Este año, serán 11 grupos, comenzaron el sábado 7 de Mayo, y finalizarán el domingo 22 de Mayo de este 2011. Son niños y niñas hasta un total de 156, que recibirán en nuestra Parroquia su Primera Comunión. Tanto nuestro párroco, reverendo José Carlos Del Valle, como las catequistas, coordinadas por Maribel Correro, han preparado junto con los padres y madres de niños y niñas, esta ceremonia que tanta ilusión hace a los católicos en sus primeros pasos.
En sesiones de sábados y domingos, en misas de 10:00 y 12:00, los diferentes grupos van celebrando esta ceremonia tan importante para niños, padres y padrinos, como es La Primera Comunión.
La primera comunión se celebra en una misa solemne, que se diferencia de una misa común en que ésta estará dedicada especial y exclusivamente para el niño que recibirá a Jesucristo por primera vez.
A continuación vamos a comentar como se llevó y se llevará a cabo la ceremonia religiosa.
Entrada
Nuestro párroco, José Carlos, salió al atrio de la iglesia y ahí pronunció unas palabras de bienvenida para los niños y niñas que todos, muy guapos y con gran ilusión, entraron al templo en procesión.
Esta entrada es símbolo de la acogida que todo el Pueblo de Dios, representado por los amigos y parientes, le da al niño como miembro de la Iglesia que a partir de este día participará más estrechamente en la vida, crecimiento y fortalecimiento del Cuerpo Místico de Cristo.
Al frente de la asamblea estaban los papás y los padrinos del niño que permanecerán a su lado durante toda la ceremonia, ya que ellos fueron los que lo introdujeron a la vida cristiana en el Bautismo, hicieron las promesas bautismales en su nombre y se comprometieron a educarlo en la fe y ayudarlo siempre en su camino hacia la santidad. La Primera Comunión de su hijo y ahijado es un paso que dan en el cumplimiento de ese compromiso.
Las lecturas.
En la misa de una Primera Comunión, las lecturas, el salmo y el Evangelio fueron leídos y recitados por niños y niñas , con la emoción lógica de los primerizos en estas ceremonias.
Durante la Lectura del Evangelio, por nuestro párroco, los niños y niñas, escuchaban con atención, estando consciente de que es el mismo Dios quien le está hablando de una manera personal y con un mensaje específico para él o ella.
La Homilía
En la misa de una Primera Comunión, la homilía está totalmente dirigida al niño y a su familia. Nuestro párroco, explicó el contenido de las lecturas y el significado del sacramento que el niño está a punto de recibir, pero lo hizo en un lenguaje accesible para el niño, dirigiéndose a él por su nombre y hablándole de sus realidades como hijo, hermano, amigo y estudiante.
Los niños y niñas, escuchaban con atención. Es Dios el que le habla a través del sacerdote y sus palabras pueden dejar un sello imborrable en el alma del niño. Hay que tener en cuenta que, ésta será posiblemente la única homilía que escuchará dirigida especialmente a él durante toda su infancia y su juventud.
Renovación de las promesas bautismales
Al terminar la Homilía, Los niños y niñas se pusieron de pie junto con sus padres y padrinos y se llevó a cabo la renovación de las promesas del Bautismo. En este momento se enciende la vela con el cirio Pascual.
Es un momento muy importante, pues el niño o niña hace conscientemente las promesas que el día del Bautismo sus padrinos hicieron en su nombre. En ese momento el niño pronuncia verbalmente su renuncia a Satanás, a sus seducciones y a sus obras y se entrega para siempre a Jesucristo.
La oración de los fieles
En este momento la asamblea, todos los presentes, se pusieron de pie para pedir juntos y en voz alta a Dios por la fidelidad y santidad del niño o niña que hará su Primera Comunión. También se pidió por cosas que le interesan a toda la Iglesia: el Papa, los enfermos y los pobres, la salud de los abuelos, el descanso eterno de los difuntos en la familia, la unión y fidelidad de sus padres, la armonía en la convivencia de los hermanos y por las necesidades de los miembros de la familia.
