jueves, 30 de agosto de 2012

HORARIO DE MISAS EN SAN GARCIA ABAD !!



PARROQUIA DE SAN GARCÍA ABAD.


 





HORARIO DE MISAS





INVIERNO  (1º DE SEPTIEMBRE HASTA 31 DE MAYO)

-  DIARIA:     19:00 HS.
-  SABADO:   20:00 HS.
-  DOMINGO: 11:00 – 12:30 y 20:00 HS.


VERANO (1º DE JUNIO HASTA 31 DE AGOSTO)

-DIARIA:        20:00 HS.
-SABADO:     20:00  HS.
-DOMINGO:   11:00 Y 21:00  HS.


MAYO (COMUNIONES)

-DIARIA:        19:00  HS.
-SABADO:     10:00 Y 12:00 (C) Y 2:00 HS.
-DOMINGO:   10:00 Y 12:00 (C) Y 20:00 HS.

NOTA:   LOS MIÉRCOLES NO HAY MISA.

martes, 28 de agosto de 2012

Hoy es... San Agustín de Hipona !!

 
Obispo, Doctor de la Iglesia,  San Agustín ha sido uno de los santos más famosos de la Iglesia católica. Después de Jesucristo y de San Pablo es difícil encontrar un líder espiritual que haya logrado ejercer mayor influencia entre los católicos que este enorme santo. 


Su inteligencia era sencillamente asombrosa, su facilidad de palabra ha sido celebrada por todos los países. De los 400 sermones que dejo escritos, han sacado y seguirán sacando material precioso para sus enseñanzas, los maestros de religión de todos los tiempos.    Cuando Agustín se convirtió al catolicismo escribió el libro Confesiones, que lo ha hecho famoso en todo el mundo. 

Su lectura ha sido la delicia de millones de lectores en muchos países por muchos siglos. El comentaba que a la gente le agrada leer este escrito por gozan leyendo de los defectos ajenos, pero no se esmeran en corregir los propios. La lectura de "Las Confesiones de San Agustín" ha convertido a muchos pecadores. Por ejemplo Santa Teresa cambio radicalmente de comportamiento al leer esas páginas.   Cuando joven tuvo una grave enfermedad y ante el temor de la muerte se hizo instruir en la religión católica y se propuso hacerse bautizar.

Pero apenas recobro la salud se le olvidaron sus buenos propósitos y siguió siendo pagano. Más tarde criticara fuertemente a los que dejan para bautizarse cuando ya son bastante mayores, para poder seguir pecando.   Luego leyó una obra que le hizo un gran bien y fue el "Hortensio" de Cicerón. Este precioso libro lo convenció de que cada cual vale más por lo que es y por lo que piensa que por lo que tiene.    Pero luego sucedió que tuvo un retroceso en su espiritualidad. Ingreso a la secta de los Maniqueos, que decía que este mundo lo había hecho el diablo y enseñaban un montón de errores absurdos.

Luego se fue a vivir en unión libre con una muchacha y de ella tuvo un hijo al cual llamo Adeodato ( que significa : Dios me lo ha dado)   Luego leyó las obras del sabio filosofo Platón y se dio cuenta de que la persona humana vale muchísimo más por su espíritu que por su cuerpo y que lo que más debe uno esmerarse en formar es su espíritu y su mente. Estas lecturas del sabio Platón le fueron inmensamente provechosas y lo van a guiar después durante toda su existencia. 

Se dedico a leer la Santa Biblia y se desilusiono, ya que le pareció demasiado sencilla y sin estilo literario, como los libros mundanos. Y dejo por un tiempo de leerla. Después dirá, suspirando de tristeza : "Porque la leía con orgullo y por aparecer sabio, por eso no me agradaba. Porque yo en esas páginas no buscaba santidad, sino vanidad por eso me desagradaba su lectura. ¡ Oh sabiduría siempre antigua y siempre nueva. Cuan tarde te he conocido!".


