lunes, 28 de junio de 2010

Algo más que un fin de curso…


El pasado viernes, 25 de Junio, vino publicado en el Boletín de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, los nuevos nombramientos de párrocos que por designación de nuestro Obispo Don Antonio Ceballos suele ocurrir, todos los años por estas fechas. Hay cambios en distintas parroquias, aquí, como hace dos años con el relevo del padre Andrés por el padre Ángel, hemos vuelto a tener cambio de párroco………………

Mira por donde, ahora que estábamos inmersos en varios proyectos, nos quedamos sin el puntal más importante y el principal de los precursores……….el padre Andrés Drouet.



Según informa el Boletín, el padre Andrés, será relevado al final del verano por el padre José Carlos, que será el nuevo párroco a partir de entonces.

Hace apenas un par de domingos, celebrábamos con una Eucaristía primero y con una comida de hermandad después, el fin de curso de las distintas pastorales que formamos en esta Comunidad Parroquial de San García Abad.

La ceremonia en el Templo fue muy seguida y amenizada por el coro. Además de los feligreses que acudieron muchos, todo el aforo se cubrió con todos los participantes en las distintas pastorales de la parroquia.
Aprovechando de que era el comienzo de la Feria de Algeciras, la mayoría de los asistentes: niños, niñas, chicos, chicas, adultos…………fueron ataviados con motivos feriales………..Y por supuesto, las canciones eran de temas rocieros.,
Al finalizar, gracias a las aportaciones desinteresadas de los presentes, se celebró una comida de hermandad pastoral y un concurso de tortillas caseras, en el patio interior de los recintos parroquiales.

Se compartieron comidas y bebidas y………………….Antonio, hizo su paella!


(Foto: Jurado del concurso de tortillas)

Era el fin de curso. Un curso que ha sido muy intenso, tanto para las pastorales, para nuestro párroco Andrés y para el que habitualmente escribe en este blog.

Todo empezó hace apenas 9 meses. Como un embarazo!......... la criatura, en este caso ha sido el fruto de la comunión entre feligreses y pastorales.

Cuando nació el Blog Parroquial, sólo pretendíamos facilitar algún tipo de información a todos aquellos que pudieran entrar en la red y a la vez, no tuvieran facilidad de acceso a la parroquia. Bien impedidos, enfermos, personas muy ocupadas……………….

Y mira por donde, hemos sido testigos de un trabajo muy intenso que tanto el incansable padre Andrés, como el personal responsables de las pastorales ( Salud, Oración, Caritas, Catequesis etc.) han realizado en este curso que ha terminado. Desde luego, han puesto el listón muy alto.

A finales de Septiembre, al reunirse el Consejo Pastoral, con renovación de cargos, se pusieron las bases para un proyecto de diferentes trabajos que llevarían a cabo mejoras en la Parroquia (Obras , reparaciones, ) , en distintas Pastorales ( Catequesis, Oración, Caritas, MFC, Salud etc).



A través de las Obras, el padre Andrés , las supervisó como si de arquitecto técnico se tratara, se consiguió que dejara de “llover” dentro del Templo y otras dependencias los días de lluvias, y eso que, hemos tenido las peores lluvias de 50 años.


También hemos conseguido un nuevo Salón para Catequesis y celebraciones, lo que ha facilitado una nueva distribución de Despensa para Caritas, que tanto ha trabajado para ayudar a los más necesitados y un aula para los Scouts, grupo muy importante en la Comunidad.


Al disponer de un aula más, las catequesis se han podido llevar a cabo con menos estrecheces y Maribel y su grupo de catequistas, han podido atender a los diferentes grupos de niños y niñas de primer y segundo año.

Tras la restructuración del Coro, César , Isabel, Carmen y otros amigos, comenzaron una nueva andadura para formar el coro parroquial. Vinieron componentes de Alemania, Panama, Mexico..........le llaman el coro de la ONU.



Ana Navarro, ha contado con la inestimable ayuda del padre Andrés y asi, ha podido imprimir los trabajos de oración de cada viernes y que tan bien prepara no sólo para los feligreses que acuden puntualmente los viernes por la tarde a orar al Altísimo, sino que, facilitándole las oraciones a este que les escribe, se ha podido llegar con la oración a través de la globosfera y ya son más de 100 personas que entran cada viernes y de los cinco continentes a rezar con nosotros en esa Capilla virtual que tenemos en el Blog.

Elisenda, con su grupo pastoral de la Salud, visita y atiende a más enfermos que a veces pueden, ella y su grupo, pero que son tan bien recibidos por las enfermos y las enfermas tanto en hospitales como en casas. Una pastoral que no hace ruido y si……………..mucho bien!.



Antonio y Rafael, auxilian al padre Andrés en la liturgia de cada día, a pesar del monaguillo “decano”, que es David.



Ha sido en este año, cuando y gracias al padre Andrés, el grupo del Movimiento Familiar Cristiano, se ha sumado al MFC de la Diócesis de Cádiz y Ceuta .


Es curiosos, ni la mala mar del estrecho, ni la circulación de la autovía de Los Barrios, ni las múltiples facetas de trabajo que ha tenido el padre Andrés en este último año, ha impedido que se perdiera ninguna reunión del MFC de la Parroquia de San García Abad.

Y que vamos a decir de Caritas parroquial? , pues que, este año tan duro y con tanta crisis, que ha llevado a tener a decenas de familias, por primera vez desde que existe la parroquia, a necesitar alimentos para subsistir…………allí han estado Faustino, Angelines y todas las “niñas” de Caritas que con la colaboración tanto de Antonio, Rafael y como no…………de Gaby y Vanesa, que gracias a “Te quiero un Kilo”, han sido más de 6 toneladas de alimentos los que han recopilado en su campaña navideña………..decía un feligrés, que con el ruido que han hecho los lideres del Movimiento Scout de nuestra parroquia, en radio, prensa, red, televisión etc……………….sólo se han enterado dos……………….Los vivos y los muertos!!!!

Bromas aparte, el éxito ha sido seguro!

Y ahora qué?

Pues no lo sé. De la misma manera que antes de conocer al padre Andrés, el que les escribe, apenas hacía nada en esta parroquia, a partir de ahora……….que?

