Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos.
ALABANZAS AL SANTÍSIMO
Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas.
Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra.
Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses, tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero.
Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia, tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción.
Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres protector, tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza, tú eres refrigerio.
Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra, tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador.
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu Creador
y renueva la faz de la tierra.
Oh Dios,
que has iluminado los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo;
haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien
y gozar de su consuelo.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
INTRODUCCIÓN
Nos sentimos muy dichosos por el hecho de poder conmemorar al gran san Cirilo, quien, con su hermano Metodio es honorado como apóstol de los Eslavos y fundador de la literatura eslava. Cirilo fue un gran apóstol que supo llevar a cabo, de forma remarcable, el equilibrio entre las exigencias de la unidad y la legítima diversidad. Para ello se apoyó sobre un principio tradicional e inmutable: la Iglesia respeta y asume todas las virtualidades, todos los recursos, todas las formas de vida de los pueblos, a los cuales anuncia el Evangelio del Señor, purificándolas, fortificándolas, elevándolas. Es así como los santos Cirilo y Metodio pudieron hacer de manera que la revelación de Cristo, la vida litúrgica y la vida espiritual de los cristianos se encontraran «en su propia casa» dentro de la cultura y la vida de los grandes pueblos eslavos.
Pero ¡cuántos esfuerzos ha tenido que hacer Cirilo para ser capaz de llevar a cabo una obra de tal magnitud! Su penetración de la lengua y la cultura de los pueblos eslavos fueron el fruto de largos y perseverantes estudios, de una continua abnegación, llevados a cabo por un genio poco común que supo dar el primer alfabeto a esa lengua y a esa cultura... Con ello sembró la base de un inmenso desarrollo literario y cultural que nunca, hasta nuestros días, no ha cesado de amplificarse y diversificarse... Que san Cirilo, el hombre de la tradición, permanezca siempre como un ejemplo para los hombres de nuestros días en sus esfuerzos por adaptarse a los cambios que se producen, y nos inspire en nuestros esfuerzos para la concordia y la paz entre los pueblos de diversas culturas y tradiciones.
ORACIÓN-MEDITACIÓN: “EN LUGAR DE JESÚS”
Esta modalidad de oración sólo será posible en el Espíritu Santo “que enseña toda la verdad”.
Imaginar a Jesús en adoración, por ejemplo de noche, bajo las estrellas.
Con infinita reverencia, en fe y paz, entra en el interior de Jesús.
Trata de presenciar y revivir lo que Jesús viviría en su relación con el Padre, y así participa de la experiencia profunda del Señor.
Trata de presenciar y revivir los sentimientos de admiración que Jesús sentiría por el Padre.
Decir con el corazón de Jesús, con sus vibraciones, por ejemplo, “glorifica tu nombre”; “santificado sea tu nombre”.
Colocarse en el interior de Jesús, asumir sus armónicas y revivir aquella actitud de ofrenda y sumisión que Jesús experimentaría ante la voluntad del Padre cuando decía:”No sea lo que yo quiero sino lo que quieras Tú”. “Hágase tu voluntad”.
Qué sentiría al decir “como Tú y yo somos una misma cosa”, al pronunciar “Abba” (¡querido Papá), tratar de experimentarlo. Ponerse en el corazón de Jesús para pronunciar la oración de filiación que es el Padre nuestro.
Todo eso (y tantas cosas) hacerlo “mío” en la fe, en el espíritu para revestirme de la disposición interior de Jesús. Y regresar a la vida llevando en mí la vida profunda de Jesús.
MONICIÓN AL EVANGELIO
Hoy celebramos en la liturgia la fiesta de los santos Patronos de Europa Cirilo y Metodio, y a estos grandes evangelizadores se refieren las lecturas y el salmo.
Ellos evangelizaron los pueblos eslavos de las regiones orientales de Europa. E hicieron realidad las palabras de Pablo y Bernabé al ser rechazados por los judíos en la sinagoga de Antioquía de Pisidia, actual Turquía:
«Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra."»
El resto de la población de aquella ciudad se sientieron emocionados: “se alegraron y alababan la palabra del Señor”, dice el texto, porque también ellos eran importantes para Dios y elegidos para heredar su reino.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,1-9):
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios."»
Palabra del Señor
COMENTARIO.
El texto del evangelio nos recuerda cómo es el Señor el que elige y el que envía a los predicadores. En la cifra 72 se resalta la universalidad de los mensajeros y del mensaje que debe llegar a las 72 naciones entonces conocidas. Los envía de dos en dos para que su testimonio tenga todo su valor, como pedía la ley judía.
Así como no hay fronteras para el mensaje de la salvación tampoco las debe haber para las personas que se van a comprometer a llevar esta palabra hasta los confines de la tierra, como dice el salmo: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio”.
