jueves, 15 de julio de 2010

“Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”


"María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán "

ALABANZAS AL SANTÍSIMO
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
INTRODUCCIÓN

Con una sensibilidad nada habitual en una sociedad patriarcal, Jesús tiene la costumbre de hablar explícitamente de las mujeres haciéndolas “visibles” y poniendo de relieve su actuación.
En la nueva familia de Jesús todos comparten vida y amor fraterno.Los varones pierden poder, las mujeres ganan dignidad.
La grandeza y dignidad de la mujer, lo mismo que la del varón,
arranca de su capacidad para escuchar el mensaje del reino de Dios y entrar en él.

ORACIÓN-MEDITACIÓN:

Abre tu vida para recibir al Señor.
Acoge su presencia; sobre su amor se construye tu vida.
Responde con una actitud de agradecimiento y alabanza al Dios que se te regala gratuitamente sin haber hecho tú nada por conseguirlo. Únete a María para alabar al Señor: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque el Poderoso hace grandes obras por mí” (Magnificat de María).
Ora al Señor:
Ando buscando un amor que unifique mi vida, pero experimento muchas cosas que me turban y perturban.
Estoy ante ti, Señor, situado ante tu misterio, ordena tú en mí el amor, hazme habitar en tu casa.
Tú eres diferente: no eres ni mi idea, ni mi amor, ni mi proyecto. Me pongo en tus manos.
Mi imaginación y pensamiento racional siguen su curso y me conducen, me traen, me llevan, por caminos que no logro dirigir conforme a mi deseo.
En medio de la crisis vengo a descubrir algo sorprendente: lo que yo soy incapaz de hacer, lo puedes hacer Tú; Tú puedes desvelarme desde la hondura lo que yo soy.
En ti me encuentro, soy lo que tú me amas.
Tú haces nacer en mí otro gozo, otro amor, otra tarea.

MONICIÓN AL EVANGELIO
Interesarse por lo que una persona tiene que decir también es una manera de acogerla.
La actitud de María, como la de Marta, supone una gran novedad.
Sentarse a los pies del maestro es la postura propia del discípulo.
Jesús concede a las mujeres el lugar de discípulas. La imagen de Jesús invirtiendo los criterios y los valores habituales, está presente
en todo el Evangelio.
Escuchar, acoger, gozar con la novedad del mensaje de Jesús es lo único necesario, la mejor parte.

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
-- Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio?
Dile que me eche una mano.
Pero el Señor le contestó:- Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas: solo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán.
Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Marta y María son dos modelos de vida cristiana que es preciso coordinar e integrar: la escucha quieta y sosegada de la palabra y la actitud de servicio a los demás.
“Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”
Todos nos sentimos con frecuencia agobiados, dispersos y tentados de hacer de la eficacia nuestra principal preocupación.
Pero conocemos también la experiencia del sosiego y la unificación que nos da el ordenar nuestras prioridades y vivir centrados en lo esencial.
Y una vez más se nos invita a saborear la Palabra que, en lo más hondo de nosotros mismos, se convierte en una fuente de asombro y de gozo y nos reenvía a un servicio más generoso y más libre.

PRECES
*Al caer la tarde tú Hijo nos ofreció su cuerpo como alimento de vida eterna,
- acepta nuestra oración vespertina y haz que no falten en tu Iglesia vocaciones religiosas al servicio de los más necesitados.
*Padre de bondad, que aceptaste la ofrenda de tu Hijo,
- suscita en nuestras parroquias jóvenes dispuestos a dar su vida por ti en servicio a sus hermanos.
*Te pedimos Señor por las familias cristianas,
- para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal.
*Te pedimos Señor por los Seminarios y Noviciados
- que los jóvenes que allí se preparan vivan su formación con gozo y generosidad.
*Al llegar a su término esta jornada, haz que no decline en la Iglesia la esperanza de tu Reino,
- enriquécela con numerosas vocaciones a la vida consagrada.
*Dios misericordioso, que hiciste de María un modelo de entrega a los hermanos,
- haz que los jóvenes vean en ella un modelo a imitar.
*Altísimo Señor, te encomendamos a nuestro párroco el padre Andrés y el padre Ángel
- Para que sientan cercana en todo instante la especial protección de María Santísima particularmente en los instantes de sus desconsuelos y soledades en el ejercicio de sus próximas misiones.
* Señor Jesús, sentados a tus pies como hizo María, te pedimos con humildad por el Papa, los obispos y sacerdotes,
- para que, a pesar de las dificultades, ya sufridas por Pablo, anuncien el mensaje completo.
* Te rogamos también por todos los enfermos y necesitados,
- para que en el Evangelio de Cristo encuentren la fuerza para ofrecer sus dolores por la Iglesia que es su Cuerpo.
* Padre, Tú que nos invita siempre a vivir la paz y el sosiego.
- Te rogamos por aquellos que dedican su vida a la oración.

ORACIÓN FINAL:

María, Madre del «sí», tú has escuchado a Jesús y conoces el timbre de su voz
y el latido de Su Corazón.
Madre del Monte Carmelo, háblanos de Él
y cuéntanos tu camino para seguirlo
en la vía de la fe.
María, que en Nazaret viviste con Jesús,
imprime en nuestra vida tus sentimientos,
tu docilidad, tu silencio que escucha
y haz florecer la Palabra en opciones de verdadera libertad.
María, háblanos de Jesús, para que la frescura
de nuestra fe brille en nuestros ojos
y caldee el corazón de quien nos encuentre,
como hiciste al visitar a Isabel,
quien en su vejez
se alegró contigo por el don de la vida.
María, Virgen del «Magnificat»,
ayúdanos a llevar la alegría al mundo
y, como en Caná, impulsa a todo joven,
comprometido en el servicio a los hermanos,
a hacer sólo lo que Jesús diga.
María, puerta del cielo,
ayúdanos a elevar la mirada a lo alto.
Queremos ver a Jesús.
Hablar de Él.
Anunciar a todos Su amor.
Amén.











Fuentes:
Ana Navarro
Ángel Corbalán
Blog Parroquia San García Abad

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