesalónica, que
es rica y da culto a Afrodita, es buena ciudad para predicar la pobreza y la
continencia. Judío errante llega a Atenas -toda ella cultura y sabiduría- donde
conocen y dan culto a todos los diosecillos imaginables, pero ignoran allí al
Dios verdadero que es capaz de resucitar a los muertos como sucedió con
Jesús.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Corinto le
ofrece tiempo más largo. Hace tiendas y pasa los sábados en las sinagogas donde
se reúnen sus paisanos. Allí, como maestro, discute y predica.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El tiempo libre ¡qué ilusión! tiene que
emplearlo en atender las urgencias, porque llegan los problemas, las herejías,
en algunas partes no entendieron bien lo que dijo y hay confusión, se producen
escándalos y algunos tienen miedo a la parusía cercana.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Para estas cuestiones es preciso escribir
cartas que deben llegar pronto, con doctrina nítida, clara y certera; Pablo las
escribe y manda llenas de exhortaciones, dando ánimos y sugiriendo consejos
prácticos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhO0TQlSyUlrA89sYfb-HDHUlSuANU9K4liIZCULdEREo1RNN81Fau2qEITUzkf99MR8Qfru76vrDFg0N4_io_3NFk9UmmXHpYRwlTA_cyaEHibDRpScrxKGTSdTWu8Engc8OQx2y6e4c/s321/so.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhO0TQlSyUlrA89sYfb-HDHUlSuANU9K4liIZCULdEREo1RNN81Fau2qEITUzkf99MR8Qfru76vrDFg0N4_io_3NFk9UmmXHpYRwlTA_cyaEHibDRpScrxKGTSdTWu8Engc8OQx2y6e4c/s400/so.jpg" width="273" /></a></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">En Éfeso trabaja
y predica. Los magos envidian su poder y los orfebres venden menos desde que
está Pablo; el negocio montado con las imágenes de la diosa Artemis se está
acabando. Las menores ganancias provocan el tumulto.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Piensa en Roma y
en los confines del Imperio; el mismo Finisterre, tan lejano, será una tierra
bárbara a visitar para dejar sus surcos bien sembrados. Solo el límite del
mundo pone límite a la Verdad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Quiere despedirse de Jerusalén y en Mileto
empieza a decir «adiós». La Pentecostés del cincuenta y nueve le brinda en
Jerusalén la calumnia de haber profanado el templo con sacrilegio. Allí mismo
quieren matarlo; interviene el tribuno, hay discurso y apelación al César. El
camino es lento, con cadenas y soldado, en el mar naufraga, se producen
vicisitudes sin cuento y se hace todo muy despacio.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyvcMedAVHBR1V_GYLoqXvDExn4KCPArvso6iOLST57htKuMBCCOR85MR-PvcfRzAxWByqUDvFPcY3KEJgvNR97CwBVCNAwjf7pvEYg_3JPUx3WQ57yEyfD4moNIoGTy4rB-j4H-FttXc/s258/images.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyvcMedAVHBR1V_GYLoqXvDExn4KCPArvso6iOLST57htKuMBCCOR85MR-PvcfRzAxWByqUDvFPcY3KEJgvNR97CwBVCNAwjf7pvEYg_3JPUx3WQ57yEyfD4moNIoGTy4rB-j4H-FttXc/s400/images.jpg" width="302" /></a></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">La circunstancia de cautivo sufrido y enamorado le lleva a escribir cartas donde expresa el misterio de la unión indivisible y fiel de Cristo con su Iglesia.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Al viajero que es místico, maestro, obrero práctico, insobornable,
valiente, testarudo, profundo, piadoso, exigente y magnánimo lo pone en
libertad, en la primavera del año sesenta y cuatro, el tribunal de Nerón. Pocos
meses más tarde, el hebreo ciudadano romano tiende su cuello a la espada cerca
del Tíber.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">¿Que nos enseña la vida de Pedro?</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjG3dHXdIyAqIfTeDChGKYZpXZnneifdEk4WW2HgEBU0oJ07Z7XlYrzbQRetSbXpj0ObMlCwKeo0HRVpbBjMTHmZkxQ6sLOg3vYjcIk81X-r6aAubXV5EBy2HSLFeA3r6xXZgS1nihELhM/s204/images+pedro.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjG3dHXdIyAqIfTeDChGKYZpXZnneifdEk4WW2HgEBU0oJ07Z7XlYrzbQRetSbXpj0ObMlCwKeo0HRVpbBjMTHmZkxQ6sLOg3vYjcIk81X-r6aAubXV5EBy2HSLFeA3r6xXZgS1nihELhM/s400/images+pedro.jpg" width="278" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Nos enseña que,
a pesar de la debilidad humana, Dios nos ama y nos llama a la santidad. A pesar
de todos los defectos que tenía, Pedro logró cumplir con su misión. Para ser un
buen cristiano hay que esforzarse para ser santos todos los días Pedro concretamente
nos dice: " sean santos en su proceder como es santo el que los ha
llamado" ( I Pedro, 1, 15)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Cada quién, de
acuerdo a su estado de vida debe trabajar y pedirle a Dios que le ayude a
alcanzar su santidad.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Nos enseña que
el Espíritu Santo puede obrar maravillas en un hombre común y corriente. Lo
puede hacer capaz de superar los más grandes obstáculos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;">¿Que nos enseña la vida de San Pablo?</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiflPQhPEQ67erwBwhyuUrY5jFIC8tyK-Qz3p_E1AwG2R8WoxqQQqeFsPdJedD80E85FuQlaf5amOmWQLkkPHFk9ofYoG9_VvAS0kewOK1PoRD_F-f5PsqrQgNZjHpq0ehjQwiRc_nqkY/s361/san_pablo_2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiflPQhPEQ67erwBwhyuUrY5jFIC8tyK-Qz3p_E1AwG2R8WoxqQQqeFsPdJedD80E85FuQlaf5amOmWQLkkPHFk9ofYoG9_VvAS0kewOK1PoRD_F-f5PsqrQgNZjHpq0ehjQwiRc_nqkY/s400/san_pablo_2.jpg" width="317" /></a></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Nos enseña la
importancia de la labor apostólica de los cristianos todos los cristianos
debemos ser apóstoles, anunciar a Cristo comunicándo su mensaje con la palabra
y el ejemplo, cada uno en el lugar que viva, y de diferente maneras.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">Nos enseña el
valor de la conversión. Nos enseña a hacer caso a Jesús dejando nuestra vida
antigua de pecado para comenzar una vida dedicada a la santidad, a las buenas
obras y al apostolado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><b><span style="font-size: large;">Oración:</span></b></span><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit6t7L1z1HbsJKMwCBCfH8el4EXSZYPGkMMgasJbM25hCcIE2J_laD4uz3RE0X35ntIwYG3NyMB9I9g_x6Y8jOPORh93faBX0MbdiRk1PtfgQ3OOafIxkcnI-ydbflpYPmeJhbMdFTaqI/s257/oraci%C3%B3n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit6t7L1z1HbsJKMwCBCfH8el4EXSZYPGkMMgasJbM25hCcIE2J_laD4uz3RE0X35ntIwYG3NyMB9I9g_x6Y8jOPORh93faBX0MbdiRk1PtfgQ3OOafIxkcnI-ydbflpYPmeJhbMdFTaqI/s257/oraci%C3%B3n.jpg" /></a></span></div>
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Dios nuestro, que nos llenas de santa alegría
con la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, haz que tu Iglesia se
mantenga siempre fiel a las enseñanzas de estos apóstoles, de quienes recibió
el primer anuncio de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br />
<br />
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: x-small;"><b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Fuentes:</span></b></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: x-small;"><b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Iluminación Divina</span></b></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: x-small;"><b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Santoral atólico</span></b></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: x-small;"><b>Ángel Corbalán </b></span></span></span></div>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-40808297529066666072022-06-26T20:38:00.000+02:002022-06-26T20:38:30.651+02:00«Sígueme» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVcZHDggXuBNTcesDyhexN3PEAGzZ5Unzh2GdP6VgCpJqrgPWW226t_iJmMQIvGypOMB8dpB4m-Nd0iFUNl8k3OMi7Ac7kOD4cvP_6TE2BIEXmd1iBYD339B1t2_bOdZVnTB4N_F5v-IuO3yKw2HkpabsEqrTZLxHaPTWpjzlTGSA1Skyj54IOIQ98aA/s1000/pictures-of-jesus-1128833-wallpaper%20%20Facebook.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="666" data-original-width="1000" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVcZHDggXuBNTcesDyhexN3PEAGzZ5Unzh2GdP6VgCpJqrgPWW226t_iJmMQIvGypOMB8dpB4m-Nd0iFUNl8k3OMi7Ac7kOD4cvP_6TE2BIEXmd1iBYD339B1t2_bOdZVnTB4N_F5v-IuO3yKw2HkpabsEqrTZLxHaPTWpjzlTGSA1Skyj54IOIQ98aA/w400-h266/pictures-of-jesus-1128833-wallpaper%20%20Facebook.webp" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, el Evangelio nos invita a reflexionar sobre nuestro
seguimiento de Cristo. Importa saber seguirlo como Él lo espera. Santiago y
Juan aún no habían aprendido el mensaje de amor y de perdón: «Señor, ¿quieres
que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?» (Lc 9,54). Los otros
convocados aún no se desprendían realmente de sus lazos familiares. Para seguir
a Jesucristo y cumplir con nuestra misión, hay que hacerlo libres de toda
atadura: «Nadie que (...) mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios» (Lc
9,62).<br />
<br />
Con motivo de una Jornada Misionera Mundial, San Juan Pablo II hizo un
llamamiento a los católicos a ser misioneros del Evangelio de Cristo a través
del diálogo y el perdón. El lema había sido: «La misión es anuncio de perdón».
Dijo el Papa que sólo el amor de Dios es capaz de hermanar a los hombres de
toda raza y cultura, y podrá hacer desaparecer las dolorosas divisiones, los
contrastes ideológicos, las desigualdades económicas y los violentos atropellos
que oprimen todavía a la Humanidad. Mediante la evangelización, los creyentes
ayudan a los hombres a reconocerse como hermanos.<br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0Mv8Pmz8Wc39EdoSaJV36xoIjXiyphIKyYOHWqQGTgXYfS1q6pkly2UgBKbLhl5wji1PBncsn1lAAozlDKURPOJaMEhqv9tVyXsVYF-9D3lvY8YXwH5NGb4r5Z7dkgjs0f8-jpJgFiY00vr4YNDaB1JDv15qOhkUdRAPWNNoNM4LODJQwOIa231VP4A/s604/59e2db8d733a00b7a374868cae91ae90.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="453" data-original-width="604" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0Mv8Pmz8Wc39EdoSaJV36xoIjXiyphIKyYOHWqQGTgXYfS1q6pkly2UgBKbLhl5wji1PBncsn1lAAozlDKURPOJaMEhqv9tVyXsVYF-9D3lvY8YXwH5NGb4r5Z7dkgjs0f8-jpJgFiY00vr4YNDaB1JDv15qOhkUdRAPWNNoNM4LODJQwOIa231VP4A/w400-h300/59e2db8d733a00b7a374868cae91ae90.jpg" width="400" /></a><br /><br /><br /><br />
Si nos sentimos verdaderos hermanos, podremos comenzar a comprendernos y a
dialogar con respeto. El Papa ha subrayado que el empeño por un diálogo atento
y respetuoso es una condición para un auténtico testimonio del amor salvífico
de Dios, porque quien perdona abre el corazón a los demás y se hace capaz de
amar. El Señor nos lo dejó dicho en la Última Cena: «Que os améis los unos a
los otros, así como Yo os he amado (...). En esto reconocerán todos que sois
discípulos míos» (Jn 13,34-35).<br />
<br />
Evangelizar es tarea de todos, aunque de modo diferente. Para algunos será
acudir a muchos países donde aún no conocen a Jesús. A otros, en cambio, les
corresponde evangelizar a su alrededor. Preguntémonos, por ejemplo, si quienes
nos rodean saben y viven las verdades fundamentales de nuestra fe. Todos
podemos y debemos apoyar, con nuestra oración, sacrificio y acción, la labor
misionera, además del testimonio de nuestro perdón y comprensión para con los
demás.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p>
<p class="MsoNormal"><br /></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Lucas (9,51-62):<br style="mso-special-character: line-break;" /></span></b></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaBj-5afbiS0v8La1naOkVussXM6jIKpdh9abSF9oGG4BVAu6SVvo-9g_V6nOv9nNuPszkbARFNlhl6wh4LgXhDnJeblvns3QgVsajMik38gduif011VhoKA43VDHQHD1EJVpPeQ2VR8_LZjYC3ZRTIqL9L5JPoLkofStxLBk2-p6DFv0Hp35YKeoJUw/s500/48155306551_61ee2df7b8_o%20%20%20%20%20%20evangelio.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="200" data-original-width="500" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaBj-5afbiS0v8La1naOkVussXM6jIKpdh9abSF9oGG4BVAu6SVvo-9g_V6nOv9nNuPszkbARFNlhl6wh4LgXhDnJeblvns3QgVsajMik38gduif011VhoKA43VDHQHD1EJVpPeQ2VR8_LZjYC3ZRTIqL9L5JPoLkofStxLBk2-p6DFv0Hp35YKeoJUw/w400-h160/48155306551_61ee2df7b8_o%20%20%20%20%20%20evangelio.png" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la
decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.<br />
Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los
preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que
caminaba hacia Jerusalén.<br />
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:<br />
«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».<br />
Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea. Mientras iban de
camino, le dijo uno:<br />
«Te seguiré adondequiera que vayas».<br />
Jesús le respondió:<br />
«Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del
hombre no tiene donde reclinar la cabeza».<br />
A otro le dijo:<br />
«Sígueme».<br />
El respondió:<br />
«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».<br />
Le contestó:<br />
«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de
Dios».<br />
Otro le dijo:<br />
«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».<br />
Jesús le contestó:<br />
«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de
Dios».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjHiuMCLYK6EPbPQ_sgrgqpUKeb9xvbV2_tdDhlZFxQx6tD8mg9eSwSXU-0_eAPylDZEs1TINZPOajbUTbwvm8n_-xP0hgWgDS1RQm9wjvyn0-9FaSXC8tkwP93aBnl1raI0jL75-rW7bNkcEEIvjNSimwUKQcCswHoUq5LJQ71enoW3sCcXmKTKNu0Q/s1280/seguimiento.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjHiuMCLYK6EPbPQ_sgrgqpUKeb9xvbV2_tdDhlZFxQx6tD8mg9eSwSXU-0_eAPylDZEs1TINZPOajbUTbwvm8n_-xP0hgWgDS1RQm9wjvyn0-9FaSXC8tkwP93aBnl1raI0jL75-rW7bNkcEEIvjNSimwUKQcCswHoUq5LJQ71enoW3sCcXmKTKNu0Q/w400-h225/seguimiento.jpg" width="400" /></a></b></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las Lecturas de hoy nos hablan de escogencia y de
seguimiento a Dios, y de la respuesta que Él espera de nosotros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Primera Lectura (1 Rey 19, 16-21) nos habla de
la escogencia y consagración del Profeta Eliseo por parte del Profeta
Elías. Eliseo dejó sus posesiones (doce pares de bueyes). Sólo
pidió despedirse de sus padres e inmediatamente siguió a Elías. Notemos
que los afectos familiares están presentes, pero Dios tiene derecho de pedir a
cualquiera de nosotros que dejemos todo para seguir su llamado. En el
caso de Eliseo, lo llamó ¡nada menos! que para ser Profeta en lugar de
Elías. Por eso Elías le dice: “Ve y vuelve, porque bien sabes lo que ha
hecho el Señor contigo”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En el Salmo pedimos al Señor que nos enseñe nuestro camino:
“Enséñame, Señor, el camino de la vida”. “Yo siempre he dicho que Tú eres
mi Señor”. Es decir, Dios es nuestro Dueño. ¡Qué fácil decir
esto! Pero ¡qué difícil aceptarlo y practicarlo! Porque nos creemos
nuestros propios dueños. Y no es así. Bien rezamos en el Salmo: “mi
vida está en sus manos”. Tan en manos de Dios está nuestra vida que
¡cada latido de nuestro corazón depende de Él!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En la Segunda Lectura (Gal 5, 1 y 13-18) San Pablo
nos habla de la libertad. “Cristo nos ha liberado, para que seamos
libres”. Sí. Cristo nos liberó del secuestro en que nos tenía
el Demonio. Después de la redención de Cristo somos libres del pecado y
de la muerte en que nos tenía Satanás. Por eso San Pablo nos advierte de
que no volvamos a caer en lo mismo. “No se sometan de nuevo”. Nuestra
vocación, nos dice el Apóstol, “es la libertad”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y entonces, nos habla del recto uso de la libertad.
