"Bienvenido Mayo, y con alegría;
por eso roguemos a Santa María
que pida a su Hijo aún todavía
que de pecado y locura nos guarde.
Bienvenido Mayo.
Bienvenido seas, y con alegría.".
(Alfonso X El Sabio)
Estrenamos mayo. Todos vamos creciendo y teniendo experiencias. También hay personas, recuerdos, devociones que nos van acompañando. Hay alguien que, desde la infancia, nos marca por su compañía, su fidelidad, su acogida a la Palabra, su eterna juventud, su estar junto a la Cruz y acompañar a la Iglesia… Ella es María, nuestra Madre.
El mes de mayo, tan mariano y floral, nos brinda la oportunidad de acercarnos a esos textos del Evangelio en los que aparece María. Pidámosle que nos otorgue las actitudes de su Corazón.
1. María nos enseña cómo escuchar a Dios. Lucas 1,26-38.
2. María nos enseña cómo conservar todo en el corazón. Lucas 2,19 / 2,51.
3. María nos enseña cómo ser pobre y tener un corazón de pobre. Lucas 1,38 / 2,1-20.
4. María nos enseña cómo atender y servir a los demás. Juan 2,1-12.
5. María nos enseña cómo cuidar la vida. Lucas 2,7; 2,44-45; 8,20.
6. María nos enseña cómo estar al pie de la cruz. Lucas 2,35. Juan 19,25-27.
7. María nos enseña cómo compartir la fe con los demás. Juan 19,26-27. Hechos 1,14.
El Mes de Mayo, Mes de María !
Mayo es el mes de las flores, de la primavera. Muchas familias esperan este mes para celebrar la fiesta por la recepción de algún sacramento de un familiar (primeras Comuniones). También, Mayo es el mes en el que todos recuerdan a su mamá (excepto en Argentina y Panamá...) y las flores son el regalo más frecuente de los hijos para agasajar a quien les dio la vida.
Por otro lado, todos saben que este mes es el ideal para estar al aire libre, rodeado de la belleza natural de nuestros campos. Precisamente por esto, porque todo lo que nos rodea nos debe recordar a nuestro Creador, este mes se lo dedicamos a la más delicada de todas sus creaturas: la santísima Virgen María, alma delicada que ofreció su vida al cuidado y servicio de Jesucristo, nuestro redentor.
Celebremos, invitando a nuestras fiestas a María, nuestra dulce madre del Cielo.
¿Qué se acostumbra hacer este mes?
• Ofrecimiento de flores a la Virgen.
Este es el mejor regalo que podemos hacerle a la Virgen. Regalar flores es una manera que tenemos las personas para decirle a alguien que la queremos mucho. A la Virgen le gusta que le llevemos flores y, también, si se puede, le podemos cantar sus canciones preferidas como las que te sugerimos más adelante, en la página........
Para dar mayor solemnidad al Ofrecimiento, en varios paises, los niños, suelen ir vestidos de blanco, símbolo de pureza.
• Reflexionar en los principales misterios de la vida de María.
Reflexionar implica hacer un esfuerzo con la mente, la imaginación y, también, con el corazón, para profundizar en las virtudes que la Virgen vivió a lo largo de su vida. Podemos meditar en cómo María se comportó, por ejemplo, durante:
-la Anunciación
-la Visita a su prima Isabel
-el Nacimiento de Cristo
-la Presentación del Niño Jesús en el templo
-el Niño Jesús perdido y hallado en el templo
-las Bodas de Caná
-María al pie de la cruz.
• Recordar las apariciones de la Virgen.
En Fátima, Portugal; en Lourdes, Francia y en el Tepeyac, México (La Guadalupe) la Virgen entrega diversos mensajes, todos relacionados con el amor que Ella nos tiene a nosotros, sus hijos.
• Meditar en los cuatro dogmas acerca de la Virgen María que son:
1. Su inmaculada concepción: A la única mujer que Dios le permitió ser concebida y nacer sin pecado original fue a la Virgen María porque iba a ser madre de Cristo.
2. Su maternidad divina: La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios.
3. Su perpetua virginidad: María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció virgen.
4. Su asunción a los cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al Cielo.
• Recordar y honrar a María como Madre de todos los hombres.
María nos cuida siempre y nos ayuda en todo lo que necesitemos. Ella nos ayuda a vencer la tentación y conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder llegar al Cielo. María es la Madre de la Iglesia.
• Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen María.
María era una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. Era una mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.
• Vivir una devoción real y verdadera a María.
Se trata de que nos esforcemos por vivir como hijos suyos. Esto significa:
a. Mirar a María como a una madre: Contarle todo lo que nos pasa: lo bueno y lo malo. Saber acudir a ella en todo momento.
b. Demostrarle nuestro cariño: Hacer lo que ella espera de nosotros y recordarla a lo largo del día.
c. Confiar plenamente en ella: Todas las gracias que Jesús nos da, pasan por las manos de María, y es ella quien intercede ante su Hijo por nuestras dificultades.
d. Imitar sus virtudes: Esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.
• Rezar en familia las oraciones especialmente dedicadas a María.
La Iglesia nos ofrece bellas oraciones como la del Ángelus (que se acostumbra a rezar a mediodía), el Regina Caeli, la Consagración a María y el Rosario.
Varias oraciones Marianas
• Cantar las canciones dedicadas a María
Que nos ayudan a recordar el inmenso amor de nuestra madre a nosotros, sus hijos
CÁNTICO: «VENID Y VAMOS TODOS»
Venid y vamos todos con flores a porfía
con flores a María
que Madre nuestra es.
De nuevo aquí nos tienes purísima doncella
más que la luna bella postrados a tus pies.
A ofrecerte venimos flores del bajo suelo
con cuánto amor y anhelo Señora Tú lo ves.
ORACIÓN PREPARATORIA
Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno que haya acudido a tu patrocinio, implorado tu auxilio, o pedido tu socorro, haya sido abandonado de Ti. Animado por esta confianza, vengo a Ti, me refugio en Ti, yo pecador gimo delante de Ti. No quieras, ¡oh Madre del Verbo Eterno!, despreciar mis súplicas; antes bien, escúchalas favorablemente, y haz lo que te suplico. Amén.
INVOCACIONES AL DULCE NOMBRE DE MARÍA
M adre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida, acuérdate de mí, miserable pecador. Avemaría.
A cueducto de las divinas gracias, concédeme abundancia de lágrimas para llorar mis pecados. Avemaría.
R eina del cielo y de la tierra, sé mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos. Avemaría.
I nmaculada hija de Joaquín y Ana, alcánzame de tu santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación. Avemaría.
A bogada y refugio de los pecadores, asísteme en el trance de mi muerte y ábreme las puertas del cielo.
Avemaría.
CÁNTICO: BAJO TU AMPARO
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desoigas la oración de tus hijos necesitados y líbranos de todo peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!
Fuentes:
Iluminación Divinaa
Catholic net.
Ángel Corbalán
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