Ha sido un año de vida pastoral muy intensa y eso no debe quedar en el aire. Algo se nos ocurrirá para por lo menos……………..igualar.


Y el padre Andrés?

Si a través del apartado de “donde está el cura?”, periódicamente, informábamos de como un cura de pueblo puede estar en tantos sitios en un mismo día, y por lo tanto, muchos feligreses lo podían seguir en su trayectoria. Ahora, serán muchos los que le echaremos de menos.
Pero , sobre todo, aquellos que hablaban con él, trabajaban y apenas se acercaban al Templo.
Por ejemplo , Miguel. Sí, Miguel de Isabel, que él solito ha trabajado tanto para construir y sumar para la parroquia………..sin pedir nada a cambio, eso si, seguir con la amistad del padre Andrés, que no es poco.

Desde aquí, aprovecho para dar uno de los miles de abrazos que daré a Andrés .

Como tantas veces y recordando a Ana Maria Rabatte............"En vida hermano en vida",

Pues así, ahora que estás aqui y todavía no te has ido, ahora!!!

viernes, 25 de junio de 2010

La Libertad de seguir a Jesús !!!!!!!


TEXTO DEL EVANGELIO DE LUCAS 9,51-62:

Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, Jesús se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén.
Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?».
Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo.
Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas».
Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
A otro dijo: «Sígueme».
Él respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre».
Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios».
También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa».
Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios».
Palabra del Señor.



COMENTARIO.


Dios no es violento ¿Hacía dónde?

DIOS NO ES VIOLENTO
Se volvió y los regañó


Jesús no aceptó ninguna forma de violencia. Al contrario, la quiso eliminar de raíz. No hay duda alguna. Lo han proclamado siempre los cristianos y lo afirma rotundamente la investigación actual. La no violencia es uno de los rasgos esenciales de la actuación y del mensaje de Jesús. En el relato de Lucas, Jesús reacciona enérgicamente y reprende a sus discípulos porque desean que «el fuego del cielo» destruya a los odiados samaritanos que no los han acogido.

Sin embargo, sorprendentemente, esta no violencia de Jesús no ha sido considerada normativa ni relevante para el cristianismo. A lo largo de los siglos, los cristianos la han considerado como algo desconectado de la fe o del comportamiento cristiano. Se ha llegado incluso a bendecir guerras, cruzadas y posiciones militaristas, sin tener conciencia de ir contra algo esencial de la fe cristiana.

¿Dónde está la raíz de esta contradicción? Según diversos teólogos, el cristianismo sigue atrapado por la idea del Dios violento de la Biblia, sin atreverse a seguir a Jesús. Se conoce y se admira la no violencia del Maestro de Galilea, pero en la conciencia social de los pueblos «cristianos» sigue vivo y operante el arquetipo de un Dios justiciero y castigador que se impone a todos porque tiene más fuerza que nadie. Es este Dios el que nos lleva una y otra vez a la guerra.

Si algo quiso Jesús fue arrancar de las conciencias la imagen de un Dios violento. Sus gestos, sus palabras, su vida entera revelan a un Dios Padre que no se impone nunca por la violencia. Para Jesús, acoger el Reino de Dios significa precisamente eliminar toda forma de violencia entre los individuos y entre los pueblos. Su mensaje es siempre el mismo: «Dios es un Padre que está cerca. Sólo quiere una vida más digna y dichosa para todos. Cambiad vuestra manera de pensar y de actuar, y creed en esta Buena Noticia».

La fe de Jesús no ha logrado todavía cambiar la inclinación humana al recurso a la violencia. Quienes dominan el mundo sólo parecen entender el lenguaje de la guerra. Piensan «imponer la justicia» actuando a imagen del Dios violento del Antiguo Testamento.

Hay que cambiar y creer en el Dios de Jesús. No es absurdo intentar caminos no violentos. Lo absurdo es que haya todavía alguien que siga creyendo en la guerra a pesar de tantos siglos de su bárbara inutilidad.

¿HACIA DÓNDE?

Es muy difícil que una persona haga el recorrido de su vida sin preguntarse nunca por el sentido de su existencia. Por muy monótona y rutinaria que sea su vida, tarde o temprano terminará por escuchar las preguntas que lleva en el fondo de su ser: «¿de dónde vengo?», «¿a dónde voy?», «¿qué me espera?», «¿qué sentido tiene todo?»

Estas preguntas pueden brotar en momentos de crisis y desgracia o en las horas de gozo más intenso. Le pueden sorprender durante el silencio de la noche o en el bullicio de una fiesta. Se las plantea el esposo feliz rodeado de su esposa e hijos, y el vagabundo que camina solitario por las calles. La mujer que sufre en la cama de un hospital y la que se broncea al sol en una playa de moda.

Es inútil que algunos filósofos nos digan que «no tiene sentido buscar sentido a la vida» (J. Sádaba). El ser humano quiere saber de dónde viene y a dónde va. En este nuevo milenio se seguirán haciendo las mismas preguntas que en milenios anteriores, pues la cuestión del sentido de la vida no es un entretenimiento para personas desocupadas, sino un asunto en el que «nos va la vida».

Por eso es tan grave que el hombre moderno se vaya quedando sin Dios y sin nada que pueda dar coherencia y sentido, fundamento y finalidad a la vida. Ya no se aceptan verdades ni metas absolutas. Hay que aprender -se dice- a vivir sin un sentido último. Según el filósofo de Turín, Gianni Váttimo, la tarea actual de la filosofía ha de ser «enseñar a vivir en la condición de quien no se dirige a ninguna parte».

Pero, ¿cómo vivir sin dirigirse a ninguna parte?, ¿qué le espera al ser humano si ya no sabe cuándo progresa y cuándo retrocede, cuándo construye y cuándo se destruye? El hombre de hoy no parece sentir necesidad de una «salvación religiosa» del pecado y de la muerte, pero necesita ser salvado del nihilismo y el sinsentido que parece invadirlo todo.

Tarde o temprano, el verdadero creyente se sitúa ante Cristo con este tipo de preguntas: ¿qué es para Jesús vivir?, ¿cómo entiende la vida?, ¿dónde está el secreto de su estilo de vivir? No lo hace para encontrar recetas con las que resolver problemas concretos de su vida, sino para orientar y dar sentido a su existencia entera. Es más tarde cuando, atraído por la vida de Jesús, dice convencido: «Te seguiré a donde vayas.»