Libertad no es libertinaje. Libertad no es hacer lo que a uno le venga en
gana. Eso sería “tomar la libertad como un pretexto para satisfacer
el egoísmo”. Más bien nos dice que, en esa libertad, debemos
hacernos “servidores unos de los otros por amor... pues si ustedes se
muerden y se devoran mutuamente, acabarán por destruirse”. Es lo que
vemos a nuestro derredor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y todo porque no vivimos “de acuerdo a las exigencias
del Espíritu”, sino que nos hemos dejado “arrastrar por el desorden
egoísta del hombre. Este desorden está en contra del Espíritu de Dios”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ese desorden que promueve el Maligno “es tan radical,
que nos impide hacer lo que querríamos hacer”. Nos impide ser
verdaderamente libres.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZjfEBQtZVbjWdsUqZw6bp3amsNt0cEVmYS9BeztrcqZG1dq3pkL8MI0LxzoIEmXG5gMRmphzBPK-OANwc5ndinyixBTpN6zdd2mWJYx3qCi3X2HW4pFpzdWidJppDzxbz0lxKuOgjeki0abkD5-VTh4HVHEEeJtMkPRhDpKOKN3moZjlTDeb_GDxBVA/s434/jesus-con-los-doce.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="228" data-original-width="434" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZjfEBQtZVbjWdsUqZw6bp3amsNt0cEVmYS9BeztrcqZG1dq3pkL8MI0LxzoIEmXG5gMRmphzBPK-OANwc5ndinyixBTpN6zdd2mWJYx3qCi3X2HW4pFpzdWidJppDzxbz0lxKuOgjeki0abkD5-VTh4HVHEEeJtMkPRhDpKOKN3moZjlTDeb_GDxBVA/w400-h210/jesus-con-los-doce.webp" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Creemos que somos libres y que estamos siendo libres.
Pero no lo somos. Somos realmente libres cuando, usando nuestra libertad,
nos sometemos libremente a la Voluntad de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En el Evangelio (Lc 9, 51-62) vemos a Jesús “tomando
la firme determinación de emprender viaje a Jerusalén, cuando ya se acercaba el
tiempo en que tenía que salir de este mundo”. Sabía que allí sería
juzgado injustísimamente, para luego morir crucificado. Y, con
"firme determinación”, siguió el camino hacia su inmolación en la cruz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En la ruta se presenta un inconveniente con los samaritanos,
quienes no quisieron recibirlo. Para ir a Jerusalén tenía que pasar por
Samaria, pero samaritanos y judíos se despreciaban mutuamente. Santiago y
Juan quieren hacer un mal uso del poder de Dios. “¿Quieres que
hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos”? Jesús, por
supuesto, los reprende. Y decide hospedarse en otra aldea.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y, mientras iba de camino, tres candidatos -pero
no a Presidente o a algún cargo público- sino a discípulos de Cristo, se cruzan
con ellos. Y esos tres “candidatos” representan a los muchos candidatos a
discípulos que el Señor ha tenido y que seguirá teniendo hasta que llegue el
fin del mundo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El primero se acerca al Maestro para ofrecérsele
como seguidor suyo: “Te seguiré dondequiera que vayas”, le dijo a
Jesús. Y éste le informa de una de las condiciones que tendrá que
afrontar: no hay seguridades terrenas. Al Jesús advertirle: “Las zorras
tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene en
dónde reclinar la cabeza”, le hace ver que hasta los animales tienen una
casa, un sitio donde vivir, pero El no tiene un sitio para dormir.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cómo puede ser esto? ¿Jesús no tenía casa? Mientras
vivió en Nazaret, antes de comenzar su predicación, efectivamente tenía donde
vivir. Pero al comenzar su vida pública andaba como un peregrino,
quedándose donde lo recibieran; pasaba las noches orando en un monte, o
acampaba en algún lugar en despoblado, es decir, a la intemperie.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijJgYNdPfIFmL9o_5KXwgn-0BJV_hJSOcjfZcXNyDhIE1-E8f5wMHRN9hdmrw2Ia-yMB7Pqv0Z3zzaBfnOmI3JpDnPAsN-pU3GkGb0tOX3SVzqSkDxO4lSZ7zKZdXUFLPRhCokfZCI1FL73IBTygO-rNeyepT9TJSUCdWtmL7EwSUsg6gsIOqQ43J80w/s1280/maxresdefault.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijJgYNdPfIFmL9o_5KXwgn-0BJV_hJSOcjfZcXNyDhIE1-E8f5wMHRN9hdmrw2Ia-yMB7Pqv0Z3zzaBfnOmI3JpDnPAsN-pU3GkGb0tOX3SVzqSkDxO4lSZ7zKZdXUFLPRhCokfZCI1FL73IBTygO-rNeyepT9TJSUCdWtmL7EwSUsg6gsIOqQ43J80w/w400-h225/maxresdefault.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El hogar es la base de la seguridad terrena. Y el
Señor advierte que quien quiera seguirlo debe desprenderse de las seguridades y
ventajas terrenas. ¿Significa que debemos quedarnos sin casa o
habitación? No. Al menos no todos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Los que siguen a Jesús en la vida religiosa tienen que tener
este desprendimiento especial de no tener hogar propio. Pero los que no
tenemos voto de pobreza y vivimos en el mundo, por supuesto tenemos nuestros
hogares, pero debemos aprender a seguir a Cristo sin intereses mezquinos ni
segundas intenciones y, además, sin importarnos que el camino a donde nos lleve
ese seguimiento pueda tornarse -como de hecho suele suceder- incómodo, difícil,
sin seguridades, en confianza ciega a lo que nos vaya exigiendo Dios, llegando
-incluso- a la inmolación total.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Al segundo candidato Jesús es quien le pide que le
siga y éste le respondió: “Señor, déjame ir primero a enterrar a mi
padre”. La respuesta de Jesús es fuerte: “Deja que los muertos
entierren a sus muertos. Tú, ve y anuncia el Reino de Dios”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es probable que la petición del candidato a discípulo no
haya sido simplemente para ocuparse del entierro de su padre muerto, sino que
era una expresión para significar que quería ocuparse de su padre mientras
viviera. En todo caso, la respuesta del Señor indica que cuando Él llama,
desea que se le responda de inmediato, sin retrasos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIJcInYnYWpqEzkfS8tg2whewOvIwao6TNmGTbQz2QVA7gcd8cbuLQTqMKWCnG9ZggKewLot1FZBcJEgBCNazKqH0hNpJJJ7m_LVoY-QIC9f7D5UAC1uo5nZEzK3F2OEMxaETgkHbqGkNA1reDAD_SmwoFizheNzwx_eKLAldwtBN2XbF5TNLS0I7w_Q/s1080/tumblr_o9dshe85JG1uu9ll7o1_1280.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1080" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIJcInYnYWpqEzkfS8tg2whewOvIwao6TNmGTbQz2QVA7gcd8cbuLQTqMKWCnG9ZggKewLot1FZBcJEgBCNazKqH0hNpJJJ7m_LVoY-QIC9f7D5UAC1uo5nZEzK3F2OEMxaETgkHbqGkNA1reDAD_SmwoFizheNzwx_eKLAldwtBN2XbF5TNLS0I7w_Q/w400-h266/tumblr_o9dshe85JG1uu9ll7o1_1280.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Porque... ¿qué significa amar a Dios sobre todas las
cosas? Significa ponerlo a Él primero que todo y también primero que todos.
Si Dios urge nuestro servicio, el responderle a Él va primero que todo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y con relación a la fuerte respuesta de Jesús (“que los
muertos entierren a sus muertos”), pareciera que el Señor se refiere a los
muertos en sentido espiritual. Posiblemente “vivos” serían los que Él
llama para anunciar el Reino de Dios, y “muertos” los “muertos” a la gracia,
que estaban cerrados al mensaje de salvación que Cristo vino a traer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El tercer candidato es probable que ya haya sido
seguidor de Jesús, y que le haya pedido autorización para volver por un tiempo
a su familia: “Te seguiré, Señor, pero déjame primero despedirme de mi
familia”. La respuesta de Jesús se refiere a la inconstancia: “El que
empuña el arado y mira hacia atrás no sirve para el Reino de Dios”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡Cuántas excusas! ¡Cuánta falta de perseverancia en el
servicio a Dios! ¡Cuántas marchas y contra-marchas! Para seguir a
Cristo hay que tener, como decía Santa Teresa de Jesús, “una determinada
determinación”, que es lo mismo que decir: “una decidida decisión”.
Porque vienen los momentos de decaimiento, desaliento, incomprensiones y
persecuciones, y de tentaciones también. Y -ya lo dice el Señor a este
tercer candidato- hay que saber que no hay vuelta a atrás. Hay que seguir
adelante. “¡Más hubiera valido no empezar!”, también exclama Santa Teresa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Todo esto se aplica muy especialmente a los Sacerdotes,
Religiosos y Religiosas, pero también se nos pueden presentar momentos
decisivos a las demás personas que formamos parte de los seguidores de Cristo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqSqOE-7VewcHQqybTkW-xCQhlpwxVoZwawCEs84f-tiB2qoDcxaBnHfOnPzUOVgrGILAG4Sjp-VfYlKlPugwTU8ZUo-R66SphVH_I-zk-CqdYO9omlIJrpb03YV3_XO9R9Ub-MYN1UZwluJzjqmtDHVdKxpSK_maIOavJlK5FCIJApTsWuXO3pi7gHw/s960/FV1mmoQWYAAEZzo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="960" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqSqOE-7VewcHQqybTkW-xCQhlpwxVoZwawCEs84f-tiB2qoDcxaBnHfOnPzUOVgrGILAG4Sjp-VfYlKlPugwTU8ZUo-R66SphVH_I-zk-CqdYO9omlIJrpb03YV3_XO9R9Ub-MYN1UZwluJzjqmtDHVdKxpSK_maIOavJlK5FCIJApTsWuXO3pi7gHw/w400-h300/FV1mmoQWYAAEZzo.jpg" width="400" /></a></div><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es en esos momentos cuando necesitamos tener
perseverancia. A veces hasta habría que renunciar a cosas lícitas, como
pueden ser los bienes materiales, nuestra seguridad, ciertas comodidades,
nuestra realización personal. Y es que el Señor pueda que nos pida dejar
de lado todas o algunas de estas cosas para seguirlo a Él. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><b><span style="font-size: x-small;"><br /></span></b></p><p><b><span style="font-size: x-small;">Fuentes:</span></b></p><p><b><span style="font-size: x-small;">Sagradas Escrituras</span></b></p><p><b><span style="font-size: x-small;">Evangeli.org</span></b></p><p><b><span style="font-size: x-small;">Homilia.org</span></b></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-35636884909336275992022-06-19T10:46:00.003+02:002022-06-19T10:46:39.638+02:00«Dadles vosotros de comer» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiQf63rk4R6heyCCZrhnp5JjQu3sFz7fyEzdH67xuf2RARBuw_9x1OxH-f6MnZKVZTCt-1bXvljfuESE3yGj83GN5Nyx4m96AKfQKoYYfHIudyP9FIK5X_ttCfZoxAcX-JJPHfAMenl8bmEZu1RaPRyQlkVIggRgiMt4kAkprYCeekmekFJAxBMSlY4A/s1030/DadlesVosotrosComer_6928.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="1030" height="233" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiQf63rk4R6heyCCZrhnp5JjQu3sFz7fyEzdH67xuf2RARBuw_9x1OxH-f6MnZKVZTCt-1bXvljfuESE3yGj83GN5Nyx4m96AKfQKoYYfHIudyP9FIK5X_ttCfZoxAcX-JJPHfAMenl8bmEZu1RaPRyQlkVIggRgiMt4kAkprYCeekmekFJAxBMSlY4A/w400-h233/DadlesVosotrosComer_6928.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy es el día más grande para el corazón de un cristiano,
porque la Iglesia, después de festejar el Jueves Santo la institución de la
Eucaristía, busca ahora la exaltación de este augusto Sacramento, tratando de
que todos lo adoremos ilimitadamente. «Quantum potes, tantum aude...»,
«atrévete todo lo que puedas»: ésta es la invitación que nos hace santo Tomás
de Aquino en un maravilloso himno de alabanza a la Eucaristía. Y esta
invitación resume admirablemente cuáles tienen que ser los sentimientos de
nuestro corazón ante la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Todo lo
que podamos hacer es poco para intentar corresponder a una entrega tan humilde,
tan escondida, tan impresionante. El Creador de cielos y tierra se esconde en
las especies sacramentales y se nos ofrece como alimento de nuestras almas. Es
el pan de los ángeles y el alimento de los que estamos en camino. Y es un pan
que se nos da en abundancia, como se distribuyó sin tasa el pan milagrosamente
multiplicado por Jesús para evitar el desfallecimiento de los que le seguían:
«Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían
sobrado: doce canastos» (Lc 9,17).<br />
<br />
Ante esa sobreabundancia de amor, debería ser imposible una respuesta remisa.
Una mirada de fe, atenta y profunda, a este divino Sacramento, deja paso
necesariamente a una oración agradecida y a un encendimiento del corazón. San
Josemaría solía hacerse eco en su predicación de las palabras que un anciano y
piadoso prelado dirigía a sus sacerdotes: «Tratádmelo bien».<br />
<br />
Un rápido examen de conciencia nos ayudará a advertir qué debemos hacer para
tratar con más delicadeza a Jesús Sacramentado: la limpieza de nuestra alma
—siempre debe estar en gracia para recibirle—, la corrección en el modo de
vestir —como señal exterior de amor y reverencia—, la frecuencia con la que nos
acercamos a recibirlo, las veces que vamos a visitarlo en el Sagrario...