Al volver al África fue ordenado sacerdote y el obispo Valerio de Hipona, que tenía mucha dificultad para hablar, lo nombró su predicador. Y pronto empezó a deslumbrar con sus maravillosos sermones. Predicaba tan hermoso, que nadie por ahí, había escuchado hablar a alguien así, a gente escuchaba hasta por tres horas seguidas sin cansarse. Los temas de sus sermones, eran todos sacados de la santa Biblia, pero con un modo tan agradable y sabio que la gente se entusiasmaba. 
Y sucedió que al morir Valerio, el obispo, el pueblo lo aclamo como nuevo obispo y tuvo que aceptar. en adelante será un obispo modelo, un padre bondadoso para todos. Vivirá con sus sacerdotes en una amable comunidad sacerdotal donde todos se sentirán hermanos. El pueblo siempre sabia que la casa del obispo Agustín siempre estará abierta para los que necesitan ayuda espiritual o material. 

Será gran predicador invitado por los obispos y sacerdotes de comunidades vecinas y escritor de libros bellísimos que han sido y serán la delicia de los católicos que quieran progresar en la santidad. El tenía la rara cualidad de hacerse amar por todos.    Había en el norte de África unos herejes llamados Donatistas, que enseñaba que la Iglesia no debe perdonar a los pecadores y que como católicos solamente deben ser admitidos los totalmente puros ( pero ellos no tenían ningún reparo en asesinar a quienes se oponían en sus doctrinas ) Agustín se les opuso con sus elocuentes sermones y brillantísimos escritos, y ellos no eran capaces de responderles a sus razones y argumentos. 


Al fin el Santo logró llevar a cabo una reunión en Cartago con todos los obispos católicos de la región y todos los jefes de los Donatistas y allí los católicos dirigidos por nuestro santo derrotaron totalmente en todas las discusiones a los herejes, restos fueron abandonados por la mayor parte de sus seguidores, y la secta se fue acabando poco a poco.

Vino enseguida otro hereje muy peligroso. Un tal Pelagio, que enseñaba que para ser santo no hacía falta recibir gracias o ayudas de Dios, sino que uno mismo por su propia cuenta y propios esfuerzos logra llegar a la santidad. Agustín que sabía por triste experiencia que por 32 años había tratado de ser bueno por sus propios esfuerzos y que lo único que había logrado era ser malo, se le opuso con sus predicaciones y sus libros y escribió un formidable tratado de "La Gracia", el cual prueba que nadie puede ser bueno, ni santo, si Dios no le envía gracias ni ayudas especiales para serlo, en este tratado tan lleno de sabiduría, se han basado después de los siglos, los teólogos de la Iglesia católica para enseñar acerca de la gracia.



Cuando Roma fue saqueada y casi destruida por los bárbaros de Genserico, los antiguos paganos habían dicho que todos estos males habían llegado por haber dejado de rezar a los antiguos dioses paganos y por haber llegado la religión católica. Agustín escribió entonces un nuevo libro, el más famoso después de las Confesiones, "La Ciudad de Dios" ( empleó 13 años redactándolo ). 

Allí defiende poderosamente a la religión católica y demuestra que las cosas que suceden, aunque a primera vista son para nuestro mal, están todas en un plan que Dios hizo en favor nuestro que al final veremos que era para nuestro bien. ( Como dice San Pablo: "Todo sucede para bien de los que aman a Dios") .   En el año 430 el santo empezó a sentir continuas fiebres y se dio cuenta de que la muerte lo iba alcanzar, tenía 72 años y cumplía 40 años de ser fervoroso católico, su fama de sabio, de santo y de amable pastor era inmensa.




Los bárbaros atacaban su ciudad de Hipona para destruirla, y el murió antes de que la ciudad cayera en manos de semejantes criminales.
 A quién le preguntaba que si no sentía temor de morir, el les contestaba : "Quien ama a Cristo, no debe temer miedo de encontrarse con El"

Pidió que escribieran sus salmos preferidos en grandes carteles dentro de su habitación para irlos leyendo continuamente ( él en sus sermones, había explicado los salmos ) durante su enfermedad curó un enfermo, con solo colocarle las manos en la cabeza y varías personas que estaban poseídas por malos espíritus quedaron libres ( San Posidio, el obispo que lo acompaño hasta sus últimos días, escribió después su biografía ).




Oremos  




Renueva, Señor, en tu Iglesia aquel espíritu que, con tanta abundancia, otorgaste al obispo San Agustín, para que también nosotros tengamos sed de ti, única fuente de la verdadera sabiduría, y en ti, único manantial del verdadero amor, encuentre descanso nuestro corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.Amén.



lunes, 27 de agosto de 2012

Hoy es... Santa Mónica!! (madre de San Agustín)


Santa Mónica es famosa por haber sido la madre de San Agustín y por haber logrado la conversión de su hijo. Mónica nació en Tagaste(África del Norte ) a unos 100 kms de la ciudad de Cartago en el año 332.
  
