miércoles, 31 de marzo de 2010

JUEVES SANTO "DÍA DEL AMOR FRATERNO"

"Fecha en la que se conmemora la Última Cena de Jesús con sus discípulos. En ella, Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía, donde Él se hace presente a través de la conversión del pan y del vino en su Cuerpo y su Sangre, y el sacramento del Orden Sacerdotal "

Este día por la mañana en todas las catedrales, los obispos que son, como dice el Concilio, "los principales administradores de los misterios de Dios, que regulan, promueven y custodian toda la vida litúrgica de la Iglesia que les ha sido confiada", celebran una misa muy solemne con todos los sacerdotes ("el presbiterio" de sus diócesis) y en ella los sacerdotes con un solo corazón y una sola alma renuevan sus promesas y su obediencia al Obispo.
En ella, además, se consagran los óleos, es decir, los aceites que se emplean en diversos sacramentos: el bautismo, la confirmación, la ordenación sacerdotal y la unción de los enfermos.

La consagración de los óleos se celebra precisamente este día para indicar que todos los sacramentos nos relacionan con el Misterio Pascual de Jesús y que todos los sacramentos tienen su culmen y su Centro en la Eucaristía.

Son muchos los gestos que se evocan en el Jueves Santo. Uno de ellos es el signo de humildad y sencillez que realizó Jesús al lavarle los pies a todos sus discípulos, diciéndoles que ellos se los deben lavar unos a otros, "en verdad les digo que el siervo no es más que su señor, ni el enviado más que quien lo envió" (San Juan 13, 16), y el sacerdote en la liturgia lava los pies a doce feligreses.

Luego de celebrar la Eucaristía se expone el Santísimo (Ostia Consagrada) y se realizan vigilias de oración en signo de la oración de Jesús en el Monte de los Olivos, la noche antes de ser entregado a los sacerdotes.

La Biblia cuenta que terminada la cena de Pascua, el Mesías y sus apóstoles se dirigieron al Monte de los Olivos a orar. Él se distanció un poco, rezaba y sudaba cada vez más fuerte, comenzó a sentirse angustiado porque sabía lo que venía, y un ángel del cielo lo reconfortó.

Cuando fue a buscar a sus amigos se dio cuenta de que estos se habían quedado dormidos, Él les dijo, "ha llegado la hora en que el Hijo de Dios debe ser entregado. Levántense, ya se acerca el que me va entregar".



CARTA PASTORAL DE NUESTRO OBISPO.


“Quien ama a su hermano permanece en la luz”

Mis queridos diocesanos:

1. Amor fraterno.
El día de Jueves Santo es una de las fechas más señaladas en el calendario
cristiano. En este año sacerdotal hay que recordar que su contenido religioso, que es de
una riqueza y hondura extraordinaria, exige reflexión no solo a los sacerdotes, como
confidentes del Cenáculo, sino también al pueblo cristiano, al cual nosotros debemos
transmitir el mensaje de esta Jornada Santa, cifrada principalmente en el amor fraterno.

2. Vida cristiana y amor fraterno
El “mandamiento del amor” está inseparablemente unido a la obediencia al
mandato del Señor: “Haced esto en conmemoración mía”. No se puede separar la
celebración de la Eucaristía y la reconciliación de la justicia, el amor fraterno y el
servicio.
Jesucristo ha hecho de la caridad fraterna un mandamiento nuevo. Hay que amar al
prójimo como a uno mismo. Es más: Hay que amar al otro, como amamos a Jesús: porque
Lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños a mi me lo hacéis” (Mt 25,45). Y lo que jamás se había oído, ni lo hubiéramos sospechado; hay que amar al
prójimo como le ama Él. “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros.
Como yo os he amado”
(Jn 13,34). En esto, precisamente, conocerán que sois mis
discípulos: en que os amáis unos a otros “
(Jn 13,35).

La señal, pues, de autenticidad cristiana será el amor mutuo: el distintivo de los
cristianos es la caridad fraterna. Esta será, por otra parte, la regla y la medida para
tratarnos el Señor a nosotros: “Con la medida que midiéreis, se os medirá a vosotros”
(Mt 7,2) Y este será al final, un examen de amor: “Al atardecer de la vida seremos
examinados del amor”.


3. Situación actual
El día de Jueves Santo nos invita a pensar sobre nosotros mismos y sobre nuestro entorno social. Entre las “oscuras sombras” que se ciernen hoy sobre el destino de la humanidad
destacaríamos entre otros: el muro, cada día más alto, del paro y la grave situación
económica que ha abocado a la pobreza a muchas familias, la exclusión social de muchas
personas y colectivos, la violencia personal y social, la amenaza permanente de la vida
humana, ya en el seno materno, ya en el terrorismo, ideología de odio, amenazando en
secar los corazones para el verdadero amor.
En esta situación, la ley del egoísmo que todos llevamos dentro más o menos,
hacen poco menos que imposible, que nuestro mundo se pueda construir en la verdad, en
el respeto, en la justicia, en el amor y la fraternidad.

4. “Quien ama a su hermano permanece en la luz”
El gesto del Señor de lavar los pies a sus discípulos llenó el Cenáculo de una luz
hermosa: el amor y el servicio. Al día siguiente, la pasión y muerte, lo envolverán todo en
tinieblas y oscuridad. Sin embargo, la Luz prevalecerá cuando Dios arranque a su Hijo
amado del abismo de la muerte.
El apóstol San Juan, nos dejó escrito “quien ama a su hermano permanece en la
luz”
(I Jn, 2, 10), y Jesús nos amó hasta el extremo, por eso Él vive en la Luz, Él es la
Luz. Así, cuando nosotros actualizamos dicho gesto, sirviendo a los hermanos más pobres
y compartiendo nuestros bienes con ellos, compartimos la misma Luz de Jesús y somos
signos y testimonio de amor en el mundo.

5. Llamados a derribar muros
El Jueves Santo, día del amor fraterno, Cristo, “nuestra Luz” nos llama a derribar,
unidos con Él, muros. Él se entregó a la muerte para derribar “la barrera del odio” que
separaba a las gentes (cf. Ef 2,14) y hacer de todos ellos una única familia bajo un mismo
y único Padre.
En aquel primer Jueves Santo el Señor nos mandó amar como Él amó y nos da su
propio corazón en la Eucaristía para amar con Él: “Nuestro Salvador en la última cena, la
noche que le traicionaban, instituyó el sacrificio eucarístico de su cuerpo y de su sangre, con el cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta el sacrificio de la Cruz, y a confiar así a su Esposa, la Iglesia,el memorial de su muerte y resurrección: Sacramento de piedad, signo de unidad y vínculo de caridad, banquete pascual en el cual se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria venidera
” (SC nº 47).
Con este inefable Don, el Señor nos entrega, junto con el mandato del amor, la
fuerza divina para poderla cumplir en todo tiempo y circunstancia por difícil que sea.

6. Colecta para el Fondo Diocesano de Solidaridad.


El Fondo Diocesano de Solidaridad es, en nuestra Iglesia Diocesana, el lugar de encuentro para compartir los bienes con nuestros hermanos más desfavorecidos.

Cáritas Diocesana trabaja para que, el compartir de la comunidad diocesana a través de la colecta de los oficios de la Cena del Señor, posibilite a las personas que viven en la pobreza y la exclusión una oportunidad para alcanzar su promoción e inserción social.

Jesús nos invita a amarnos sin límites, a entregar lo que somos y tenemos para que las tinieblas de la pobreza y la exclusión sean disipadas por la luz del amor y el compartir.
Por eso, es cada vez más necesario, que descubramos la generosidad y nos aventuremos, sin miedo, a compartir nuestros bienes con los más pobres.

7. Compromisos.
El amor fraterno solo es posible si nuestro corazón de piedra se ablanda para abrirse al otro, y sólo será evangelizador si se concreta en acciones de amor visibles para el mundo.

Por ello, hagamos un compromiso serio y exigente con aquellos que nos rodean, especialmente los más pobres, compartamos lo que uno es, lo que uno tiene, lo que uno sabe, cooperemos en todas las causas justas y en todas las iniciativas de amor al prójimo, como la ha pedido el Papa Benedicto XVI al comienzo de la Cuaresma: “desde la limosna y el servicio individual hasta la cooperación colectiva a la promoción de los pueblos materialmente menos favorecidos, y la situación actual económica y del paro”, y contribuyamos con nuestro ejemplo personal al advenimiento a nuestra sociedad de ese reino de Cristo que es Vida, Amor y Paz, un orden nuevo y la civilización del amor.
Con estos compromisos podríamos iniciar el cambio en nuestras formas de vida
para adecuarlas más al Evangelio, siendo así un buen punto al final de este año sacerdotal.