Deberían ser incontables los detalles con el Señor en la Eucaristía. Luchemos
por recibir y por tratar a Jesús Sacramentado con la pureza, humildad y devoción
de su Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Lucas (9,11b-17):</span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipUNxNHUhzxH_7IG4mZeGNuYanm2V3sxDWH_WFoiIXYKOSpCUvfxUK-CjxG_X5CZzkts1Ax1VDu_Gof3AXYlhYjFy3mKNYRJ5noFPkkQhbi9Oaa6ORAMOtLUs9c5rOBxa5adSGdGZ-0O64tdEqc1S5wPmBQ_ovO_tmkGluvOSAbRrUzg1_cYiffZC60w/s800/Lucas-911b-17%20Evangelio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="800" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipUNxNHUhzxH_7IG4mZeGNuYanm2V3sxDWH_WFoiIXYKOSpCUvfxUK-CjxG_X5CZzkts1Ax1VDu_Gof3AXYlhYjFy3mKNYRJ5noFPkkQhbi9Oaa6ORAMOtLUs9c5rOBxa5adSGdGZ-0O64tdEqc1S5wPmBQ_ovO_tmkGluvOSAbRrUzg1_cYiffZC60w/w400-h200/Lucas-911b-17%20Evangelio.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
<br />
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a
los que lo necesitaban.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: «Despide a la gente; que
vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida,
porque aquí estamos en descampado.»</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
Él les contestó: «Dadles vosotros de comer.»</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que
vayamos a comprar de comer para todo este gentío.» Porque eran unos cinco mil
hombres.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
Jesús dijo a sus discípulos: «Decidles que se echen en grupos de unos
cincuenta.»</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos
peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió
y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron
todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.<br />
<br />
Palabra del Señor</span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5bQ6wr2Q1ElTbCuirk-UulsRXbWLqE8lKoX9bfqNx25AqK7jhx6Db7xfEmscGEcAmWgpNIJLA9TphdV2vg7-mAl2O2PxXndA1SL0xVfAiVbtnTCx85pNswwFplKwGyEToIGP-qGSYHb5H9uiEuVCDP6QbXMK5hj3bZyLk05f41EyGFIswNBBvFtl2JQ/s359/images.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="140" data-original-width="359" height="156" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5bQ6wr2Q1ElTbCuirk-UulsRXbWLqE8lKoX9bfqNx25AqK7jhx6Db7xfEmscGEcAmWgpNIJLA9TphdV2vg7-mAl2O2PxXndA1SL0xVfAiVbtnTCx85pNswwFplKwGyEToIGP-qGSYHb5H9uiEuVCDP6QbXMK5hj3bZyLk05f41EyGFIswNBBvFtl2JQ/w400-h156/images.jpg" width="400" /></a></b></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Jesucristo murió, resucitó y subió a los Cielos, y está
sentado a la derecha de Dios Padre. Pero también permanece en la hostia
consagrada, en todos los sagrarios del mundo. Y allí está vivo, en Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad; es decir: con todo su ser de Hombre y todo su
Ser de Dios, para ser alimento de nuestra vida espiritual. Este es el
gran misterio que conmemoramos en la Fiesta de Corpus Christi.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero el milagro del Cuerpo de Cristo va mucho más lejos:
estar en Misa es estar también en el Calvario y en el Cielo. En efecto,
la Santa Misa es el milagro más grande de tiempo y espacio que podemos vivir.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Santa Misa no es una repetición del sacrificio de Cristo
en el Calvario, sino que es exactamente el mismo Sacrificio del Calvario: como
si los asistentes a la Misa estuviéramos allá a los pies de la Cruz en aquel
primer Viernes Santo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Esta conexión queda bellamente sugerida en la película La
Pasión de Mel Gibson. En este film hay recuerdos llenos de un contenido
teológico-bíblico maravilloso y exquisito.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Al llegar Jesús al Gólgota, soltando la cruz, mira al
cielo. Para hacer la conexión con la Eucaristía, la imagen cambia a la
Última Cena cuando le son presentados a Jesús los panes cubiertos con un
paño. De inmediato volvemos al Calvario y vemos a Cristo siendo despojado
de sus vestiduras. El Cuerpo desnudo del Calvario es el mismo Cuerpo del
Pan de la Cena: Corpus Christi.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Ya crucificado, antes de ser levantada la Cruz, la película
nos traslada al preciso momento de la institución de la Eucaristía. Jesús
toma el pan en la mano, lo parte y dice: “Tomen y coman todos de él,
porque este es mi Cuerpo que será entregado por ustedes.” Ya su Cuerpo, el
mismo que nos había ofrecido en la Última Cena –el mismo que nos ofrece en cada
Eucaristía- estaba siendo entregado en la cruz.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJgiWJrGrXnVexOi_XTgM3DLw0oOGd4rikpHhW70iTYyC3ZTkHsUDnIbTs6l5HvYJa9qotK9Ulz8B117QUkdntjwF6-cs1nCQoSLju1KCWAkK9trD0f3_w_Q3tOtzHQT99cTYsUtr59yRKXcx8coTw5ye-ITMp4EKW1147felKEu3oSY9YP0otAtQ3Xw/s450/multiplicacic3b3n-de-los-panes.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="292" data-original-width="450" height="260" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJgiWJrGrXnVexOi_XTgM3DLw0oOGd4rikpHhW70iTYyC3ZTkHsUDnIbTs6l5HvYJa9qotK9Ulz8B117QUkdntjwF6-cs1nCQoSLju1KCWAkK9trD0f3_w_Q3tOtzHQT99cTYsUtr59yRKXcx8coTw5ye-ITMp4EKW1147felKEu3oSY9YP0otAtQ3Xw/w400-h260/multiplicacic3b3n-de-los-panes.jpg" width="400" /></a></div><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Luego, mientras la Cruz es levantada, vemos mucha sangre
manar del cuerpo de Cristo, y enseguida aparece el flashback de Jesús con el
cáliz de vino entre sus manos. Toma un sorbo y dice: “Tomen y
beban. Este es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la Alianza Nueva y
Eterna, que será derramada por ustedes y por todos para el perdón de los
pecados. Hagan esto en memoria mía”. Y en ese momento se ve a
Juan tomando el vino. Luego se vuelve a la crucifixión, y Jesús sangra
aún más.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Tal como lo anunció al presentar el Cáliz en la Última Cena:
Su Sangre es derramada por nosotros para perdonar nuestros pecados; Su Cuerpo
es entregado por nosotros. Y ese Cuerpo y esa Sangre -los mismos de la Cruz- son
el Pan y el Vino consagrados, cuando el Sacerdote pronuncia las mismas palabras
de Cristo en la Última Cena. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Consagración es el Calvario. Pero en la Comunión
recibimos a Jesús Resucitado, vivo, para Él comunicarnos su Vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”,
dice el Sacerdote al presentarnos la Hostia Consagrada antes de la
Comunión. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿dónde está el Cordero de Dios también? Nos lo dice
el Apocalipsis. Está en el Cielo. Cristo es el “Cordero
que está de pie, a pesar de haber sido sacrificado” en pleno centro del
Trono Celestial. Y es por Él y a Él que cantan y alaban todos los Ángeles
y Santos del Cielo (Ap 5, 6-14).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">De tal forma que cuando estamos en Misa, estamos allí, pero
estamos también en el Calvario y en el Cielo. Estamos en Misa, pero
estamos presenciando la muerte de Cristo en la cruz… y también estamos
participando de la Liturgia Celestial que nos narra el Apocalipsis.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡Qué gran milagro es la Santa Misa y la Comunión! Es
el milagro más grande de tiempo y espacio que podamos vivir. ¿Nos damos
cuenta? Y ¿nos damos cuenta de cuánto hace Dios para darse a nosotros?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En la cueva de Belén era un bebé, que necesitaba ser cuidado
y amamantado. En la Cruz parecía un criminal. En la Eucaristía es
aún más humilde; ni siquiera parece humano: sólo parece pan y vino. ¡Y es
Dios!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwYHA0y1xa3c-l1zsB1Gb1RCwMLEfBQLM96M8F-YIJMTytcmntdFyNOyPIl8ehNOzE7bC4XEm_ZgBjmIMN-rYunpeC4gRlCDpBezjnztWtS9nNroGXmCj7qXJIzHk9-Yxt-Dz1IeSE_vhnARARXaGwkzXAlNIc2SlMtPl-Mq3jqbxt6N_d9uNggaPhxQ/s1024/cijaazhbm9qYFMj5irzjF1.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwYHA0y1xa3c-l1zsB1Gb1RCwMLEfBQLM96M8F-YIJMTytcmntdFyNOyPIl8ehNOzE7bC4XEm_ZgBjmIMN-rYunpeC4gRlCDpBezjnztWtS9nNroGXmCj7qXJIzHk9-Yxt-Dz1IeSE_vhnARARXaGwkzXAlNIc2SlMtPl-Mq3jqbxt6N_d9uNggaPhxQ/w400-h225/cijaazhbm9qYFMj5irzjF1.webp" width="400" /></a></div><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“¡Qué sublime humildad: Que el Señor de todo el universo,
Dios e Hijo de Dios, se humille así bajo la forma de un trocito de pan para
nuestra salvación!”, nos dice San Francisco de Asís.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“Reconoced en el Pan de la Eucaristía a Aquél que colgó de
la Cruz”, nos dice San Agustín.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Cierto que en este mundo no podemos ver a Dios con nuestros
propios ojos… Pero sí podemos verlo hecho pan y vino. Y podemos
alimentarnos de Él.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¡Cuántos no desearíamos poder ver a Jesús cara a cara!
Pero nos dice San Juan Crisóstomo que sí lo vemos, que lo tocamos. ¡Que
hasta lo comemos! “Él se da a ti, no sólo para verlo, sino también para
ser alimento y nutrición para ti”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Nos damos cuenta, entonces, cuánto nos ama Dios? ¿Nos
damos cuenta cuánto hace para estar con nosotros? La Madre Teresa de
Calcuta expresa muy bien la muestra de Amor de Dios que es la Eucaristía:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“Cuando vemos el Crucifijo, podemos comprender cuánto nos
amó Jesús entonces. Cuando vemos la Sagrada Hostia comprendemos cuándo
nos ama Jesús ahora.” <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtwuoI5w9S44BybCGgHUz40TnfQKC4OdfT8MLVnOvPJGrBnuFuiAOt39N3lV_Ak20I9xU7PHFIq5Qmf3d4t7rKEq5q7DxX9REZT0jvgl_ApJ8u-haO8VeHa7Zhxx88yrJOnbPwQjeuXdezsia-YUanK8QROqJ9KRlSXlZLST4qijNxcYKHDyKb8NafJA/s600/29%20MAY.%2020100929_pane.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="595" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtwuoI5w9S44BybCGgHUz40TnfQKC4OdfT8MLVnOvPJGrBnuFuiAOt39N3lV_Ak20I9xU7PHFIq5Qmf3d4t7rKEq5q7DxX9REZT0jvgl_ApJ8u-haO8VeHa7Zhxx88yrJOnbPwQjeuXdezsia-YUanK8QROqJ9KRlSXlZLST4qijNxcYKHDyKb8NafJA/w396-h400/29%20MAY.%2020100929_pane.jpeg" width="396" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El misterio del Corpus Christi es el Regalo más grande que
Jesús nos ha dejado: Es Su Cuerpo y su Sangre entregados en la Cruz para ser su
Presencia Real y Viva en medio de nosotros cuando Lo reconocemos y Lo adoramos
en la Hostia Consagrada. Pero, sobre todo, para ser alimento de nuestra
vida espiritual cuando lo recibimos en la Sagrada Comunión.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Fuentes:<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Evangeli.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Homilia.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-60206422555298443992022-06-13T19:52:00.000+02:002022-06-13T19:52:18.238+02:00Festividad de La Santísima Trinidad!!<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1s6tVoaKo7rboRFjp0g_ubh-VZWm2xn-ZjKqUwT2Ojg2gm7Hku3j5fHn2-Sc1zUc5I3SgmqSF7fdi3KXeN8YthHlArleYNvVvqVkeRy3AIVmvgDZcginvYVznz7NfBIyQfZ7rKnuxuuUyJMCkBZnW_freKgkiQnBd-gDjRkboddXzDBCRsyL97HWIgA/s900/SantisimaTrinidad_190516.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="900" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1s6tVoaKo7rboRFjp0g_ubh-VZWm2xn-ZjKqUwT2Ojg2gm7Hku3j5fHn2-Sc1zUc5I3SgmqSF7fdi3KXeN8YthHlArleYNvVvqVkeRy3AIVmvgDZcginvYVznz7NfBIyQfZ7rKnuxuuUyJMCkBZnW_freKgkiQnBd-gDjRkboddXzDBCRsyL97HWIgA/w400-h223/SantisimaTrinidad_190516.webp" width="400" /></a></div><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Un solo Dios en tres Personas: El Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo.<br />
<br />
La Iglesia dedica el este domingo después de Pentecostés a la
celebración del día de la Santísima Trinidad,<br />
<br />
Un misterio es todo aquello que no podemos entender con la razón. Es algo que
sólo podemos comprender cuando Dios nos lo revela.<br />
<br />
El misterio de la Santísima Trinidad -Un sólo Dios en tres Personas distintas-,
es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de
Dios en Sí mismo.<br />
<br />
Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que entendieron los
Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador
enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo
dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era
Padre, Hijo y Espíritu Santo.<br />
<br />
Los católicos creemos que la Trinidad es Una. No creemos en tres dioses, sino
en un sólo Dios en tres Personas distintas. No es que Dios esté dividido en
tres, pues cada una de las tres Personas es enteramente Dios.<br />
<br />
Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma divinidad, la
misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección; son un sólo Dios. Además,
sabemos que cada una de las Personas de la Santísima Trinidad está totalmente
contenida en las otras dos, pues hay una comunión perfecta entre ellas.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcDkJHsjDOAttMuWfjLAiSfRbdMNCULRQunC-m0IDaN_fiTNb-fKnzZ4niQxT4uTaeATgLo6eveLyjF5-49uAYFG2dK5Cs3YjIpXHcPCuSRalrhN5qiw2eIE09drc7PGdey2crNiiG21Qdsy3QohUeNneXX7mDHgbIF7ZHTS3y9tLlxKqSwVWBk32pDA/s765/7471063d779561a872d15d1745ffe9c8.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="765" data-original-width="550" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcDkJHsjDOAttMuWfjLAiSfRbdMNCULRQunC-m0IDaN_fiTNb-fKnzZ4niQxT4uTaeATgLo6eveLyjF5-49uAYFG2dK5Cs3YjIpXHcPCuSRalrhN5qiw2eIE09drc7PGdey2crNiiG21Qdsy3QohUeNneXX7mDHgbIF7ZHTS3y9tLlxKqSwVWBk32pDA/w288-h400/7471063d779561a872d15d1745ffe9c8.jpg" width="288" /></a><br /><br /><br /><br />