Ella deseaba dedicarse a la vida de oración y de soledad (como su nombre lo indica ) pero sus padres dispusieron que tenía que esposarse con un hombre llamada Patricio. Este era un buen trabajador, pero terriblemente malgeniado, y además mujeriego, jugador y sin religión, ni gusto por lo espiritual. 


La hará sufrir lo que no esta escrito y por treinta años ella tendrá aguantar los tremendos estallidos de ira de su marido que grita por el menor disgusto, pero este jamás se atreverá a levantar la mano contra ella. Tuvieron tres hijos: dos varones y una mujer. Los dos menores fueron su alegría y consuelo, pero el mayor Agustín, la hizo sufrir por docenas de años. 
 
En aquella región del norte de África, donde las gentes eran sumamente agresivas, las demás esposas le preguntaban a Mónica porque su esposo era uno de los hombres de peor genio en toda la ciudad, pero no la golpeaba nunca a ella, y en cambio los esposos de ellas las golpeaban sin compasión. Mónica les respondió: "Es que, cuando mi esposo está de mal genio, yo me esfuerzo por estar de buen genio. Cuando el grita, yo me callo. Y como para pelear se necesitan dos y yo no acepto la pelea, pues....no peleamos". Esta fórmula se ha hecho celebre en el mundo y ha servido a millones de mujeres para mantener la paz en la casa. 


Patricio no era católico, y aunque criticaba el mucho rezar de su esposa y su generosidad tan grande con los pobres, nunca se oponía a que ella se dedicara a estas buenas obras. y quizás por eso mismo logro su conversión. Mónica rezaba y ofrecía sacrificios por su esposo y al fin alcanzó de Dios la gracia de que en el año de 371 Patricio se hiciera bautizar, y que lo mismo lo hiciera la suegra, mujer terriblemente colérica que por meterse demasiado en el hogar de su nuera le había amargado harto la vida a la pobre Mónica. Un año después de su bautismo, murió santamente Patricio, dejando a la pobre viuda con el problema de su hijo mayor.

 Cuando murió su padre, Agustín tenía 17 años y empezaron a llegarle a Mónica noticias cada vez peores, de que el joven llevaba una vida nada santa. que en una enfermedad, ante el temor a la muerte se había hecho instruir acerca de la religión y propuesto hacerse católico, pero que sanado de la enfermedad había abandonado el propósito de hacerlo. 

Y que finalmente, se había hecho socio de una secta llamada de los Maniqueos, que afirmaban que el mundo no lo había hecho Dios, sino el Diablo. Y Mónica que era bondadosa pero no cobarde, ni floja, al volver su hijo a vacaciones y empezar a oírle mil barbaridades contra la verdadera religión, lo hecho sin más de la casa y le cerró las puertas, porque bajo su techo no quería alberga enemigos de Dios. 
 


Pero sucedió que en esos días Mónica tuvo un sueño en el que vio que ella estaba en bosque llorando por la pérdida espiritual de su hijo y que en ese momento se le acercaba un personaje muy resplandeciente y le decía :"tu hijo volverá contigo " y enseguida vio a Agustín junto a ella. Le narro al muchacho el sueño tenido y el dijo lleno de orgullo que eso significaba que la madre se iba a volver maniqueísta como el. Pero ella le respondió: "En el sueño no me dijeron, mama ira a donde su hijo, sino tu hijo volverá contigo" Esta hábil respuesta impresionó mucho a su hijo, quien mas tarde la consideraba como una inspiración del cielo. Esto sucedió en el año 437.

 Por muchos siglos ha sido muy comentada la bella respuesta que un obispo le dio a Mónica cuando ella le contó que llevaba años y años rezando, ofreciendo sacrificios y haciendo rezar a sacerdotes y amigos por la conversión de Agustín. El obispo le respondió: "Este tranquila, es imposible que se pierda el Hijo de tantas lagrimas". Esta admirable respuesta y lo que había oído en el sueño, la llenaban de consuelo y esperanza, a pesar de que Agustín no daba la menor señal de arrepentimiento.   Y sucedió que en año 387, Agustín al leer unas frases de San Pablo sintió una impresión extraordinaria y se propuso cambiar de vida.