Estas peticiones particulares, fueron hechas y así se repiten en estas ceremonias en nuestra Parroquia, por los niños y niñas que protagonizan esta ceremonia.
Todos los presentes se unieron en oración por las intenciones particulares de la familia.
El Credo
Todos los asistentes pronuncian de pie y en voz alta la oración del Credo en la cual se encuentran resumidas en doce artículos todas las verdades de la fe católica.
El niño que hace la Primera comunión confirma su fe delante de todos los presentes. Al decir la palabra «Creo», declara que se olvida de todos los prejuicios humanos para dejarse caer con confianza en las manos de Dios Padre Todopoderoso; declara que está seguro de que Jesucristo es el Salvador de los hombres y que siguiendo sus enseñanzas encontrará la felicidad; declara que confía en las luces que le dará el Espíritu Santo; declara a la Iglesia como camino de salvación y su fe en la vida eterna que le dará un sentido trascendente a todas sus acciones.
La liturgia Eucarística.
El ofertorio
En esta parte de la Misa, el niño que hará la primera Comunión lleva las ofrendas, el pan y el vino al altar, y el sacerdote se las presenta a Dios ofreciéndoselas para que se conviertan en el Cuerpo y Sangre de Cristo.
En este momento el niño que hace su Primera Comunión ofrece a Dios su vida, sus propósitos e intenciones, su amor, sus cualidades y defectos, para que Él las santifique y sirvan para el bien de la Iglesia.
La consagración
Es el momento más solemne de la misa en el que se lleva a cabo la transformación real del pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo.
Dios se hace presente y manifiesta su gran amor aceptando nuevamente el sacrificio de su Hijo para que el niño que hace su Primera comunión llegue a estar estrechamente unido a Él.
Debemos contemplar este misterio de amor maravilloso con el mayor respeto y devoción y aprovechar ese momento para adorar a Dios en la Eucaristía y agradecerle su gran amor por los hombres.
La comunión
Es el momento culminante de la ceremonia, en el que por fin el niño recibirá a Jesucristo bajo las especies de pan y vino. El sacerdote se acerca al niño y pronuncia las palabras «El Cuerpo y la Sangre de Cristo» a lo que el niño responde «Amén», demostrando su fe en el sacramento y recibe en su lengua la hostia consagrada mojada en el vino.
En ese momento además de recibir a Jesús, el niño se une con alegría y amor a toda la Iglesia, a todos los cristianos, recibiendo el alimento que le dará la vida eterna.
Después de la comunión se guarda el silencio sagrado, en el cual el niño entra en una conversación íntima con Jesucristo, agradeciéndole todo lo que ha recibido: la vida, la fe, su familia, el precioso don de la Eucaristía; pidiéndole perdón por todas las ocasiones en que no se comportó como digno hijo de Dios y cayó en el pecado y pidiéndole las gracias necesarias para ser mejor cristiano cada día. Esta oración siempre suele terminar con un propósito concreto de mejora de vida.
La bendición final
La ceremonia finaliza con la Bendición, que con ocasión de la Primera comunión se realiza de una manera más solemne que de costumbre.
En ella el nuestro párroco, José Carlos, pide a Dios que bendiga especialmente al niño y a su familia para que les conceda las gracias necesarias para vivir plenamente su fidelidad como hijos de Dios y miembros de la Iglesia.
Y como estamos en Mayo, Mes de María, nuestra Señora de Gracia, le rezamos y le cantamos a nuestra Madre, Madre de Dios.
Una vez finalizada la ceremonia, los niños, junto a sus padres y padrinos, se les veían muy contentos y posando para miles de fotografías y dispuestos a atender a tantos familiares y amigos que habían llegado de todas partes para celebrar con el o ella, esta gran ceremonia que representa un día importante para el cristiano.
(Familiares venidos de todas partes, en la puerta de la Iglesia de San García Abad.)
Fuentes:
Iluminación
Divina Catholic net
Ángel Corbalán
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