Con todo, las personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí, dada la
diversidad de su misión: Dios Hijo-por quien son todas las cosas- es enviado
por Dios Padre, es nuestro Salvador. Dios Espíritu Santo-en quien son todas las
cosas- es el enviado por el Padre y por el Hijo, es nuestro Santificador.<br />
<br />
<br />
Lo vemos claramente en la Creación, en la Encarnación y en Pentecostés<br />
<br />
En la Creación, Dios Padre está como principio de todo lo que existe.<br />
En la Encarnación, Dios se encarna, por amor a nosotros, en Jesús, para
liberarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.<br />
En Pentecostés, el Padre y el Hijo se hacen presentes en la vida del hombre en
la Persona del Espíritu santo, cuya misión es santificarnos, iluminándonos y
ayudándonos con sus dones a alcanzar la vida eterna.<br />
<br />
Para explicar este gran misterio, existen ciertos símbolos que son entendibles
a nuestra razón: La Santísima Trinidad es simbolizada como un triángulo.<br />
Cada uno de los vértices es parte del mismo triángulo y sin embargo cada uno es
distinto<br />
<br />
También podemos simbolizar a la Santísima Trinidad como una vela encendida: </span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La
vela en sí misma simboliza al Padre, la cera que escurre es el Hijo, que
procede del Padre y la llama encendida es el Espíritu Santo. Los tres son
"vela", pero son distintos entre sí. Hay quienes simbolizan a la Santísima
Trinidad en forma de trébol. Cada una de las hojas es "trébol" pero
son distintas entre sí.<br />
<br />
¿Qué hacemos al persignarnos? "En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo" Es costumbre de los católicos repetir frecuentemente estas
palabras, principalmente al principio y al fin de nuestras acciones.<br />
<br />
Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el
misterio de la Santísima Trinidad.<br />
<br />
- En el nombre del Padre: Ponemos la mano sobre la frente, señalando el cerebro
que controla todo nuestro cuerpo, recordando en forma simbólica que Dios es la
fuente de nuestra vida.<br />
<br />
-...y del Hijo: Colocamos la mano en el pecho, donde está el corazón, que
simboliza al amor. Recordamos con ello que por amor a los hombres, Jesucristo se
encarnó, murió y resucitó para librarnos del pecado y llevarnos a la vida
eterna.<br />
<br />
-...Y del Espíritu Santo: Colocamos la mano en el hombre izquierdo y luego en
el derecho, recordando que el Espíritu Santo nos ayuda a cargar con el peso de
nuestra vida, el que nos ilumina y nos da la gracia para vivir de acuerdo a los
mandatos de Jesucristo.<br />
<br />
Algunas personas argumentan que no es verdad porque no podemos entender el
misterio de la Santísima Trinidad a través de la razón. Esto es cierto, no
podemos entenderlo con la sola razón, necesitamos de la fe ya que se trata de
un misterio. Es un misterio hermoso en el que Dios nos envía a su Hijo para
salvarnos.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Fuente:<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Catholic.net<o:p></o:p></span></b></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-86763596276728421772022-06-05T13:26:00.000+02:002022-06-05T13:26:12.887+02:00«Recibid el Espíritu Santo» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJZ24YzKNDwx9v44TxGh1fS-4XZqgzhg-2HHQHAgF1JeTH3tVjnwRQoCoGh8i0RNde2_16lEBvtABCHtC8UY7eDCtXHOa1NSK6eQLM2li8s0YSAigjeg6CznZYm7Ry11HF1pFuKQJtb-0eqhv1cg_N4Lf6vjaWMitbHDyW5fCTQ8ihY4fwwQTf3B5XuQ/s600/imagen-pentecostes%20%20guay.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="491" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJZ24YzKNDwx9v44TxGh1fS-4XZqgzhg-2HHQHAgF1JeTH3tVjnwRQoCoGh8i0RNde2_16lEBvtABCHtC8UY7eDCtXHOa1NSK6eQLM2li8s0YSAigjeg6CznZYm7Ry11HF1pFuKQJtb-0eqhv1cg_N4Lf6vjaWMitbHDyW5fCTQ8ihY4fwwQTf3B5XuQ/w328-h400/imagen-pentecostes%20%20guay.jpg" width="328" /></a></div><p></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, en el día de Pentecostés se realiza el cumplimiento de
la promesa que Cristo había hecho a los Apóstoles. En la tarde del día de
Pascua sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo» (Jn 20,22). La
venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés renueva y lleva a plenitud ese
don de un modo solemne y con manifestaciones externas. Así culmina el misterio
pascual.<br />
<br />
El Espíritu que Jesús comunica, crea en el discípulo una nueva condición
humana, y produce unidad. Cuando el orgullo del hombre le lleva a desafiar a
Dios construyendo la torre de Babel, Dios confunde sus lenguas y no pueden
entenderse. En Pentecostés sucede lo contrario: por gracia del Espíritu Santo,
los Apóstoles son entendidos por gentes de las más diversas procedencias y
lenguas.<br />
<br />
El Espíritu Santo es el Maestro interior que guía al discípulo hacia la verdad,
que le mueve a obrar el bien, que lo consuela en el dolor, que lo transforma
interiormente, dándole una fuerza, una capacidad nuevas.<br />
<br />
El primer día de Pentecostés de la era cristiana, los Apóstoles estaban
reunidos en compañía de María, y estaban en oración. El recogimiento, la
actitud orante es imprescindible para recibir el Espíritu. «De repente, un
ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban.
Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose
encima de cada uno» (Hch 2,2-3).</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxbn6PucQcGe5Fw3dgeRGezEexiRgKNEcSJdwZu9UISPVK0GNeduu95uYO6mWCpLjDnYqwpnxWSctjkbnk1ufilBS-qttdW_8kVcVHX-m1AxuGYYVEBeudvUuGIrmPgklkkRaKIx2ilrh3xTZSz4MckgzmfYSo-P4PibNv4uWFb2jwV7n1hgNzzfRaOA/s1280/maxresdefault.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxbn6PucQcGe5Fw3dgeRGezEexiRgKNEcSJdwZu9UISPVK0GNeduu95uYO6mWCpLjDnYqwpnxWSctjkbnk1ufilBS-qttdW_8kVcVHX-m1AxuGYYVEBeudvUuGIrmPgklkkRaKIx2ilrh3xTZSz4MckgzmfYSo-P4PibNv4uWFb2jwV7n1hgNzzfRaOA/w400-h225/maxresdefault.jpg" width="400" /></a><br /><br /><br />
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y se pusieron a predicar
valientemente. Aquellos hombres atemorizados habían sido transformados en
valientes predicadores que no temían la cárcel, ni la tortura, ni el martirio.
No es extraño; la fuerza del Espíritu estaba en ellos.<br />
<br />
El Espíritu Santo, Tercera Persona de la Santísima Trinidad, es el alma de mi
alma, la vida de mi vida, el ser de mi ser; es mi santificador, el huésped de
mi interior más profundo. Para llegar a la madurez en la vida de fe es preciso
que la relación con Él sea cada vez más consciente, más personal. En esta
celebración de Pentecostés abramos las puertas de nuestro interior de par en
par.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Juan (20,19-23):<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkA-pofgqAZNiXJ6xSgZhWxnUsXlvmLNmu-OcUrzlzYYYIjjk0SC44LoWqVC8rTFHcRJwbQ9hNoQVQP2NQ2fhRfmDGHyvphjjD9fL5WX491Ql_7xaIGd82XsMf4Y_Ofuq6j9UIoYrqJDZSg27gtceAxOyREQxbqVzl4pItXm-SNJ3zpMZ3TXRbHqEfZQ/s960/Evangelio-09%20%20evengelio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="960" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkA-pofgqAZNiXJ6xSgZhWxnUsXlvmLNmu-OcUrzlzYYYIjjk0SC44LoWqVC8rTFHcRJwbQ9hNoQVQP2NQ2fhRfmDGHyvphjjD9fL5WX491Ql_7xaIGd82XsMf4Y_Ofuq6j9UIoYrqJDZSg27gtceAxOyREQxbqVzl4pItXm-SNJ3zpMZ3TXRbHqEfZQ/w400-h250/Evangelio-09%20%20evengelio.jpg" width="400" /></a></b></div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en
una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró
Jesús, se puso en medio y les dijo:<br />
«Paz a vosotros».<br />
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se
llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:<br />
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».<br />
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:<br />
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan
perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgokJRSZFGoi0QCN92B0uF9cVRzHLEQ92OcvOpFEPfprAZN3t46crxuWtmUFSErzYuutf0CtM7tNjDcCif7B_PLJy9aue9Wj53lxoDlh0fhWdXX3wPfTIN9tqwQPkw8Z3pQkmdmPbWZ4eAUTVH42v9H9MuhrX0eiqATI_kGNfwfce4DGxeLAkjl8ULZnA/s1000/cq5dam.thumbnail.cropped.1000.563%20%20grande.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="563" data-original-width="1000" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgokJRSZFGoi0QCN92B0uF9cVRzHLEQ92OcvOpFEPfprAZN3t46crxuWtmUFSErzYuutf0CtM7tNjDcCif7B_PLJy9aue9Wj53lxoDlh0fhWdXX3wPfTIN9tqwQPkw8Z3pQkmdmPbWZ4eAUTVH42v9H9MuhrX0eiqATI_kGNfwfce4DGxeLAkjl8ULZnA/w400-h225/cq5dam.thumbnail.cropped.1000.563%20%20grande.jpeg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Estamos celebrando “Pentecostés”, cincuenta días después de
la Resurrección. De esa cifra, “50”, viene la palabra “Pentecostés”, día
de la venida del Espíritu Santo a los Apóstoles, reunidos con la Santísima
Virgen María.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Jesús había hablado de esto en varias oportunidades y había
asegurado a los Apóstoles que después de Él irse, vendría el Espíritu
Santo. Una de las personas a quien habló Jesús sobre el Espíritu Santo
fue a Nicodemo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nicodemo era un judío, perteneciente al grupo religioso de
los Fariseos, que tenía una preocupación sincera por conocer la Verdad acerca
de Dios y acerca de Jesús. Era maestro de la Ley, pero quería aprender
del verdadero Maestro. De allí que un día fue de noche, a escondidas, a
ver a Jesús, para aprender de Él. (cf. Jn. 3, 1-9). Tanto aprendió y
tanto creyó en Jesús que fue uno de los pocos “valientes” que estuvo para el
momento de la sepultura de Cristo (cf. Jn. 19, 39).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En esa noche de enseñanza, Nicodemo le pregunta sorprendido
a Jesús: “¿Cómo puede volver a nacer un hombre ya viejo?” (Jn 3, 4). ¡Claro!
Tenía que sorprenderse: el Maestro le acababa de decir esto: “En verdad
te digo, nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo, de
arriba”. (Jn 3, 3-7)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Ante el asombro de Nicodemo, Cristo le explica: “El que
no renace del agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el Reino de Dios
... Por eso no te extrañes que te haya dicho que necesitas nacer de nuevo, de
arriba”. (Jn 3, 3-7)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿qué es nacer de nuevo, de arriba? Para entender
esto, no hay más que ver a los Apóstoles antes y después de Pentecostés (cfr.
Hech. 2, 1-11 y 5, 17-41). Antes eran torpes para entender
las Sagradas Escrituras y aún para entender las enseñanzas que recibieron
directamente del Señor. También eran débiles en su fe, deseosos de los
primeros puestos y envidiosos entre ellos. Además, tenían muchísimo miedo
de que los ubicaran como seguidores de Jesús, no fuera que corrieran su misma
suerte.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3Dp_qkI8fvqQjzKK8QEbZPCiPpfN7A40uwWjxLetjCmLBOazeGW5TXN0y9kAJEPTYc7ImtIToqUCzoqMG6i9wCRur4BLRvlLrrdLd7OBwk3t8wIF7DVEM4PjYYrYUojD0245MGqFZYHrNrn6g9kkLvCVepmCq7BkoL86tVmpjtxkBYCLOyF6zn_3TkQ/s1275/286000930_714367756562641_4637811853516549981_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1275" data-original-width="1024" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3Dp_qkI8fvqQjzKK8QEbZPCiPpfN7A40uwWjxLetjCmLBOazeGW5TXN0y9kAJEPTYc7ImtIToqUCzoqMG6i9wCRur4BLRvlLrrdLd7OBwk3t8wIF7DVEM4PjYYrYUojD0245MGqFZYHrNrn6g9kkLvCVepmCq7BkoL86tVmpjtxkBYCLOyF6zn_3TkQ/w321-h400/286000930_714367756562641_4637811853516549981_n.jpg" width="321" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero luego de recibir el Espíritu Santo en Pentecostés,
cambiaron totalmente: se lanzaron a predicar sin ningún temor, llenos de
sabiduría divina, con un poder de comunicación especial dado por el Espíritu
Santo. En el idioma que fuera necesario, llamaban a todos -judíos y
extranjeros- a la conversión.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">A los que creían en el mensaje de Jesucristo Salvador, los
iban bautizando. Así comienzan a formar nuevos discípulos y comunidades
de cristianos. Además, asistían a los necesitados.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Los torpes de antes comienzan a actuar con la Sabiduría de
Dios. Los envidiosos de antes asumen cada uno el lugar que le corresponde
en la Iglesia de Cristo. Los temerosos de antes sufren persecuciones y
llegan incluso a sufrir el martirio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así comenzó la primera evangelización. Ahora en nuestros
días, al comienzo de este Tercer Milenio, los Papas (Juan Pablo II, Benedicto
XVI y Francisco) y los Obispos nos están llamando a realizar una “nueva evangelización”.
Pero para eso necesitamos ser transformados por el Espíritu Santo, como los
Apóstoles en Pentecostés.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nos dijo el Papa Juan Pablo II que el objetivo prioritario
de la “Nueva Evangelización” es el fortalecimiento de la fe y del testimonio de
los cristianos (TMA 42). Y Benedicto XVI ha creado el Pontificio Consejo
para la Nueva Evangelización, para impulsar la re-evangelización del mundo,
comenzando por Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Y el Papa
Francisco continúa con los planes para la nueva evangelización.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y ¿por qué es necesaria la Nueva Evangelización?