LA LIBERTAD Y SEGUIR A JESÚS

En las lecturas de hoy aparecen dos temas que están relacionados: la libertad y seguir a Jesús. San Pablo nos habla de la libertad como algo conseguido gracias a Cristo. Y ese don, ese regalo que recibimos podemos usarlo, entre otras cosas, para seguir a Cristo.

Imagino que estaréis de acuerdo que sobre la libertad se dice mucho, se escribe mucho, incluso hay personas que se autoproclaman libres, porque, dicen, hacen lo que les da la gana. Es más pregonan que ser libre es hacer en cada momento lo que uno quiere. Yo voy a señalar tres notas sobre la libertad para referirlas al seguimiento de Cristo, que es el tema del evangelio.

La primera nota es, la libertad es un compromiso. Es curioso y resulta contradictorio que hoy cuanto más le cuesta a la gente comprometerse es cuando más se habla de libertad. Lo vemos en la vida diaria. Para algunas personas la libertad está en el no compromiso. Comprometerse libremente con alguien o con algo es señal de madurez. Vivir el compromiso de la fe libremente, vivir el seguimiento de Jesús con libertad hace que nuestras decisiones nos ayuden a madurar como personas y a trabajar por el bien de los demás.

La segunda nota es: la libertad es siempre una responsabilidad. Hoy en día huimos de las responsabilidades. Hay personas a quienes asusta tener una responsabilidad. Piensan que ser responsables coarta su libertad. En el evangelio Jesús apela a la responsabilidad de anunciar el Evangelio teniendo para ello que dejar a un lado cosas que son también importantes. La libertad lleva consigo la responsabilidad de elegir en la vida.

Y la tercera nota es: la libertad nos empuja a vivir la verdad. Cuando san Pablo dice: “para vivir en libertad, Cristo no has liberado”, está diciéndonos que en Cristo es donde encontramos la libertad. “Vuestra vocación es la libertad” continúa diciendo san Pablo. Yo creo que más claro no se puede decir. Intentar seguir a Cristo lo más libremente que podamos tiene que llevarnos a la verdad plena, y la verdad plena es el amor.

Cada día me asustan más la cantidad de normas que se nos imponen desde todos los ámbitos. En lugar de educar para la libertad, en lugar de invitar a seguir a Jesús, ponemos normas y normas que pueden llegar a impedirnos vivir esa libertad que san Pablo proclama. Habría que apelar más al compromiso personal y social y a la responsabilidad personal y social para llegar a ser verdaderamente libres.

Jesús nos invita a cada uno de nosotros a seguirle. Veamos este seguimiento como una llamada para el compromiso, para la responsabilidad y para vivir en la verdad. Así intentaremos parecernos a él, el verdadero hombre libre entregado a realizar la voluntad del Padre.












Fuentes:
José A. Pagola
Victoriano Viñuelas

Ángel Corbalán

Blog Parroquia San García Abad.

jueves, 24 de junio de 2010

“¿EN QUÉ TE PUEDO ECHAR UNA MANO, SEÑOR?”


ALABANZAS AL SANTÍSIMO

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

INTRODUCCIÓN
El Evangelio de este domingo nos invita a reflexionar sobre nuestro seguimiento de Cristo. Importa saber seguirlo como Él lo espera. Santiago y Juan aún no habían aprendido el mensaje de amor y de perdón.
Los católicos estamos llamados a ser misioneros del Evangelio de Cristo a través del diálogo y el perdón. «La misión es anuncio de perdón». Sólo el amor de Dios es capaz de hermanar a los hombres de toda raza y cultura, y podrá hacer desaparecer las dolorosas divisiones, los contrastes ideológicos, las desigualdades económicas y los violentos atropellos que oprimen todavía a la Humanidad.
Mediante la evangelización, los creyentes ayudan a los hombres a reconocerse como hermanos.

ORACIÓN –MEDITACIÓN.- UNA INVITACIÓN DEL SEÑOR
Nos ha invitado a salir de casa, de las cosas, de nosotros mismos. Y ponernos en camino para reunirnos como pueblo y asistir asombrados a la entrega de amor de Jesús.
No nos ponemos ante Dios como extraños, sino dentro del misterio. Toda oración, también la Eucaristía, es darle a Dios espacio para que nos ame.
Acogida: Una acogida de forma incondicional hace presente el amor incondicional de Dios. Abrirnos unos a otros es el camino para abrirnos a Dios. Sabernos amados, acogidos, da cimiento a nuestros pies. La acogida es algo consustancial al ser humano. El hombre y la mujer son seres en relación, viven en comunicación; es más, se engendran en la acogida mutua. La acogida saca a la luz la intimidad, lo más creativo que llevamos dentro las personas. Acogernos unos a otros nos abre y prepara para acoger el Amor de Jesús Eucaristía.

LA SEÑAL DE LA CRUZ:

En el nombre del Padre... Me llevo la mano a la frente. Quiero poner a Dios en todos mis sueños.
Quiero grabar a Dios en todas mis ideas.
Quiero que la mano de Dios toque todos mis pensamientos.
Quiero que la imagen de Dios florezca en mi cerebro, para poder inventar otros modos de amar, otros modos de saludar.
En el nombre del Hijo… Me llevo la mano al corazón. Quiero hablarle a Dios, cantarle, con todas mis palabras de amor.
Quiero plantar a Dios en todos los jardines de mi ternura. Quiero que el deseo de Dios florezca en mi corazón. Quiero que Cristo cure mis heridas y brote la felicidad por la que he sido creado.
En el nombre del Espíritu Santo... Mi mano pasa de un hombro a otro.
Quiero llevar a Dios a todo mi ser.
Quiero revestirme de Dios de arriba abajo, de izquierda a derecha.
Quiero ser una inmensa ventana, abierta de par en par, abierta al cielo y a mis hermanos.
Quiero abrir mi vida a los pobres, a los que tienen el corazón de piedra, a los que se sienten solos, a todo lo olvidado de la tierra.

