viernes, 16 de abril de 2010
La Oración del Viernes al Altísimo, 16 de Abril
ALABANZAS AL SANTÍSIMO
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu Creador y renueva la faz de la tierra.
INTRODUCCIÓN
Tercer domingo de pascua, tercera aparición de Jesús resucitado a sus discípulos.
La primera fue a María Magdalena, la segunda a la comunidad en el cenáculo (primero sin Tomás y después con él) y esta tercera a Pedro y un grupo de discípulos cuando iban a pescar.
Cada encuentro de Jesús resucitado con cada una de estas personas produce un efecto aún mayor del que ya producía antes de su pasión en las personas con las que se encontraba.
Durante su vida “física”, Jesús transformó el corazón de las personas con las que se encontró en esos tres años, fueran de la clase social que fueran: pecadores, publicanos, prostitutas, ricos, pobres, enfermos, mendigos, autoridades civiles, eclesiásticas, etc.
Ahora ese efecto se multiplica, empezando por sus propios discípulos.
Son verdaderamente hombres y mujeres nuevos a la luz de la Pascua, a la luz del resucitado.
MONICIÓN AL EVANGELIO
Un mundo sin Jesús es como una noche sin aurora. Un trabajo, también el misionero, sin Jesús es un fracaso. Tu vida sin Jesús, ¿qué es?
Este evangelio te invita a caminar, estés donde estés y como estés, hacia el estupor por la presencia viva de Jesús en medio de la comunidad.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 21.1-19
"En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo».
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice:
-«Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: «No». Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor».
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua.
Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger».
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: «Vamos, almorzad.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos".
PALABRA DEL SEÑOR
ORACIÓN-MEDITACIÓN: ORAR ES VIVIR LA PRESENCIA DE JESUS
Deja la ausencia y entra en la presencia de la Trinidad, que tanto te ama. Haz una pausa de silencio orante.
Déjate sorprender por Jesús. El ama primero. Te espera en la orilla como un centinela de tus amaneceres.
Su visita es siempre gratuita. Ninguna noche le impide manifestarse, ninguna impotencia, ningún fracaso.
Jesús, mí mañana es tu presencia. Mi nuevo nacimiento, tu gracia.
Tu iniciativa de acercarte a mí me llena de alegría.
Recorre el camino de Pedro.
De un exceso de protagonismo, al margen de Jesús y de los compañeros, pasa a recorrer los gestos del amor y del servicio de Jesús: ceñirse el paño a la cintura, echarse al agua, darse por entero.
Del absurdo, al sentido bello de la vida que tú me regalas, Jesús. De la sospecha, a la confianza que despliega tu ternura, Jesús. Del vacío, a la plenitud que aporta el encuentro contigo, Jesús. Todo lo encontramos en ti, Jesús; todo lo recibimos de ti.
Entra a pie descalzo en la eucaristía. Es la fiesta de los detalles. Jesús prepara el alimento como un amigo. ¡Con qué afecto entrega a sus amigos el pan y el pescado! ¡Con qué ternura los espera para sanar su cansancio inútil!
¡Cómo se te ve el amor! Gracias, Jesús.
Escucha la petición de Jesús a la comunidad: "Traed de los peces que acabáis de coger'. Los dones de las hermanas y hermanos son también alimento preparado en la mesa; son ofrenda agradable al Padre y regalo del Espíritu a la humanidad que espera con la interioridad abierta.
Cuando una comunidad entrega la vida, tu presencia, Jesús, se difunde como una gracia nueva.
PRECES
* Al caer la tarde tu Hijo nos ofreció su cuerpo como alimento de vida eterna,
-acepta nuestra oración vespertina y haz que no falten en tu Iglesia vocaciones religiosas al servicio de los más necesitados.
* Padre de bondad, que aceptaste la ofrenda de tu Hijo,
- suscita en nuestras parroquias jóvenes dispuestos a dar su vida por ti en servicio a sus hermanos.
* Te pedimos Señor por las familias cristianas,
- para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal.
* Te pedimos Señor por los Seminarios y Noviciados
- que los jóvenes que allí se preparan vivan su formación con gozo y generosidad.
* Al llegar a su término esta jornada, haz que no decline en la Iglesia la esperanza de tu Reino,
- enriquécela con numerosas vocaciones a la vida consagrada.
* Dios misericordioso, que hiciste de María un modelo de entrega a los hermanos,
- haz que los jóvenes vean en ella un modelo a imitar.
* Altísimo Señor, baja a escucharnos con la bondad que te distingue,
- Para que nuestro párroco el padre Andrés y el padre Ángel sientan cercana en todo instante la especial protección de María Santísima particularmente en los instantes de sus desconsuelos y soledades en el ejercicio de sus actuales misiones .
* Te pedimos, Señor por los sacerdotes,
- para que lancen la red siempre en nombre de Cristo porque sólo así la pesca será abundante..
* Te pedimos, Señor por los que no esperan en nada. Por los que han perdido la fe en Dios.
– Para que el Espíritu Santo mueva sus corazones y sus almas y puedan reconocer a Jesús como Resucitado
* Te pedimos, Señor por nosotros,
- Para que, cuando las cosas no nos vayan bien, miremos a la otra orilla; es decir, a Jesús, y le pidamos la ayuda necesaria para seguir confiando.
* Señor Jesús, Médico Divino, te rogamos por nuestros enfermos,
- dales tu medicina que sana cuerpo, alma, mente y corazón y derrama sobre ellos la fuerza de tu Espíritu.
AVE MARÍA Y GLORIA
Fuentes:
Ana Navarro
Redacción Blog Parroquial
Ángel Corbalán
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