Envió lejos a la mujer con la cual vivía en unión libre, dejo sus vicios y malas costumbres. Se hizo instruir en la religión y en la fiesta de Pascua de Resurrección de ese año se hizo bautizar.  


YO PUEDO MORIR TRANQUILA: Agustín, ya convertido, dispuso volver con su madre y su hermano, a su tierra, en el África, y se fueron al puerto de Ostia a esperar el barco. Pero Mónica ya había conseguido todo lo que anhelaba es esta vida, que era ver la conversión de su hijo. Ya podía morir tranquila. Y sucedió que estando ahí en una casa junto al mar, por la noche al ver el cielo estrellado platicando con Agustín acerca de como serán las alegrías que tendremos en el cielo, y ambos se emocionaban comentando y meditando los goces celestiales que nos esperan. En determinado momento exclamo entusiasmada: " ¿ Y a mí que más me puede amarrar a la tierra ? Ya he obtenido mi gran deseo, el verte cristiano católico. Todo lo que deseaba lo he conseguido de Dios". Poco después le invadió la fiebre, y en pocos días se agravo y murió.



Lo único que pidió a sus dos hijos es que no dejaran de rezar por el descanso de su alma. Murió en el año 387 a los 55 años de edad.   Miles de madres y de esposas se han encomendado en todos estos siglos a Santa Mónica, para que les ayude a convertir a sus esposos e hijos, y han conseguido conversiones admirables.



Oremos  



Dios de bondad, consolador de los que lloran, tú que, lleno de compasión, acogiste las lágrimas que Santa Mónica derramaba pidiendo la conversión de su hijo Agustín, concédenos, por la intercesión de ambos, el arrepentimiento sincero de nuestros pecados y la gracia de tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.



domingo, 26 de agosto de 2012

"Señor, ¿a quién vamos a acudir?" (Evangelio dominical)



El Evangelio de hoy nos muestra cómo el “pan” del escándalo terminó en abandono de muchos: algunos seguidores más o menos firmes, y también muchos discípulos de Jesús lo dejaron al escandalizarse porque les daría a comer el “pan” que es su propio cuerpo.

“Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”  (Jn. 6, 55.60-69)  Nos cuenta el Evangelio que al oír esto muchos discípulos de Jesús dijeron, pensaron y comentaron que ya eso era “intolerable, inaceptable”.   Y Jesús, lejos de ceder un poco para tratar de impedir la huída de muchos de los suyos, más bien exige una elección.

Los presentes no lograban entender, mucho menos aceptar, cómo los alimentaría con su propia carne.  Y Jesús da una explicación un tanto difícil de captar:  “¿Qué sería si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes?  El Espíritu es quien da la vida;  la carne para nada aprovecha”. 
 

¿Qué puede significar esa explicación del Señor?  Eso de comer la carne, que parece cosa muy terrenal, se justifica en el caso del Pan de Vida, porque esa carne es la de Cristo resucitado.  Es decir:  El Señor nos está hablando de una realidad material transformada en una realidad espiritual por el Espíritu.  Y como es el Espíritu el que actúa, por eso da vida, Vida Eterna.  

Pero para aprovechar este alimento hay que tener fe.  Quien cree recibe esa realidad espiritual que no se puede ver.  Quien cree participa de la vida de Cristo resucitado.  Quien cree se une a la Vida de Dios mismo.       Decíamos en artículos anteriores que este “Pan” es un pan especialísimo, pues lo comemos, pero quien actúa es Cristo resucitado, no el pan ingerido.  Y Cristo actúa asimilándonos a El.  Al recibirlo es El quien nos transforma y nos une a El.  “Nos unimos a El y nos hacemos con El un solo cuerpo y una sola carne” (San Juan Crisóstomo).

Y como viene siendo habitual, hoy traemos las reflexiones de tres religiosos que las hacen en nuestro idioma y sobre las Lecturas de este domingo XXI del Tiempo ordinario.


Lectura del santo evangelio según san Juan (6,60-69):


En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»

Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.»

Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.» Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.

Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?»

Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»

Palabra del Señor


COMENTARIO.