MONICIÓN AL EVANGELIO
Jesús, en el Evangelio de San Lucas, que vamos a escuchar, anuncia ya su Pasión y entonces pide a sus discípulos que le sigan por encima de todo. Hoy nos lo dice a nosotros mismos, una vez más. Pone unos ejemplos duros y concretos… es el seguimiento total, sin subterfugios, sin atenuaciones. ¿Seremos capaces de seguirle por encima de todo?

TEXTO DEL EVANGELIO DE LUCAS 9,51-62:

Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, Jesús se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén.
Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?».
Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo.
Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas».
Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
A otro dijo: «Sígueme».
Él respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre».
Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios».
También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa».
Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios».
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

El P. Martín Descalzo contaba como un niño al que preguntaron si rezaba, contestó: “Todos los días”.
Y a la pregunta: “Y qué le pides a Dios” contestó con naturalidad: “Nada. Le digo si puedo ayudarle en algo”.
Este niño no pedía nada. No se quejaba a Dios. No le lloraba. No había hecho de Dios como una tienda grande. Este niño no pertenecía a la Iglesia como a un club deportivo. Sin saber formularlo, sabía que la religión es un compromiso de ayudar a Dios y a los hombres, de dar y darse, de echarle una mano a Dios en su obra, de estar con el incondicionalmente.
“Sígueme”, nos contesta Jesús, “te necesito para que mi obra no se acabe conmigo, necesito que tu seas mis manos y mis pies, porque a mi me van atar los pies y manos a la cruz y así me voy a quedar para siempre…” “Sé mis manos y mis pies”.

PRECES

*Al caer la tarde tu Hijo nos ofreció su cuerpo como alimento de vida eterna Por
-acepta nuestra oración vespertina y haz que no falten en tu Iglesia vocaciones religiosas al servicio de los más necesitados.
*Padre de bondad, que aceptaste la ofrenda de tu Hijo,
- suscita en nuestras parroquias jóvenes dispuestos a dar su vida por ti en servicio a sus hermanos.
*Te pedimos Señor por las familias cristianas,
- para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal.
*Te pedimos Señor por los Seminarios y Noviciados
- que los jóvenes que allí se preparan vivan su formación con gozo y generosidad.
*Al llegar a su término esta jornada, haz que no decline en la Iglesia la esperanza de tu Reino,
- enriquécela con numerosas vocaciones a la vida consagrada.
*Dios misericordioso, que hiciste de María un modelo de entrega a los hermanos,
- haz que los jóvenes vean en ella un modelo a imitar.
*Altísimo Señor, baja a escucharnos con la bondad que te distingue,
- Para que nuestro párroco el padre Andrés y el padre Ángel sientan cercana en todo instante la especial protección de María Santísima particularmente en los instantes de sus desconsuelos y soledades en el ejercicio de sus actuales misiones.
*Señor, Dador de vida, te pedimos por los miembros enfermos de nuestra comunidad y de nuestras familias.
- Para que sientan siempre presente la fuerza de tu Espíritu y los levantes de su enfermedad.

OH CORAZONES DE JESÚS Y DE MARÍA, esperanza de la humanidad!

Hoy, esta parroquia se consagra y entrega por completo al amor de Sus Corazones.
Hoy nos disponemos a llevar muy en alto, como estandarte brillante, los nombres de Jesús y María. Deseamos participar desde nuestra pequeñez, en los designios de misericordia que los Dos Corazones están manifestando en la toda la Iglesia y en la humanidad. Hoy, consagrada esta parroquia a los Corazones de Jesús y María, renovamos con un nuevo ardor, un nuevo amor y una nueva fidelidad, nuestro compromiso a la Nueva Evangelización, a la que nos llama el Santo Padre, y que es fruto de la santidad y de la coherencia de vida, y del anuncio fiel y entusiasta de la verdad que nos enseña y el Magisterio de la Iglesia. Qué esta consagración de frutos de conversión, caridad, justicia, paz, generosidad y misericordia en cada uno de los fieles de esta parroquia... Que los Corazones de Jesús y María establezcan su reinado de amor en cada corazón, en los sacerdotes, religiosas, laicos comprometidos en el servicio y en cada uno de sus miembros, para el bien de toda la Iglesia. ¡Amén!

AVE MARÍA Y GLORIA









Fuentes:
Ana Navarro
Ángel Corbalán
Blog Parroquia San Garcia Abad.

domingo, 20 de junio de 2010

"Quién soy para tí? "


EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 9, 18- 24



Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:-¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron:-Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Él les preguntó:-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Pedro tomó la palabra y dijo: -El Mesías de Dios.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:-El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Y, dirigiéndose a todos, dijo:-El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.

Palabra del Señor.


COMENTARIO.

¿Quién decís que soy yo?


Está claro que vivimos tiempos complicados pero también es verdad que no más complicados ni difíciles que otros. Frente a los profetas de desgracias y amenazas apocalípticas, que siempre los ha habido, hay que proclamar la palabra serena, pacificadora y creadora de esperanza de la Buena Nueva.


Los creyentes miramos a Jesús, estamos fundamentados en él. El ancla de nuestra fe está fija en el fondo y por más que se mueva la superficie, sabemos y confiamos en que Dios llevará a término la obra que él mismo ha empezado.

Hay que decir y repetir este mensaje muchas veces. Porque hay muchos que hablan y hablan de lo mal que estamos, de que ya no hay valores en nuestra sociedad, de que todos son guerras, asesinatos, robos.


De que el sexo parece ser el único objetivo de todos, etc. Podríamos seguir diciendo cosas similares. Los que así hablan nos anuncian más graves catástrofes todavía. No hay más solución que atender a lo que ellos dicen. Tenemos que cumplir las normas, tenemos que actuar de otra forma, tenemos que... Y nos preguntamos si, siendo tan malos como ellos nos dicen, podremos cumplir con todos esos “tenemos que” que nos proponen. Definitivamente su mensaje no abre caminos de esperanza sino de desesperación. No hay salida. No hay futuro.



Optimistas porque creyentes

Menos mal que acudir a la Palabra de Dios nos abre caminos de vida. Las lecturas de este domingo, como las de tantos otros, son un buen antídoto contra ese pesimismo dominante.