Reza por vosotros os quiere y bendice .


+Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta


CELEBRACION EN NUESTRA PARROQUIA.

18:00 “Cena del Señor”
Tras la Eucaristía, Turnos de Vela.
22:00 Hora Santa
00:30 Se cerrará la Parroquia

FUENTES:

Obispado de Cádiz y Ceuta.

Semanasanta.com

Ángel C.

Redacción Blog.



martes, 30 de marzo de 2010

Hoy es Martes Santo !!!!!

"Los creyentes, al celebrar la Semana Santa, han de dar testimonio de su fe más transparente y convincente.
Lo que vale hoy en nuestra sociedad es el poder. Se persigue a toda costa poder tener, moverse, cambiar unas cosas o personas por otras, disfrutar de sensaciones placenteras siempre nuevas, vencer cualquier dolor, tener una “imagen” atractiva y siempre juvenil.
Es verdad que bastante gente carece de este poder y no lo tendrá nunca.
Pero sueñan con él y lo adoran como a su “dios” en lo escondido de su corazón. Muchos que se llaman creyentes quisieran, también, que el Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo les sirviese este poder, al que adoran como a su supremo “dios”."( Carta Pastoral "Semana Santa 2010" de nuestro Obispo D. Antonio Ceballos.).

Hoy es Martes Santo.

El Martes Santo, se caracteriza su liturgia por la exaltación de la Cruz y por ello en muchos lugares el protagonista de las procesiones de este día es el Crucifijo. Continúan las celebraciones de la Semana Santa cristiana, según van acercándose los días de los principales cultos que son el Jueves y Viernes Santo, se va reflexionando acerca de diversos pasajes sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

En cuanto a la liturgia cristiana en este día se conmemora la traición de Judas y el papel de éste centran las reflexiones del Evangelio que se lee en las ceremonias de los católicos en este día. Se da lectura al pasaje de las Negaciones de San Pedro, y la Pasión según San Marcos.

En algunos monasterios e iglesias que cuentas un con un mínimo de tres celebrantes se canta la lectura de la Pasión haciendo una escenificación de la misma, donde el sacerdote que oficia la misa representa a Jesús cantando los textos que a él corresponden. El diácono ejerce de narrador y lleva el peso mayor de la lectura, y el subdiácono actúa como el resto de los personajes.

Así empiezan los oficios litúrgicos de hoy, que se caracterizan por el inicio del canto de la Lamentaciones de Jeremías, en que se profetiza la desolación y el dolor de Jerusalén a causa de los pecados del pueblo.

Esto es en cuanto a la celebración religiosa en sí. Es el día en el que se exalta la imagen de la cruz y por ello muchas de las procesiones que en este día salgan al paso serán Cristos crucificados.

Como son los días previos a las fiestas más grandes, nos encontraremos con ciudades más ajetreadas de lo normal. Muchas de ellas amanecen con una fragancia en el aire que entremezcla los aromas de el clavo, almizcle, ámbar...en definitiva un olor a incienso que invade toda la ciudad, en el caso concreto de Andalucía este olor se mezcla con el azahar tan característico de esta zona.
Esto ayuda a que la gente salga de sus casas y se note más bullicio en la calle siempre que el tiempo acompañe. Podemos contagiarnos del nerviosismo de los habitantes que impacientes esperan asistir al desfile de la primera procesión del día y mostrar su fervor. La gente visita con mayor asiduidad las iglesias y monasterios, pudiendo ver cómo han engalanado las hermandades sus imágenes antes de sacarlas a desfilar.

Pero, principalmente, hoy, Martes Santo, la liturgia pone el acento sobre el drama que está a punto de desencadenarse y que concluirá con la crucifixión del Viernes Santo. «En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche» (Jn 13,30). Siempre es de noche cuando uno se aleja del que es «Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero» (Símbolo de Nicea-Constantinopla).

El pecador es el que vuelve la espalda al Señor para gravitar alrededor de las cosas creadas, sin referirlas a su Creador. San Agustín describe el pecado como «un amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios».

Una traición, en suma. Una prevaricación fruto de «la arrogancia con la que queremos emanciparnos de Dios y no ser nada más que nosotros mismos; la arrogancia por la que creemos no tener necesidad del amor eterno, sino que deseamos dominar nuestra vida por nosotros mismos» (Benedicto XVI).

Se puede entender que Jesús, aquella noche, se haya sentido «turbado en su interior» (Jn 13,21). Afortunadamente, el pecado no es la última palabra. Ésta es la misericordia de Dios. Pero ella supone un “cambio” por nuestra parte. Una inversión de la situación que consiste en despegarse de las criaturas para vincularse a Dios y reencontrar así la auténtica libertad.

Sin embargo, no esperemos a estar asqueados de las falsas libertades que hemos tomado, para cambiar a Dios. Según denunció el padre jesuita Bourdaloue, «querríamos convertirnos cuando estuviésemos cansados del mundo o, mejor dicho, cuando el mundo se hubiera cansado de nosotros».

Seamos más listos. Decidámonos ahora. La Semana Santa es la ocasión propicia. En la Cruz, Cristo tiende sus brazos a todos. Nadie está excluido. Todo ladrón arrepentido tiene su lugar en el paraíso. Eso sí, a condición de cambiar de vida y de reparar, como el del Evangelio: «Nosotros, en verdad, recibimos lo debido por lo que hemos hecho; pero éste no hizo mal alguno» (Lc 23,41).



Martes de dolor,

!de los siete dolores! y del madero.

Martes de silencio que va dejando, tras de sí, el Nazareno.

Martes de dolor morado y negro.

Siervas de una madre que llora, atravesado su pecho,

por culpa del dolor de ver a su Hijo muerto,

dolor que sólo una Madre sabe sufrir en silencio.

Martes Santo de dolor morado y negro.

Martes Santo: ¡silencio!

que entre dolores de una Madre pasa Jesús Nazareno

con su andar cansado y lento.

Martes Santo de dolor morado y negro.








Fuentes:
Semanasanta.info.
Redacción Blog
Ángel C.
Evangeli.net


jueves, 25 de marzo de 2010

VIA CRUCIS.........DE LA CARCEL !!!!

"Señor, dame tu mano y ayúdame a rehacer mi vida "


1ª.- Estación.- Jesús es condenado a muerte.

Ya estamos otra vez: El juez, el reo, los testigos, los traslados de un sitio para otro, la alarma social, el reclamo popular que pide que le crucifiquen.
Aquí sabemos mucho de todo eso. Sabemos mucho de voces que te acusan, de manos que te apuntan, de dedos que te señalan…
Jesús, condenado.
Y condenado a muerte.
Y condenado a morir en la cruz, donde mueren los peores.

Pero ¿quién somos nadie para condenar a nadie?
¿Quién tiene las manos suficientemente limpias como para tirar piedras contra nadie?

Cristo condenado a muerte, ayúdanos a sobrellevar con paz y resignación nuestras condenas; y no permitas que seamos de los que se pasan la vida condenando a sus hermanos.


Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

2ª.- Estación.- Jesús carga con el pesado madero de la Cruz.

¿Cuánto pesa una Cruz?
Las que llevamos al cuello, apenas pesan unos gramos. Ni nos damos cuenta de que las llevamos. Algunas veces hasta son de oro. Te encanta que te regalen una.
¿Cuánto pesa una Cruz?

La que Jesús tuvo que cargar sobre sus hombros, sólo el palo horizontal, donde le clavarían las manos, dicen que pesaría entre 25 y 30 kilos.
La cruz que llevaba cargada sobre el alma era mucho más pesada: Sólo Él sería capaz de soportar su peso.

¿Cuánto pesa la cruz que llevas sobre tus hombros? ¿Y la que llevas en el alma? ¿Cuántos meses pesa? ¿Cuántos años? ¿Cuántas arrobas de tedio, de aburrimiento, de nausea, de soledad…? ¿Cuánto pesa un primer, un segundo, un tercer grado? ¿Cuánto pesa el permiso que no acaba de llegar…?

Cristo cargado con la Cruz, ayúdanos a llevar nuestra cruz amarga por la cuesta empinada de la vida. Tú llevaste la cruz de nuestros pecados; enséñanos a nosotros a llevar la cruz de nuestras responsabilidades.

Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

3ª.- Estación.- Primera caída de Jesús bajo el peso de la Cruz.

Es demasiado, Señor, para uno sólo. Tú eras el Todopoderoso; pero quisiste asemejarte a nosotros en todo. También en nuestra debilidad. Y claro, la cruz en la que has puesto todos nuestros pecados pesa demasiado para apoyarse en un solo hombro.
Y claro: Las fuerzas te fallaron.

¡Señor, si yo te hablara de caídas…! En eso tengo más experiencia que tú! He rodado tantas veces por el suelo…!
Una caída me trajo a este mundo de soledad.
No me gustaba reconocer mi debilidad.
Me gustaba sacar pecho y creer que estaba de vuelta en todo.
A mí no me podía pasar lo que a otros les había pasado.

Y aquí estoy caído en tierra, esperando una mano amiga que me ayude a levantarme. Pero esa mano no siempre llega.

Señor, dame tu mano y ayúdame a rehacer mi vida.


Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

4ª.- Estación.- El encuentro con la Virgen María.

Cuando los discípulos han desaparecido, cuando los que creías amigos tuyos no aparecen por ningún sitio, allí está la Madre que sale a tu encuentro.
A Ella no le importa que la señalen con el dedo y que digan que es la madre del condenado. “.-Qué educación le habría dado para su Hijo terminara así.” “Qué ejemplo habría recibido de sus padres…?”

Acaso no pueda hacer nada por su Jesús; pero quiere estar a su lado participando de alguna manera de su sufrimiento.
En el momento de los milagros, del gozo y de la alegría ya aparecerán por todas partes los coristas devotos del folklore religioso.
En el Tabor, en el jolgorio del Domingo de Ramos ya aparecerán otros. Ahora la que no puede fallar es la Madre Dolorida. La noche de amargura va acrisolando a los amigos verdaderos.

Señor: En estos días de abandono y soledad por los que estoy pasando, que sepa ver en María a la madre que nunca falla.
Cuando sufro la ausencia de tantos que creía mis amigos, que busque en Ti al amigo que nunca falla.
Que tu compañía y tu presencia, Señor, me dé la fuerza necesaria para sentirme vivo y seguir caminando .


Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

5ª.- Estación.- Simón de Cirene le ayuda a Jesús a llevar la Cruz.-

Un poco a regañadientes; pero Simón de Cirene es un hombre que te ayuda a llevar la cruz.
Es cierto que lo hace por que le obligan; pero tal vez sintiera la alegría de haber ayudado a otro hombre a llevar la cruz que no se merecía.
Todos necesitamos de un amigo que nos ayude a soportar la cruz de cada día… Y todos podemos ser un poco cireneos que ayuden a sus hermanos en los momentos difíciles, en los momentos desesperados.
Yo no sé la alegría que pudo inundar el corazón del Cireneo cuando, al final del camino, retiró su hombro. No conozco el brillo de tu mirada agradecida por lo que había hecho. Pero me viene a la memoria el texto de San Pablo: “Hay más gozo en dar que en recibir”.

Enséñame, Señor, a disfrutar y ser feliz haciendo favores a mis hermanos, aunque piense que no se lo merecen.

Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

6ª.- Estación.- La Verónica enjuga y limpia el rostro de Jesús.

Una gota de agua para los labios sedientos…
Una palabra amistosa para el hombre solitario…
Una sonrisa… una palmada en el hombro… ¡qué poca cosa es!; pero qué cosa tan necesaria para quien nada tiene.

Camino del Calvario aparece una mujer.
Ni siquiera sabemos su nombre. La Verónica le llamamos.
Una mujer que se acerca a Jesús para limpiarle el rostro de sudor, de sangre, de salivazos… Y de lágrimas, sobre todo de lágrimas.
Como tu Madre, tampoco ella tiene vergüenza en dar la cara por ti.
Las risas, las burlas, lo que puedan decir o pensar, lo que está de moda en un momento determinado, lo progre… cuenta poco. Es más importante lo que dicta la conciencia.

Señor, en el ambiente hostil en el que me toca vivir ahora, en un mundo en el que cuentas bastante poco para la mayoría de las personas, ayúdame a dar la cara por Ti. Sí: A dar la cara por ti… aunque alguna vez me la partan.
A Ti te la partieron primero.

Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

7ª.- Estación.- La segunda caída de Jesús bajo el peso de la Cruz.-


¿Fue un tropiezo? No sería nada extraño…
¿Acaso una zancadilla? A veces hay quien disfruta viendo caer a un hermano… y hasta se divierte pisoteando al más débil… Hay estamentos de poder que, para afirmar su grandeza, no les importa pisotear aún más a los que están ya hundidos…
Posiblemente fue que ya no podía más. Así de sencillo:
Demasiado dolor…
Demasiada sangre vertida…
Demasiada fiebre…

Quiso vivir la realidad humana con todas las consecuencias, y no había de hacer trampas. Cristo-Dios, sí ; pero también Cristo-Hombre. Nadie como Él podrá entender nuestras debilidades.

Cristo, caído en tierra por segunda vez, enséñame a reconocerme humano, pobre, débil…Que no sea de los que van por la vida mirando a todos por encima del hombro. Haz que me reconozca un pobre pecador de la común especie, y que comprenda también las debilidades de los hermanos.


Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

8ª.- Estación.- Jesús consuela a las piadosas mujeres de Jerusalén.

Otra vez un grupo de mujeres… ¡Siempre las mujeres a la hora de curar, de acompañar, de consolar!...
Y los hombres… ¿Dónde estaban? Pedro, el bravucón que no había de negarle aunque le negasen todos…; Juan y Santiago, los llamados hijos del trueno…; Tomás, Felipe, Mateo… Los discípulos… Los de la cena en casa de Zaqueo… Los que querían proclamarle rey…, Los de las aclamaciones del Domingo de Ramos…
O se habían pasado al bando contrario donde soplaban vientos favorables… o habían huido con el rabo entre piernas a esconderse en la madriguera más segura.

A la hora del dolor, el sexo débil es el fuerte y el que da la cara. Los hombres tienen cosas mucho más importante que hacer… Tienen que discutir sobre los grandes problemas del mundo: La guerra, el petróleo, la devaluación del dólar…o quién va a ganar la liga este año.

Y luego, en algunos casos… “la maté porque era mía”… “Cariño: se me fue la mano, no debiste contestarme”… “O mía o de nadie”…

Señor, enséñanos a tratar a las mujeres -hermanas, novias, esposas, madres…- como seres humanos, y como seres humanizadores de la sociedad. Que aprendamos la lección de su trabajo silencioso, de su dedicación a los hijos, de su asistencia al que sufre.

Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

9ª.- Estación.- La tercera caída de Jesús.

Una, dos, tres… ¿Cuántas fueron las caídas?
La tradición nos habla de tres. Tampoco sería extraño que hubiera tenido que llegar a rastras.
Lo cierto es que, después de cada caída, hubo un levantamiento, un ponerse en pie y un seguir caminando…aunque fuese temiendo la siguiente caída.

Muchas veces hemos oído que lo más lamentable no es caer, sino cogerle gusto al suelo, sentirnos cómodos en el barro, no importarnos estar envueltos en la porquería.

Señor, desde lo más profundo de nuestra miseria, levantamos los ojos a ti. A hacia ti alzamos nuestras manos suplicantes. Dinos como a Lázaro que nos levantemos. Grítanoslo muy fuerte, que tenemos tapados los oídos y tu Palabra hace tiempo que no resuena en el corazón.

Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

10ª.- Estación.- Jesús llega a la cima del Calvario y es despojado de sus vestiduras.

Era lo único que le quedaba: Las cuatro ropas que cubrían su cuerpo desgarrado.
Nunca había tenido gran cosa: Ni siquiera un lugar donde reclinar su cabeza…
¿Un manto y unas sandalias? Supongamos que sí.
¿Dinero? Judas era el administrador.
¿Amigos? Habían desaparecido.
¿Sangre? Poca le quedaba ya.
¿Vida? Apenas le quedaba ya un hilillo.
No hizo falta que hiciera testamento.