“El espíritu es quien da vida…”

Eliseo, Moisés, Elías, la Sabiduría. Durante cuatro domingos consecutivos, la liturgia nos ha ido presentando tres grandes personajes de la historia de Israel, más la personificación de la sabiduría. Tres testigos de la fe y un ideal de vida que nos han ilustrado sobre el hambre y el pan, sobre las carencias humanas y la respuesta divina.

Hoy se cierra el ciclo con la evocación de Josué (Jos 24), el elegido por Dios para suceder a Moisés e introducir a su pueblo en la tierra prometida. Pero hoy Josué no es el explorador que regresa con Caleb, trayendo a su gente los racimos primeros de aquella tierra. No es el guerrero que vence las batallas. No es el estratega que cruza el Jordán.

Josué se nos presenta hoy como un testigo de la fe, como un profeta. Casi un predicador, que invita a su pueblo a asumir una opción fundamental. ¿Adorar a los dioses de los extranjeros o adorar al Dios que lo ha sacado de la esclavitud? Esa es la alternativa. Él y su familia ya han optado por servir al Señor. Y el pueblo promete seguir su elección.


CARNE Y ESPÌRITU


Esa situación se nos hace asombrosamente actual en un momento en el que muchos creyentes dudan de su fe. Es decir, dudan del Dios que les ha entregado el don de la fe. Y del Mesías en el que habían de creer. Se parecen a aquellos discípulos de Jesús, que juzgaron inaceptable su discurso sobre el pan de la vida (Jn 6, 60-69).

En el evangelio que hoy se proclama, Jesús afronta esa situación. No son los jefes de los judíos los que lo critican. Son “los discípulos” los que se escandalizan de sus palabras y “vacilan”. A ellos –y a nosotros- se dirige abiertamente Jesús, estableciendo una distinción entre la carne y el Espíritu.

• La carne no es el compuesto orgánico que hemos de alimentar cada día. La carne es una dimensión de nuestra existencia. Una actitud. Esa que juzga de las cosas con criterios de inmediatez y de interés. La carne refleja nuestros cálculos y nuestra mezquindad. De ella dice Jesús que “no sirve de nada”. No es capaz de captar la verdad de la entrega del Señor.

• El Espíritu no es un fantasma. Es el viento de Dios que creó el mundo y dio vida al ser humano. Es el aliento divino que habló por los profetas. Es la presencia misma de Dios que nos guía por los caminos de la verdad y del amor. Del Espíritu dice Jesús que “es quien da vida” y nos hace comprender que las palabras del Maestro “son espíritu y son vida”.


MENSAJERO Y MENSAJE



El evangelio señala que muchos discípulos abandonaron a Jesús. Y que él se dirigió a los Doce preguntando: “¿También vosotros queréis marcharos?” Jesús, hijo de María, interpela a los suyos como Josué, hijo de Nun interpelara a los hebreos. En ambos casos se plantea la opción fundamental. Ahora es Pedro quien responde con una doble confesión:


• “Señor ¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna”. En medio de la algarabía de las palabras de los hombres, habla el que es la Palabra misma de Dios. Entre tantas palabras efímeras y enfermizas,  las palabras de Jesús brotan de la vida sin principio y llevan a la vida sin final.

• “Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios”. En el mundo de hoy se establece con frecuencia un abismo entre el saber y el creer, entre la ciencia y la fe. El apóstol de Jesucristo sabe y cree que Jesús es el Mesías. Del enviado de Dios  proviene la posibilidad de la realización integral del hombre y de lo humano.

Señor Jesús, te reconocemos como el Mensajero y el Mensaje último y definitivo de Dios sobre Dios mismo y sobre el hombre. Optar por ti significa acertar con el sentido de la existencia. Porque tú eres el Santo y el Salvador. Bendito seas por siempre. Amén.


EL PAN DE LA VIDA,



La pregunta de Jesús ya había sido formulada desde antiguo al pueblo de Israel por boca del profeta Josué, quien con fortaleza en su alma, enfrentó al pueblo sin miedo y con total apertura, deseando encontrar en sus oyentes, corazones decididos en su adhesión a Dios y mentes claras en la aprehensión de la única verdad: Dios.


