Mis queridos diocesanos:
Manos Unidas nos convoca cada año a todas las personas de buena voluntad y de modo especial a los cristianos, a dar una respuesta adecuada, con seriedad y optimismo, a la presente situación.
1. Día del ayuno voluntario (11 de febrero)
El viernes 11 de febrero se señala, concretamente, como día del ayuno voluntario. Se nos invita a ayunar este día para solidarizarnos con los millones de personas que ayunan a diario por necesidad, y donar ese dinero a Manos Unidas. Hay que reconocer que, en el horizonte, junto a las sombras grises, aparecen espléndidos signos visibles de amor hacia los pobres. El Señor nos está ofreciendo en este tiempo testimonios vivientes de amor a los pobres, verdaderos ejemplos de personas que luchan contra la plaga del hambre en una humanidad injusta.
2. Su mañana es hoy
Manos Unidas celebra en este año 2011 la campaña LII. Se sigue trabajando mucho y bien por alcanzar el fin propuesto: acabar con la pobreza y el hambre en el mundo. Este año, además, se ha vinculado al cuarto Objetivo de Milenio: reducir la mortalidad infantil, luchar para que no enfermen y mueran los niños menores de cinco años.
El lema de la campaña para este año es: “Su mañana es hoy”. Está centrada en reducir la inmortalidad infantil, es decir, se intenta profundizar en la estrecha relación que existe entre la pobreza y el hambre, por un lado, y la tasa de mortalidad de los menores de 5 años en todo el mundo, por otro, especialmente en el África subsahariano y en el Asia Meridional.
3. Los niños tiene derecho a vivir
Los organismos oficiales nos ofrecen unas cifras espeluznantes en pleno siglo XXI: “unos 29.000 niños menores de 5 años mueren todos los días por causas que se podrían evitar fácilmente”. Son unos 11 millones de muertes al año. Y se considera que la malnutrición continua siendo la principal causa subyacente de la mortalidad infantil.
Todos somos responsables de los más débiles e indefensos, los niños, nos lo exige nuestra propia responsabilidad moral y es, además, el mejor servicio a la dignidad y a los derechos inviolables de todos los niños y niñas. Les amamos por lo que son y por lo que esperamos que sean. Porque su mañana es hoy.
4. Tejer un trenzado de fraternidad, amor y comunión
Hay que reconocer que, a primera vista, no es este el mejor momento para extender la mano en espera de que otras se abran, a su vez, y formar una cadena que llegue a las zonas más lejanas azotadas por el hambre, y allí, encontrarnos con aquellos niños y niñas, escuálidos y hambrientos, hasta tejer un trenzado de fraternidad, amor y comunión. La preocupación que hoy prima y absorbe los titulares de los grandes rotativos y de todos los “mass media” es el clima de una situación económica y de paro, sin precedentes, que se traduce en manos cerradas, amenazantes y demasiado alejadas. El horizonte no es muy esperanzador.
5. La apertura a la vida está en el centro del verdadero desarrollo
El Papa Benedicto XVI dice: “Fomentando la apertura a la vida, los pueblos ricos pueden comprender mejor las necesidades de los que son pobres, evitar el empleo de ingentes recursos económicos e intelectuales para satisfacer deseos egoístas entre los propios ciudadanos y promover, por el contrario, buenas actuaciones en la perspectiva de una producción moralmente sana y solidaria, en el respeto del derecho fundamental de cada pueblo y cada persona a la vida” (Encíclica Caritas in veritate n. 28). Y el Papa Juan Pablo II, pronta ya su beatificación, como itinerante predicador de la dignidad y de los derechos de la persona humana afirmó: “El primer tipo de amenaza sistemática contra los derechos del hombre está ligado en su sentido global a la distribución de los bienes materiales, tantas veces injusta, bien sea en las sociedades concretas, bien en el mundo entero”(Discurso en la XXXIV Asamblea General de las Naciones Unidas, n. 17).
Considero que nosotros no podemos hoy permanecer ociosos alegrándonos de nuestras posibles riquezas y de nuestra libertad, si en alguna parte, el “Lázaro” del siglo XXI yace a nuestra puerta, pidiendo las migajas que caen de la mesa, como son los niños y niñas desnutridos que mueren de hambre porque su mañana es hoy.
6. Agrio escepticismo y generosa colaboración
Es necesario que en el momento actual nos preguntemos: ¿Seremos nosotros capaces de reaccionar, en estas fechas, ofreciendo trabajo, sacrificio y oración para que desaparezcan del mapa económico de nuestro globo las zonas de hambre, de desnutrición, de miseria, de subdesarrollo, de la enfermedad y del analfabetismo? Esta es la gran interpelación de este año ante la situación económica y de paro. Con las “manos unidas” frente al agrio escepticismo y la tentación de ver en el dinero el principal instrumento, la verdadera medida del progreso humano, pidamos al Señor que multiplique entre nosotros los testigos de entrega a los que padecen hambre y miseria en el mundo.
7. Oración fervorosa
Ruego encarecidamente a que todos respondáis a esta llamada, porque su mañana es hoy. Y sabiendo que el amor de Dios ha sido derramado efectivamente en nuestros corazones, contribuir con fervorosas oraciones y generosidad material a levantar la esperanza.
Reza por vosotros, os quiere y bendice,
+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta
Cádiz, 21 de enero de 2011.
Fuentes:
Iluminación Divina
Obispado Cádizz y Ceeuta
Manos Unidas
Ángel Corbalán
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