sábado, 26 de marzo de 2011

Y Dios, te dará Agua Viva!! (Evangelio dominical)



Cansado del camino, Jesús se sienta junto al manantial de Jacob, en las cercanías de la aldea de Sicar. Pronto llega una mujer samaritana a apagar su sed. Espontáneamente, Jesús comienza a hablar con ella de lo que lleva en su corazón.

En un momento de la conversación, la mujer le plantea los conflictos que enfrentan a judíos y samaritanos. Los judíos peregrinan a Jerusalén para adorar a Dios. Los samaritanos suben al monte Garizim cuya cumbre se divisa desde el pozo de Jacob. ¿Dónde hay que adorar a Dios? ¿Cuál es la verdadera religión? ¿Qué piensa el profeta de Galilea?

Jesús comienza por aclarar que el verdadero culto no depende de un lugar determinado, por muy venerable que pueda ser. El Padre del cielo no está atado a ningún lugar, no es propiedad de ninguna religión. No pertenece a ningún pueblo concreto.

No lo hemos de olvidar. Para encontrarnos con Dios, no es necesario ir a Roma o peregrinar a Jerusalén. No hace falta entrar en una capilla o visitar una catedral. Desde la cárcel más secreta, desde la sala de cuidados intensivos de un hospital, desde cualquier cocina o lugar de trabajo podemos elevar nuestro corazón hacia Dios.

Jesús no habla a la samaritana de «adorar a Dios». Su lenguaje es nuevo. Hasta por tres veces le habla de «adorar al Padre». Por eso, no es necesario subir a una montaña para acercarnos un poco a un Dios lejano, desentendido de nuestros problemas, indiferente a nuestros sufrimientos. El verdadero culto empieza por reconocer a Dios como Padre querido que nos acompaña de cerca a lo largo de nuestra vida.

Jesús le dice algo más. El Padre está buscando «verdaderos adoradores». No está esperando de sus hijos grandes ceremonias, celebraciones solemnes, inciensos y procesiones. Lo que desea es corazones sencillos que le adoren «en espíritu y en verdad».

«Adorar al Padre en espíritu» es seguir los pasos de Jesús y dejarnos conducir como él por el Espíritu del Padre que lo envía siempre hacia los últimos. Aprender a ser compasivos como es el Padre. Lo dice Jesús de manera clara: «Dios es espíritu, y quienes le adoran deben hacerlo en espíritu». Dios es amor, perdón, ternura, aliento vivificador..., y quienes lo adoran deben parecerse a él.

«Adorar al Padre en verdad» es vivir en la verdad. Volver una y otra vez a la verdad del Evangelio. Ser fieles a la verdad de Jesús sin encerrarnos en nuestras propias mentiras. Después de veinte siglos de cristianismo, ¿hemos aprendido a dar culto verdadero a Dios? ¿Somos los verdaderos adoradores que busca el Padre?



La Mujer y el Agua Viva.


Hay mujeres –ellas, siempre ellas y sólo ellas– en algunas regiones de la India que tienen que recorrer decenas de kilómetros para ir a buscar el agua que necesitan sus familias. Ellas nos podrían explicar perfectamente lo que el evangelio de este domingo nos quiere transmitir, lo que significa de verdad el “agua viva” de que habla Jesús.

Para muchos de nosotros el agua es un recurso abundante y barato. Se abre el grifo y ya está: todo el agua que se quiere. Más de la que se necesita. Es raro que experimentemos la sed de verdad, la que puede sentir un náufrago, todo rodeado de agua salada. Ese también nos podría explicar muy bien que hay agua que no quita la sed sino que la multiplica. Porque no todas las aguas valen para quitar la sed.

El agua que nace de una fuente en la montaña, el agua que vieron brotar de la peña los israelitas en el monte Horeb, es agua de vida, es agua que garantiza la vida, es agua que devuelve la esperanza y cura las enfermedades. El agua del pantano, quita, sucia, ponzoñosa es agua que nos recuerda a la muerte. En ella con un poco de tiempo todas las cosas se disuelven y se pierden, dejan de existir.



Un alto en el camino

En este camino de Cuaresma, la liturgia nos presenta a Jesús haciendo un alto en el camino. Pero el autor del evangelio de Juan no da puntada sin hilo. Para empezar Jesús está haciendo con sus discípulos ese largo camino de Galilea a Jerusalén. Todo es cuesta arriba. De los verdes y feraces llanos de Galilea a las montañas de Judea en cuyo centro está prácticamente Jerusalén. El camino es duro y cuesta arriba.

Además, hay que atravesar una tierra dominada por un pueblo que es peor que extranjero. El pueblo samaritano es un pueblo hereje. Han mezclado las creencias judías con las de otros pueblos. No son puros. Un buen judío debe evitar cualquier tipo de contacto con ellos. Quizá por eso la parábola del buen samaritano debió resultar más escandalosa todavía a los oídos de los judíos bienpensantes.

Allí está Jesús parado al lado de un pozo. Aparece una mujer y le pide que saque agua para él. Una primera sorpresa: un judío hablando con una samaritana. Segunda sorpresa: Es Jesús el que le ofrece de beber a la samaritana un agua diferente, una agua que quita la sed para siempre, una agua que libera del casino y duro trabajo de acercarse al poco todos los días.

El diálogo pasa en seguida del agua material que calma la sed física a ese otro agua que da la vida. Aquella mujer no era tonta y se da cuenta de que está frente a un conflicto religioso. ¿Dónde está el Dios verdadero, en este monte o en Jerusalén? Pero Jesús plantea las cosas de otro modo. La cuestión no está en encontrar el monte (o la iglesia) adecuado sino en adorar al Padre en espíritu y en verdad. A partir de ese momento, se abre un horizonte nuevo. El agua que da la vida ha abierto una perspectiva que va más allá de los sacrificios, de las liturgias, de las normas, de los cánones.



Orientaciones para nuestro camino

A Dios se le adora en espíritu en verdad. Al Padre se le adora en la vida diaria, en la relación con los hermanos, en el trabajo para hacer de este mundo un lugar habitable, en el respeto al otro y a su dignidad de hijo de Dios. El Mesías no realiza su salvación a través de un milagro turbativo que nos lleve a la corte celestial donde podamos cantar para siempre las aleluyas del Señor sino que nos devuelve a la tierra, a la vida para que adoremos al Padre en espíritu y en verdad.