Una túnica ensangrentada, agarrada a sus heridas como un esparadrapo. Y esa es la vestidura que los soldados le arrancan sin piedad. Despojado hasta casi de su propia piel…

¿De cuántas cosas, Señor, me tengo que desarraigar?
¿A cuántas esclavitudes tengo el corazón pegado?
¿Cuántas cosas me son necesarias para convencerme de que estoy vivo? “Sólo una cosa es necesario de verdad: Dios”. Eso decías… por lo menos...
¿A cuántas cosas tengo el corazón pegado?
Arráncame, Jesús, este montón de esclavitudes, aunque grite de dolor y vuelva a correr la sangre por las paredes del alma.

Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

11ª.- Estación.- Jesús es clavado en la Cruz.

Cristo agradece el vino aquel que anestesiaba, siquiera un poco, a los condenados; pero no lo toma. Acepta la muerte con amor, como la madre que quiere parir con plena conciencia de lo que está haciendo.

¿Cómo suenan los martillos cuando clavan un madero?
Cuando taladran un pie, cuando agujerean una mano, ¿hasta dónde salta la sangre?
El dolor pierde su nombre cuando alguien es crucificado. Pero es casi un sacramento cuando ese dolor se padece perdonando.

Desde entonces, clavados en la Cruz de Jesús están todos nuestros dolores. Y todo nuestro dolor puede ser redentor, si lo hacemos unidos a Cristo. El dolor no es bueno; pero si lo sufrimos por amor, al estilo de Jesús, entonces el dolor es amor del santo.

Señor, en el mundo hay mucho dolor; dolor de todos los estilos, de todas las gentes. Y tengo miedo al dolor, como le tuviste tu la noche de Getsemaní.
Líbrame del dolor… o dame fuerza para sobrellevarlo. Pero sobre todo, Señor, líbrame de crear dolor, de hacer sufrir a nadie. Hay ya en el mundo bastante sufrimiento: No hace falta que la industria del dolor progrese tanto. Y mucho menos que yo contribuya a ello.

Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

12ª.- Estación.- Jesús muere en la Cruz.

El testamento de Jesús. Sus últimas voluntades, dictadas desde la Cruz.
“.- Padre, perdónales porque no saben lo que hacen.” Y es verdad: Muchas veces no sabemos lo que hacemos. Y seguimos sin aprender a perdonar.
“.- Hoy estarás conmigo en el paraíso.” Tu perdón es para todos; también para el ladrón que moría a tu lado.
“.- He ahí a tu Madre…He ahí a tu hijo…” Nos la diste como madre, y no encontramos el punto de sentirnos como hijos.
“.- Padre, ¿Por qué me has abandonado?” Algo sabemos aquí de abandonos. Pero Cristo no tuvo visitas, ni cartas, ni llamadas, ni esperanza en nada humano…
“.- Tengo sed” Y, sin embargo, eres el único que puedes apagar nuestra sed.
“.- Todo está cumplido” Por tu parte, todo está cumplido. Por la nuestra, todavía tenemos que tomarnos en serio tu Pasión y Muerte.
“.- A tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu.” Y nosotros, también, a imagen de Jesús, nos ponemos nuestras vidas en tus manos. Haz de nosotros lo que quieras. Sea lo que sea, te damos gracias, Señor.
Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

13ª.- Estación.- Jesús es bajado de la Cruz y puesto en brazos de su Madre.

¡Qué destrozo! Eso es todo lo que queda de Jesús.
Ella nos le dio niño en Belén… y así se lo devolvemos: un montón de miembros rotos que ya empiezan a enfriarse.
Ya no quedan lágrimas ni sangre que derramar; sólo la soledad que enronquece el alma. Sólo queda un por qué que se lanza contra el cielo: Por qué tanto dolor… por qué tanto misterio…

¿Por qué esta Madre me recuerda a tantas otras madres con sus hijos muertos?
Irak, Somalia, terrorismos de cualquier idioma…
Todas las guerras son sementera de odios.
Nadie quiere las guerras, óiganlo todos, y menos que nadie los muertos. Armas, petróleo, droga, dinero… Al final de la cadena siempre hay una madre con su hijo muerto. Unos mueren y otros condecoran cadáveres. ¡Cuánto luto, Señor. Cuánto misterio!

Al pie de la cruz, Señor, recordándote en brazos de tu Madre, te suplicamos por tanta gente que ha muerto sin culpa de ninguna clase; simplemente porque otros lo quisieron, o porque otros no quisieron mover un dedo para evitarlo.
Señora de los dolores, tienes que seguir siendo madre de tantos seres humanos que andamos por la vida sin tener un regazo de madre sobre el que reclinar la cabeza.

Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

14ª.- Estación.- Jesús es depositado en el santo Sepulcro.
Jornada para el dolor y la esperanza.
La cárcel tiene un poco de sepulcro: Aquí encerrados, esperando que llegue el día de la resurrección en que podamos volver con nuestras familias, con nuestros amigos.
Hemos recorrido muchas veces el camino de las lágrimas, Hemos recordado muchas veces las caídas de nuestro vía crucis particular… y a veces, sólo de pensarlo, se nos eriza la piel.
Todo ha sido una experiencia de muerte. Pero del pozo se sale… Y de la tumba también.

Señor, robustece nuestra esperanza.
Sepultados tras los barrotes, también nosotros esperamos el día de la resurrección, el día en que podamos respirar el aire libre de la calle, de la familia, de los amigos…
Iluminados por la esperanza de la resurrección, ayúdanos a soportar la pasión amarga que ahora estamos padeciendo.
Cristo, eres el preso más famoso de la historia. Eres uno de los nuestros. Haz que nos parezcamos a Ti.

Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Amado Jesús mío, etc.

Fuentes:

Raúl Revilla, pasionista. Capellán de la cárcel de Zuera, (Zaragoza)

Gabriela de la Dolorosa

Ana Navarro.

Redacción Blog Parroquial

Ángel C.

ORACIÓN COMUNITARIA SAN GARCÍA ABAD, VIERNES 26 MARZO!!!!


ALABANZAS AL SANTÍSIMO
INVOCACIÓN AL ESPIRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión de Nuestra Señora de los Dolores, tu amadísima esposa.

INTRODUCCIÓN
“El que quiera vivir con perfección no tiene que hacer ninguna otra cosa sino menospreciar o desear lo que Cristo mismo ha menospreciado o deseado sobre su cruz. "
Si tú buscas un ejemplo de caridad, “no hay amor más grande que dar la vida por los amigos (Jn 15,13), y Cristo lo hizo sobre la cruz. Si tú buscas un ejemplo de paciencia, no se encuentra otro más perfecto que el estar sobre la cruz. Si tú buscas un ejemplo de humildad, mira al Crucificado. Si tú buscas un ejemplo de obediencia, ponte en seguimiento de aquel que fue obediente hasta la muerte. Si tú buscas un ejemplo de menosprecio de las cosas terrenas, camina en pos de aquel que es el Rey de los reyes y el Señor de los señores.
Considera que es el Soberano de todas las cosas quien, por cada uno de nosotros, aceptó ser despojado de sus vestiduras, hecho objeto de burla y escarnio, cubierto de salivazos, molido a palos, coronado de espinas, abrevado con vinagre, y sometido a una muerte ignominiosa como el último de los criminales y de los idólatras”.
(Sto. Tomás de Aquino, Sermón de cuaresma en Nápoles, 1273)
ORACIÓN -MEDITACIÓN: LA HUMILDAD

• Comenzamos a prepararnos para un rato de meditación y oración. Me coloco en aquella postura que más me ayude. Me olvido de lo que me rodea... Empiezo por preparar mi cuerpo para que también rece conmigo.
• Me concentro en mi respiración... y sin forzarla para nada, observo su ritmo... y me voy dando cuenta de que poco a poco se va volviendo serena... suave... y relajada. Imagino en este momento, que al expulsar el aire, expulso también de mi vida mis miedos... mis angustias... mis preocupaciones... los problemas del día.
Lo expulso todo. Me abro a Dios y pienso al coger el aire que es Dios quien penetra hasta mi interior y me renueva... me limpia de muchas cosas que me gustaría quitar de mi manera de ser: mi orgullo... mi egoísmo... y yo le dejo hacer, es Dios quien lo hace.
Quien me limpia, quien expulsa de mí todo lo que me sobra. Todo se va...