Porque la mayoría de los hombres y mujeres de este Tercer Milenio nos hemos
alejado demasiado de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Unos, porque queremos valernos por nosotros mismos, estando
a espaldas de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Otros, porque hemos dejado enturbiar y hasta apagar la fe
cristiana con elementos provenientes del paganismo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwLetH_5w4CPyGzKoEqeCvyZNX_9s_1S6T4b87swEiGKt0WIbHMOfEPtweG3PhdDl9z22K1JPrs58BS-IZrhroMoncC_EQaiMG-1QC7ngYhn9L83m5F2KYw1nLq56jCFOVPFToqBSVAGZruX-RM6E4JmlLADg9v7o1s6Fdcsd1Z2vLm3BcKU8Aj7iK7w/s900/210422-Pentecost%C3%A9s-1776-Veneranda-Tertulia-(CC-BY-SA-4.0)%20%20facebook.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="900" height="223" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwLetH_5w4CPyGzKoEqeCvyZNX_9s_1S6T4b87swEiGKt0WIbHMOfEPtweG3PhdDl9z22K1JPrs58BS-IZrhroMoncC_EQaiMG-1QC7ngYhn9L83m5F2KYw1nLq56jCFOVPFToqBSVAGZruX-RM6E4JmlLADg9v7o1s6Fdcsd1Z2vLm3BcKU8Aj7iK7w/w400-h223/210422-Pentecost%C3%A9s-1776-Veneranda-Tertulia-(CC-BY-SA-4.0)%20%20facebook.webp" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Otros, porque nos hemos dejado convencer con los errores de
las sectas y de los nuevos movimientos religiosos, que tienden a asemejarse a
la Iglesia de Cristo, pero no lo son.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Otros, porque creemos que la religión es cosa que se diseña
a la medida de cada cual, como quien escoge lo que va a colocar en un carrito
de supermercado, o como quien usa los ingredientes que desee para preparar una
receta de cocina.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Estamos a riesgo de perder hasta la misma civilización con
todos los ataques que hay no sólo contra la Iglesia sino contra Dios, no sólo
contra la religión sino contra la misma civilización, y no sólo contra la fe,
sino contra la misma razón.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Nos damos cuenta de las ideas nocivas que están siendo
inyectadas a la cultura y a nuestro modo de ver las cosas? ¿Nos damos
cuenta que estas ideas ni siquiera son racionales? Por ejemplo: las
nuevas concepciones de la persona humana (sobre todo en cuanto al género), las
nuevas ideas sobre la pareja humana y la familia ¿serán racionales?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Entonces, para que nuestra generación no pierda la fe y
hasta la misma racionalidad, debemos “volver a nacer” de lo alto, debemos nacer
del Espíritu Santo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por ello, esa Fe que recibimos en el Bautismo necesita ser
purificada de toda confusión y necesita ser fortalecida, para que cada
cristiano pueda dar testimonio de Cristo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y… ¿en qué consiste dar testimonio de Cristo? Es ser y
vivir, pensar y actuar como Cristo lo haría si estuviera en nuestro
lugar. Precisamente en esto consiste evangelizar. Básicamente en
eso consiste la “nueva evangelización” a la cual el Papa Juan Pablo II nos
llamó, y la re-evangelización que quiso impulsar Benedicto XVI y que continúa
Francisco.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibhk3imtxHL1-IPQ7ARXtqaPZS1ArX_bftK3PnsYDo59sFQd0vn12QfM_-erQ9_F2bYn748iDfU0wtf05DoPjoDgqntwMlN946ZzWi5RGwJB604-Z9BMXqB8sEo1B6igz4R_-W9Hewgmyy4Dctk35XopMaNPBMZUpaV5Hf925Yd14FPymVM4OarJVGdA/s700/Imagen-3-3-700x450.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="700" height="258" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibhk3imtxHL1-IPQ7ARXtqaPZS1ArX_bftK3PnsYDo59sFQd0vn12QfM_-erQ9_F2bYn748iDfU0wtf05DoPjoDgqntwMlN946ZzWi5RGwJB604-Z9BMXqB8sEo1B6igz4R_-W9Hewgmyy4Dctk35XopMaNPBMZUpaV5Hf925Yd14FPymVM4OarJVGdA/w400-h258/Imagen-3-3-700x450.jpg" width="400" /></a></div><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero, para poder ser y actuar como Cristo, tenemos que
“volver a nacer”; es decir, tenemos que nacer del Espíritu Santo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cómo sabemos que hemos nacido del Espíritu Santo?
Veamos algunos síntomas:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Quien ha nacido del Espíritu Santo se da cuenta de que Dios
es lo más importante en su vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Quien ha nacido del Espíritu Santo se da cuenta de que
quiere vivir para Dios y para lo que Él le indique.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Quien ha nacido del Espíritu Santo se da cuenta de que,
aunque se ocupe de todo lo que tiene que ocuparse, (trabajo, estudios, familia,
amigos, etc.) toda su vida está centrada en Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Quien ha nacido del Espíritu Santo sabe que va caminando
hacia Dios y su encuentro definitivo con Él, que tendrá lugar al fin de los
tiempos o nos llega en el momento de nuestra muerte.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Quien ha nacido del Espíritu Santo, además, siente necesidad
de comunicarlo a los demás.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cómo volver a nacer? ¿Cómo nacer del Espíritu Santo?
¿Cómo puede suceder esa trasformación?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Veamos qué hicieron los Apóstoles. En primer lugar,
creyeron y obedecieron el anuncio del Señor: “No se alejen de Jerusalén, sino
que esperen lo que prometió el Padre, de lo que Yo les he hablado: que
Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo
dentro de pocos días” (Hch. 1, 4-5).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En segundo lugar, perseveraban en la oración junto con
María, la Madre de Jesús: “Todos ellos perseveraban en la oración
con un mismo espíritu ... en compañía de María, la Madre de Jesús ... Acudían
diariamente al Templo con mucho entusiasmo” (Hch 1, 12-14 y 2, 46).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHMBzs8OFqHEuchoyOucufwxkxd_mWb1E4fvJNFV3jhlNZyhGHsunuTp39SP75WZ7KCICiECD1x0GcqW5uUtiMXPE4Y7K84pz52S7fVN4A-RjO3rlxl7jllYTCtaBoHCRE2XSS-1mgYWwF09SLZJeYnOOk9LUApeYpSlKWYawl5hrduLId1xT0vL4riA/s640/pentecostes%20(3).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="472" data-original-width="640" height="295" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHMBzs8OFqHEuchoyOucufwxkxd_mWb1E4fvJNFV3jhlNZyhGHsunuTp39SP75WZ7KCICiECD1x0GcqW5uUtiMXPE4Y7K84pz52S7fVN4A-RjO3rlxl7jllYTCtaBoHCRE2XSS-1mgYWwF09SLZJeYnOOk9LUApeYpSlKWYawl5hrduLId1xT0vL4riA/w400-h295/pentecostes%20(3).jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El secreto es la oración, la oración con la Santísima Virgen
María, la oración diaria y perseverante, como los Apóstoles antes de
Pentecostés.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Para “volver a nacer” hay que creer en Dios, obedecerlo y
orar. Así “seremos bautizados en el Espíritu Santo”, y seremos guiados
por Él para defender a Dios, la Iglesia, la civilización, la Fe y la razón
misma. Que así sea.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><b><span style="font-size: x-small;">Fuentes:</span></b></p><p><b><span style="font-size: x-small;">Sagradas Escrituras</span></b></p><p><b><span style="font-size: x-small;">Evangeli.org</span></b></p><p><b><span style="font-size: x-small;">Homilias.org</span></b></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-64548192569704661942022-05-29T19:07:00.004+02:002022-05-29T19:07:56.664+02:00«Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjNILkGy-0KjM-yq2Tr_dFJqLftl5sPfQ8AjaUmTdUqMoTKn22PUESH75aGudIwmlgC6nuokrRxjhhtCvaqhiO9B0gtWy7pMuLjC-GoNIiuBOHvSZdYmpJEGFTS5TduIrORc3k85-QtpH6BfC7CY2jx9mlxMhKbv4k-OD31EOt9FdXBc6DNw939R1MBw/s393/ascension.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="393" data-original-width="290" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjNILkGy-0KjM-yq2Tr_dFJqLftl5sPfQ8AjaUmTdUqMoTKn22PUESH75aGudIwmlgC6nuokrRxjhhtCvaqhiO9B0gtWy7pMuLjC-GoNIiuBOHvSZdYmpJEGFTS5TduIrORc3k85-QtpH6BfC7CY2jx9mlxMhKbv4k-OD31EOt9FdXBc6DNw939R1MBw/w295-h400/ascension.jpg" width="295" /></a></div><p></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, Ascensión del Señor, recordamos nuevamente la “misión
que” nos sigue confiada: «Vosotros seréis testigos de estas cosas» (Lc 24,48).
La Palabra de Dios sigue siendo actualidad viva hoy: «Recibiréis la fuerza del
Espíritu Santo (...) y seréis mis testigos» (Hch 1,8) hasta los confines del
mundo. La Palabra de Dios es exigencia de urgente actualidad: «Id al mundo
entero y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16,15).<br />
<br />
En esta Solemnidad resuena con fuerza esa invitación de nuestro Maestro, que —revestido
de nuestra humanidad— terminada su misión en este mundo, nos deja para sentarse
a la diestra del Padre y enviarnos la fuerza de lo alto, el Espíritu Santo.<br />
<br />
Pero yo no puedo sino preguntarme: —El Señor, ¿actúa a través de mí? ¿Cuáles
son los signos que acompañan a mi testimonio? Algo me recuerda los versos del
poeta: «No puedes esperar hasta que Dios llegue a ti y te diga: ‘Yo soy’. Un
dios que declara su poder carece de sentido. Tienes que saber que Dios sopla a
través de ti desde el comienzo, y si tu pecho arde y nada denota, entonces está
Dios obrando en él».<br />
<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVnd6LH4DZDTl_xROarTA07G4WHwkghfs29nyn5T-DSm3he77E4H2qd5cIaGxUQj5xCsf2r9yv_EC-Dsn9nFPr_t4NHjTAf6e6SrzWltkwqBlwOB6SX87jR6SniDbPIl-5RpG_Fr1cFv6yIAZsVH7BvqaUWnXC6hvNgPa4DDAafkLAucq6xp80kW1F2w/s450/la-ascencion-del-se%C3%B1or-19.webp" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="296" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVnd6LH4DZDTl_xROarTA07G4WHwkghfs29nyn5T-DSm3he77E4H2qd5cIaGxUQj5xCsf2r9yv_EC-Dsn9nFPr_t4NHjTAf6e6SrzWltkwqBlwOB6SX87jR6SniDbPIl-5RpG_Fr1cFv6yIAZsVH7BvqaUWnXC6hvNgPa4DDAafkLAucq6xp80kW1F2w/w263-h400/la-ascencion-del-se%C3%B1or-19.webp" width="263" /></a><br /><br /><br />
Y éste debe ser nuestro signo: el fuego que arde dentro, el fuego que —como en
el profeta Jeremías— no se puede contener: la Palabra viva de Dios. Y uno
necesita decir: «¡Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de
alegría! Sube Dios entre aclamaciones, ¡salmodiad para nuestro Dios,
salmodiad!» (Sal 47,2.6-7).<br />
<br />
Su reinado se esta gestando en el corazón de los pueblos, en tu corazón, como
una semilla que está ya a punto para la vida. —Canta, danza, para tu Señor. Y,
si no sabes cómo hacerlo, pon la Palabra en tus labios hasta hacerla bajar al
corazón: —Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, dame espíritu de sabiduría y
revelación para conocerte. Ilumina los ojos de mi corazón para comprender la
esperanza a la que me llamas, la riqueza de gloria que me tienes preparada y la
grandeza de tu poder que has desplegado con la resurrección de Cristo.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Santo evangelio
según san Lucas (24,46-53):</b></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-wAJOM3vJ-efxTI_W-tweTrClfO7TE09QnaKOS_2JtcUlBnCZVdv40Yx9TgVPLvgmgj9zsnTxR5A88MAZS7ee_JikskvPg_v8smEa_6dHDD7DlJgulLr1tId17JDn3bwSRez5jST6jEPRLH4NZGO6rJyykmyfCj0Zii1S5SVPEKcscewDpfbAKRiB_A/s500/47980095673_c5ddab8111_o%20%20evangelio.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="200" data-original-width="500" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-wAJOM3vJ-efxTI_W-tweTrClfO7TE09QnaKOS_2JtcUlBnCZVdv40Yx9TgVPLvgmgj9zsnTxR5A88MAZS7ee_JikskvPg_v8smEa_6dHDD7DlJgulLr1tId17JDn3bwSRez5jST6jEPRLH4NZGO6rJyykmyfCj0Zii1S5SVPEKcscewDpfbAKRiB_A/w400-h160/47980095673_c5ddab8111_o%20%20evangelio.png" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías
padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se
predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos,
comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que
mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de
la fuerza de lo alto.»<br />
Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras
los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron
ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el
templo bendiciendo a Dios.<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiq6DsZGunGiu3XPhSlBFs2qO5A9vhld39DSqsAyb7l4TvTsg8Gfc7hywfW6HJ7yebsqKM9HmN99VeabV6ax0gSch2FS2dQb9vToSXOKkfFGlf_SuqOEE5__uFHXPVmVDOJC3m7f7VF4cBMs-OJYr73Ie6ecbgOviLqRhmYa-GhsYh1pN3BX9RdGrWWKw/s800/asension3%20Comentario.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="800" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiq6DsZGunGiu3XPhSlBFs2qO5A9vhld39DSqsAyb7l4TvTsg8Gfc7hywfW6HJ7yebsqKM9HmN99VeabV6ax0gSch2FS2dQb9vToSXOKkfFGlf_SuqOEE5__uFHXPVmVDOJC3m7f7VF4cBMs-OJYr73Ie6ecbgOviLqRhmYa-GhsYh1pN3BX9RdGrWWKw/w400-h225/asension3%20Comentario.jpeg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Estamos celebrando la Fiesta de la Ascensión de Jesucristo
nuestro Señor al Cielo. Y esta Fiesta nos provoca sentimientos de
alegría, pues el Señor asciende para reinar desde el Cielo (¡El es el Rey del
Universo!). Pero también evoca sentimientos de nostalgia, pues Jesucristo
se va ya de la tierra… como Hombre, porque como Dios sigue estando en todas
partes<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Recordemos que Jesucristo había resucitado después de una
muerte que fue ¡tan traumática! - traumática para Él por los sufrimientos intensísimos
a que fue sometido... y traumática también para sus seguidores, para sus
Apóstoles y discípulos, que quedaron estupefactos ante lo sucedido el Viernes
Santo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Luego viene para ellos la sorpresa de la Resurrección.