La samaritana aprendió que adorar al Padre en espíritu y en verdad está por encima de las fronteras, de las razas, de las tradiciones. Aprendió también que lo del “agua viva” no era cuestión de tener un cubo más grande sino de aprestar el corazón a abrirse al hermano para compartir lo que Dios nos ha regalado: la gracia de la salvación, el amor que ha sido derramado en nuestros corazones. Pero, ¿tiene vida el amor que no se comparte, que no se expande, que no salta por encima de las divisiones? A ver si vamos a confundir el amor con el narcisismo o con “sentirme bien”.

Los israelitas, peregrinos en el desierto, encontraron en el agua del Horeb la fuerza necesaria para seguir caminando, para seguir siendo un pueblo, para juntos mantener la esperanza de llegar a la tierra prometida. Nosotros encontramos en Jesús el agua viva que nos mantiene unidos, que nos reúne en la esperanza y que multiplica el amor entre nosotros y con todos los hombres y mujeres de este mundo. Porque todos son hijos de Dios. Porque todos son hermanos nuestros.


Lectura del santo evangelio según san Juan (4,5-42):

En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía.
Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: «Dame de beber.» Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida.
La samaritana le dice: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jesús le contestó: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.»
La mujer le dice: «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.»
La mujer le dice: «Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla. Veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén.»
Jesús le dice: «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.»
La mujer le dice: «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo.»
Jesús le dice: «Soy yo, el que habla contigo.»
En aquel pueblo muchos creyeron en él. Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.»

Palabra del Señor



COMENTARIO.

Estamos en el tercer domingo de cuaresma. A partir de este domingo, hasta el final de la cuaresma, los evangelios [dejamos a Mateo y tomamos a Juan] que escuchamos tienen un contenido bautismal: nos hablan, sucesivamente, del agua, de la luz y de la vida. Estos evangelios los reflexionaban los catecúmenos que se preparaban para recibir el bautismo en la Vigilia Pascual. Se nos invita, por tanto, con ellos a vivir nuestro bautismo.


Lo interesante de estos evangelios es que expresan un encuentro personal con Jesucristo; es decir, nos narran cómo ciertos personajes descubren quien es Jesucristo en sus vidas concretas. ¿Nos hemos encontrado nosotros con Jesucristo? ¿Es para nosotros alguien significativo en nuestras vidas? Los sacramentos son encuentros reales con Jesucristo. Cuando nosotros recibimos el sacramento del bautismo nos encontramos con Jesucristo, pero ese encuentro se tiene que ir haciendo vida en nosotros.

Un tema importante en las lecturas es la idea de la sed. La sed física, principalmente, que tiene el pueblo de Israel, como dice la primera lectura, cuando va por el desierto; sed que le hace dudar de si Dios está con ellos o no, de si los ha hecho salir de Egipto para morir de sed. La sed física que tiene Jesucristo en su diálogo con la samaritana, que es la sed que ella entiende, en principio.


Esta sed adquiere un significado existencial más amplio que podríamos traducir por el deseo de felicidad que todo ser humano experimenta en su interior. Para encontrarse con Jesús, para hacer vida ese encuentro que se dio en el sacramento del bautismo cuando éramos pequeños, hay que tener deseos de felicidad, sed de Dios... ¿Creemos, de verdad, que Jesús puede ser la respuesta a todas nuestras preguntas? ¿Qué él puede saciar nuestro deseo de felicidad?

El evangelio nos cuenta cómo una mujer samaritana descubrió a Jesús como el salvador de su vida, como el sentido de su vida. El evangelio presenta dos escenas: Jesús y la samaritana; Jesús y sus discípulos.

Jesús y la samaritana:

Jesús está en Samaría, una región enfrentada con los judíos; los samaritanos y los judíos no se entienden. Y se pone a hablar con una mujer, cuando lo normal era el no hablar con ellas. El contenido del diálogo de Jesús y la samaritana tiene dos partes.


En primer lugar, Jesús le pide de beber a ella y dialogan en torno al agua y la sed. Jesús le termina diciendo que "el agua que yo te daré se convertirá dentro de ti en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna". Ante lo que la samaritana le dice que le dé de esa agua. El sacramento del bautismo pone en nuestro interior la semilla de la vida nueva, vida que se debe ir alimentando hasta que llegue a ser vida eterna.

En segundo lugar, la samaritana le pregunta dónde hay que dar culto a Dios: si en Jerusalén, que es donde le dan culto los judíos, o en el monte Garizín, que es donde le dan culto los samaritanos. Jesús le responde no por el lugar, que es lo de menos, sino la forma: hay que darle culto en espíritu y verdad, que quizá podríamos traducir como que a Dios hay que darle culto con la propia vida. Las celebraciones litúrgicas nos deben de ayudar a que la vida de cada día sea como una ofrenda agradable a Dios.

Jesús y sus discípulos:


La otra escena del evangelio es Jesús con sus discípulos, donde se viene a decir que el alimento de Jesús, otra vez se habla de un modo simbólico, es hacer la voluntad del Padre y llevar a término su obra.



¡Que tengamos la dicha de encontrar en Jesús, como la samaritana, el agua viva que sacie nuestra sed para siempre!











Fuentes:
Iluminación Divina
José A. Pagola
Pedro Crespo Arias
Fernando Torres Pérez cmf
Ángel Corbalán

viernes, 25 de marzo de 2011

Hoy celebramos.. La Anunciación del Señor !


La fiesta que hoy celebramos pertenece a la misma entraña de nuestra fe y de nosotros mismos. Fiesta de la Anunciación del Señor a María.

La fiesta de la anunciación, tan deliciosamente llena de sabores a disponibilidad, entrega, acogida, vocación, miedo, inseguridad, escucha, donación, aceptación, reconocimiento de un Dios que siempre irrumpe en lo esperado y lo inesperado, asombro, cercanía, atención, temblor, agradecimiento, alegría… Alégrate, María, el Señor está contigo y te llama. Alégrate también tú, el Señor te elige como instrumento. Acoge su Palabra, recibe su Espíritu y acepta.



En el primer capítulo del Evangelio de San Lucas leemos:

« Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel
a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
a una virgen desposada con un hombre llamado José,
de la casa de David; el nombre de la virgen era María. »

La palabra "ángel" significa: Un mensajero, un mensajero de Dios.

Gabriel: El que trae buenas noticias, de parte de Dios.

Una virgen es en la Santa Biblia una mujer que no ha cometido impurezas. En el mundo hay muchas mujeres vírgenes, pero una es más pura y más santa que las demás y la llamamos "Santísima Virgen". Es la madre de Jesús.