El Evangelio nos centra en lo fundamental. Nosotros creemos que Jesús es el Mesías de Dios. No es un profeta más. No le seguimos porque estemos convencidos de que su doctrina es mejor que la de otros. Ni porque haga unos milagros glamourosos como nadie ha hecho nunca. Creemos, estamos convencidos, que es el Hijo de Dios, que en él se ha hecho carne el amor de Dios por nosotros, por la humanidad entera, por este mundo nuestro. Dios no ha dado la espalda a su creación. No desea nuestra muerte sino nuestra vida.

Esa voluntad de Dios se ha manifestado en Jesús. En él reconocemos y experimentamos el amor gratuito de Dios. Somos muy conscientes de nuestras limitaciones, de nuestros fallos y errores. Pero sabemos que el amor de Dios es más grande que todo ello. Y que la vida triunfa sobre la muerte. Y la gracia sobre el pecado. Por eso, caminamos por la vida llenos de esperanza y con la frente bien alta. No porque nuestras obras sean justas y con ellas hayamos ganado la salvación. Sino porque hemos experimentado el don de la gracia, nos sabemos amados por Dios en Jesús. No miramos nuestro ombligo –no queremos salvar nuestra vida– sino que salimos a la vida cada día anunciando la buena nueva de Jesús, la esperanza de vida que hemos puesto en él. Y él no nos defrauda.



Volver a lo fundamental: “Es el Mesías”

Pasa que, como dice la primera lectura, en nuestros corazones se ha derramado un espíritu de gracia y de ciencia. De Jesús, muerto por salvarnos, brota un manantial de vida, de esperanza, de amor, que hace desaparecer los pecados e impurezas de esta humanidad nuestra, tan limitada y tan pobre. No buscamos la salvación en el esfuerzo ético, en el cumplimiento de normas. No compramos la vida futura con sacrificios en ésta. Más bien, sentimos el gozo de participar en la construcción del Reino, de crear fraternidad de la buena, porque hemos experimentado el amor de Dios.

En esa perspectiva tenemos que leer la segunda lectura. “Todos somos hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”. Creemos que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y eso nos hace hermanos. Seguirle lleva consigo penurias y sacrificios pero vale la pena porque es la única manera de construir la fraternidad, de dar pasos que superen el odio y la guerra, de crear espacios para la esperanza y la vida.

Por eso tenemos que volver a lo fundamental, a preguntarnos quién es Jesús para nosotros y a responder desde lo más hondo de nuestro corazón, allí donde hemos experimentado el amor gratuito e incondicional de Dios. En esa respuesta nos jugamos la vida. En esa respuesta nos jugamos el futuro, nuestro futuro. Porque no son sólo unas palabras. La respuesta la damos con la vida, día a día, amando, luchando, levantándonos cuando hemos caído, esperando, dando la mano al hermano.


"Negarse a sí mismo y cargar con la cruz"



Estamos en el domingo XII del tiempo ordinario. En este domingo se nos viene a interpelar sobre quién es Jesucristo para nosotros y cómo es nuestro cristianismo.

1º.- ¿Quién dice la gente que soy yo? - Dice Jesucristo -.

San Pedro le dice que es el Mesías de Dios.

Y para ti ¿quién es Jesús? ¿Cuál es tu respuesta más íntima? Una respuesta que no sea aprendida, sino vital. ¿Es significativo Jesús para tu vida? ¿Está presente en tus pensamientos, deseos, opciones, actitudes y actos? O ¿es simplemente una referencia social, un sentimiento recurrente en momentos más difíciles? Fijaos que es sustancial lo que cada uno responda a esta pregunta. Todos tenemos una respuesta, aunque no esté verbalizada. Tendríamos que conocer nuestra respuesta y saber contrastarla con el Evangelio, por si tenemos que purificar nuestra imagen de Jesús.



Jesús dice de él mismo que tiene que padecer, ser desechado por los sumos sacerdotes, que su destino es morir para luego resucitar. Es decir, deja claro a sus discípulos que su ser y su misión pasan por la cruz. Es un gran misterio de la personalidad de Cristo: el hecho de asumir libremente la muerte y la cruz. Sin este misterio no podemos comprender a Cristo.

Es claro que según sea la concepción que tengamos de quien es Jesucristo así entenderemos nuestro cristianismo.

2º.- ¿Qué es ser cristiano?

Pues es tener una respuesta, a la llamada que Dios nos hace, reconociéndole como lo más central de nuestra vida. Podemos tener diferentes ideas sobre lo básico de la religión: ideas más estáticas o dinámicas, ideas del ser o el hacer cristianos, más ontológicas o más existenciales. Ser cristiano o vivir como cristiano. Nos interesan las dos visiones.


En la segunda lectura se nos dice que somos Hijos de Dios por la fe, que estamos incorporados a Cristo por el Bautismo, que estamos revestidos de Cristo. Por el hecho de estar bautizados somos ya cristianos. Esto es cierto; pero puede suponer una concepción automática del sacramento (el bautizado ya no tiene que hacer nada más), una concepción mágica, que por hacer determinados ritos ya está todo solucionado. Esto no es el sacramento cristiano, que para realizarse requiere la colaboración del hombre. Pero esto no está claro en los que piden el bautismo para sus hijos. De tal manera que estamos tristemente acostumbrados a ver que no todo bautizado es cristiano. Es decir, se requiere que ese ser, que somos, se haga existencia concreta en nuestra vida, con la colaboración de quienes reciben el sacramento y de la labor educativa de los padres. Hay una concepción insuficiente del ser cristianos (estática, ontológica).

Por eso ser cristiano es, además de estar bautizado, seguir a Jesús; "el que quiera seguirme...", dice Jesús en el evangelio; es pues una actitud dinámica, que supone una identificación o asimilación. Cristo es nuestro modelo, a quien nos tenemos que parecer en actitudes y actos.


Las lecturas de este domingo dejan claro que el seguimiento a Jesús requiere, entre otras muchas cosas, asumir el sufrimiento:

- "el Mesías tiene que padecer", dice el Evangelio;

- también en el Evangelio: "el que quiera seguirme que se niegue a sí mismo y cargue con su cruz cada día";

- el Señor nos da la gracia para poder mirar al que atravesamos con nuestros pecados, dice la primera lectura.

