ALABANZAS AL SANTÍSIMO
INVOCACIÓN AL ESPIRITU SANTO
INTRODUCCIÓN
Hoy, Jesús nos invita a amarnos los unos a los otros. También en este mundo complejo que nos toca vivir, complejo en el bien y en el mal que se mezcla y amalgama. Frecuentemente tenemos la tentación de mirarlo como una fatalidad, una mala noticia y, en cambio, los cristianos somos los encargados de aportar, en un mundo violento e injusto, la Buena Nueva de Jesucristo, el Evangelio que no es otro que Jesucristo mismo.
MONICIÓN AL EVANGELIO
En el evangelio—del Apóstol Juan-- Cristo es glorificado justamente cuando un amigo sale para entregarlo y revela a los apóstoles una gran recomendación salida de su alma grande: “os doy un mandamiento nuevo, que os améis los unos a los otros como yo os he amado, amaos también entre vosotros”. Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos, para saciar nuestra hambre y nuestra sed...
EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 13, 31-33a.34-35
Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús:
-- Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él. (Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.) Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros.
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado, amaos también entre vosotros.
La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros.
Palabra del Señor
MOMENTOS DE SILENCIO
Comienza tu oración envuelto(a) en la presencia de Dios. Hazlo con la señal de los cristianos. Santíguate despacio, recreando lo que haces y dices.
¡Ven Espíritu Santo!
Alimenta en mí un amor universal.
Enciende en mis adentros la llama del amor.
Quédate un momento en silencio. Dale espacio a tu corazón. Coloca tu corazón paralítico junto a Jesús. En la intimidad con Jesús tu corazón empezará a caminar de nuevo, aprenderá el lenguaje del amor.
Cuando oras te encuentras ante un Misterio de amor. Abre hoy tus manos y tu corazón para acoger a Dios.
Aquí estoy, mi Dios, ante ti, abierto(a) al regalo inmenso de tu amor.
Sé que solo Tú puedes llenar mi corazón.
Escucha el lenguaje siempre nuevo que Dios te comunica a ti y a toda la humanidad: “Yo soy amor y te busco para amarte”.
Responde a este amor desde el silencio, “el lenguaje que Dios más oye solo es el callado amor” (San Juan de la Cruz).
Exhalaste tu perfume, y respiré y suspiro por Ti.
Gusté de Ti, y siento hambre y sed.
Me tocaste, y me abraso en tu paz.
Te amo, mi Señor, te amo.
Gracias te doy por saber que te amo.
Acoge este consejo de una amiga de Dios, de una santa. Sonreír es una hermosa manera de amar y de orar:
“Abrazad con vuestra sonrisa a los infelices, a los solos, a los preocupados, a los enfermos, a los tristes” (Teresa de Calcuta).
PRECES
* Al caer la tarde tú Hijo nos ofreció su cuerpo como alimento de vida eterna,
-acepta nuestra oración vespertina y haz que no falten en tu Iglesia vocaciones religiosas al servicio de los más necesitados.
* Padre de bondad, que aceptaste la ofrenda de tu Hijo,
- suscita en nuestras parroquias jóvenes dispuestos a dar su vida por ti en servicio a sus hermanos.
* Te pedimos Señor por las familias cristianas,
- para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal.
* Te pedimos Señor por los Seminarios y Noviciados
- que los jóvenes que allí se preparan vivan su formación con gozo y generosidad.
* Al llegar a su término esta jornada, haz que no decline en la Iglesia la esperanza de tu Reino,
- enriquécela con numerosas vocaciones a la vida consagrada.
* Dios misericordioso, que hiciste de María un modelo de entrega a los hermanos,
- haz que los jóvenes vean en ella un modelo a imitar.
* Altísimo Señor, baja a escucharnos con la bondad que te distingue,
- Para que nuestros párrocos sientan cercana en todo instante la especial protección de María Santísima particularmente en los instantes de sus desconsuelos y soledades en el ejercicio de sus actuales misiones.
* Te pedimos, Señor por los sacerdotes,
-, para que, proclamando y viviendo del inmenso amor de Cristo, sean signo de la caridad que todos estamos llamados a vivir.
* Te pedimos, Señor por los que no esperan en nada. Por los que han perdido la fe en Dios.
– Para que el Espíritu Santo mueva sus corazones y sus almas y puedan reconocer a Jesús como Resucitado
* Señor Jesús, Médico Divino, te rogamos por nuestros enfermos,
- dales tu medicina que sana cuerpo, alma, mente y corazón y derrama sobre ellos la fuerza de tu Espíritu.
* Te rogamos, Señor, por todos los niños y niñas que, en este tiempo, reciben su primera comunión.
- Para que sus familiares les ayuden a descubrir el sentido y la persona de Jesús de Nazaret.
* Padre amoroso, te rogamos por nosotros, por nuestra parroquia,
- Para que sigamos viviendo la Pascua con el sentido que la Iglesia proclama: Jesús resucitó y nos trae una vida nueva y un mandamiento nuevo: EL AMOR.
POR TI, SEÑOR
Amaremos, aún no siendo amados
Y, en medida rebosante y sin cuenta,
colmaremos y calmaremos
los corazones que necesitan paz
las almas que se han tornado en tibias
los pies que se resisten a caminar
los ojos que se han quedado en el vacío
POR TI, SEÑOR
Mantendremos, eternamente nuevo,
el mandamiento que Tú nos dejaste:
amar, sin mirar a quién
amar, sin contar las horas
amar, con corazón y desde el corazón
amar, buscando el bien del contrario
amar, buscándote en el hermano
POR TI, SEÑOR
AVE MARÍA Y GLORIA
Fuentes:
Ana Navarro
Redaccion Blog Parroquial
Ángel Corbalán
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