Comprometida en matrimonio (Desposada): Unos meses antes de casarse, los novios firmaban un compromiso de matrimonio, para que el esposo pudiera dedicarse tranquilamente a preparar todo lo necesario para su próximo hogar, sin peligro de que después la prometida ya no se casara con él.

Desposada a un hombre llamado José.

En Israel era muy estimado el nombre de María. Así se llamaba la hermana de Moisés, y en tiempos de Jesús este nombre era tan popular, que las tres mujeres que estuvieron presentes en el Calvario, todas tenían el nombre de María. Las tres Marías.



María es un nombre que significaba "Señora" o "Princesa", pero varios autores dicen que en Egipto el nombre de María proviene de dos palabras: "Mar": la hija preferida, e "ia": abreviatura de IAVEH: Dios. Por lo cual el nombre de María significa: La hija preferida de Dios. Y en verdad que sí corresponde muy bien este significado a lo que en realidad ha llegado a ser la Madre de Jesús: la hija que más quiere Dios.

« Y entrando, le dijo: «Salve, llena de gracia,
el Señor está contigo.»

Salve: En hebreo, Shalon Jalai, o sea: ¡Yo te saludo. Te felicito. Alégrate! Cada vez que rezamos el Avemaría saludamos a la Virgen con el mismo saludo con el que la saludó el ángel en el día más feliz de su vida, en el día de la Anunciación, cuando ella empezó a ser Madre de Dios. Podremos decir que no hemos saludado al Presidente o al Papa, pero sí hemos saludado muchas veces a la Virgen Santa con el saludo que a Ella más le agrada, el que le compuso el mismo Dios en persona.

Llena de gracia: La mujer que más gracias o favores ha recibido de Dios. Llena de gracia quiere decir: la muy simpática para Dios. Si Ella hubiera tenido algún pecado, ya no habría sido totalmente simpática para Nuestro Señor. Pero Ella no tuvo ni la más mínima mancha de pecado.

El Señor está contigo: Los israelitas cuando querían animar a una persona y asegurarle que le iban a suceder cosas maravillosas le decían: "El Señor está contigo". Es que "si Dios está con nosotros, ¿quién podrá contra nosotros?". Cada vez que rezamos el Avemaría felicitamos a la Virgen por esta bella noticia: ¡El Señor está siempre contigo! ¡Y ojalá que esté siempre también con cada uno de nosotros!

« Ella se conturbó por estas palabras, y preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas,
María, porque has hallado gracia delante de Dios ».

No temas: Es una frase que en la Santa Biblia se repite muchas veces, dirigida hacia las personas que Dios elige para sus grandes obras. ¡No temas, porque Dios va contigo y te ayudará en todo. ¡No temas!




«has hallado gracia delante de Dios»

Maravilloso elogio. Ojalá se pudiera decir también de cada uno de nosotros.

«vas a concebir en el seno y vas a dar a luz
un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.»

El nombre Jesús significa: el que salva de los pecados. Porque El ha venido a salvarnos a los pecadores y a pagar nuestras deudas ante Dios.

« Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo,
y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;
reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino
no tendrá fin. »

Bellísimas noticias acerca de Jesús, que conviene recordar y no olvidar jamás.

« María respondió al ángel: '¿Cómo será esto, puesto que
no conozco varón? El ángel le respondió: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será
llamado Hijo de Dios... Dijo María: 'He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.' Y el ángel dejándola se fue. »

Y en aquel momento el Hijo de Dios se encarnó y se hizo hombre en el vientre Santísimo de la Virgen María. Día grande y mil veces bendito en el que Dios se vino a vivir entre nosotros.

En 9 meses será Navidad, el día del Nacimiento de Jesús.


¡Gracias Señor te damos por haber
asumido nuestra humanidad para salvarnos!


Tanto amó Dios al mundo que le dió a su propio Hijo
para que el mundo se salve por medio de Él.
(Evangelio de San Juan).









Fuentes:
Iluminación Divina
Santoral Católico
Ángel Corbalán

miércoles, 23 de marzo de 2011

El Si, de los jóvenes , a la religión Católica !!

Tres de cada cuatro alumnos eligen cursar Religión


Un total de 3.172.537 alumnos españoles (el 71% del total) ha elegido cursar voluntariamente enseñanza religiosa y moral católica este curso académico 2010-2011, según datos del informe anual de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis de la Conferencia Episcopal Española (CEE), dados a conocer este miércoles.

Este informe recoge datos recabados por las delegaciones diocesanas de enseñanza que, a su vez, los han recibido de los directores de los colegios.

Este 71% supone un descenso de un 1% respecto del curso pasado, pero para la CEE se trata de un porcentaje significativo "si tenemos en cuenta las dificultades a las que debe enfrentarse en su entorno la enseñanza de esta asignatura".

Por tipos de centros, el porcentaje de alumnos que cursan religión en la escuela católica es del 99,2% y cae al 69,6% en los de iniciativa social civil y al 62,7% en los de titularidad estatal.

En el informe, los obispos subrayan "la importancia de la formación religiosa para las nuevas generaciones, tan necesaria para el crecimiento armónico, humano, espiritual y religioso de los alumnos en edades tan cruciales del crecimiento de la persona".

El documento critica las dificultades que, a juicio de la CEE, "a veces se aplican a la enseñanza religiosa", como "la nula, escasa o sesgada información a la hora de matricular a los hijos", el "menosprecio" hacia los profesores, "el traslado del horario de las clases de religión a la primera hora o a la última del día, invitando así a los alumnos a no asistir a estas clases", y "la minusvaloración frecuente de la aportación de la religión a la educación de los alumnos".

Por ello, la CEE invita a los padres católicos a que matriculen a sus hijos en la enseñanza de la religión católica, a pesar de las "trabas inaceptables" que, a su modo de ver, recoge la Ley Orgánica de Educación (LOE).

El próximo año, 2.012, en esta tierra, Cádiz, se celebrará el segundo centenario de "La Pepa", la primera Constitución Española (la de las Cortes de Cádiz de 1812) y que, comienza su preámbulo en estos términos: “En el Nombre de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Autor y Supremo Legislador de la sociedad”.

Si nos movemos por nuestro pueblo o ciudad, recorreremos calles y plazas con nombres de santas y santos, veremos iglesias, colegiatas y catedrales. España cuenta con un gran repertorio de todos los estilos arquitectónicos.

Así, la Catedral de Santiago puede considerarse reina de las catedrales de Galicia y es también el punto final del Camino de Santiago, es un templo románico que hay que observar con detalle, aunque las multitudes que se amontonan en torno a ella no siempre lo permiten.