Al principio no creyeron lo que les dijeron las mujeres, luego el mismo Señor
Resucitado se les apareció varias veces, y entonces recordaron y creyeron lo
que Él les había anunciado. Pero fíjense: la verdad es que los
Apóstoles no entendían bien a Jesús cuando les anunciaba todo lo que iba a
suceder: lo de su muerte, su posterior resurrección y luego también lo de
su Ascensión al Cielo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">De muchas maneras les anunció el Señor lo que hoy
celebramos: su Ascensión. Y en esos anuncios se notaban en Jesús
sentimientos de nostalgia por dejar a sus Apóstoles. Fijémonos como les
habló sobre esto durante la Ultima Cena: “He deseado muchísimo celebrar esta
Pascua con ustedes... porque ya no la volveré a celebrar hasta ...” (Lc 22,
15-16). “Me voy y esta palabra los llena de tristeza” (Jn 16, 6)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0KBbqk6-roj6N2o4s0qlvKEf0WLFJdqmB3mxj2_ptfLy_bHhzY83VV_aeavk_iDsMX4iiN3B8h88E9yjzQi-tU9JIgBvmRAgpQUc6SfxJTeeQpDPMWnohytACiOuoannD4N3pWnPKlt2m-gCNkFSCfa213xN6yj_W_2uQHA8lseLPP2-9s4QUpL1eJQ/s900/0_s6SIQwC5OBKHFp7q%20Fcaebook.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="900" height="214" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0KBbqk6-roj6N2o4s0qlvKEf0WLFJdqmB3mxj2_ptfLy_bHhzY83VV_aeavk_iDsMX4iiN3B8h88E9yjzQi-tU9JIgBvmRAgpQUc6SfxJTeeQpDPMWnohytACiOuoannD4N3pWnPKlt2m-gCNkFSCfa213xN6yj_W_2uQHA8lseLPP2-9s4QUpL1eJQ/w400-h214/0_s6SIQwC5OBKHFp7q%20Fcaebook.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y en cada uno de los anuncios de su partida, Jesús trataba
de consolarlos: “Ahora me toca irme al Padre ... pero si me piden algo en
mi nombre, yo lo haré”. (Jn 14, 12-13)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Inclusive les dio argumentos sobre la conveniencia de su
vuelta al Padre: “En verdad, les conviene que yo me vaya, porque si
no me voy, no podrá venir a ustedes el Consolador. Pero si me voy, se los
enviaré ... les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he
dicho” (Jn 16, 7 y14, 26)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Después de su Resurrección, el Señor pasó unos cuarenta días
apareciéndose en la tierra a sus discípulos, a sus Apóstoles, a su Madre, para
fortalecerles la Fe.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> Es lo que nos refiere la Primera Lectura del Libro de
los Hechos de los Apóstoles: “Se les apareció después de la pasión, les
dio numerosas pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver
por ellos y les habló del Reino de Dios. Un día, les mandó: ‘No se alejen
de Jerusalén. Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la
que ya les he hablado... Dentro de pocos días serán bautizados con el Espíritu
Santo’” (He 1, 3-5). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La promesa del Padre era el Espíritu Santo, el Consolador,
que vendría unos días después, en Pentecostés.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y luego de esos cuarenta días, llegó el momento de su
partida. Entonces, los llevó a un sitio fuera y luego de darles las
últimas instrucciones y bendecirlos, se fue elevando al Cielo a la vista de
todos los presentes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh135KYcJsVWq7uhi2PWPvCRW98C782sUWWii81EgAK8wzSUTYORmOS_-VAOiNbJAQ7lF0Bxh7hVrav48Sa4LmDL98uSDFyob5hDhofbkA7SSdri_V_32lIw0jd9lxOc04NMpcGj3ifHOa4RehZLiDBiI34p8mK5poKuSDVawBoxkxKpqh5-vjsXZygTQ/s700/grande.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="487" data-original-width="700" height="279" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh135KYcJsVWq7uhi2PWPvCRW98C782sUWWii81EgAK8wzSUTYORmOS_-VAOiNbJAQ7lF0Bxh7hVrav48Sa4LmDL98uSDFyob5hDhofbkA7SSdri_V_32lIw0jd9lxOc04NMpcGj3ifHOa4RehZLiDBiI34p8mK5poKuSDVawBoxkxKpqh5-vjsXZygTQ/w400-h279/grande.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Si la Transfiguración del Señor en el Monte Tabor ante
Pedro, Santiago y Juan fue algo tan impresionante, ¡cómo sería la
Ascensión! Todos los presentes quedaron impresionados de la despedida del
Señor, que fue ciertamente triste para ellos, pero también de alegría, pues el
Señor subía glorioso para sentarse a la derecha del Padre ... Y Jesús
subía y subía, refulgente, Él que es el Sol de Justicia ... hasta que
fue ocultado por una nube.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nos habla San Lucas de “una nube que lo
ocultó”. ¿No sería esa “nube” más bien el fulgor y la brillantez
irradiados por Jesús, que hicieron que quedara ocultado a los ojos de los
presentes?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El impacto de este misterio fue tal, que aún después de
haber desaparecido Jesús, los Apóstoles y discípulos seguían en éxtasis, mirando
fijamente al Cielo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Fue, entonces, cuando dos Ángeles interrumpieron ese éxtasis
colectivo de amor, de nostalgia, de admiración al Señor, cuyo cuerpo
radiantísimo había ascendido al Cielo, y les dijeron los dos Ángeles al
unísono:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“¿Qué hacen ahí mirando al cielo? Ese mismo Jesús que
los ha dejado para subir al Cielo, volverá como lo han visto alejarse” (Hch 1,
1-11).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Como enseñanza de la Ascensión es importante recordar ese
anuncio profético de los Ángeles sobre la Segunda Venida de Jesucristo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVCSuqy09jLF0uPktAEYTCLV13ktjcO5bCHCF2RsZRaxkXDI5qM5Dki7vvjNM6I9zxPVotRw8kzEakrBrMg6GF4hCfr4oKMkEM0vftwFB6zkFnY9zk0104xMFA62WFxdgfJrSlUDkTQFTUkNyoboYPeta4mVKCYPhIe0UKnlZj95PW8LKXzDzzWnvkDA/s704/Obereschach_Pfarrkirche_Fresko_Fugel_Christi_Himmelfahrt_crop-e1589486627960.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="704" data-original-width="400" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVCSuqy09jLF0uPktAEYTCLV13ktjcO5bCHCF2RsZRaxkXDI5qM5Dki7vvjNM6I9zxPVotRw8kzEakrBrMg6GF4hCfr4oKMkEM0vftwFB6zkFnY9zk0104xMFA62WFxdgfJrSlUDkTQFTUkNyoboYPeta4mVKCYPhIe0UKnlZj95PW8LKXzDzzWnvkDA/w228-h400/Obereschach_Pfarrkirche_Fresko_Fugel_Christi_Himmelfahrt_crop-e1589486627960.jpg" width="228" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Fijémonos bien: nos dicen los Ángeles que Cristo
volverá de igual manera como se fue; es decir, en gloria y desde el
Cielo. Jesucristo vendrá en ese momento como Juez a establecer
su reinado definitivo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así lo reconocemos cada vez que rezamos el Credo: de
nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá
fin.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El misterio de la Ascensión de Jesucristo es un misterio de
fe y esperanza en la vida eterna. La misma forma física en que se
despidió el Señor -subiendo al Cielo- nos muestra nuestra meta, ese lugar donde
Él está, al que hemos sido invitados todos, para estar con Él.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Ya nos lo había dicho al anunciar su partida: “Voy allá
a prepararles un lugar... Volveré y los llevaré junto a mí, para que donde yo
estoy, estén también ustedes” (Jn 14,2-3). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Ascensión de Jesucristo al Cielo en cuerpo y alma
gloriosos debe despertarnos el anhelo de Cielo, la esperanza de nuestra futura
inmortalidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las Ascensión proclama no sólo la inmortalidad del alma,
sino también la de cuerpo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Recordemos que nuestra esperanza está en resucitar en cuerpo
y alma gloriosos como Él, para disfrutar con Él y en Él de una felicidad
completa, perfecta y para siempre.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-OUFHNCDk7V4BP66zPp9qIs9WLFzPfEPcSxaO3psexX-D-6DRzCnEyhc_Yfm5b2b_xBvFddUKeKLRHzc5_GL0bDVXFxze5JWChCrDYADVNiImFBF7NDWxfL80xokSvi_f4GryBGz2rHkwRL2aEwDyU13GjLhul2sJ2UNOiGQSa7o5F-PK3qL696nYFg/s900/articulos-237223%20%20portada%20face.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="900" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-OUFHNCDk7V4BP66zPp9qIs9WLFzPfEPcSxaO3psexX-D-6DRzCnEyhc_Yfm5b2b_xBvFddUKeKLRHzc5_GL0bDVXFxze5JWChCrDYADVNiImFBF7NDWxfL80xokSvi_f4GryBGz2rHkwRL2aEwDyU13GjLhul2sJ2UNOiGQSa7o5F-PK3qL696nYFg/w400-h266/articulos-237223%20%20portada%20face.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Ascensión de Jesucristo nos recuerda también la promesa
que hizo a los Apóstoles -y nos la hace a nosotros también- sobre la venida del
Espíritu Santo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es el Espíritu Santo -el Espíritu de Dios- quien nos enseña
y quien recuerda todo lo que Cristo nos dijo. Su venida la celebraremos
el próximo Domingo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por eso, este tiempo previo a Pentecostés debería ser un
tiempo de oración, como lo tuvieron los Apóstoles después de la Ascensión. La
Santísima Virgen María los reunió y los animó orando con ellos durante nueve
días (¡fue la primera Novena en la Iglesia!), en espera del Espíritu
Santo. Se reunían diariamente. Y ella los consolaba y los animaba
para cumplir la misión que el Señor les había encomendado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así estamos nosotros hoy también. Tenemos una misión
que nos han encomendado Jesucristo y nos lo han recordados los Papas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En su Carta Apostólica, Nuovo Millennio Ineunte (Al
comienzo del nuevo milenio), el Papa Juan Pablo II nos dio directrices a
los cristianos de este Tercer Milenio. Nos pidió reforzar e intensificar
la Nueva Evangelización y nos dio sus instrucciones específicas: santidad,
oración, primacía de la gracia, vida sacramental, escucha de la Palabra de
Dios, para luego anunciar la Palabra de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y tengamos en cuenta, además, lo que llama el Papa en su
Carta “la primacía de la gracia”. Se refiere a nuestra respuesta a la
gracia, recordándonos que “sin Cristo, nada podemos hacer”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y para poder vivir esa verdad tan olvidada, de que nada
somos sin la gracia de Cristo, el Papa nos insiste en la necesidad de la
oración.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nadie puede dar lo que no tiene. Tenemos que llenarnos
de Dios para llevarlo a los demás. Tenemos que llenarnos de la Palabra de
Dios, para poder anunciarla a los demás. Bien decía Santa Teresa de
Jesús: “Orar es llenarse de Dios para darlo a los demás”. Y Santo
Domingo de Guzmán lo abreviaba aún más: “Contemplad y dad lo contemplado”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Y no tengamos la idea equivocada de que la oración nos hace
perder tiempo necesario para la acción: muy por el contrario, la oración
nos hace mucho más eficientes en la acción.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Que la Ascensión del Señor nos despierte, entonces, el deseo
de responder al llamado a evangelizar que nos hizo Jesús precisamente justo
antes de subir al Cielo y que nos siguen pidiendo sus Representantes aquí en la
tierra que son los Papas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrkPcWPZXFF7xJd5y05MmY0J0WiuKZVrf0dcyeZvC5gd-XDJBPclbUQOsgHRMDhwnzb9GemwZCJzLcv02Vibm2p-6IwqAT4A31-nz5Sc-lOS_PW_7HMAs5ebYLrjy6zXRIQksGWbuv3xlp_zvOrxFYAsmHO3gc_I2iamaCB2LBcNYD927-xF1OjoOfQg/s704/Obereschach_Pfarrkirche_Fresko_Fugel_Christi_Himmelfahrt_crop-e1589486627960.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="704" data-original-width="400" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrkPcWPZXFF7xJd5y05MmY0J0WiuKZVrf0dcyeZvC5gd-XDJBPclbUQOsgHRMDhwnzb9GemwZCJzLcv02Vibm2p-6IwqAT4A31-nz5Sc-lOS_PW_7HMAs5ebYLrjy6zXRIQksGWbuv3xlp_zvOrxFYAsmHO3gc_I2iamaCB2LBcNYD927-xF1OjoOfQg/w228-h400/Obereschach_Pfarrkirche_Fresko_Fugel_Christi_Himmelfahrt_crop-e1589486627960.jpg" width="228" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Los Apóstoles, discípulos y primeros cristianos realizaron
la Primera Evangelización. Nosotros, los cristianos de este Tercer
Milenio, estamos llamados a realizar la Nueva Evangelización porque este mundo
de hoy necesita ser re-evangelizado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Que el Espíritu Santo nos renueve interiormente en su
próxima Fiesta de Pentecostés para cumplir el mandato de Cristo y el llamado de
la Iglesia. Que así sea.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Fuentes;<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Evangeli.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Homilias.org<o:p></o:p></span></b></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-21412209942058117132022-05-22T12:03:00.000+02:002022-05-22T12:03:19.520+02:00«Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él» (Evangelio Dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmggsyS5osUPjAqjhxK6LMRsYqkx3r6Y-Zxgl43XIWizOy3doOpLL7PuR4liaV_1ql1Iii9NlRiwCbGlbojkoL71XGmhJ5enXv5ru5PwkYw8Hkt6MA_xYDLw4L_5q2GKbCA3BQT_VGz2-AKk3PUw-WGt6rSZFCXrVMqxavNxiYysDtgCO3sm60-PHR8A/s1280/maxresdefault.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmggsyS5osUPjAqjhxK6LMRsYqkx3r6Y-Zxgl43XIWizOy3doOpLL7PuR4liaV_1ql1Iii9NlRiwCbGlbojkoL71XGmhJ5enXv5ru5PwkYw8Hkt6MA_xYDLw4L_5q2GKbCA3BQT_VGz2-AKk3PUw-WGt6rSZFCXrVMqxavNxiYysDtgCO3sm60-PHR8A/w400-h225/maxresdefault.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, antes de celebrar la Ascensión y Pentecostés, releemos
todavía las palabras del llamado sermón de la Última Cena, en las que debemos
ver diversas maneras de presentar un único mensaje, ya que todo brota de la
unión de Cristo con el Padre y de la voluntad de Dios de asociarnos a este
misterio de amor.<br />
<br />
A Santa Teresita del Niño Jesús un día le ofrecieron diversos regalos para que
eligiera, y ella —con una gran decisión aun a pesar de su corta edad— dijo: «Lo
elijo todo». Ya de mayor entendió que este elegirlo todo se había de concretar
en querer ser el amor en la Iglesia, pues un cuerpo sin amor no tendría
sentido. Dios es este misterio de amor, un amor concreto, personal, hecho carne
en el Hijo Jesús que llega a darlo todo: Él mismo, su vida y sus hechos son el
máximo y más claro mensaje de Dios.<br />
<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5WYJjHcX8UyAilFNRuQ_qV1MZMLPUjTrs0R_c9jec0sEYWGILdVWQNrDyxkEuR5672XXIf4a4Q6rOkibAN83tKEFPkHbxMrfYIU9-7kik1vnZqZlVBgCA32qvFJSGZUJBkp1-K6DK6-R3LNbqRqo06WnDInvjA90iBxGIx98bz4ow2d1IvjKh-Obsew/s270/images.jpg" imageanchor="1" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="236" data-original-width="270" height="350" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5WYJjHcX8UyAilFNRuQ_qV1MZMLPUjTrs0R_c9jec0sEYWGILdVWQNrDyxkEuR5672XXIf4a4Q6rOkibAN83tKEFPkHbxMrfYIU9-7kik1vnZqZlVBgCA32qvFJSGZUJBkp1-K6DK6-R3LNbqRqo06WnDInvjA90iBxGIx98bz4ow2d1IvjKh-Obsew/w400-h350/images.jpg" width="400" /></a><br /><br /><br />
Es de este amor que lo abarca todo de donde nace la “paz”. Ésta es hoy una
palabra añorada: queremos paz y todo son alarmas y violencias. Sólo
conseguiremos la paz si nos volvemos hacia Jesús, ya que es Él quien nos la da
como fruto de su amor total. Pero no nos la da como el mundo lo hace (cf. Jn
14,27), pues la paz de Jesús no es la quietud y la despreocupación, sino todo
lo contrario: la solidaridad que se hace fraternidad, la capacidad de mirarnos
y de mirar a los otros con ojos nuevos como hace el Señor, y así perdonarnos.