El Señor designa y el Señor envía. Y es la fuerza de la Palabra que transmiten sus enviados la que transforma los corazones y suscita nuevas comunidades.
Pablo y Bernabé experimentaron el rechazo, como lo experimentaron también Cirilo y Metodio ochocientos años después. La persecución y el martirio dan mucho más vigor y autenticidad al mensaje. El rechazo de Jesús y de sus enviados tendrá consecuencias irreparables, para quienes se cierran a su palabra, mientras que será motivo de alegría y bendición para quienes la acojan.
Cada vez que leo estos relatos me admiro de la rapidez con que el mensaje de Jesús se extendió por todas las naciones entonces conocidas. ¡Qué hubiera sido en esta época de la globalización!
¡Que estos santos patronos de Europa nos ayuden a todos los que en estos tiempos anunciamos la Palabra de Dios!
PRECES
Al caer la tarde tu Hijo nos ofreció su cuerpo como alimento de vida eterna,
-acepta nuestra oración vespertina y haz que no falten en tu Iglesia vocaciones religiosas al servicio de los más necesitados.
Padre de bondad, que aceptaste la ofrenda de tu Hijo,
- suscita en nuestras parroquias jóvenes dispuestos a dar su vida por ti en servicio a sus hermanos.
Te pedimos Señor por las familias cristianas,
- para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal.
Te pedimos Señor por los Seminarios y Noviciados
- que los jóvenes que allí se preparan vivan su formación con gozo y generosidad.
Al llegar a su término esta jornada, haz que no decline en la Iglesia la esperanza de tu Reino,
- enriquécela con numerosas vocaciones a la vida consagrada.
Dios misericordioso, que hiciste de María un modelo de entrega a los hermanos,
- haz que los jóvenes vean en ella un modelo a imitar.
Señor Jesús, que en tu peregrinar por los caminos de Palestina, has elegido y llamado a tus apóstoles para que sean pescadores de hombres,
- haz que en todas las actividades de la Pastoral juvenil y vocacional de nuestra Diócesis sean numerosos los frutos que se recojan para mayor gloria de tu Nombre.
Altísimo Señor, baja a escucharnos con la bondad que te distingue,
- Para que todos los sacerdotes y en especial nuestro párroco el padre José Carlos, que sienta cercana en todo instante la especial protección de María Santísima particularmente en los instantes de sus desconsuelos y soledades en el ejercicio de su misione.
ORACIÓN FINAL
Oración de la Madre Teresa de Calcuta
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida.
Cuando tenga sed, mándame alguien que necesite bebida.
Cuando tenga frío, mándame alguien que necesite calor.
Cuando tenga un disgusto, preséntame alguien que necesite consuelo.
Cuando mi cruz se haga pesada, haz que comparta la cruz de otro.
Cuando esté pobre, ponme cerca de alguien necesitado.
Cuando me falte tiempo, dame alguien que necesite unos minutos míos.
Cuando sufra una humillación, dame la ocasión de alabar a alguien.
Cuando esté desanimado, mándame alguien a quien tenga que dar ánimo.
Cuando sienta la necesidad de la comprensión de los demás, mándame alguien que necesite la mía.
Cuando sienta necesidad de que me cuiden, mándame alguien a quien tenga que cuidar.
Cuando piense en mi mismo, atrae mi atención hacia otra persona.
Hazme digno, Señor, de servir a mis hermanos, que viven y mueren pobres y hambrientos en este mundo de hoy.
Dales, a través de mis manos, el pan de cada día; y dales paz y alegría, gracias a mi amor comprensivo.
Señor Crucificado y resucitad, enséñanos a afrontar los hechos de la vida cotidiana, a fin de que podamos vivir, dentro de una más grande plenitud.
Tú acogiste humildemente y pacientemente los fracasos de tu vida que te llevaron hasta los sufrimientos de tu crucifixión; ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada día como ocasión para crecer y para asemejarnos más a ti.
Haznos capaces de mirar esas pruebas con valentía y mansedumbre, llenos de confianza, porque Tú nos sostienes. Qué nada, de ahora en adelante, nos haga sufrir o llorar hasta el punto de olvidar la alegría de tu resurrección!
Tú eres el sol que resplandece del Padre; tú eres la esperanza de la eterna felicidad; tú eres el fuego del amor que incendia nuestros corazones...
Que la alegría de Jesús sea nuestra fuerza, que sea entre nosotros lazo de paz, de unidad y de amor. Amén.
AVE MARÍA Y GLORIA
Fuentes:
Iluminación Divina
Carlos Latorre, claretiano
Ángel Corbalán
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