Siempre, desde hace dos milenios..............hemos tenido la protección de la Cruz.






Fuentes:
Servimedia
Ángel Corbalán

sábado, 19 de marzo de 2011

"Levantaos, no tengais miedo"(Evangelio dominical)


¿Quién dijo que la Cuaresma es un tiempo más bien triste, dedicado a la introspección, al examen de conciencia, a mirar y valorar nuestras faltas, para convertirnos? Al segundo domingo, Jesús nos invita a hacer un alto en el camino, a acompañarle hasta una montala alta y a ver como se transfigura ante nosotros, su rostro como el sol, sus vestidos blancos como la luz. Tan impresionante debió ser aquella situación que Pedro –siempre el más atrevido- no se le ocurrió más que decir: “¡Qué bien se está aquí!” Y luego añadió aquello de hacer tres tiendas, olvidándose de sus compañeros y de él mismo.

Debió ser una experiencia impactante. No parece que en ningún momento les causase miedo o temor. Más bien, lo contrario. Escucharon o sintieron la voz de Dios que les invitaba a escuchar la voz de su Hijo, Jesús. Una vez más, la invitación a escuchar y acoger en el corazón la Palabra, que debe ser siempre el centro de la vida cristiana.

Pero hay un detalle importante. Todo sucedió en una montaña alta. Allí subieron Pedro, Santiago y Juan acompañando a Jesús. Y de allí tuvieron que bajar. Porque la vida sucede en el llano, abajo, en el camino de la vida. De alguna manera, la vida es más larga, más duradera en el tiempo, que la transfiguración. Jesús es sobre todo el maestro que les lleva hacia Jerusalén. Porque sí, todo sucede en el camino hacia Jerusalén. Allí va a haber otra transfiguración relativamente distinta.


MIEDO A JESÚS


La escena conocida como "la transfiguración de Jesús" concluye de una manera inesperada. Una voz venida de lo alto sobrecoge a los discípulos: «Este es mi Hijo amado»: el que tiene el rostro transfigurado. «Escuchadle a él». No a Moisés, el legislador. No a Elías, el profeta. Escuchad a Jesús. Sólo a él.

«Al oír esto, los discípulos caen de bruces, llenos de espanto». Les aterra la presencia cercana del misterio de Dios, pero también el miedo a vivir en adelante escuchando sólo a Jesús. La escena es insólita: los discípulos preferidos de Jesús caídos por tierra, llenos de miedo, sin atreverse a reaccionar ante la voz de Dios.

La actuación de Jesús es conmovedora: «Se acerca» para que sientan su presencia amistosa. «Los toca» para infundirles fuerza y confianza. Y les dice unas palabras inolvidables: «Levantaos. No temáis». Poneos de pie y seguidme. No tengáis miedo a vivir escuchándome a mí.

Es difícil ya ocultarlo. En la Iglesia tenemos miedo a escuchar a Jesús. Un miedo soterrado que nos está paralizando hasta impedirnos vivir hoy con paz, confianza y audacia tras los pasos de Jesús, nuestro único Señor.

Tenemos miedo a la innovación, pero no al inmovilismo que nos está alejando cada vez más de los hombres y mujeres de hoy. Se diría que lo único que hemos de hacer en estos tiempos de profundos cambios es conservar y repetir el pasado. ¿Qué hay detrás de este miedo? ¿Fidelidad a Jesús o miedo a poner en "odres nuevos" el "vino nuevo" del Evangelio?

Tenemos miedo a unas celebraciones más vivas, creativas y expresivas de la fe de los creyentes de hoy, pero nos preocupa menos el aburrimiento generalizado de tantos cristianos buenos que no pueden sintonizar ni vibrar con lo que allí se está celebrando. ¿Somos más fieles a Jesús urgiendo minuciosamente las normas litúrgicas, o nos da miedo "hacer memoria" de él celebrando nuestra fe con más verdad y creatividad?



Tenemos miedo a la libertad de los creyentes. Nos inquieta que el pueblo de Dios recupere la palabra y diga en voz alta sus aspiraciones, o que los laicos asuman su responsabilidad escuchando la voz de su conciencia. En algunos crece el recelo ante religiosos y religiosas que buscan ser fieles al carisma profético que han recibido de Dios. ¿Tenemos miedo a escuchar lo que el Espíritu puede estar diciendo a nuestras iglesias? ¿No tememos apagar el Espíritu en el pueblo de Dios?

En medio de su Iglesia Jesús sigue vivo, pero necesitamos sentir con más fe su presencia y escuchar con menos miedo sus palabras: «Levantaos. No tengáis miedo».


Lectura del santo evangelio según san Mateo (17,1-9):

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Sí quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.» Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.
Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levantaos, no temáis.» Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»

Palabra del Señor


COMENTARIO.

Estamos en el domingo II de cuaresma, camino de la Pascua, acercándonos a celebrar la muerte y resurrección de Jesús. Para hacerlo más conscientemente se nos invita a vivir nuestro bautismo, que es incorporación a la muerte y resurrección de Jesús, bautismo que renovaremos la noche del Sábado Santo. Dos aspectos: muerte y resurrección, cruz y gloria, dolor y dicha, que van inseparablemente unidos. A veces queremos quedarnos sólo con la dicha y la gloria.


Se nos invita también a la conversión para que el Evangelio y sus valores y criterios vayan aflorando en nuestros pensamientos y acciones.

El domingo pasado se nos invitaba, con las tentaciones de Jesús en el desierto, a cambiar de modo de pensar: tener bienes, tener poder, tener fama no es la fuente de la felicidad. Hay que dejar esos criterios del mundo y ver que sólo el amor a Dios y a los demás nos puede dar la verdadera felicidad.

Este domingo se nos sigue invitando a cambiar en otro modo de pensar: aceptar la cruz como camino imprescindible para la resurrección. Nadie quiere cruces en su vida y todos tenemos más de las que quisiéramos tener. Nos asusta, nos espanta, incluso nos escandaliza, la cruz. Se nos dice, como rezaremos en el prefacio – hecho a partir del evangelio de hoy – que la pasión es el camino de la resurrección. No hay otro camino. Que sólo llegaremos a la luz por la cruz; que no hay vida sin muerte y no hay muerte sin vida; que el grano de trigo para producir fruto tiene que morir.


En el texto del Evangelio vemos como Jesús, en el monte Tabor, se transfigura delante de Pedro, Santiago y Juan; manifiesta cómo es su divinidad para que, viendo la gloria de Dios, puedan afrontar con mayor entereza y esperanza la muerte en cruz en Jerusalén. Esta es la pedagogía divina: adelantar un poco de gloria para poder afrontar la cruz con mayor entereza.