Para seguir a Jesucristo hay que asumir el sufrimiento que ello conlleva. Seguir a Jesucristo es entrar en comunión con su destino, que no fue otro que la cruz. Es cierto que triunfó sobre la muerte y la cruz; pero, en primer lugar, su destino, irrenunciable para sus seguidores, es la cruz.


¿Qué cruz tomar? Hay sufrimientos injustos y evitables, los que se deben al pecado de los hombres y los que se deben a limitaciones de la naturaleza, que el hombre está llamado a desvelar (enfermedad). Por eso yo creo que se refiere al sufrimiento que se vive cuando uno siguiendo a Jesucristo, queriendo ser coherente, choca con el mundo. Todos hemos de cargar con las cruces que nos proporcionan la vida y la edad; pero, además, hemos de decidirnos, en este mundo nuestro, cada vez menos cristiano, a "perder la vida por la causa de Jesús".


¡Qué necesitado está nuestro mundo de personas que den testimonio a la hora de afrontar la cruz; qué necesitado de personas que "pierdan" (la vida, la salud, el prestigio, los años, el tiempo, los bienes...) por la causa de Jesús!




















Fuentes:
Fernando Torres Pérez cmf

Pedro Crespo Arias
Ángel Corbalán
Blog Parroquia San Garcia Abad

sábado, 19 de junio de 2010

40 Aniversario del M.F.C. en Cádiz y Ceuta !!!!

El "Movimiento Familiar Cristiano" cumple cuatro décadas en la Diócesis de Cádiz y Ceuta: "40 años al servicio de la Iglesia, 40 años ayudando a los matrimonios y familias a vivir más plenamente su sacramento y su condición de personas cristianas".

Es el rasgo más específico del M.F.C. y que lo diferencia de otros movimientos.

No es exclusivamente un movimiento conyugal sino tambien familiar.

El M.F.C. aspira a realizar entre sus miembros un MODELO DE FAMILIA, que potencie el desarrollo personal de cada uno,que facilite el diálogo y que se abra a los demás; lo que la convierte en una familia abierta y comprometida.

Y por el 40 aniversario, lo vamos a celebrar juntos.......

Domingo, 20 de junio.

En el Santuario de Nuestra Señora de La Oliva

(Vejer de la Frontera, Cádiz)






PROGRAMA



11,00 h. - Oración, presentación y testimonios.

12,00 h. - Concierto a cargo del grupo musical gaditano:
“PARES SUELTOS”



13,00 h. - Eucaristía.

14,30 h. - Almuerzo compartido.

16,00 h. - Oración y despedida.

Os esperamos a todos.............












Fuentes:
M.F.C. Cádiz y Ceuta
Anronio José Sánchez
Blog Parroquia San Garcia Abad
M.F.C. San Garcia Abad

viernes, 18 de junio de 2010

"Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?"


ALABANZAS AL SANTÍSIMO

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor

INTRODUCCIÓN
Jesús de Nazaret nos pregunta hoy –como ya hizo con sus apóstoles—que quién es Él para nosotros. Y es una pregunta que Él ha ido haciendo desde siglos y recibida en el corazón de millones de cristianos de todos los tiempos. La respuesta nos toca a nosotros y puede ser un buen momento, al responder, para preguntarnos lo que, verdaderamente, pesa Jesús en nuestras vidas.

ORACIÓN-MEDITACIÓN:
“Jesús estaba orando solo”
Para saber cómo orar hay que mirar a Jesús, hay que descubrir cómo vive, hay que asomarse a su corazón para descubrir lo que lleva dentro.
Jesús ora para vivir la vida nueva de entrega eucarística; animada siempre por el Espíritu.
La oración de Jesús está profundamente arraigada en su obra apostólica. Ora en los momentos decisivos de la implantación de su reino: en el bautismo, en el tabor, en el desierto, en la elección de los apóstoles, por la fidelidad de Pedro, la oración sacerdotal, la oración del huerto...
Contemplación:
* Deja que tu corazón se inunde de su presencia, se llene de su amor, se esponje con su ternura.
* Procura percibir hasta los detalles más pequeños con los que Dios te ha regalado hoy. Dale gracias. Gracias, Señor, por ti mismo Gracias, Señor, por tu presencia. Gracias, Señor, por tu amor.
* Recuerda Lo importante es querer estar con él, hacer presente al Amigo: Mira a quien te mira.... Busca a quien te busca. Estate con quien está contigo. Alégrate de estar con quien se alegra de estar contigo. Ama a quien te ama.
* Dile al Señor: “¡Oh tú que has puesto tu casa en lo más profundo de mi corazón, haz que yo permanezca en tu casa en lo más profundo de mi corazón!”

SOMOS Y DAMOS A LOS DEMÁS LO QUE LLEVAMOS DENTRO

MONICIÓN AL EVANGELIO
¿Quién ha dicho que creer sea cómodo? La lectura que vamos a escuchar nos habla precisamente de eso: comprometerse con Dios es saber que nos espera alguna prueba, alguna zancadilla o incomprensión. Pero es bueno saber que Dios se ocupa de nosotros, va por delante guiándonos en el camino de la vida. Escuchemos con atención.

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 9, 18- 24

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:-¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron:-Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Él les preguntó:-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Pedro tomó la palabra y dijo: -El Mesías de Dios.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:-El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Y, dirigiéndose a todos, dijo:-El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.

Palabra del Señor.


Ahora, llega el momento de cerrar los ojos, para dejarte amasar por la Palabra que hoy el Señor ha pronunciado en ti.


REFLEXIÓN:
Es la pregunta concreta, trascendental, personal y definitiva que Jesús
me dirige a mí.
Ya no se trata de saber cosas acerca de Él, sino de saber quién es Él.
¿Es Jesús para mí una doctrina o una Persona que vive, me interpela y da sentido a mi vida?
¿Es mi Camino, mi Verdad y mi Vida?
¿Ordeno mi vida mirándole a Él?
¿Son las Bienaventuranzas mi código de vida y de felicidad?
¿Quién digo que es Jesús?
¿A quién lo digo?
¿Cuándo?
¿Se nota que sigo a Jesús en mi forma de pensar, de sentir, de actuar?
¿Quién es Él realmente para mí, en todos los momentos
y en todas las circunstancias de mi vida?