• Me voy sintiendo en paz conmigo mismo... ahora, ya estoy dispuesto, ya estoy preparado para escuchar lo que me quiere decir el Señor a través de este rato de oración.
Hoy me voy a fijar en la humildad. ¿Qué es la humildad? Humilde es el que reconoce la verdad y la acepta como es. Humilde es aquél que acepta su propio valer como un bien que le ha sido dado para ponerlo al servicio de la comunidad.
Humilde es también aquél que sabe que no es perfecto y conoce sus limitaciones.
Humilde es aquél que está abierto a lo que dicen los demás... que no piensa que él siempre tiene razón... sino que se puede equivocar... Perdóname otra vez, Señor, porque me cuesta mucho reconocer cuando me equivoco.
Me cuesta mucho aceptar que es el otro el que tiene razón... ¡Renuévame por dentro, Señor!
Purifícame de este orgullo que lo único que consigue es endurecer mi corazón.

• Ahora le decimos con nuestra respiración que nos dé un corazón humilde, Señor. Danos un corazón humilde. Dejo que esta frase empape todo mi ser... me llene todo. Sea un todo conmigo mismo. Y me abandono en Dios.
MONICIÓN AL EVANGELIO
El Cristo que huyó cuando querían hacerle rey se dejó coronar de espinas, el que se escapaba de la multitud que le vitoreaba no dio la espalda cuando le buscaban para matarle. Ese es el ejemplo que nos ha dejado: aceptar la voluntad de Dios sea cual sea, tanto en lo bueno como en lo malo, en lo fácil como en lo difícil. Y, además, lo que es aún más difícil, aceptar que esa voluntad de Dios es amor para nosotros, aunque no nos lo parezca, aunque no entendamos por qué ocurren las cosas o por qué no son escuchadas nuestras súplicas para que pase de nosotros el cáliz que Dios nos está pidiendo que bebamos. Claro que para hacer eso es imprescindible la fuerza de Dios, sin la cual aceptar la cruz con alegría es imposible.

EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 14,32-42

“Van a una propiedad, cuyo nombre es Getsemaní, y dice a sus discípulos: «Sentaos aquí, mientras yo hago oración». Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir pavor y angustia. Y les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad». Y adelantándose un poco, caía en tierra y suplicaba que a ser posible pasara de él aquella hora. Y decía: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú».
Viene entonces y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «Simón, ¿duermes?, ¿ni una hora has podido velar? Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil».
Y alejándose de nuevo, oró diciendo las mismas palabras. Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados; ellos no sabían qué contestarle.
Viene por tercera vez y les dice: «Ahora ya podéis dormir y descansar.
Basta ya. Llegó la hora. Mirad que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos! ¡Vámonos! Mirad, el que me va a entregar está cerca”.

Palabra del Señor

PRECES

Al caer la tarde tu Hijo nos ofreció su cuerpo como alimento de vida eterna,
-acepta nuestra oración vespertina y haz que no falten en tu Iglesia vocaciones religiosas al servicio de los más necesitados.

Padre de bondad, que aceptaste la ofrenda de tu Hijo,
- suscita en nuestras parroquias jóvenes dispuestos a dar su vida por ti en servicio a sus hermanos.

Te pedimos Señor por las familias cristianas,
- para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal.

Te pedimos Señor por los Seminarios y Noviciados
- que los jóvenes que allí se preparan vivan su formación con gozo y generosidad.

Al llegar a su término esta jornada, haz que no decline en la Iglesia la esperanza de tu Reino,
- enriquécela con numerosas vocaciones a la vida consagrada.

Dios misericordioso, que hiciste de María un modelo de entrega a los hermanos,
- haz que los jóvenes vean en ella un modelo a imitar.

Señor Jesús, te pedimos por los sacerdotes que entregan su vida para propagar tu Evangelio. Confórtalos con tu espíritu. Anímalos en su duro trabajo: dales fuerza para seguir predicando tu verdad,
- que su doctrina y testimonio sean semilla de ideales nobles en los jóvenes, de inocencia en los niños, de bendición en las familias, de paz en las naciones, de amor y esperanza en todos.

Varón de dolores, te encomendamos a todos los enfermos y sus cuidadores, en especial a aquellos que nos lo han pedido,
- para que puedan descubrir el amor de Dios en el dolor y ser testimonio de esperanza y fortaleza.

Siervo obediente del Padre, te rogamos por nosotros
-para que sepamos acompañarnos unos a otros en la búsqueda de la Voluntad de Dios en nuestras vidas.

Altísimo Señor, baja a escucharnos con la bondad que te distingue,
- Para que nuestro párroco el padre Andrés y el padre Ángel sientan cercana en todo instante la especial protección de María Santísima particularmente en los instantes de sus desconsuelos y soledades en el ejercicio de sus misiones.

ORACIÓN FINAL: SUFRIMIENTO Y REDENCIÓN

Señor, Señor, ¿qué significa ser hombre? Sufrir a manos llenas. Desde el llanto del recién nacido hasta el último gemido del agonizante, sufrir es el pan cotidiano y amargo que nunca falta en la mesa familiar.
Dios mío, ¿para qué sirve esa criatura desventurada del dolor? Es un despojo inútil. No tiene nombre, pero tiene mil fuentes y mil rostros y ¿quién puede soslayarlo? A nuestro lado camina en la ruta que va de la luz a las tinieblas. ¿Qué podemos hacer con él?
Es una criatura que brotó en el suelo humano como un hongo maldito sin que nadie lo sembrara ni lo deseara. ¿Qué hacemos con él?
Me acuerdo de tu cruz, Oh Pobre de Dios, Jesús de Nazaret; aquella cruz que Tú no la elegiste, sino que la asumiste, y no con alegría, sino con paz.
Oh Justo, siervo obediente y sumiso del Padre; llegada tu Hora, después de estremecerte por el susto y el espanto, te entregaste sosegado y aceptaste libremente el cáliz del dolor hasta agotar sus últimos y más amargos sedimentos. Los hechos de la conspiración humana no cayeron, ciegos y fatales, sobre Ti, sino que Tú los asumiste voluntariamente al ver que, si los hechos ocurrieron no fue por las maquinaciones humanas sino porque el Padre los permitió. Y cargaste con amor la cruz.
Gracias por la lección. Cristo amigo. Desde ahora tenemos respuesta al interrogante básico del hombre: ¿qué hacer con el dolor?
No se vence el sufrimiento lamentándolo, combatiéndolo o resistiéndolo, sino asumiéndolo. Y, al asumir con amor la cruz, estamos no sólo acompañándote, Jesús Nazareno, en la subida al Calvario, sino colaborando contigo en la redención del mundo, y más todavía. “estamos sufriendo lo que falta a la Pasión del Señor”.
La perfecta libertad está, pues, no sólo en asumir la cruz con amor sino agradecerla, sabiendo que así asumimos solidariamente el dolor humano y colaboramos a la tarea transcendental de la redención de la Humanidad.
Gracias, Señor Jesucristo, por la sabiduría de la cruz.

AVE MARÍA Y GLORIA

martes, 23 de marzo de 2010

CARTA PASTORAL......."JORNADA POR LA VIDA, 25 MARZO"

“¡Es mi vida!... Está en tus manos”

Mis queridos diocesanos:

1. Jornada por la Vida

Os recuerdo que el día 25 de marzo celebra la Iglesia en España la Jornada por la Vida que la Conferencia Episcopal Española decidió instituir en noviembre del 2007. Se trata de una oportuna invitación a las comunidades cristianas a orar y a proclamar el valor sagrado de toda la vida humana desde su comienzo en la fecundación hasta su muerte natural. De esta oración debe brotar un compromiso decidido para cambiar la llamada “cultura de la muerte” por una cultura que acoja la vida.

2. “¡Es mi vida!... Está en tus manos

El pasado 4 de marzo el Boletín Oficial del Estado publicaba la llamada Ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, que en realidad no es otra cosa que una liberalización total del aborto, considerado como un derecho de la mujer, olvidando los derechos del hijo que lleva en sus entrañas. La norma entrará en vigor el próximo día 4 de julio. Hay que afirmar, una vez más, que el aborto es siempre un “crimen abominable” como lo calificó ya el Concilio Vaticano II. Por ello, bienvenida sea la Jornada por la Vida cuyo lema es: “Es mi vida!... Está en tus manos”.

3. Amenazas sobre la vida

Con el lema de este año “¡Es mi vida!... Está en tus manos”, se pretende resaltar la responsabilidad que está en las manos de todos, y no únicamente de los padres, de asegurar el derecho primero y más fundamental que es el del ser humano concebido.