Es difícil vivir la cruz, los momentos de cruz de nuestra vida; por eso Jesús tuvo buena pedagogía con sus apóstoles para que no se espantaran en Jerusalén. (Ejemplo: unos novios que viven y se comprometen por amor; las exigencias y las cruces vendrán después y serán llevaderas por el amor que se tienen). A pesar de la pedagogía de Jesús, los apóstoles no acababan de entender.

Pedro se quedó encantado con la manifestación de la divinidad de Jesús y comentó entusiasmado: "¡Qué hermoso es estar aquí! Si quieres, haré tres chozas". La tentación es no querer afrontar la ‘cruz de la moneda’ y querer vivir siempre la ‘cara de la moneda’, el aspecto más llevadero. La tentación es quedarse en la cumbre y no descender al camino que lleva a la cruz. Todo tiene su cara y su cruz.


El Tabor es como esos momentos de dicha y felicidad que todos experimentamos en nuestra vida y que nos animan a seguir luchando en los momentos difíciles.

Experiencias de este tipo, de encuentro con Dios, tuvo que tener Abrahán para salir de su tierra y obedecer al Señor, como nos cuenta la primera lectura. La ‘cruz’ así se nos puede presentar cuando los demás nos pidan disponibilidad para sus planes, lo que supone dejar lo nuestro, nuestra voluntad y centrarnos en las necesidades del otro.

Experiencias así tuvo San Pablo para entregar su vida por Cristo. También nosotros hemos de encontrarnos con el Señor para poder "tomar parte en los duros trabajos del Evangelio según las fuerzas que Dios nos dé". Para trabajar por el Evangelio hay que trabajar, no sólo con las propias fuerzas, sino con las que Dios da: "Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo". Esta ‘cruz’ de los duros trabajos del Evangelio llevó a Pablo a ser misionero, a estar en la cárcel, a dar la vida... Hoy esta cruz para muchos cristianos no es llevadera, pues claudican de sus criterios y valores (si es que llegaron a tenerlos) ante la presión social. Los jóvenes difícilmente dicen que van a la Iglesia, pues se ríen de ellos sus propios amigos. Suponemos que no son cristianos valientes por eso, pero quizá es que no estén capacitados para esa cruz porque no han gozado del encuentro con el Señor, de la felicidad que da vivir según la fe y sus valores.


¡Qué el Señor Jesús también se nos muestre a nosotros en su gloria, para que su contemplación nos ayude a vivir nuestras cruces con esperanza: estar disponibles para el otro y ser cristianos valientes!







Fuentes:
Iluminación Divina
Fernando Torres Pérez cmf.
José A. Pagola
Pedro Crespo Arias
Ángel Corbalán

viernes, 18 de marzo de 2011

日本の祈り.....Oración por Japón !!!!


"Muchos hombres en este mundo afligen al Señor. Deseo almas para consolarlo, para ablandar la cólera del Padre divino. Deseo al igual que mi Hijo, almas que ayuden por su pobreza y sufrimiento a los pecadores e ingratos." (Mensaje de Ntra. Sra. de Akita, en la segunda aparición a la hermana Inés Katsuko Sasagawa, en Akita,Japón)

Hace una semana, Dios mio, parece que esto no acaba. Hace una semana, primero fué un gran temblor de gran intensidad que fue un terremoto de magnitud 9,0 MW[1] que creó olas de maremoto de hasta 10 m.

El terremoto ocurrió a las 14:46:23 hora local (05:46:23 UTC) del viernes 11 de marzo de 2011.

El epicentro del terremoto se ubicó en el mar, frente a la costa de Honshu, 130 km al este de Sendai, en la prefectura de Miyagi, Japón. En un primer momento se calculó su magnitud en 7,9 grados MW, que fue posteriormente incrementada a 8,8, después a 8,9 grados por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS).
Finalmente a 9,0 grados MW, confirmado por la Agencia Meteorológica de Japón y el Servicio Geológico de los Estados Unidos.

El terremoto duró aproximadamente 2 minutos según expertos.

Las devastadoras consecuencias despertaron alertas de tsunamis en al menos 20 naciones que se vieron afectadas de distintas maneras, según previeron autoridades meteorológicas y expertos en sismos en la prensa internacional.

Olas de hasta diez metros de altura azotaron las costas japonesas causando daños invaluables y pérdida de miles de vidas. El tsunami lo arrasó todo a su paso, desde casas, coches, barcos, hasta edificios. Las pérdidas materiales son abrumadoras para Japón, que se ha destacado mundialmente por su cultura de prevención y reacción ante el desastre.

Hoy hay que sumar la amenaza nuclear. Japón es un pais que necesita de estas centrales para su abastecimiento energéttico y que hasta ahora, se consideraban de las más seguras...


Entre los muertos y desaparecidos, probablemente, desgraciadamente....se cuentan en miles de personas.

Hoy más que nunca, nuestra comunidad, está con el pueblo japonés y reza por su pronta recuperación y el cese de los peligros....Tambien, aprovechamos para rezar a Nuestra Señora de Akita, patrona de Japón.

ORACION POR JAPÓN.

Porque esta mañana mi casa estaba en pie, porque esta mañana no estoy llorando a mis hijos, mi esposo, mis padres, mi hermano o hermana que necesitan ser rescatados debajo de una pila de concreto, porque esta mañana pude tomar un vaso de agua, porque esta mañana no estoy planificando un funeral, y ante nada te agradezco Señor que todavía estoy vivo y tengo voz para rezar por la gente del Japón.

Señor, te ruego a ti, el único que hace posible lo imposible, el único que transforma la oscuridad en luz, te ruego que les des fuerza a esas madres, que les des la paz que supera cualquier entendimiento, que abras las calles para que la ayuda llegue, que proveas doctores , enfermeras, comida, agua y todo lo que ellos necesiten en un abrir y cerrar de ojos.


Para los que perdieron a sus familias, dales paz, esperanza y coraje para seguir adelante. Protege a los niños con tu poder.

Te lo rogamos Señor!!!

OREMOS A NUESTRA SEÑORA DE AKITA.


Elevemos nuestras plegarias a Dios para que a través de la intercesión de Nuestra Señora en su advocación de Akita, de el consuelo y la protección al pueblo japonés tras el fatídico terremoto del viernes:

Dios te salve María, llena eres de Gracia
el Señor es contigo.
Bendita tu eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María Madre de Dios
ruega por nosotros los pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte
amén.