PRECES
* Al caer la tarde tu Hijo nos ofreció su cuerpo como alimento de vida eterna Por Cristo, con Él y en Él
-acepta nuestra oración vespertina y haz que no falten en tu Iglesia vocaciones religiosas al servicio de los más necesitados.
* Padre de bondad, que aceptaste la ofrenda de tu Hijo,
- suscita en nuestras parroquias jóvenes dispuestos a dar su vida por ti en servicio a sus hermanos.
* Te pedimos Señor por las familias cristianas,
- para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal.
* Te pedimos Señor por los Seminarios y Noviciados
- que los jóvenes que allí se preparan vivan su formación con gozo y generosidad.
* Al llegar a su término esta jornada, haz que no decline en la Iglesia la esperanza de tu Reino,
- enriquécela con numerosas vocaciones a la vida consagrada.
* Dios misericordioso, que hiciste de María un modelo de entrega a los hermanos,
- haz que los jóvenes vean en ella un modelo a imitar.
* Altísimo Señor, baja a escucharnos con la bondad que te distingue,
- Para que nuestro párroco el padre Andrés y el padre Ángel sientan cercana en todo instante la especial protección de María Santísima particularmente en los instantes de sus desconsuelos y soledades en el ejercicio de sus actuales misiones
* Sagrado Corazón, te pedimos por nosotros. Por todos los cristianos.
- Para que no dejemos en las manos de nuestros sacerdotes la bonita labor de evangelizar. Para que nos tomemos más en serio nuestra fe.
* Señor, Dador de vida, te pedimos por los miembros enfermos de nuestra comunidad y de nuestras familias.
- Para que sientan siempre presente la fuerza de tu Espíritu y los levantes de su enfermedad.

ORACIÓN FINAL

¿Quién eres, Señor?
Cualquier día, en cualquier momento, a tiempo a destiempo, sin previo aviso lanzas tu pregunta,:
Y tú ¿quién dices que soy yo?
Y yo me quedo a medio camino entre lo correcto y lo que siento
porque no me atrevo a correr riesgos cuando tu me preguntas así.
¡Enséñame como tu sabes.
Llévame a tu ritmo por los caminos del Padre
y por esas sendas marginales que tanto te atraen.
Corrígeme, cánsame.
Y vuelve a explicarme tus proyectos y quereres,
y quién eres.
Cuando en tu vida toda encuentre el sentido
para los trozos de mi vida rota;
cuando en tu sufrimiento y en tu cruz
descubra el valor de todas las cruces;
cuando haga de tu causa mi causa,
cuando ya no busque salvarme
sino perderme en tus quereres.
Entonces, Jesús, vuelve a preguntarme:
¿Y tú quién dices que soy yo?.


AVE MARÍA Y GLORIA











Fuentes:
Ana Navarro
Ángel Corbalán
Blog Parroquia San Garcia Abad.

domingo, 13 de junio de 2010

"Siempre es tiempo de perdón"

DEL EVANGELIO DE LUCAS 15,3-7

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a los fariseos y maestros de la Ley: «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, contento, la pone sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido’.
Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión».

Palabra del Señor.






COMENTARIO.

Nuestro mundo se caracteriza por un anhelo grande de justicia. Ante la violencia existente en nuestras calles, en nuestras familias, en la sociedad en conjunto, se pide, se exige que haya justicia. Y la justicia se identifica casi siempre con el castigo. Un delito, una falta, han de tener siempre el castigo adecuado y proporcional. En muchos países las iniciativas legislativas en este campo se orientan generalmente a establecer las penas para los comportamientos que la sociedad va entendiendo como negativos y reprobables o a aumentar las existentes. El castigo se incrementa pensando que así, de alguna manera, se compensa a las víctimas. No es más que la aplicación de aquel antiguo “ojo por ojo” del Antiguo Testamento. El resultado: las cárceles cada vez están más llenas.

En el Nuevo Testamento, sin embargo, se parte de una idea diferente: el perdón y la reconciliación. Es la misma justicia pero entendida de otra manera. Supera todos los tintes y rastros de venganza que hay en la justicia como la entendemos habitualmente. Da una nueva oportunidad a las personas. No condena sino que salva. No se mira al pasado sino al futuro de la persona.

Jesús abre nuevos caminos

La historia que nos cuenta el Evangelio de hoy es representativa de esta forma de pensar y de actuar de Jesús, que no se adapta ni a lo que se entendía entonces como justicia ni a lo que entendemos hoy. Jesús como siempre va más allá, rompe esquemas y abre nuevos caminos para la convivencia y la fraternidad.

De entrada, Jesús se sienta a comer invitado por un fariseo –sí, precisamente uno de esos a los que llamaba hipócritas y otras lindezas–. Es que para Jesús todos son hijos e hijas de Dios, hermanos y hermanas, y nadie es excluido por principio. Allí aparece una mujer –se dice de ella que es una pecadora y ya se sabe que eso significa que sería una prostituta– que lava con sus lágrimas y enjuga con sus cabellos los pies de Jesús. El fariseo, preocupado por la pureza, no entiende a Jesús. Dejarse tocar por una mujer pecadora es hacerse uno mismo impuro y, posiblemente, al resto de comensales. Jesús está jugando no sólo con su buena fama sino con la buena fama del mismo fariseo que le ha invitado a comer.

Aunque el fariseo no dice nada, Jesús lo intuye y le cuenta una parábola. Va sobre el perdón y el agradecimiento. Va sobre una pecadora a la que se le regala el perdón porque ama mucho y sobre un fariseo que no siente siquiera la necesidad del perdón. Va sobre los que se sienten puros y capaces de juzgar con severidad a los demás y los que, conscientes de sus limitaciones, lo esperan todo de la gracia. Va sobre el amor, la paz, la salvación y cómo todos esos dones –los más preciados para una buena vida– no se consiguen a base de esfuerzo sino de gratuidad, de amor sin condiciones. Va sobre el amor infinito con el que nos ama Dios.

Todo eso es lo que el fariseo no había entendido. Todo eso es lo que había expresado con sus actos aquella mujer. Todo eso es la propuesta de Jesús para montar nuestra sociedad sobre la base del amor, de la reconciliación, del perdón, de la gratuidad.