No cabe duda de que hoy existen amenazas sobre la vida: el hambre que padece un tercio de la humanidad, la violencia doméstica y muerte de tantas mujeres a manos de aquellos con los que compartían su vida; los accidentes de tráfico, como consecuencia de la irresponsabilidad y los accidentes laborales que terminan en tragedia, fruto en muchos casos, de un liberalismo económico desbocado y, sobre todo, el drama del aborto, con la aprobación de la nueva ley.

4. Defensa de la vida

“El triste retroceso que la nueva legislación supone en la tutela del derecho a la vida no debe llevarnos al desánimo” (Nota de los Obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida, n.1) .
Es importante reconocer los testimonios existentes en favor de la vida: Es una alegría el testimonio de tantas madres y padres que, gracias a la ayuda recibida, han decidido por fin acoger a sus hijos, reconociendo en ellos un don inestimable que trae luz y sentido a la vida (Cf. C.E.E., CCXIII Comisión Permanente, Declaración sobre el Anteproyecto de “Ley del Aborto”: atentar contra la vida de los que van a nacer, convertido en “derecho” (17 de junio de 2009).

Hay que tener en cuenta “el debate público que se ha suscitado en los últimos meses; los testimonios a favor de la vida en diversos ámbitos científicos, culturales, jurídicos, religiosos y sociales; las múltiples iniciativas por parte de diversas instituciones que se han movilizado masivamente en defensa de la vida del niño que va a nacer, las propuestas cada vez más numerosas de apoyo a la mujer embarazada y, sobre todo, la confianza en Dios, Señor y dador de Vida, nos hacen afrontar el futuro con una gran esperanza” (Nota de los Obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida, n.1).

5. Muestras de agradecimiento

En esta Jornada por la Vida quiero mostrar mi agradecimiento a los esfuerzos que se están realizando al mismo tiempo que invito a la oración: “Agradecemos la dedicación de tantas personas que, en un número cada vez mayor de instituciones eclesiales o civiles, se dedican a prestar su apoyo personal a las mujeres gestantes. Es una alegría el testimonio de tantas madres y padres, que gracias a la ayuda recibida, han decidido por fin a acoger a sus hijos, reconociendo en ellos un don inestimable que trae luz y sentido a sus vidas” (C.E.E., CCXIII Comisión Permanente, Declaración sobre el Anteproyecto de “Ley del Aborto”: atentar contra la vida de los que van a nacer, convertido en “derecho” (17 de junio de 2009), n. 19).


6. Invitación a la oración

Ruego a los sacerdotes que en la Eucaristía del día 25, Solemnidad de la Anunciación del Señor, hablen del don sagrado de la vida y que organicen actos especiales de oración con esta intención. También ruego a los catequistas, profesores de religión y responsables de grupos y movimientos apostólicos que sigan implicados en esta Jornada, y que recuerden a todos que el derecho a la vida es el primer derecho fundamental.

Confío los frutos de esta Jornada por la Vida a la intercesión poderosa de Santa María. Ella es la mujer que mejor ha comprendido la belleza de la maternidad y ha mantenido la esperanza.

Que Nuestra Señora acompañe los trabajos en defensa de la vida de tantas personas e ilumine a todas las madres para que reconozcan en sus hijos que van a nacer el bien que puede llenar de alegría y plenitud sus vidas.

Reza por vosotros, os quiere y bendice,




+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta

Cádiz, 22 de marzo de 2010.

lunes, 22 de marzo de 2010

Convocatoria Reunión Consejo Pastoral Parroquial. San García Abad.


El párroco de San García Abad, Andrés Drouet, presidente del Consejo Pastoral Parroquial, convoca la siguiente reunión del Consejo Pastoral Parroquial de San García Abad:

El Miércoles, día 24 de Marzo de 2.010.

Hora 20:00 en Salones Parroquiales.


Oportunidad esta, para intercambio de información entre los distintos Departamentos y Pastorales del Consejo Parroquial.

Orden del día
1. Oración
2. Lectura del Acta anterior.
3. Informe de obras en la Parroquia.
Resumen de obras que se han llevado a cabo en las instalaciones parroquiales desde Diciembre.
4.Propuestas de las distintas Pastorales.
5. Ruegos y preguntas.

Esperando vuestra presencia
“Que Dios os bendiga!!!”

domingo, 21 de marzo de 2010

El Evangelio del Domingo, 21 de Marzo!!!!

Lectura del santo evangelio según san Juan (8,1-11):

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?» Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.» E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?» Ella contestó: «Ninguno, Señor.» Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.»

Palabra del Señor .




COMENTARIO.

"Yo no te condeno. Vete y no peques más"

Estamos en el domingo V de Cuaresma. Se nos sigue invitando a la conversión:

Domingo 1º: Tener cosas, bienes materiales, poder o fama no lleva a la felicidad.

Domingo 2º: La cruz es el camino de la resurrección. No es resignarse ante ciertas cruces injustas o que debemos superar. Sólo se habla de la cruz imprescindible para la resurrección.

Domingo 3º: Purificar la idea o imagen que tenemos de Dios. Dios no castiga, es paciente y liberador.

Domingo 4º: Dios es misericordioso; hay que acercarse a él, reconociendo el propio pecado.

Domingo 5º: Un caso concreto: la adúltera.

El conjunto de las lecturas de este domingo resalta la experiencia de haber sido transformado por el Señor, de haber vivido personalmente la conversión. Esa experiencia que resaltan tanto los grupos “Aleluyas”: yo antes era un tal o un cual; pero desde que conocí a Cristo mi vida ha cambiado”.

En la primera lectura, de Isaías, escuchamos: “No recordéis lo de antaño... mirad que realizo algo nuevo”. Esto es lo que dice el Señor a su pueblo para que olviden su pasado pecador y se abran al futuro que el Señor les está recreando.

El salmo lo expresa así: “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”, “que el Señor cambie nuestra suerte”. A la vuelta del destierro de babilonia, el pueblo alaba a Dios por el gran cambio experimentado.

San Pablo, en la segunda lectura, dice: “Olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome a lo que está por delante... para ganar a Cristo Jesús”. “Todo lo estimo pérdida, comparado con el conocimiento de Cristo”.

Esta experiencia de ser transformado por el Señor se plasma de un modo claro en el texto del Evangelio. Jesús es enfrentado por los expertos con la ley, le presentan a una mujer sorprendida en adulterio (¿y el hombre no era pecador?, ¡pues estaría con alguno!); le dicen que la ley les manda apedrearla. ¿Tú que dices?

Jesús se queda meditando la respuesta, pues será muy importante lo que él responda de cara a otros casos, pues le han convertido en juez. Jesús les enfrenta a ellos con su conciencia, no con la ley, “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”. La ley que se impone es la ley del amor, pues para Jesús no hay otra ley.

Jesús le dice a la mujer: “¿Dónde están tus acusadores?”, “Yo tampoco te condeno”. Dios no condena a nadie, siempre está dispuesto al perdón. Libera a la mujer de la pesada carga de la condenación.

Y despide a la mujer: “Anda y en adelante no peques más”. Jesús ha venido a luchar contra el pecado del mundo, pero ha venido a manifestar su misericordia a los pecadores. Quiere quitar el pecado con la colaboración del pecador, corrige perdonando, no castigando.

La conversión es posible; es posible que la adultera se convierta y cambie; es posible que los “condenadores” de todo se conviertan y cambien. Es posible porque nadie cristaliza rígidamente en ninguna actitud; porque Jesús ha venido a reconstruir las vidas, no a destruirlas; porque la cercanía del amor de Dios que cura y sana es más fuerte que la conciencia de distancia del propio pecado.

*** *** *** ***

La piedra...

El distraído tropezó en ella.
El violento la utilizó de proyectil.
El emprendedor construyó con ella.
El campesino, cansado, la utilizó de asiento.
Para los niños fue un juguete.
David mató a Goliat con una piedra.
El condenador la lanzó en una lapidación.
Miguel Ángel hizo La Piedad.


En todos los caso la diferencia está en el hombre, no en la piedra.
No existe “piedra” en tu camino que no puedas aprovechar para tu crecimiento.

Gracias por llegar hasta aquí


Pedro Crespo Arias



Fuentes:
Pedro Crespo.
Iglesia en Daimiel
Redacción Blog Parroquial
Ángel C.

viernes, 19 de marzo de 2010

La Oración del Viernes, 19 de Marzo !!!



