La aparición de María y los secretos que les confió a los
niños portugueses son uno de los misterios modernos de la Iglesia católica. Según
la creencia, en el humilde pueblo de Fátima, Francisco, Jacinta y Lucía vieron
por primera vez a la madre de Jesús el 13 de mayo de 1917. Hoy se cumplen 102 años…
La canonización de Francisco y Jacinta. El Milagro del niño brasileño.
La curación total de una grave lesión cerebral que padecía
un niño brasileño fue lo que, al ser reconocido como milagro por la Iglesia,
hará posible hoy, día 13 de Mayo de 2017, la canonización de los hermanos Francisco y Jacinta Marto,
dos de los tres pastores de Fátima testigos de las apariciones marianas. Ya fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II en el año 2.000.
Francisco (1908-1919) y Jacinta (1910-1920), junto con su prima mayor Lúcia (1907-2005), aseguraron ver a la Virgen en 1917, en varias apariciones cuyo centenario se conmemora con la presencia del papa Francisco.
La historia que justifica el paso de beatos a santos de los hermanos portugueses, hasta ahora envuelta en secretismo, fue desvelada el viernes en Fátima por los padres del niño, João Baptista y Lucila Yuri, que llegaron procedentes del estado de Paraná (Brasil).
Según el relato del matrimonio, su hijo Lucas sufrió una grave lesión cerebral al caer por una ventana en marzo de 2013, cuando tenía 5 años. El desolador pronóstico médico le auguraba “pocas probabilidades de vivir”, y si sobrevivía lo haría “con grandes deficiencias cognitivas o, incluso, en estado vegetativo”.
Fue entonces cuando la familia, que se declara devota de Fátima, rezó a los pastores y pidió a una comunidad cercana de carmelitas que también lo hicieran. Días después, Lucas muestra una recuperación total, sin ninguna secuela.
Lucía Dos Santos, la mayor de los tres pastorcitos, se hizo monja y falleció en 2005; el Vaticano plantea beatificarla.
Francisco (1908-1919) y Jacinta (1910-1920), junto con su prima mayor Lúcia (1907-2005), aseguraron ver a la Virgen en 1917, en varias apariciones cuyo centenario se conmemora con la presencia del papa Francisco.
La historia que justifica el paso de beatos a santos de los hermanos portugueses, hasta ahora envuelta en secretismo, fue desvelada el viernes en Fátima por los padres del niño, João Baptista y Lucila Yuri, que llegaron procedentes del estado de Paraná (Brasil).
Según el relato del matrimonio, su hijo Lucas sufrió una grave lesión cerebral al caer por una ventana en marzo de 2013, cuando tenía 5 años. El desolador pronóstico médico le auguraba “pocas probabilidades de vivir”, y si sobrevivía lo haría “con grandes deficiencias cognitivas o, incluso, en estado vegetativo”.
Fue entonces cuando la familia, que se declara devota de Fátima, rezó a los pastores y pidió a una comunidad cercana de carmelitas que también lo hicieran. Días después, Lucas muestra una recuperación total, sin ninguna secuela.
Lucía Dos Santos, la mayor de los tres pastorcitos, se hizo monja y falleció en 2005; el Vaticano plantea beatificarla.
El
Papa, un feligrés más.
Como uno más de 300.000 feligreses que han llegado al
santuario de la Virgen de Fátima, en Portugal, anoche el papa Francisco rezó el
rosario en la explanada del lugar, donde hace cien años la Virgen se les
apareció a tres sencillos pastorcitos.
Minutos antes de empezar el rezo, el pontífice argentino permaneció de pie en total recogimiento durante unos 10 minutos ante la imagen entallada en madera de cedro y con la corona con la bala que hirió a Juan Pablo II en 1981.
Lo mismo había hecho en la mañana, cuando arribó a este
lugar donde este sábado celebrará una misa en la que canonizará a dos de los
niños pastores, Jacinta y Francisco, que murieron de 9 y 10 años de edad por la
gripe española. Lucía, la tercera y quien se hizo monja, murió en el 2005.
En su mensaje a los fieles, Francisco rechazó la idea de un Dios “justiciero” y de una Virgen María como “una santita a la que se acude para conseguir gracias baratas”.
En su mensaje a los fieles, Francisco rechazó la idea de un Dios “justiciero” y de una Virgen María como “una santita a la que se acude para conseguir gracias baratas”.
ORACIÓN
Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a
los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía,
llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro
Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y
gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí
en el Cielo.
Amén.
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