恵み溢れる聖マリア、主はあなたとともにおられます。
主はあなたを選び、祝福し、あなたの子イエスも祝福されました。
神の母聖マリア、罪深い私達の為に、
今も、死を迎える時も祈って下さい。 アーメン。




"Como te dije, si los hombres no se arrepienten y se mejoran, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo mayor que el diluvio, tal como nunca se ha visto antes. Fuego caerá del cielo y eliminará a gran parte de la humanidad, tanto a los buenos como a los malos, sin hacer excepción de sacerdotes ni fieles. Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos. Las únicas armas que les quedarán serán el rosario y la señal dejada por mi Hijo. Cada día recita las oraciones del rosario. Con el rosario, reza por el Papa, los obispos y los sacerdotes."

(El 13 de Octubre de 1973, Sor Agnes recibió este mensaje de Ntra. Sra. de Akita)









Fuentes:
Iluminación Divina
Hector Moreno
Reina del cielo.org
Agencia Reuters
Ángel Corbalán.

jueves, 17 de marzo de 2011

Hoy es San Patricio !!!!


"Yo era como una piedra en una profunda mina; y aquel que es poderoso vino, y en su misericordia, me levantó y me puso sobre una pared."
Su Vida

Nació alrededor del año 387, en Escocia, en Bennhaven Taberniae (pueblecito que hoy no se encuentra en los mapas). Murió en Irlanda alrededor del 461. No se conoce con exactitud los datos cronológicos del Apóstol de Irlanda.

Por lo que el santo dice de si mismo, se supone que era de origen romano-bretón. Su padre Calpurnio era diácono y oficial del ejercito romano; su madre era familia de San Martín de Tours; su abuelo había sido sacerdote ya que en aquellos tiempos no se había impuesto aún la ley del celibato sacerdotal en todo Occidente.

Se afirma que fue alrededor del año 403, a la edad de 16 años, que cayó prisionero de piratas junto con otros jóvenes para ser vendido como esclavo a un pagano del norte de Irlanda llamado Milcho. Lo sirvió cuidando ovejas. Trató de huir varias veces sin éxito.

La Divina Providencia aprovechó este tiempo de esclavitud, de rudo trabajo y sufrimiento, para espiritualizarlo, preparándolo para el futuro, ya que el mismo dijo que hasta entonces "aún no conocía al verdadero Dios", queriendo decir que había vivido indiferente a los consejos y advertencias de la Iglesia.

Se cree que el lugar de su cautiverio fue en las costas de Mayo, al borde del bosque de Fochlad (o Foclut). De ser así, el monte de Crochan Aigli, que fue escenario del famoso ayuno de San Patricio, también fue el lugar donde vivió los tristes años de su juventud.

Lo mas importante es que para entonces, como el lo dice: "oraba de continuo durante las horas del día y fue así como el amor de Dios y el temor ante su grandeza, crecieron mas dentro de mí, al tiempo que se afirmaba mi fe y mi espíritu se conmovía y se inquietaba, de suerte que me sentía impulsado a hacer hasta cien oraciones en el día y, por la noche otras tantas. Con este fin, permanecía solo en los bosques y en las montañas. Y si acaso me quedaba dormido, desde antes de que despuntara el alba me despertaba para orar, en tiempos de neviscas y de heladas, de niebla y de lluvias. Por entonces estaba contento, porque lejos de sentir en mi la tibieza que ahora suele embargarme, el espíritu hervía en mi interior".

Después de seis años en tierra de Irlanda y de haber rezado mucho a Dios para que le iluminara sobre su futuro, una noche soñó que una voz le mandaba salir huyendo y llegar hasta el mar, donde un barco lo iba a recibir. Huyendo, caminó mas de 300 kilómetros para llegar a la costa. Encontró el barco, pero el capitán se negaba rotundamente a transportarlo. Sus reiteradas peticiones para que le dejasen viajar gratis fueron siempre rechazadas, hasta que al fin, después de mucho orar con fervor, el capitán accedió a llevarlo hasta Francia. La travesía fue aventurada y peligrosa. Después de tres días de tormenta en el mar, tocaron tierra en un lugar deshabitado de la costa, caminaron un mes sin encontrar a nadie y hasta las provisiones se agotaron. Patricio narra esa aventura diciendo:

"llegó el día en que el capitán de la nave, angustiado por nuestra situación, me instaba a pedir el auxilio del cielo. '¿Cómo es que nos sucede esto, cristiano? Dijiste que tu Dios era grande y todopoderoso, ¿po r qué entonces no le diriges una plegaria por nosotros, que estamos amenazados de morir por hambre? Tal vez no volvamos a ver a un ser humano…' A aquellas súplicas yo respondí francamente: 'Poned toda vuestra confianza y volved vuestros corazones al Señor mi Dios, para quien nada es imposible, a fin de que en este día os envíe vuestro alimento en abundancia y también para los siguientes del viaje, hasta que estéis satisfechos puesto que El tiene de sobra en todas partes'.
Fue entonces cuando vimos cruzar por el camino una piara de cerdos; mis compañeros los persiguieron y mataron a muchos. Ahí nos quedamos dos noches y, cuando todos estuvieron bien satisfechos y hasta los perros que aún sobrevivían, quedaron hartos, reanudamos la caminata. Después de aquella comilona todos mostraban su agradecimiento a Dios y yo me convertí en un ser muy honorable a sus ojos. Desde aquel día tuvimos alimento en abundancia."Finalmente llegaron a lugar habitado y así Patricio quedó a salvo a la edad de veintidós o veintitrés años y volvió a su casa. Con el tiempo, durante las vigilias de Patricio en los campos, se reanudaron las visiones y, a menudo, oía "las voces de los que moran mas allá del bosque Foclut, mas allá del mar del oeste y así gritaban todas al mismo tiempo, como si salieran de una sola boca, estas palabras: 'Clamamos a ti, oh joven lleno de virtudes, para que vengas entre nosotros nuevamente' ". "Eternas gracias deben dársele a Dios, agrega, porque al cabo de algunos años el Señor les concedió aquello por lo que clamaban".

No hay ninguna certeza respecto al orden de los acontecimientos que se produjeron desde entonces.

Los primeros biógrafos del santo dicen que Patricio pasó varios años en Francia antes de realizar su trabajo de evangelización en Irlanda. Existen pruebas firmes de que pasó unos tres años en la isla de Lérins, frente a Canes, y después se radicó en Auxerre durante quince años mas. También hay sólidas evidencias de que tenía buenas relaciones personales con el obispo San Germán de Auxerre. Durante este tiempo le ordenaron sacerdote.