Justificados por el amor y el perdón

Como dice Pablo en la segunda lectura, nadie se justifica por cumplir la ley. Lo que nos justifica es la gracia de Dios. Dicho de otro modo: nuestra fe en Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios. Dicho de otro modo: el amor con el que Dios nos ama en Cristo Jesús. Ahí está la verdadera justificación. No en que nos hagamos justos a nosotros mismos a base de conseguir méritos que nos den el derecho a una plaza en el Reino de Dios. Sino en que es Dios el que nos levanta, el que nos saca de las tinieblas y nos lleva a la luz, el que nos abre a la vida, porque nos amó hasta entregarse por nosotros.

Dios es el que siempre nos da otra oportunidad, el que confía en nosotros más que nosotros mismos. El pecado de David había sido terrible –matar al marido para quedarse con su mujer–. Pero también tuvo perdón. Y para David se abrió un nuevo futuro de vida.

Confesar los pecados ante Dios no es caer en una revisión angustiosa de nuestros errores y obsesionarnos con lo malos que somos y el barrizal en que chapaleamos sin lograr levantar la cabeza nunca a lo alto. Es más bien lo contrario: darnos cuenta de que la mano de Dios nos levanta del barro, nos saca de lo hondo del pozo y nos da la posibilidad de volver a caminar mano a mano con nuestros hermanos y hermanas. Es experimentar en nuestra carne la gracia y el amor de Dios.

Y descubrir que una sociedad mejor no se construye sobre la venganza ni el castigo sino sobre la reconciliación y el perdón generoso. Por graves que hayan sido los delitos.


"A quien poco se le perdona, poco ama"

Hay experiencias que son constitutivas y constituyentes del cristiano; de manera que si una persona no las tiene quiere decir que aún le queda un camino importante que recorrer en su experiencia religiosa. La experiencia de la que nos hablan las lecturas de este domingo XI del tiempo ordinario es el reconocimiento del propio pecado y el perdón de Dios. Quiere decir que no existe un cristiano auténtico o completo sin esta experiencia de reconocimiento del propio pecado y del gozo de la misericordia de Dios. Esta experiencia es constitutiva porque en la relación con Dios uno se reconoce como criatura limitada; no puede ser de otra manera. Es constituyente porque, dependiendo de cómo se viva esta experiencia, te hace ser cristiano de una forma o de otra: el amor de Dios incide directamente en la experiencia de gratitud y en la gratuidad a la hora de amar a los demás.

Las lecturas nos ponen dos ejemplos: David y María Magdalena.

David —en la primera lectura—, rey de Israel, elegido por Dios para ser su mediador ante el pueblo de Israel, quedó prendado de la belleza de la mujer de Urías, militar de su ejército; tuvo relaciones con ella y, para que el tiempo no le delatara, ordenó poner en primera línea del ejército a Urías para que muriera en la batalla. Su pecado era adulterio y cómplice de asesinato. Dos pecados graves que Natán le obliga a reconocer a David para mostrarle el perdón de Dios.

La mujer pecadora del Evangelio la podemos identificar con María Magdalena. Una mujer pública, prostituta, que se presenta aquí ante Jesús reconociendo su pecado y que es contrapuesta por Lucas a la actitud del dueño de la casa, un fariseo, que piensa que no necesita del perdón de Jesús; es más se pregunta con sus convidados quién se cree éste que es para perdonar pecados, cosa que sólo Dios puede hacer.

Los comentarios de esta escena evangélica centran el tema en la relación que hay entre el amor y el perdón; son dos valores que mutuamente se alimentan. Cuando una persona se vive como pecador ante Dios, reconoce su pecado y se siente perdonado y querido por Dios, su vida adquiere un matiz de gratitud ante ese perdón y amor inmerecido y esta experiencia le capacita para llevar ese amor a los demás. Es cierto que a quien poco se le perdona, poco ama. A quien mucho se le perdona y no ama mucho es un desagradecido.

Cuando la relaciones con los demás están tejidas por el amor, la sensibilidad se vuelve más exquisita y se aprecian más las aristas que puede dañar a los demás. Por eso los santos tienen más conciencia de pecado. Cuando las relaciones con los demás están llenas de egoísmo, el pecado suele cegar la conciencia y uno no tiene capacidad para descubrir su error. Decía Pascal que hay dos clases de hombres: los unos justos, que se creen pecadores, y los otros pecadores, que se creen justos.


Dios te perdona, te salva, te justifica —por emplear el término que aparece en la según lectura—. Su amor y su perdón son gratuitos, no están condicionados por el esfuerzo que una persona puede hacer para merecer el perdón o la salvación. En ese sentido el cumplimiento de la ley no salva. El reconocimiento del pecado, la fe en Dios, son disposiciones para recibir la salvación, el perdón, la justificación. Cuando una persona reconoce su pecado, cuando uno tiene fe en Dios, le lleva a vivir una vida coherente con el amor de Dios y con su ley. No es muy consecuente la actitud de quien, perdonado una y otra vez, no cambia de vida y empieza a cumplir la ley de Dios.
Pues bien, hoy en día, no es fácil vivir esta experiencia constituyente del cristianismo. No hay mucho sentido de pecado. Algunos afirman que ya hay jóvenes, en las grandes ciudades, que tienen sentido de delito antes que de pecado. Este escaso sentido de pecado viene motivado porque hay déficit de experiencias religiosas y sentido creyente de la vida. No hay que olvidar que "pecado" es ante todo un concepto religioso; es decir, si uno no se sitúa como creyente ante la vida es improbable que tenga sentido de pecado. También hay escaso sentido de pecado por el relativismo moral que pone como máxima el "todo depende" de la intención y de las circunstancias, por encima de los hechos objetivos.


Ante estas circunstancias el camino que hemos de seguir los cristianos no debe ser fomentar el sentido de pecado en las personas con las que convivimos —tampoco hemos de callarnos lo que está mal—, sino motivar la relación con Dios que nos quiere y comprende. Desde la fe en Dios, la experiencia de sentirse pecador brota por sí misma.

Y el testimonio que debemos dar es que vean en nosotros personas siempre dispuestas al amor y al perdón.

Amen.












Fuentes:
Fernando Torres Pérez cmf
Pedro Crespo Arias
Ángel Corbalán
Blog Parroquia San García Abad.