lunes, 11 de abril de 2011

Hoy más que nunca...El Pastor!!!

Hace unos días, un amigo mío me envío un correo electrónico con un archivo en Power Point. El título era “El Pastor”.

Se trataba de una historia que sucedía en un castillo ingles, donde al finalizar una cena, un actor interpretaba y recitaba algunos poemas de Shakespeare.



Entre los invitados se encontraba un sacerdote que en un momento determinado solicitó al actor que recitara si lo conocía el Salmo 22 (El Pastor).

El actor, asintió a la petición gustosamente, no sin antes solicitar a cambio que el sacerdote lo recitara después.

El sacerdote, se sintió incómodo pero accedió.

Entonces, el actor, comenzó a recitarlo……………..hizo una bellísíma interpretación con una dicción perfecta…

“El Señor es mi pastor, nada me falta
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.


Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque Tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. (…)
Tu bondad y tu misericordia
me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del señor,
por años sin término. “.

Los asistentes al acto, al final, aplaudieron vivamente.

Llegó el turno del sacerdote, que se levantó y recitó las mismas palabras del Salmo…….

Esta vez, cuando terminó, no hubo aplausos, sino un profundo silencio y el inicio de lágrimas en algún rostro…………

El actor se mantuvo en silencio, después se levantó y dijo a todos, notablemente emocionado…..

“Señoras y señores, espero que se hayan dado cuenta de lo que ha sucedido esta noche:
Yo conocía el Salmo pero este hombre ¡CONOCE AL PASTOR! “.



Me ha encantado y a la vez sorprendido el leer y escuchar el pps de El Pastor. Tanto es así que, hasta ahora no he sabido como contestar a este mensaje que, nunca deja de asombrarme.

Por eso mismo y tras reflexionar, hago el siguiente comentario:

Tanto el sacerdote como el actor, se referían al Salmo que hablaba del Pastor.........el mismo que San Juan en el Evangelio ( Jn 10,11-18 ) :

"Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.

Tengo, además, otras ovejas que no son de este rebaño, también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.

Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre."

Lo que nos cuenta en el Power Point, desgraciadamente, es un hecho habitual, leemos, recitamos como un actor cualquiera................pero no sentimos el mensaje. " Conocemos el texto y no al Pastor".

Esto, como decía , es habitual.............por desgracia, nos ocurre a muchos cristianos. La prueba está en el Padre nuestro. Todos los días , el cristiano, lo recita y muy pocas veces lo siente .
" Pordóna nuestras ofensas, así como nosotros, perdonamos a los que nos ofenden........."

Pues no, al igual que con el Salmo 22......................... recitamos la oración ............y no la rezamos u oramos!.

Es más, cuantas veces nos ocurre esto o somos protagonistas del mismo?.........

“Señor, perdona que no haya venido a hablarte durante tanto tiempo, es que he estado muy ocupado. Mira el problema que tengo con los compromisos y deudas, y realmente necesito que me eches una mano. Te prometo que seré agradecido, generoso y organizado en adelante.

o bien............

“Padre, sé que te he fallado y que tengo mucho tiempo que ni siquiera te escucho a través de tus Escrituras, pero, como sabrás, he estado con esta enfermedad que me impide hacer tu obra. Necesito que me des un respiro para tener paz física y mental. Te prometo que utilizaré mis fuerzas para hacer tu voluntad”.

Son muestra de lo que yo llamo “oraciones financieras” y “oraciones físicas o de enfermedad” que muchos de nosotros usamos para “conquistar” a Dios nuevamente, cuando estamos “ mal”, sea física, económica o emocionalmente.

En realidad no son “oraciones malas”, el problema es que son las únicas que se hacen, y suceden una o dos veces por año, o mientras el problema o situación existe.

La pena es que, tengamos a Dios como el neumático de repuesto, que sólo lo usamos cuando estamos “pinchados”; tengámoslo como el motor del vehículo: sin él no podemos movernos.

El Señor es nuestro Pastor!





Fuentes:
Iluminación Divina
Salmo 22
Ángel Corbalán

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