Algunos historiadores sostienen, que en esa época hizo un viaje a Roma y que, el Papa Celestino I fue quien le envió a Irlanda con una misión especial, ya que su primer enviado Paladio nunca logró cumplir porque a los doce meses de haber partido murió en el norte de Britania. Para realizar esa misión encomendada por el Pontífice, San Germán de Auxerre consagró obispo a Patricio.

Puesto que dependemos de datos confusos, legendarios y muchas veces contradictorios, de sus primeros biógrafos, es materialmente imposible obtener detalles del heroico trabajo en las tierras donde había estado cautivo. La tradición afirma que trabajó en el norte, en la región de Slemish, que dicen fue la misma donde Patricio cuidaba el ganado y oraba a Dios cuando era un joven esclavo. Una anécdota que antiguamente la tenían por auténtica en Irlanda relata que cuando el amo se enteró del regreso de Patricio convertido en venerado predicador, se puso tan furioso que prendió fuego a su propia casa, pereciendo en medio de las llamas.

Se afirma que, a su arribo a tierras irlandesas, San Patricio permaneció una temporada en Ulster, donde fundó el monasterio de Saúl y que con la energía que lo caracterizaba se propuso la tarea de conquistar el favor del "Gran Rey" Laoghaire, que vivía con su corte en Tara, de la región de Meath.

Utilizaba un lenguaje sencillo al evangelizar. Por ejemplo, para explicarles acerca de la Santísima Trinidad, les presentaba la hoja del trébol, diciéndoles que así como esas tres hojitas forman una sola verdadera hoja, así las tres personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, forman un solo Dios verdadero. Todos lo escuchaban con gusto, porque el pueblo lo que deseaba era entender.

San Patricio y sus enemigos


Sus acérrimos opositores fueron los druidas, representantes de los dioses paganos. También sufrió mucho a manos de los herejes pelagianos, que para arruinar su obra recurrieron inclusive a la calumnia. Para defenderse, Patricio escribió su Confessio. Por fortuna poseemos una colección bastante nutrida de esos escritos, que nos muestra algo de el mismo, como sentía y actuaba.

Circulaba entre los paganos un extraño vaticinio, una profecía, respecto al santo, que Muirchu, su historiador nos transmite textualmente así: "Cabeza de azuela (referencia a la forma aplanada de la cabeza tonsurada) vendrá con sus seguidores de cabezas chatas, y su casa (casulla o casuela, es decir casa pequeña) tendrá un agujero para que saque su cabeza. Desde su mesa clamará contra la impiedad hacia el oriente de su casa. Y todos sus familiares responderán, Amén, Amén". Los augurios agregaban esto todavía: "Por lo tanto, cuando sucedan todas estas cosas, nuestro reino, que es un reinado de idolatría, se derrumbará".

En la evangelización, San Patricio puso mucha atención en la conversión de los jefes, aunque parece ser que el mismo rey Laoghaire no se convirtió al cristianismo, pero si, varios miembros de su familia.

Consiguió el amparo de muchos jefes poderosos, en medio de muchas dificultades y constantes peligros, incluso el riesgo de perder la vida (mas de cinco veces) en su trato con aquellos bárbaros. Pero se notaba que había una intervención milagrosa de Dios que lo libraba de la muerte todas las veces que los enemigos de la religión trataban de matarlo. En un incidente que ocurrió en misión, su cochero Odhran, quizás por algún presentimiento, insistió en reemplazar al santo en el manejo de los caballos que tiraban del coche, por consiguiente fue Odhram quien recibió el golpe mortal de una lanza que estaba destinada a quitarle la vida a San Patricio.

No obstante los contratiempos, el trabajo de la evangelización de Irlanda, siguió firme. En varios sitios de Irlanda, construyó abadías, que después llegaron a ser famosas y alrededor de ellas nacieron las futuras ciudades. En Leitrim, al norte de Tara, derribó al ídolo de Crom Cruach y fue uno de los lugares donde edificó una de las iglesias cristianas. En la región de Connaught, realizó cosas notables. En la población de Tirechan se conservó para la posteridad la historia de la conversión de Ethne y Fedelm, hijas del rey Laoghaire. También existen las narraciones de las heroicas predicaciones de San Patricio en Ulster, en Leinster y en Munster.

Por su santidad, manifiesta en su carácter su lenguaje sencillo al evangelizar y por el don de hacer milagros, San Patricio logró muchas victorias sobre sus oponentes paganos y hechiceros. Ese triunfo le sirvió para que los pobladores de Irlanda se abrieran a la predicación del cristianismo. De hecho hacen referencias en los textos del Senchus Mor (el antiguo código de las leyes irlandesas) a cierto acuerdo concertado en Tara entre los paganos y el santo y su discípulo San Benigno (Benen).

Dicen esos libros que "Patricio convocó a los hombres del Erin para que se reunieran todos en un sitio a fin de conferenciar con él. Cuando estuvieron reunidos, se les predicó el Evangelio de Cristo para que todos lo escucharan. Y sucedió que, en cuanto los hombres del Erin escucharon el Evangelio y conocieron como este daba frutos en el gran poder de Patricio demostrado desde su arribo y al ver al rey Laoghaire y a sus druidas asombrados por las grandes maravillas y los milagros que obraba, todos se inclinaron para mostrar su obediencia a la voluntad de Dios y a Patricio".

Hay muchas fantasías sobre las confrontaciones de San Patricio con los magos druidas pero también hay relatos que tienen un trasfondo sin duda histórico. Dicen que un Sábado Santo, cuando nuestro santo encendió el fuego pascual, se lanzaron con toda su furia a apagarlo, pero por más que trataron no lo lograron. Entonces uno de ellos exclamó: "El fuego de la religión que Patricio ha encendido, se extenderá por toda la isla". Y se alejaron. La frase del mago se ha cumplido; la religión católica se extendió de tal manera por toda Irlanda, que hoy sigue siendo un país católico, iluminado por la luz de la religión de Cristo, y que a su vez a dado muchos misioneros a la Iglesia.

