domingo, 25 de abril de 2010

Evangelio del Domingo, 25 de Abril

EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 10,27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús:


“Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.

Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre.

Yo y el Padre somos uno”.

Palabra del Señor






COMENTARIO


Hoy rezamos por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Los sacerdotes y religiosos están llamados a escuchar y a seguir a Jesús para el servicio a los demás.
Que toda la crítica sobre el tema de pederastia no empañe el servicio que muchos sacerdotes y religiosos siguen prestando a la sociedad. Y también, me atrevo a decir, que si se nos pide perdonar a otras personas por otros motivos, ejerzamos también el perdón hacia ellos.
La justicia hará lo que tenga que hacer, pero como cristianos se nos invita a perdonar
A la hora de pensar en Jesús, en Jesucristo, seguramente le ponemos muchos nombres, nos acordamos de todo lo bueno que hizo, le confesamos como Salvador del mundo.
Pero a la hora de pensar en nuestra relación con El, ¿cuál es nuestra actitud?
Hoy Jesús nos señala un camino.
Puede haber varios, cada uno podemos recorrer el nuestro, pero hoy se nos señala uno y nos lo señala el mismo Jesús: el camino a recorrer tiene dos etapas:

1. ESCUCHAR la voz de Jesús. En la vida diaria oímos muchas voces que quieren llamar nuestra atención.
En realidad escuchamos aquellas que nos interesan, las que más están de acuerdo con nuestra forma de ser, de pensar, de juzgar…Nos inclinamos por tales o cuales medios de comunicación según nuestras apetencias…
Entre todas esas voces, ¿qué importancia damos a ESCUCHAR la voz de Jesús?
La voz de Jesús no es solo su PALABRA, son también sus GESTOS hacia las personas. Y sus palabras y sus gestos van siempre dirigidos al bien de la persona.
Y si hay crítica es para hacer pensar, para ayudar a cambiar de actitud, para amar y perdonar.
Escuchar tiene también la connotación de obedecer.
Si queremos ser discípulos de Jesús, él nos invita a escucharle y a obedecerle.
Escuchando la voz de Jesús, nuestra forma de pensar, de actuar y de ser se irá pareciendo a la forma de pensar, de actuar y de ser de Jesús.

2. SEGUIR a Jesús. De igual manera que escuchando tales o cuales medios de comunicación…formamos nuestra manera de pensar y juzgar la vida, si somos capaces de escuchar la voz de Jesús, pero de escucharla de veras, formaremos nuestra manera de pensar y de juzgar la vida como él lo hizo.
A veces nuestros criterios distan mucho de ser evangélicos. Nos fiamos más de lo que nos dicen o piensan otros…que de lo que nos dice Jesús en el evangelio. Si queremos de verdad seguir a Jesús, escuchemos su voz.
Contrastemos su voz de perdón, de amor, de justicia, de dignidad de la persona, con otras voces que están lejos de lo que nos enseña Jesús.
Esas otras voces nos hablan de revancha, de crítica destructiva, de muchos derechos y pocos deberes.

Escuchar a Jesús, seguir a Jesús no es fácil, pero es gratificante porque nos libera de nuestros egoísmos, nos compromete en el servicio a los demás, en definitiva, nos hace personas mejores y más libres.

Como iglesia, como comunidad parroquial escuchemos a Jesús que nos invita a seguirle a él, que nos conoce y que ha dado su vida por nosotros.







Fuentes:
Victoriano Viñuelas
Ángel Corbalán
Parroquia Santa Maria del Pilar
Blog Parroquial San García Abad.

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