ALABANZAS AL SANTISIMO .
INVOCACION AL ESPIRITU.
INTRODUCCION.
La escena es terrible. La mujer está a punto de ser linchada. Algunos, de los que se dicen líderes del pueblo, han hecho de jueces y han determinado que debe ser condenada a muerte. Hay que apedrearla. Y la multitud está dispuesta participar. Nadie se sentirá culpable. Total, una piedra más seguro que no es el golpe definitivo.
Es sólo uno más. Luego, una vez que pase el subidón de adrenalina, cuando todos chillan a la vez y se sienten fuertes y capaces de todo simplemente porque están juntos, se retirarán más bien avergonzados. Apenas unos pocos seguirán convencidos de que han hecho bien. Los más preferirán no hablar del asunto. Se han dejado llevar por la masa sin darse cuenta de lo que hacían.
Podemos estar hablando de la mujer adúltera pero también de tantas personas como son linchadas todavía hoy en nuestro mundo. La fuerza de la masa es incontenible. Y no me refiero sólo al linchamiento físico, terrible por supuesto. También existe el linchamiento verbal, que excluye y margina, que mata casi tanto como el otro.

La verdad es que nos encanta ser jueces y jurados y verdugos. Todo al mismo tiempo. Siempre estamos preparados a dar nuestra opinión sobre el comportamiento o las actitudes de éste o del otro. Miramos a sus ojos y no vemos una persona sino el objeto de nuestro juicio. Siempre tenemos claro lo que habría que hacer. Y no nos solemos decantar por el lado de la misericordia. Nuestros juicios suelen ser duros y terminan con facilidad en la condena.
Hoy Jesús se enfrenta a una situación de esas. Pero su actitud es diferente. Primero de todo, mantiene su libertad. No se alinea con la masa. No se deja llevar. No intenta hacerse el simpático. Más bien, busca una manera de salvar a aquella persona. Parece que lo que menos le importa es que sea culpable o no.
Lo suyo es salvar no juzgar ni mucho menos condenar. Logra detener a aquellos exaltados que se sentían autorizados por la ley de Moisés –habría que recordar que el mismo Jesús dice en otro pasaje del Evangelio que hay que cumplir esa ley hasta la última tilde–.Lo hace recordándoles que el mundo es una gran comunidad... de pecadores.
En la Cuaresma ése es un punto que no debemos olvidar. Todos somos pecadores. Todos somos frágiles. Nadie es perfecto. Claro que hay diferencias entre unos y otros. Pero son de cantidad más que de cualidad. Al final, todos estamos necesitados de la misericordia de Dios. Todos necesitamos de la mano amiga que nos levante del laberinto de miseria en que estamos perdidos. El amor de Dios nos crea, nos regala la vida y el amor que necesitamos para llegar a ser plenamente hijos e hijas de Dios, para llegar a ser libres como Dios nos quiere, para llegar a ser personas en toda la amplitud de la palabra.

ORACION-MEDITACION.

1º. Jesús, me cuesta perdonar, a pesar de que yo necesito que me perdonen.

A veces no perdono, como los maestros de la Ley y los fariseos del Evangelio de hoy.

Y cuando perdono, no siempre lo hago bien: No olvido, mantengo resentimientos, retraigo las faltas cuando me conviene.

Me cuesta pedir perdón, porque: Soy orgulloso, y me parece que me humilla.

Por el contrario, Dios no necesita perdón, y, en cambio, me perdona: Me perdona todo: por grandes que sean mis pecados. Me perdona del todo: borra la falta, la olvida, no la retrae nunca más. Perdona inmediatamente y sin humillar. Goza perdonando: “Hay más alegría en el cielo...” (la oveja perdida).

2º. Cada día, en todos los rincones del mundo, Jesús, a través de tus ministros los Sacerdotes, sigues diciendo: "Yo te absuelvo de tus pecados..." vete y no peques más. Eres tú mismo, Cristo, quien perdonas.

«La fórmula sacramental "Yo te absuelvo...", y la imposición de la mano, y la señal de la cruz, trazada sobre el penitente, manifiestan que en aquel momento el pecador contrito y convertido entra en contacto con el poder y la misericordia de Dios. Es el momento en el que, en respuesta al penitente, la Santísima Trinidad se hace presente para borrar su pecado y devolverle la inocencia, y la fuerza salvífica de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús es comunicada al penitente. Dios es siempre el principal ofendido por el pecado, y sólo Dios puede perdonar; en aquel momento todo pecado es perdonado y borrado por la misericordiosa intervención del Salvador"." (Juan Pablo II.- "Reconciliación y penitencia").

Las palabras que pronuncia el Sacerdote no son sólo una oración de súplica para pedir a Dios que perdone mis pecados, sino que en ese mismo instante, causan y comunican verdaderamente el perdón.

Pocas palabras han producido más alegría en el mundo que éstas de la absolución: "Yo te absuelvo de tus pecados...".

¿Con qué alegría las recibimos nosotros cuando nos acercamos al sacramento del perdón? ¿Con qué agradecimiento? ¿Cuántas veces hemos dado gracias a Dios por tener tan a mano este Sacramento?

En nuestra oración de hoy podemos mostrar nuestra gratitud al Señor por este don tan grande.

3º. Por la absolución, me uno a Ti, Jesús, que quieres cargar con mis pecados.

En el momento de la absolución me pides intensificar el dolor de mis pecados, diciendo quizá alguna de las oraciones previstas en el ritual, como las palabra de San Pedro: Señor, Tú sabes todo, Tú sabes que te amo".

"He aquí que (el Padre) viene a tu encuentro; se inclina sobre tu hombro, te dará un beso, prenda de amor y ternura; hará que te entreguen un vestido, calzado... Tú temes todavía una represión...; tienes miedo de una palabra airada, y prepara para ti un banquete". (San Ambrosio)

El Amén se convierte entonces en un deseo grande de recomenzar de nuevo, aunque sólo me haya confesado de faltas veniales.

4º. Después de cada confesión, Jesús, ayúdame a dar gracias a Dios por la misericordia que has tenido conmigo, aunque sea brevemente, para concretar cómo poner en práctica los consejos o indicaciones recibidas o cómo hacer más eficaz mi propósito de enmienda y mejora.

También una manifestación de mi gratitud es procurar que mis amigos acudan a esa fuente de gracias, acercarlos a Tí, como hizo la samaritana: transformada por la gracia, corrió a anunciarlo a sus paisanos para que también ellos se beneficiaran de la singular oportunidad que suponía el paso de Jesús por su ciudad.

EVANGELIO.

Lectura del santo evangelio según san Juan (8,1-11):

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?» Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.» E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?» Ella contestó: «Ninguno, Señor.» Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.»

Palabra del Señor .

CANTO: Laudate omnes gentes, laudate dominum.


PRECES.

Al caer la tarde tu Hijo nos ofreció su cuerpo como alimento de vida eterna,
- acepta nuestra oración vespertina y haz que no falten en tu Iglesia vocaciones religiosas al servicio de los más necesitados.

Padre de bondad, que aceptaste la ofrenda de tu Hijo,
- suscita en nuestras parroquias jóvenes dispuestos a dar su vida por ti en servicio a sus hermanos.

Te pedimos Señor por las familias cristianas,
- para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal.

Señor Jesús, presente en el Santísimo Sacramento, que quisiste perpetuarte entre nosotros por medio de tus sacerdotes, haz que sus palabras sean sólo las tuyas, que sus gestos sean los tuyos, que su vida sea fiel reflejo de la tuya.

Que ellos sean los hombres que hablen a Dios de los hombres y hablen a los hombres de Dios. Que no tengan miedo al servicio, sirviendo a la Iglesia como ella quiere ser servida. Que sean hombres, testigos del Eterno en nuestro tiempo, caminando por las sendas de la historia con tu mismo paso y haciendo el bien a todos.

Que sean fieles a sus compromisos, celosos de su vocación y de su entrega, claros espejos de la propia identidad y que vivan con la alegría del don recibido.

Te lo pedimos por tu Madre, Santa María: Ella, que estuvo presente en tu vida, estará siempre presente en la vida de tus sacerdotes.

Altísimo Señor, baja a escucharnos con la bondad que te distingue,
- Para que todos los sacerdotes y en especial nuestro párroco el padre Andrés y el padre Ángel sientan cercana en todo instante la especial protección de María Santísima particularmente en los instantes de sus desconsuelos y soledades en el ejercicio de sus misiones.