El Sínodo


Hay muchas y buenas razones para creer que San Patricio convocó a un sínodo, seguramente en Armagh, no se mencionó el sitio. Muchos de los decretos emitidos en aquella asamblea, han llegado hasta nosotros tal como fueron redactados, aunque no cabe dudas que a varios de ellos se le hicieron añadiduras y enmiendas. En esa época San Patricio era ya un anciano con la salud quebrantada por el desgaste físico de sus austeridades y de sus treinta años de viajes de evangelización. Probablemente el sínodo haya tenido lugar cuando los días del santo ya estaban contados

Vida de Santidad

Solo llegaremos a comprender el hondo sentimiento humano que tenía el santo y el profundo amor a Dios que lo animaba, si estudiamos detenidamente sus escritos contenidos en las "Confesiones", la Lorica y la carta a Coroticus de San Patricio. Conoceremos el secreto de la extraordinaria impresión que causaba a los que lo conocían personalmente. Patricio era un hombre muy sencillo, con un gran espíritu de humildad. Decía que su trabajo misionero era la simple actuación de un mandamiento divino y que su aversión contra los pelagianos se debía al absoluto valor teológico que él atribuía a la gracia. Era profundamente afectuoso, por lo que vemos en sus escritos referirse tantas veces al inmenso dolor que le produjo separarse de su familia de sangre y de su casa, a la que le unía un gran cariño. Era muy sensible, le hacía sufrir mucho que digan que trabajaba en la misión que había emprendido para buscar provecho propio, por eso insistía tanto en el desinterés que lo animaban a seguir trabajando.

De sus Confesiones: "Incontables dones me fueron concedidos con el llanto y con las lágrimas. Contrarié a mis gentes y también, contra mi voluntad, a no pocos de mis mayores; pero como Dios era mi guía, yo no consentí en ceder ante ellos de ninguna manera. No fue por mérito propio, sino porque Dios me había conquistado y reinaba en mí. Fue El quien se resistió a los ruegos de los que me amaban, de suerte que me aparté de ellos para morar entre los paganos de Irlanda, a fin de predicarles el Evangelio y soportar una cantidad grande de insultos por parte de los incrédulos, que me hacían continuos reproches y que aun desataban persecuciones contra mí, en tanto que yo sacrificaba mi libertad en su provecho. Pero si acaso se me considera digno, estoy pronto a dar hasta mi vida en nombre de Dios, sin vacilaciones y con gozo. Es mi vida la que me propongo pasar aquí hasta que se extinga, si el Señor me concede esa gracia".


La santidad da frutos


El buen éxito de la misión de San Patricio se debe ante todo a su fe por la que se disponía a cualquier sacrificio y a la inteligente organización que supo crear en esa isla, carente de ciudades y dividida en muchas tribus o clanes, dirigidos por un jefe independiente cada una. El supo adaptarse a las condiciones sociales del lugar, formando un clero local, consagró obispos y sacerdotes y fundo monasterios y pequeñas comunidades cristianas dentro del mismo clan, sin rechazar usos ni costumbres tradicionales. Tuvo la feliz idea de que el obispo de cada región fuera al mismo tiempo el Abad o superior del monasterio más importante del lugar, así cada obispo era un fervoroso religioso y tenía la ayuda de sus monjes para enseñar la religión al pueblo. Las vocaciones que consiguió para el sacerdocio y la vida religiosa fueron muchísimas.

La obra de evangelización pudo progresar rápidamente gracias también a que San Patricio atrajo muchos discípulos fieles, como Benigno quién estaba destinado a sucederle. Siempre fue muy fiel a la Iglesia y, a pesar de la distancia, el santo se mantenía en contacto con Roma. En el año 444 se fundó la iglesia catedral de Armagh (hoy Armoc), la sede principal de Irlanda, dato que está asentado en los "Anales de Ulster". Es probable que no haya pasado mucho tiempo antes que Armagh se convirtiera en un gran centro de educación y administración.

San Patricio, en el transcurso de 30 años de apostolado, convirtió al cristianismo a "toda Irlanda". El propio santo alude, mas de una vez, a las "multitudes", a los "muchos miles" que bautizó y confirmó. "Ahí", dice San Patricio, "donde jamás se había tenido conocimiento de Dios; allá, en Irlanda, donde se adoraba a los ídolos y se cometían toda suerte de abominaciones, ¿cómo ha sido posible formar un pueblo del Señor, donde las gentes puedan llamarse hijos de Dios? Ahí se ha visto que hijos e hijas de los reyezuelos escoceses, se transformen en monjes y en vírgenes de Cristo". Sin embargo, como es lógico pensar, el paganismo y el vicio no habían desaparecido por completo.

En las "Confesiones", que fueron escritas hacia el fin de su vida, dice el santo: "A diario estoy a la espera de una muerte violenta, de ser robado, de que me secuestren para servir como esclavo, o de cualquier otra calamidad semejante".
Pero más adelante agrega: "Me he puesto en manos del Dios de misericordia, del Todopoderoso Señor que gobierna toda cosa y, como dijo el profeta: 'Deja tus cuidados con el Señor y El proveerá la manera de aliviarlos". En esta confianza estaba, sin duda su incansable valor y la firme decisión de San Patricio a lo largo de su heroica carrera. Su fortaleza de no permitir a los enemigos del catolicismo que propagaran por allí sus herejías, fue una de las razones para que Irlanda se haya conservado tan católica.



La obra del incansable misionero dio muchos frutos con el tiempo: Lo vemos en el maravilloso florecimiento de santos irlandeses. Logró reformar las leyes civiles de Irlanda, consiguió que la legislación fuera hecha de acuerdo con los principios católicos, lo cual ha contribuido a que esa nación se haya conservado firme en la fe por mas de 15 siglos, a pesar de todas las persecuciones.

Según un cronista de Britania, Nennius, San Patricio subió a una montaña a rezar y hacer ayuno y "desde aquella colina, Patricio bendijo al pueblo de Irlanda y, el objeto que perseguía al subir a la cima, era el de orar por todos y el de ver el fruto de sus trabajos…Después, en edad bien avanzada, fue a recoger su recompensa y a gozar de ella eternamente. Amén". Patricio murió y fue sepultado en el año 461, en Saúl, región de Stragford Lough, donde había edificado su primera iglesia.



ORACION.

Lorica de San Patricio / La Coraza de San Patricio





"Cristo conmigo,
Cristo ante mí,
Cristo tras de mí,
Cristo en mí,
Cristo bajo mí,
Cristo sobre mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando me acuesto,
Cristo cuando me siento,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de todo hombre
que piensa en mí,
Cristo en la boca de todo hombre
que hable de mí,
Cristo en todo ojo que me ve,
Cristo en todo oído que me escucha."













Fuentes:
Iluminación Divina
Santoral Católico
Ángel Corbalán