De ahí nace una gran serenidad que nos hace ver las cosas tal como son, y no
como aparecen. Siguiendo por este camino llegaremos a ser felices.<br />
<br />
«El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os
recordará todo lo que yo os he dicho» (Jn 14,26). En estos últimos días de
Pascua pidamos abrirnos al Espíritu: le hemos recibido al ser bautizados y
confirmados, pero es necesario que —como ulterior don— rebrote en nosotros y
nos haga llegar allá donde no osaríamos.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Juan 14,23-29):<br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br style="mso-special-character: line-break;" />
<!--[endif]--></span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3krKbsNl35UHygOeGGixR9frCvUWf-Ohisk539owT6mpmc0n3t9RBqY2BZsjLCYPDHjWzu43499gS7vJ37ceUwg0_-GFixuKww5PNITNZLtmk1H022gedCmTkqk_7hC7PH6Ybeo090ToDB7wfTMvv8FU1a2gd7CCdZKseqoqoi8RooBBs41EBglvAdQ/s318/descarga%20Evangelio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="159" data-original-width="318" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3krKbsNl35UHygOeGGixR9frCvUWf-Ohisk539owT6mpmc0n3t9RBqY2BZsjLCYPDHjWzu43499gS7vJ37ceUwg0_-GFixuKww5PNITNZLtmk1H022gedCmTkqk_7hC7PH6Ybeo090ToDB7wfTMvv8FU1a2gd7CCdZKseqoqoi8RooBBs41EBglvAdQ/w400-h200/descarga%20Evangelio.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi
palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que
no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía,
sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro
lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre,
será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La
paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble
vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a
vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque
el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que
cuando suceda, sigáis creyendo.»<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBEeBcnHfKk1NHIuk8-Rv7cQh9dtwjSf-peyvT69lqK7KzMKQzscsYgJ0_-Kek1uxa_7K11_NX6gvBm2k_82GRpfcjMEyco6jCN9pOlnljX4FyHAKLCwQYeh_NDRvi-UnzxSwfHsxmO6ksgfCmC_TiLavwv89_JwHVSM0eq8nKUvqQ4PRdnYftaV3PZg/s1315/maxresdefault%20(1)%20facebook.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="694" data-original-width="1315" height="211" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBEeBcnHfKk1NHIuk8-Rv7cQh9dtwjSf-peyvT69lqK7KzMKQzscsYgJ0_-Kek1uxa_7K11_NX6gvBm2k_82GRpfcjMEyco6jCN9pOlnljX4FyHAKLCwQYeh_NDRvi-UnzxSwfHsxmO6ksgfCmC_TiLavwv89_JwHVSM0eq8nKUvqQ4PRdnYftaV3PZg/w400-h211/maxresdefault%20(1)%20facebook.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Misterio de la Santísima Trinidad se nos enseña desde los
conocimientos iniciales para la Primera Comunión. ¿Se recuerdan como nos
enseñaron? Es el misterio de un solo Dios en tres Personas. Y nos
recalcaban que no eran tres dioses, sino uno solo, pero que sí eran
tres Personas y un solo Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Ese gran misterio es muy importante, pues se refiere a la esencia
misma de Dios, a lo que Dios es. Debemos entonces ver qué influencia
tiene para nuestra vida. Porque, comprender este misterio, no
podemos. Eso también lo sabemos desde la Primera Comunión. Entonces
¿cómo aplicar a nuestra vida diaria eso de que Dios es Uno en Tres
Personas? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cómo, entonces, vivir este misterio? Porque algún
significado importante debe tener para nuestra vida espiritual, aunque no lo
podamos comprender.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">A este gran misterio no nos es posible acceder, porque
nuestra limitada capacidad intelectual no es suficiente para comprender
verdades infinitas sobre Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Las Lecturas de hoy nos hablan de las Tres Personas de la
Santísima Trinidad. En el Evangelio (Jn 14, 23-29) Jesús nos
habla de sí mismo y nos habla también del Padre y del Espíritu Santo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidpChh-IeHJPImtIEifk-h_vax8EasNtTlKI9lnLFWJ9PAqsz28ng6szSuklqm4yNlFjdRV04zSoHrRiH1afMIMiJ3Uob58RjW80RwjCX50iISFw2O5muxj4bDXXirpfCDh1Lo534o1zpxN6tteR5pmeYQGngLtwlWFGzshBKwY6LdJgBE7_Llg57Jkw/s736/pascua-6-c.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="535" data-original-width="736" height="291" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidpChh-IeHJPImtIEifk-h_vax8EasNtTlKI9lnLFWJ9PAqsz28ng6szSuklqm4yNlFjdRV04zSoHrRiH1afMIMiJ3Uob58RjW80RwjCX50iISFw2O5muxj4bDXXirpfCDh1Lo534o1zpxN6tteR5pmeYQGngLtwlWFGzshBKwY6LdJgBE7_Llg57Jkw/w400-h291/pascua-6-c.webp" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Entonces ¿cómo podemos vivir este misterio? Cuando
estemos viendo a Dios tal cual es, cuando hayamos llegado al Cielo, a la
Jerusalén Celestial, allí estaremos en Dios y Él en nosotros (cf. Ap 21,
10-23). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Pero mientras tanto, Jesús nos ha ofrecido una presencia
interior de la Santísima Trinidad. Y nos la ofreció cuando nos dijo:
“El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él
nuestra morada”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cómo es eso de hacer morada en nosotros?
Quiere decir que aquí en la tierra podemos participar de la vida de Dios
Trinitario, de las Tres Personas que son Un Solo Dios. Será de una manera
no plena –es cierto. Pero en el Cielo podremos vivir esto a plenitud,
porque veremos a Dios tal cual es.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En efecto, nuestro fin último es la unión para siempre con
Dios en el Cielo. Pero desde aquí en la tierra podemos comenzar a estar
unidos a la Santísima Trinidad y a tener a la Trinidad en nuestro interior,
pues Jesucristo nos lo ha prometido.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por la Sagrada Escritura podemos deducir cómo puede darse la
maravilla que es la inhabitación de la Santísima Trinidad en nosotros: el
Espíritu Santo va realizando su obra de santificación, la cual consiste en
irnos haciendo semejantes al Hijo, semejantes a Jesús. Para eso hay que
dejar al Espíritu Santo obrar en nosotros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cómo hacemos esto? El Espíritu Santo está siempre
tratando de que busquemos y cumplamos la Voluntad de Dios. Lo que tenemos
que hacer, entonces, es ser perceptivos y también dóciles a las inspiraciones
del Espíritu Santo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Luego el Hijo nos lleva al Padre. “Nadie conoce
al Padre sino el Hijo y aquéllos a quienes el Hijo se los quiera dar a conocer”
(Mt 11, 27). Cabe preguntarnos, entonces, ¿cuándo será que Jesús nos
quiere dar a conocer el Padre?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglqGFM6j5F62FtG3VR4zGWrNcDodJbAic07r5qhOQOM-aeF8-2qgly17IDf9vBCTrLngTbV4jByKdtZM_CA7_yaOZKmRouHQhRZ6FTQPOvaxRige5IZwvm679QvcIKww1aEjiyuCODtWMmQD4HnpirGePSVAiuZ9dERYYVabSZs1_EfIDumG2X200X4Q/s965/slide1-l.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="679" data-original-width="965" height="281" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglqGFM6j5F62FtG3VR4zGWrNcDodJbAic07r5qhOQOM-aeF8-2qgly17IDf9vBCTrLngTbV4jByKdtZM_CA7_yaOZKmRouHQhRZ6FTQPOvaxRige5IZwvm679QvcIKww1aEjiyuCODtWMmQD4HnpirGePSVAiuZ9dERYYVabSZs1_EfIDumG2X200X4Q/w400-h281/slide1-l.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es justamente lo que nos ha dicho: “El que me ama,
cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada”. Es
decir, Jesús nos llevará al Padre cuando vayamos respondiendo a la condición
que Él nos pide: amarlo. Y ¿qué es amar a Dios? Amar a Dios
es cumplir Su Voluntad. Y esto nos lo va indicando el Espíritu Santo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sólo así podremos vivir desde la tierra este misterio de la
unión de nosotros con Dios y de nosotros entre sí. Eso lo pidió Jesús al
Padre antes de su Pasión y Muerte: “Que sean uno como Tú y Yo somos
uno. Así seré Yo en ellos y Tú en Mí, y alcanzarán la perfección de esta
unidad” (Jn 17, 21-23).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Sólo así podremos comenzar a vivir esa Paz que el Señor nos
ofrece, la cual será plena solamente en el Cielo, pero desde aquí podemos
comenzar a saborear esa Paz que no es como la paz que el mundo nos
ofrece. La paz que el mundo ofrece es mera ausencia de
guerras. O tal vez, evasión de los problemas, o de discusiones y
conflictos, y hasta del sufrimiento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Paz de Cristo es otra cosa: es vivir en Dios en
medio de los problemas y sufrimientos. Consiste esta Paz en poder estar
serenos en medio de las tribulaciones. Consiste en sentirnos cómodos
dentro de la Voluntad de Dios. Significa, también, poder estar confiados
y sin temor en medio de la lucha contra el Maligno, que cada día se hace más
evidente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En el Evangelio también nos da a conocer Jesús otra de las
formas cómo el Espíritu Santo va realizando su labor de santificación en
nosotros: “El les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto Yo
les he dicho”. ¡Qué privilegio! Tener a Dios Espíritu Santo como
maestro (“les enseñará”) y como apuntador (“les
recordará”). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Para tener al mismo Dios como maestro y apuntador, es
necesaria, muy necesaria la oración. En la oración genuina el Espíritu
Santo nos guía, nos enseña y nos recuerda todo lo que debemos saber. Y
nos va mostrando la Voluntad de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1_xIZuS--YBRRWXXssH0q-7deSkKYCTQggWyjKGWgZSP2NkCCVRsRKiPmI6Mpu4kqJN3Cq4SwfPeGiWNSLiLlXCXaJUmAPQ_0PfhEasHzMkL50QIJCdODm8YoKMt5ZaVGDYXPI51rQKoZnlVoZM4mOr4ZjR38bGidiHFMzh2gE8dM3lOdBhxjyo7YDA/s800/el-que-me-ama-guardara-mi-palabra%20%20buena.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="390" data-original-width="800" height="195" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1_xIZuS--YBRRWXXssH0q-7deSkKYCTQggWyjKGWgZSP2NkCCVRsRKiPmI6Mpu4kqJN3Cq4SwfPeGiWNSLiLlXCXaJUmAPQ_0PfhEasHzMkL50QIJCdODm8YoKMt5ZaVGDYXPI51rQKoZnlVoZM4mOr4ZjR38bGidiHFMzh2gE8dM3lOdBhxjyo7YDA/w400-h195/el-que-me-ama-guardara-mi-palabra%20%20buena.jpg" width="400" /></a></div><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así hacían los Apóstoles. Oraban. Por eso vemos
en la Primera Lectura cómo se atreven a decir: </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido...“(Hch 5,
1-29). Realización también de la promesa de Cristo al instituir a su
Iglesia con los Apóstoles y con Pedro, el primer Papa, a la cabeza: “Lo que
ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra
también quedará desatado en el Cielo” (Mt 16, 20).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nos queda ver el significado de algunos de los simbolismos
que nos trae la Segunda Lectura, tomada del Libro de Apocalipsis, respecto de
la Jerusalén Celestial:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“Muralla ancha y elevada”: Indica seguridad.
Cuando habitemos la Nueva Jerusalén, ya no habrá nada que temer. No habrá
temores externos ni tampoco en nuestro interior.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“Doce puertas monumentales con doce Ángeles”: Significa
que la entrada al Cielo es de carácter espiritual: se refiere al estado de
nuestra alma. El número doce se refiere a la Iglesia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“Doce cimientos con los nombres de los Apóstoles”: La
verdad que nos lleva a los Cielos Nuevos y a la Tierra Nueva reposa sobre los
Apóstoles, sobre la Iglesia de Cristo<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjabvN9xXXL_bYvy7_O0A5RxMvR_mOWmOM16QEPuEYeDeqL3tCQKeFbqwjIbKbq125Aydxu1nz8A47HQ-xMqyy46Sapp-YqUdOQnx-goGC71HjPZi0McbTTKt8I1hCspnHEektrPVOYV2EXcR---N18vtDXX01x3BF5Ea3uIM6h-pW1M3gUWGqbaj_mA/s1280/maxresdefault%20(1)%20Comentario.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjabvN9xXXL_bYvy7_O0A5RxMvR_mOWmOM16QEPuEYeDeqL3tCQKeFbqwjIbKbq125Aydxu1nz8A47HQ-xMqyy46Sapp-YqUdOQnx-goGC71HjPZi0McbTTKt8I1hCspnHEektrPVOYV2EXcR---N18vtDXX01x3BF5Ea3uIM6h-pW1M3gUWGqbaj_mA/w400-h225/maxresdefault%20(1)%20Comentario.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">“No vi templo, porque Dios y el Cordero son el
Templo”: El templo es el anhelo de la humanidad de encontrarse con
Dios. En la Jerusalén Celestial ya no se necesitan templos, pues Dios
está presente en cada uno de los salvados. Estaremos en Él y Él en
nosotros. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Meditemos, entonces, en la profundidad del Misterio
Trinitario, para poder así vivir lo que repetimos al comienzo de la Misa: La
gracia de nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la comunión del
Espíritu Santo esté con todos nosotros. Y podamos también comenzar a
vivir la unión de nosotros con la Santísima Trinidad y de nosotros entre sí.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Fuentes:<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Sagradas
Escrituras<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Homilias.org<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Evangeli.org<o:p></o:p></span></b></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5347083085286104689.post-63355122956205261282022-05-08T11:27:00.000+02:002022-05-08T11:27:18.790+02:00«Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco» (Evangelio dominical)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAQ4F1awtHaxIDLY_3_YnB2TY11hZkXpyEAajVEa0eKuYK46x-_cmegB_LMbfChbOeUO_-eP7E60BsDr7H4E1OeGo_Lj4LRFHvQKOQdBdh9Nh1vyeLwGoLnwyCeF7GO89HMo9IyJEUTbixqme5WHiVzeLf8k6CwhtO8Bgirz7uLQ4BVNVabnzP2d3IwA/s284/descarga%20%20portada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="177" data-original-width="284" height="249" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAQ4F1awtHaxIDLY_3_YnB2TY11hZkXpyEAajVEa0eKuYK46x-_cmegB_LMbfChbOeUO_-eP7E60BsDr7H4E1OeGo_Lj4LRFHvQKOQdBdh9Nh1vyeLwGoLnwyCeF7GO89HMo9IyJEUTbixqme5WHiVzeLf8k6CwhtO8Bgirz7uLQ4BVNVabnzP2d3IwA/w400-h249/descarga%20%20portada.jpg" width="400" /></a></div><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Hoy, la mirada de Jesús sobre los hombres es la mirada del
Buen Pastor, que toma bajo su responsabilidad a las ovejas que le son confiadas
y se ocupa de cada una de ellas. Entre Él y ellas crea un vínculo, un instinto
de conocimiento y de fidelidad: «Escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me
siguen» (Jn 10,27). La voz del Buen Pastor es siempre una llamada a seguirlo, a
entrar en su círculo magnético de influencia.<br />
<br />
Cristo nos ha ganado no solamente con su ejemplo y con su doctrina, sino con el
precio de su Sangre. Le hemos costado mucho, y por eso no quiere que nadie de
los suyos se pierda. Y, con todo, la evidencia se impone: unos siguen la
llamada del Buen Pastor y otros no. El anuncio del Evangelio a unos les produce
rabia y a otros alegría. ¿Qué tienen unos que no tengan los otros? San Agustín,
ante el misterio abismal de la elección divina, respondía: «Dios no te deja, si
tú no le dejas»; no te abandonará, si tu no le abandonas. No des, por tanto, la
culpa a Dios, ni a la Iglesia, ni a los otros, porque el problema de tu
fidelidad es tuyo. Dios no niega a nadie su gracia, y ésta es nuestra fuerza:
agarrarnos fuerte a la gracia de Dios. No es ningún mérito nuestro;
simplemente, hemos sido “agraciados”.<br />
<br />
La fe entra por el oído, por la audición de la Palabra del Señor, y el peligro
más grande que tenemos es la sordera, no oír la voz del Buen Pastor, porque
tenemos la cabeza llena de ruidos y de otras voces discordantes, o lo que
todavía es más grave, aquello que los Ejercicios de san Ignacio dicen «hacerse
el sordo», saber que Dios te llama y no darse por aludido. Aquel que se cierra
a la llamada de Dios conscientemente, reiteradamente, pierde la sintonía con
Jesús y perderá la alegría de ser cristiano para ir a pastar a otras pasturas
que no sacian ni dan la vida eterna. Sin embargo, Él es el único que ha podido
decir: «Yo les doy la vida eterna» (Jn 10,28).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Lectura
del santo evangelio según san Juan (10,27-30):</span></b><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTYzv0sXlwxb-XApQW2EGmyuD1vhPiuwh5Ii_VspkOy74kuYMjnwMb5CW-cM-8i8-mVEVuHoz7JDx4rqhIH9rgV1_stI_4enw3NqyZNKDuc-Q6WIRQcxr2eXhw4cQnWOapTb7Bxui0cMFExLhHgvHdZMH0oqzUKBAtLleP3oV38kIy3YG9Y5Ze6r2KtQ/s640/sddefault%20%20Evangelio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="640" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTYzv0sXlwxb-XApQW2EGmyuD1vhPiuwh5Ii_VspkOy74kuYMjnwMb5CW-cM-8i8-mVEVuHoz7JDx4rqhIH9rgV1_stI_4enw3NqyZNKDuc-Q6WIRQcxr2eXhw4cQnWOapTb7Bxui0cMFExLhHgvHdZMH0oqzUKBAtLleP3oV38kIy3YG9Y5Ze6r2KtQ/w400-h300/sddefault%20%20Evangelio.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">
<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y
ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y
nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos,
y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»<br />
<br />
Palabra del Señor<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">COMENTARIO<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaWPAi05xudddcde9NHYd-wvMy3uWd3jXjZKCQxsKmTLRaFgn4_X4W7W4bwc2TchOi3LOhogOmJdvhG041U1UxZ1HDyUiqNNWay_gZxKM5qMqej54l33hi4Y2ZRVgvFURTQO478nooCJSP5UEoMv8w7qzSgzwpnKKaEhFqOQ1U28MkYHNP_nXxsoWhXQ/s580/Buen-Pastor%20comentario.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="327" data-original-width="580" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaWPAi05xudddcde9NHYd-wvMy3uWd3jXjZKCQxsKmTLRaFgn4_X4W7W4bwc2TchOi3LOhogOmJdvhG041U1UxZ1HDyUiqNNWay_gZxKM5qMqej54l33hi4Y2ZRVgvFURTQO478nooCJSP5UEoMv8w7qzSgzwpnKKaEhFqOQ1U28MkYHNP_nXxsoWhXQ/w400-h225/Buen-Pastor%20comentario.webp" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nuevamente Jesús nos compara a nosotros los seres humanos
con las ovejas. Y es que la Liturgia nos presenta esta bella imagen una
vez al año, en el Domingo Cuarto de Pascua, el cual dedica la Iglesia al Buen
Pastor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En el Evangelio vemos que Jesús es ese Buen Pastor que da la
vida por sus ovejas. Y sus ovejas somos todos: los de este corral y los
de fuera del corral. Es decir, las que están con Él y las que no.