Como era habitual y cultural, el pueblo sumergido en la idolatría, se encontraba confundido y sin horizonte de salvación, y no obstante haber tenido a Moisés como guía, el pueblo se extraviaba con facilidad y a la muerte de Moisés, el gran patriarca y líder espiritual, le correspondió a Josué la gran tarea de apacentar al pueblo del Señor, encontrándose con hombres y mujeres adoradores de los dioses de sus antepasados, sin decisión ninguna y por tanto titubeantes en su fe a Yahvé. Josué en medio de esta realidad, asume una posición firme y le habla al pueblo y le dice: “Yo y mi casa serviremos al Señor”, afirmando de esta manera, su total adhesión al Señor y su fe inquebrantable en Aquél, que hacía poco tiempo, había alimentado al pueblo con el maná del cielo. Las postura de Josué, suscitó en el pueblo la siguiente reacción: “Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros; el Señor es nuestro Dios, él nos sacó de la esclavitud de Egipto, él hizo en favor nuestro grandes signos y prodigios; también nosotros serviremos al Señor, él es nuestro Dios”. Con estas palabras el pueblo volvió a Dios y se postró ante él en adoración, reconociendo que él era su vida, su libertad y su verdad.


Como podemos observar, Josué le da al pueblo la libertad de seguir o no al Señor y en último término es el pueblo el que decide hacerlo, y en este sentido algo semejante ocurre con nosotros hoy, todos los creyentes con absoluta libertad  decidimos seguir al Señor o alejarnos de él, arriesgar nuestra vida por él o caminar solos convirtiéndonos en dioses de nosotros mismos; en definitiva, en nuestras manos está, considerarnos hijos de Dios y vivir como tal o por el contrario erigir nuestra existencia como si él fuera una ilusión.

La experiencia de fe antes descrita, se replicó en el Nuevo testamento, y veamos entonces cómo los seguidores de Jesús que en el relato del evangelio según San Juan eran muchos, decidieron un día abandonarlo, y por eso Jesús les pregunta a los doce de manera puntual: “¿Y también ustedes quieren irse?”, pregunta que sacudió el corazón de sus apóstoles y que exigió de Pedro la respuesta que ya conocemos.

Nos parece que la pregunta de Jesús nace de la fe dubitativa de sus seguidores, es su poca fe la que produce este gran interrogante en Jesús,  es la indecisión en quienes decían ser sus amigos la que provoca en Jesús este cuestionamiento, es la pobre comprensión de Jesús como el PAN DE LA VIDA y como el alimento que no perece, la que posibilitó en él la decepción de decir: ¿Y ustedes también me van a abandonar?.



Queridos hermanos y hermanas, en múltiples ocasiones hemos desilusionado al Señor, y en efecto, nos hemos ido de su lado, nos hemos apartado de su voluntad  y producto de lo mencionado, con una decisión irrevocable y cargados de humildad y de fe profundas, hoy  y siempre le hemos de pedir al Señor que ya que él nunca se aparta de nuestro lado, que no permita que nosotros lo hagamos y que con generosidad en nuestro espíritu podamos decir con convicción al igual que Pedro: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios". La confesión de Fe antes mencionada es grandiosa, en la medida en que nos hace pensar que sin el Señor no somos nada, que sin él marchamos a la deriva, que sin su divina presencia naufragamos en el mar de la historia sin puerto y sin rumbo fijo, sumergidos en las tinieblas de nuestro orgullo y de nuestra autosuficiencia.

Al Corazón Inmaculado de María, le suplicamos su intercesión maternal para que en todo momento podamos decir desde el corazón: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna”.

sábado, 25 de agosto de 2012

Hoy es... san José de Calasanz!! Fundador de los Escolapios.

Fundador de los Escolapios. Nuestro santo fue sepultado un 26 de agosto del año 1648. 

Nació en Aragón, España, en 1556, hijo del gobernador de la región.    Su padre deseaba que fuera militar, pero los religiosos que lo instruyeron en su niñez lo entusiasmaron por la vida sacerdotal, y pidió que le dejaran hacer estudios eclesiásticos. 



Desde muy pequeño su gran deseo era poder alejar el mal y el pecado de las almas de los demás.   Su padre deseaba que José fuera el heredero administrador de sus muchos bienes y riquezas. Pero en una gravísima enfermedad, el joven le prometió a Dios que si le concedía la curación, se dedicaría únicamente a trabajar por la salvación de las almas. El joven curó de la enfermedad, y entonces el papá le permitió cumplir su promesa, y fue ordenado sacerdote. Ya antes se había graduado de doctor en la universidad de Alcalá.    