Oh Dios, eterno pastor de los fieles, que diriges y gobiernas a tu Iglesia con providencia y amor; te rogamos concedas a los obispos de tu Iglesia, a quienes pusiste al frente de tu pueblo en unión con el Papa, sucesor de Pedro y tu Vicario en la tierra, la gracia de presidir, en nombre de Cristo, la grey que pastorean, y ser maestros fieles de la verdad, sacerdotes de los sagrados misterios y guías de tu pueblo santo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.



ORACIÓN FINAL: A TI, MI AMOR

¿Qué puede darme este mundo
que pueda comparar con tu amor?
¿Qué puede ser más precioso
que la pasión de un amor infinito?
Mi mayor deleite consiste en estar junto a Ti.
Daría todo el mundo por un sólo momento de tu presencia.
Ven, amor infinito, toma posesión de mí.

Hazme uno contigo para siempre.
Escucha mi corazón;
atiende mis anhelos.
No te alejes, porque sin Ti moriría.

Derribaré cuanto se interponga entre nosotros.
Mi miedo, mis apegos, mi insensatez,
y hasta mis pensamientos sobre Ti.

Despojado de todo, excepto de mi deseo por Ti,
te pido que me aceptes como soy.
Espero, desnudo, el abrazo de tu amor.

Cariñoso amante, apasionado y tierno,
me has amado con un amor infinito.
Has amado todo mi ser, todo mi amor, toda mi locura.
Dame un amor como el tuyo,
un amor más fuerte que la muerte,
un amor más profundo que yo mismo.

¡Oh, no! ¡Con esto no me basta!
¡Derrama tu propio amor en mi corazón!
¡Ama Tú en mí y a través de mí!


AVE MARÍA Y GLORIA

miércoles, 17 de marzo de 2010

Y entramos, en el Movimiento Familiar Cristiano !!!!



El pasado domingo, 14 de Marzo, se ha celebrado en nuestra Parroquia de San García Abad, una jornada muy especial de convivencia entre familias, con dos motivos principales:
La Celebración Diocesana de Cuaresma para las Familias y la entrada y por lo tanto, acogida, de nuestro grupo de matrimonios en el Movimiento Familiar Cristiano, tanto Diocesano, como Nacional.

Desde aquí, como en su momento, se dieron personalmente, queremos dar las gracias a las familias del MFC de la diócesis de Cádiz y Ceuta, que nos visitaron. Pero sobre todo, dar las gracias tanto a los presidentes Nacionales, como a los diocesanos, por permitir a este grupo de familias de nuestro barrio, ser anfitriones en ese gran día de convivencia cristiana entre parejas y matrimonios del Movimiento Familiar Cristiano de nuestra Diócesis.

Hace pocas fechas, se ha cumplido un año, de aquel primer día que por iniciativa de nuestro párroco, Andrés Drouet, comenzaron las reuniones periódicas de unas cuantas parejas de feligreses.

Gracias a la constancia y dedicación pastoral de Rosa y Antonio, que por cierto, consiguieron que los 105 kms que separan Cádiz de Algeciras, aparentemente, quedaran a penas a dos manzanas de la parroquia, hemos venido conociendo cada uno de los mensajes del MFC .

En ellos, estamos descubriendo y viviendo los valores personales, conyugales y familiares en su dimensión humano-cristiana, aprendiendo a servir no solo a nuestra familia sino a toda la comunidad, por eso, por el Movimiento Familiar Cristiano, nos hallamos aquí, en vuestra compañía y os agradecemos vuestra acogida.

En la oportunidad que tuvimos para darles la bienvenida, recordam una breve oración que tiene que ver con ello……..Con la Acogida!

"Ayúdame, Señor, a ser para todos aquel que espera sin cansarse, que escucha sin fatiga, que acoge con bondad, que da con amor, aquel a quien se puede encontrar siempre que se le necesita.
Ayúdame a ser una presencia segura a la que se puede acudir cuando se desea; a ofrecer esa amistad que descansa, que enriquece en ti y por ti, a irradiar una paz gozosa, tu paz, Señor.
Ayúdame a estar recogido en ti, siempre disponible y acogedor para todos.


Y por eso tu pensamiento no me abandone para permanecer siempre en tu verdad y no faltar a tu ley. Y así sin hacer obras extraordinarias, sin vanagloria, pueda yo ayudar a los otros a sentirte más cercano, porque mi alma te acoge en cada instante.
Amén. "

Resumen de la Celebración.

Tras la oración inicial se dio la bienvenida a los nuevos miembros que se han incorporado recientemente al MFC.
Emilio y Maribel (Cádiz) dirigieron unas palabras exponiendo los motivos del paso que acaban de dar en su apuesta por el servicio a la Iglesia desde la familia y para la familia y la vida.
Ángel e Inma, en nombre del Equipo de la Parroquia de San García Abad, como anfitriones del acto dieron la bienvenida a las familias llegadas de los distintos puntos de nuestra Diócesis. Hicieron un cariñosos relato del camino recorrido por su grupo desde hace más de un año en el que han ido “descubriendo y viviendo los valores personales, conyugales y familiares en su dimensión humano-cristiana, aprendiendo a servir no solo a nuestra familia sino a toda la comunidad, por eso, por el Movimiento Familiar Cristiano, nos hallamos aquí, en vuestra compañía y os agradecemos vuestra acogida”. Terminaron su intervención con una sugerente oración: “Ayúdame a estar recogido en ti, siempre disponible y acogedor para todos. Y por eso tu pensamiento no me abandone para permanecer siempre en tu verdad y no faltar a tu ley. Y así, sin hacer obras extraordinarias, sin vanagloria, pueda yo ayudar a los otros a sentirse más cercanos, porque mi alma te acoge en cada instante”.

La Eucaristía, fue presidida por D. Andrés Drouet Salcedo, párroco de San García Abad e iniciador del MFC en esta parroquia, y concelebrada por D. Pedro Carpintero Organdero (Consiliario Nacional del M.F.C.) y por D. Rafael Fernández Aguilar (Consiliario Diocesano del MFC en Cádiz y Ceuta).
Los Presidentes Nacionales, D. Ramón Bernácer y Dª María Rosa, junto con el Consiliario Nacional del MFC D. Pedro Carpintero, realizaron una brillante charla sobre “Cómo vivir la cuaresma en Familia”. Unas sugestivas palabras llenas de ideas claras y propuestas concretas. Hicieron reiteradas referencias al mensaje de la Cuaresma del Papa Benedicto XVI y a la Carta Pastoral que, con motivo de la cuaresma, ha dirigido nuestro Obispo D. Antonio Ceballos Atienza y que tanta divulgación ha alcanzado en nuestra Diócesis de Cádiz y Ceuta.

Durante la celebración se informó sobre la colaboración de las familias con la Jornada Mundial de Juventud de 2011 con el Papa en Madrid, acogiendo en los hogares a jóvenes provenientes de todo el mundo. También se animó a participar en la próxima Jornada por la Vida del día 25 de marzo. Se anunció el Próximo encuentro Conyugal de fin de semana que se celebrará en la Casa de la Inmaculada (El Puerto de Santa María) los días 24 y 25 de abril.


Finalizó la celebración con una oración dirigida por D. Rafael Fernández Aguilar en la que animó a seguir, impulsados por el Espíritu, con el objetivo de la creación en las parroquias de grupos de matrimonios para profundizar en la vida espiritual, en la formación humana y en el compromiso misionero y evangelizador, siguiendo la llamada del Plan Diocesano de Pastoral.


El almuerzo, tiempo de compartir!!

De 14:00 a 16:00, hubo un descanso que se aprovechó para compartir platos que se traian los diferentes participantes, desde casa. Lo que sirvió para convivir en otro plano de las relaciones entre parejas, charlar de las cosas cotidianas de los diferentes pueblos y familias de nuestra Diócesis.

Además de los Presidentes nacionales y de Rosa y Antonio, presidentes Diocesanos, que venian de Toledo y Cádiz respectivamente, habían grupos de familias que venian de Cádiz, Barbate, Vejer, La Línea etc. etc.
Tiempo este, para conocernos un poquito más. Además de lo Espiritual, en la faceta cotidiana de lo personal y en las cosas que ocurren en el día a día.
Para terminar, esperamos que este mensaje llegue a diferentes parroquias de la Comarca del Campo de Gibraltar.

Amén...............Que así sea!!!



Fuentes:
Movimiento Familiar Cristiano, Diócesis Cádiz y Ceuta.
Antonio y Rosa, MFC. Diócesis Cádiz y Ceuta.
M.F.C.
Blog Parroquial
Ángel C.