Dice Jesús: “Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las
arrebatará de mi mano” (Jn 10, 27-30).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es cierto, Jesús ha dado su vida por nosotros para que
tengamos Vida Eterna. Privilegio inmensísimo que no merecemos ninguno de
nosotros. Privilegio que requiere que cumplamos una condición exigida por
el mismo Jesús en este trozo evangélico: “Mis ovejas oyen mi voz... y me
siguen”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">¿Cómo escuchar la voz de Dios para poder seguirlo a Él y
sólo a Él? Porque ... hay muchas voces a nuestro derredor: los
medios de comunicación, las malas compañías, los enemigos de la Iglesia, los
cuestionadores de la Verdad, los mentirosos, los ilegítimos, los seguidores del
New Age, las mayorías equivocadas ...<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Ya nos puso en guardia Jesús acerca de esos falsos pastores
que no son Él: “Huyen ante el lobo, porque no son suyas las ovejas, no le
importan las ovejas y las abandona. Y el lobo las agarra y las dispersa”
(Jn 10, 11-13). ¿Y quién es el lobo? Nada menos que el
Enemigo de Dios, el Diablo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuzRFucM06oKV04NgznD-JmvQgYRiGnPbGM9_EM-kEmw45055hDatxC8Ovo8tO8atAnuUhtmLaaHqdSdd5FmIL5TGtfEcL82gz-LHiBkg_d39-p3zSzUErgEnAi9J0BEUxXnQgnL-XNVx6UDZ7Z9SGTgiiDw65Q3fMJS5klgJF-8-zdANWbQmdq8vSmg/s1000/b7018d9b0ca47ba4f67f1c580643f88c%20%20facebook.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="1000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuzRFucM06oKV04NgznD-JmvQgYRiGnPbGM9_EM-kEmw45055hDatxC8Ovo8tO8atAnuUhtmLaaHqdSdd5FmIL5TGtfEcL82gz-LHiBkg_d39-p3zSzUErgEnAi9J0BEUxXnQgnL-XNVx6UDZ7Z9SGTgiiDw65Q3fMJS5klgJF-8-zdANWbQmdq8vSmg/w400-h400/b7018d9b0ca47ba4f67f1c580643f88c%20%20facebook.jpg" width="400" /></a></div><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por eso hay que saber escuchar la voz del Buen Pastor, de
Aquél que sí “da la vida por sus ovejas”, de Aquél que sí las cuida
bien. ¿Cómo reconocer esa voz? ¿Cómo reconocerla para
seguirla, sabiendo que es la única que nos lleva a la Vida Eterna?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Quien oye la voz de Jesús, acepta y sigue su Palabra
contenida en el Evangelio. Y la acepta en su totalidad y sin suavizarla,
ni disminuirla; mucho menos, discutirla o cambiarla en alguna de sus partes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Quien oye la voz de Jesús, oye la voz del Papa, quien es su
Vicario, su Representante aquí en la tierra, y también, la voz de los Obispos y
de los Sacerdotes que están en plena comunión con el Papa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Quien oye la voz de Jesús oye la voz de aquellas otras
ovejas que están en el corral y que están siguiendo la voz del Buen Pastor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Quien oye la voz de Jesús oye, también, la voz de su
conciencia. Por cierto, si la oveja está enferma oye la voz de otros y
del Enemigo. Buena aplicación para la vida cristiana: si estamos enfermos
(espiritualmente) oímos las voces que no debemos oír. Por eso la
conciencia tiene que estar sana; no puede estar confundida, ni ahogada, ni
obnubilada, ni adormecida por las voces que no son las del Pastor. Tiene
que ser una conciencia que esté rectamente iluminada por la Verdad y por la Ley
de Dios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Cuando escuchamos la voz del Buen Pastor y prestamos
atención a lo que nos pide y nos exige, a lo que nos aconseja y nos enseña, a
lo que nos corrige y nos reclama... cuando lo oímos en lo bueno y en lo que
creemos que no es tan bueno, porque no nos gusta... entonces podemos decir que
lo estamos siguiendo de verdad. Y siguiéndolo, podremos llegar “a la
Vida Eterna y no pereceremos jamás”, porque no hemos quedado en las garras
del lobo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRt29RIeBCM7D4F3crIOpEPYtTpcUiVl8dM4mWF6CYjsJQngbEPwzFcifCw5Ps62_w0oQSX83O9VBARYgtEhRAjQt0EsMDD3z5h4JL1YSs15wFUXsyr_HufZw12hlQ-HlXMAC7NgTFl2gpO5a_FnrbYE0wXXHjxCY-vKU_AXbOKm32tQgjKahWkbVaxA/s671/pastor-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="473" data-original-width="671" height="283" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRt29RIeBCM7D4F3crIOpEPYtTpcUiVl8dM4mWF6CYjsJQngbEPwzFcifCw5Ps62_w0oQSX83O9VBARYgtEhRAjQt0EsMDD3z5h4JL1YSs15wFUXsyr_HufZw12hlQ-HlXMAC7NgTFl2gpO5a_FnrbYE0wXXHjxCY-vKU_AXbOKm32tQgjKahWkbVaxA/w400-h283/pastor-1.jpg" width="400" /></a></div><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El Buen Pastor quiere que todos nos salvemos. Él ha
dado su vida por todos, sin excepción. Él no excluye a nadie de su
rebaño. Si alguien está excluido, es porque se excluye a sí mismo.
Y se auto-excluye aquél que rechaza conscientemente el mensaje de Cristo, aquél
que no quiere escuchar la voz del Buen Pastor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En efecto, en la Primera Lectura (Hech 13, 14.43-52) vemos
cómo muchos de los israelitas, el pueblo escogido a quien debía predicársele el
Evangelio antes que a las demás naciones, rechazaron las enseñanzas de Cristo y
se opusieron a sus enviados, Pablo y Bernabé. Entonces éstos
tuvieron que optar por llevar el mensaje de Cristo a los paganos, no sin antes
informarles así: “La palabra de Dios debía ser predicada primero a
ustedes”, les dijeron. “Pero como la rechazan y no se juzgan
dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los paganos”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es decir, la salvación de Cristo y su mensaje es para todos:
judíos y no judíos. De allí que Pablo y Bernabé tomaran como base para su
evangelización de los paganos una cita del Profeta Isaías: “Yo te he puesto
como luz de los paganos, para que lleves la salvación hasta los últimos
rincones de la tierra” (Is 49,6).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La Segunda Lectura (Ap 7, 9.14-17) nos presenta la
visión de San Juan de todos los salvados: “Eran individuos de todas las
naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas”. Es decir, la salvación
de Cristo es para todos, para todos los que deseen ser salvados y se sientan
necesitados de salvación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">La salvación no es para los que creen que pueden salvarse
ellos mismos, como se pretende, por ejemplo, con el mito de la re-encarnación,
en el que cada uno pretende auto-redimirse, purificándose a través de sucesivas
vidas terrenas, apareciendo su alma cada vez en un cuerpo diferente al suyo. …
cosa que no es posible, ni real, sino un ¡gran engaño!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0dk8olYx2dwzmSyGjdfEws6Cg1sk4XR2Q2ZmKztC7gEO1b7dD8JkoXgN8Dl-GQ8ti3BEA8wFtmfGwZamY3xnekmRUfKVP-VhEq93lLWT5I_HiTJKAeRnNmSuuwuzv9DyZEgXxhuxOwW2voPtLWS5p2YoZ7TjUk9SPKne0-hp1UKd99GsAF52wttm_pA/s994/pastor-escucha-ovejas-pagina_cabecera.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="994" height="141" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0dk8olYx2dwzmSyGjdfEws6Cg1sk4XR2Q2ZmKztC7gEO1b7dD8JkoXgN8Dl-GQ8ti3BEA8wFtmfGwZamY3xnekmRUfKVP-VhEq93lLWT5I_HiTJKAeRnNmSuuwuzv9DyZEgXxhuxOwW2voPtLWS5p2YoZ7TjUk9SPKne0-hp1UKd99GsAF52wttm_pA/w400-h141/pastor-escucha-ovejas-pagina_cabecera.jpg" width="400" /></a></div><o:p><br /></o:p><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Tampoco es la salvación para los que no quieran poner de su
parte en la obra de salvación de Cristo: Cristo nos ha salvado, pero debemos
escuchar su voz para seguirle hacia el camino a la Vida Eterna, debemos
responder a sus gracias de salvación, siguiendo su Evangelio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así podremos estar contados entre esa muchedumbre grande de
los salvados, los de “túnica blanca” que han blanqueado sus
vestiduras en la lejía del sufrimiento, de la purificación, “en la sangre
del Cordero”, porque hemos dado al sufrimiento sentido de redención, al
unirlo a la Pasión de Cristo, al sumergirlo “en la sangre del Cordero”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Significa esto que hemos aceptado las gracias de redención
que Cristo nos trajo con su muerte en cruz y también porque lo seguimos a Él
como Él nos indicó: tomando su cruz, aceptando también el sufrimiento que nos
purifica y que nos blanquea. Sufrimientos de cualquier tipo, aún el
sufrimiento de persecución, consecuencia de seguir la verdadera fe, la que
Cristo nos ha dado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Así podremos ser contados dentro de esa muchedumbre del
Cielo, donde ya no habrá “ni hambre, ni sed, ni quemaduras de sol, ni
agobio del calor”. Allí ya no habrá más sufrimiento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Como vemos, la salvación es algo muy importante. Y
Cristo nos pide llevar su mensaje de salvación a todos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Por eso, a los que somos ovejas del rebaño nos toca llamar a
los que están fuera, a los incrédulos, a los rebeldes, a los confundidos, a los
desanimados, a los desviados, a los engañados para que puedan comenzar a
escuchar o volver a escuchar de nuevo la voz del Buen Pastor.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZP98qk_A6FPXMqr7RCFHvglda9xbnb5dusAJn92O90ByuxcIBATSboWOlIkPPoBQEXIVEwn3MWiMcj1Mhqy_OS7xh4Q54JpbN3DgU7K0borN59f8GY2QlSKY0FAsnciANkZMJNq61YFwuGhvNFNh4PMdcn3Jx5Lz33zRl5kZUb7o4kgC6T1Vju6YAQQ/s650/Foto%201.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="433" data-original-width="650" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZP98qk_A6FPXMqr7RCFHvglda9xbnb5dusAJn92O90ByuxcIBATSboWOlIkPPoBQEXIVEwn3MWiMcj1Mhqy_OS7xh4Q54JpbN3DgU7K0borN59f8GY2QlSKY0FAsnciANkZMJNq61YFwuGhvNFNh4PMdcn3Jx5Lz33zRl5kZUb7o4kgC6T1Vju6YAQQ/w400-h266/Foto%201.jpg" width="400" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p><br /></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Es el llamado a la Nueva Evangelización, a re-evangelizar el
mundo. Es responder a la instrucción de Cristo cuando después de su
Resurrección nos pidió: “Hagan que todos sean mis discípulos... enséñenles a
cumplir todo lo que Yo les he encomendado” (Mt. 28, 19-20). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif";"><span style="font-size: x-small;">Fuentes:<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif";"><span style="font-size: x-small;">Sagradas Escrituras<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif";"><span style="font-size: x-small;">Homilia.org<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Georgia","serif";"><span style="font-size: x-small;">Evangeli.org</span><o:p></o:p></span></b></p><br /><p></p>San Garcia Abadhttp://www.blogger.com/profile/06056809142672331201noreply@blogger.com0