Cargos importantes.  



Como tenía fama de gran santidad y de mucha sabiduría, el señor obispo le fue concediendo puestos de mucha responsabilidad. Primero lo envío a una región montañosa donde la gente era casi salvaje y muy ignorante en religión. Allá, entre nieves y barrizales y por caminos peligrosos, se propuso visitar familia por familia para enseñarles la religión y el cambio total.  

Renuncia a todo.




Pero él sentía una voz en su interior que le decía: "¡Váyase a Roma! ¡Váyase a Roma!" Y en sueños veía multitudes de niños desamparados que le suplicaban se dedicara a educarlos. Así que renunciado a sus altos puestos, y repartiendo entre los pobres las grandes riquezas que había heredado de sus padres, se dirigió a pie a la Ciudad Eterna.    


Educador de los pobres.
 



En Roma se hizo socio de una cofradía que se dedicaba a enseñar catecismo a los niños y se dio cuenta de que la ignorancia religiosa era total y que no bastaba con enseñar religión los domingos, sino que era necesario fundar escuelas para que los jovencitos tuvieran educación e instrucción durante la semana.
    

En ese tiempo los gobiernos no tenían ni escuelas ni colegios, y la juventud crecía sin instrucción. Se reunió con unos sacerdotes amigos y fundó entonces su primera escuela en Roma. Su fin era instruir en la religión y formar buenos ciudadanos. Pronto tuvieron ya cien alumnos. Tenían que conseguir profesores y edificio, porque los gobiernos no costeaban nada de eso. Pronto fueron llegando nuevos colaboradores y los alumnos fueron ya setecientos. 
Más tarde eran ya mil los jóvenes que estudiaban en las escuelas dirigidas por José y sus amigos.

    
En sus ratos libres se dedicaban a socorrer enfermos y necesitados, especialmente cuando llegaban la peste o las inundaciones. Con su amigo San Camilo eran incansables en ayudar.    A sus institutos educativos les puso por nombre "Escuelas Pías" y los padres que acompañaban al padre Calasanz se llamaron Escolapios. 

Después de un par de años ya había "Escuelas Pías" en muchos sitios de Italia y en muchos países. 

Ahora los padres Escolapios tienen 205 casas en el mundo, dedicadas a la educación, con 1630 religiosos. Son estimadísimos como educadores.  

La persecución.
 
Recibió el padre Calasanz como colaborador a un hombre ambicioso y lleno de envidia, el cual se propuso hacerle la guerra y quitarle el cargo de Superior General.
Por las calumnias de este hombre y de varios más, nuestro santo fue llevado a los tribunales y solamente la intervención de un cardenal obtuvo que no lo echaran a la cárcel.

Él repetía: "Me acusan de cosas que no he hecho, pero yo dejo a Dios mi defensa". El envidioso logró a base de calumnias que a San José Calasanz le quitaran el cargo de Superior General, y después las acusaciones mentirosas llegaron a tal punto que la Santa Sede determinó acabar con la congregación que el santo había fundado.
San José al escuchar tan triste noticia, repitió las palabras del Santo Job: "Dios me lo dio, Dios me lo quitó, bendito sea Dios".
    
Afortunadamente, después se supo la verdad y al Fundador le fueron restituidos sus cargos y la Comunidad volvió a ser aprobada y ahora está extendida por todo el mundo.
    


El 25 de agosto del año 1648, a la edad de 92 años pasó este gran apóstol a la eternidad, a recibir el premio de sus grandes obras apostólicas y de sus muchísimos sufrimientos.


Oración.




Dios nuestro, que adornaste a san José de Calasanz con una gran caridad y abnegación, para que entregara su vida a la enseñanza y educación de la juventud y la niñez, concédenos que, así como veneramos en él a un maestro de sabiduría, así también imitemos  su total entrega al servicio de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.


jueves, 23 de agosto de 2012

Hoy es... Santa Rosa de Lima !!


El Papa Inocencio IX dijo de esta santa un elogio admirable: "Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones". Lo cual es mucho decir.

Nacida en Lima, Perú, en 1586 (año de la aparición de la Virgen en Chiquinquirá, [ 9 julio] ) fue la primera mujer americana declarada santa por la Iglesia Católica.   En el bautizo le pusieron el nombre de Isabel, pero luego la mamá al ver que al paso de los años su rostro se volvía sonrosado y hermoso como una rosa, empezó a llamarla con el nombre de Rosa.


Y el Sr. Arzobispo al darle la confirmación le puso definitivamente ese nombre, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.   Desde pequeñita Rosa tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación. Un día rezando ante una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía: "Rosa conságrame a mí todo tu amor".

Y en adelante se propuso no vivir sino para amar a Jesucristo. Y al ir a su hermano decir que si muchos hombres se enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse únicamente a amar a Jesucristo.

Se propuso irse de monja Agustina. Pero el día en que fue a arrodillarse ante la imagen de la Virgen Santísima para pedirle que le iluminara si debía irse de monja ó no, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano a que le ayudara a levantarse pero él tampoco fue capaz de moverla de allí. Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: "Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desiste desde ahora de su idea".

Tan pronto pronunció estas palabras quedó totalmente sin parálisis y se pudo levantar del suelo fácilmente.   Entonces vino a saber que la más famosa terciaria dominica es Santa Catalina de Siena (29 de abril) y se propuso estudiar su vida e imitarla en todo. Y lo logró de manera admirable. Se fabricó una túnica blanca y el manto negro y el velo también negro para la cabeza, y así empezó a asistir a las reuniones religiosas del templo.   Su padre fracasó en el negocio de una mina y la familia quedó en gran pobreza.


Entonces Rosa se dedicó durante varias horas de cada día a cultivar un huerto en el solar de la casa y durante varias horas de la noche a hacer costuras, para ayudar a los gastos del hogar.   Es difícil encontrar en América otro caso de mujer que haya hecho mayores penitencias. No las vamos a describir todas aquí porque muchas de ellas no son para imitar. Pero sí tenemos que decir que lo primero que se propuso mortificar fue su orgullo, su amor propio, su deseo de aparecer y de ser admirada y conocida. Y en ella, como en todas las cenicientas del mundo se ha cumplido lo que dijo Jesús: "quien se humilla será enaltecido".   Una segunda penitencia de Rosa de lima fue la de los alimentos.



Su ayuno era casi continuo. Y su abstinencia de carnes era perpetua. Comía lo mínimo necesario para no desfallecer de debilidad. Aún los días de mayores calores, no tomaba bebidas refrescantes de ninguna clase, y aunque a veces la sed la atormentaba, le bastaba mirar el crucifijo y recordar la sed de Jesús en la cruz, para tener valor y seguir aguantando su sed, por amor a Dios.   Dormía sobre duras tablas, con un palo por almohada. Alguna vez que le empezaron a llegar deseos de cambiar sus tablas por un colchón y una almohada, miró al crucifijo y le pareció que Jesús le decía: "Mi cruz, era mucho más cruel que todo esto". Y desde ese día nunca más volvió a pensar en buscar un lecho más cómodo.

  

Los últimos años vivía continuamente en un ambiente de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra. Su oración y sus sacrificios y penitencias conseguían numerosas conversiones de pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes. En la ciudad de Lima había ya una convicción general de que esta muchacha era una verdadera santa.   Desde 1614 ya cada año al llegar la fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto, demuestra su gran alegría. Y explica el porqué de este comportamiento: "Es que en una fiesta de San Bartolomé iré para siempre a estar cerca de mi redentor Jesucristo". Y así sucedió. El 24 de agosto del año 1617, después de terrible y dolorosa agonía, expiró con la alegría de irse a estar para siempre junto al amadísimo Salvador. Tenía 31 años.



Los milagros empezaron a sucederse en favor de los que invocaban la intercesión de Rosa, y el sumo pontífice la declaró santa y la proclamó Patrona de América Latina.-

  Rosa de Lima: la más bella rosa que ha producido nuestro continente: no dejes un solo día de rezar a tu gran amigo Jesucristo, por este continente americano tan supremamente necesitado de las bendiciones de Dios.




ORACIÓN.


Dios nuestro, que impulsaste a Santa Rosa de Lima a apartarse de la vida del mundo por amor tuyo y a consagrarse sólo a ti, en la austeridad y en la penitencia, concédenos, por su intercesión, que sepamos seguir, en éste mundo, el camino que conduce a la verdadera vida, para que lleguemos a gozar del torrente de tus delicias allá en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.