Hay gente que dice que está tan ocupada que no encuentra
tiempo para encontrarse con Dios. Lo primero es la actividad y si queda algún
momento libre, entonces se reza a Dios.
Desde luego no fueron estas ideas las que guiaron las sendas
santas de san Federico.
La vida de este obispo de Utrecht tiene dos partes. La
primera es la biografía que escribió sobre él, en el siglo XI, un tal Otberto.
No aporta muchos datos.
La otra parte es la de su vida pastoral como obispo de esta
bella ciudad.
Con seguridad se sabe que tomó parte en el concilio de
Maguncia en el año 833. Evangelizó a Frisones.
El provenía –según fuentes fidedignas – de una familia
inglesa. A la muerte de su antecesor en el episcopado, fue elegido para
sucederle entre los años 825-828. Encontró apoyo en el emperador Lotario.
Su primera tarea apostólica consistió en una lucha a muerte
contra los paganos que todavía poblaban aquel lugar.
Se había puesto en plan de dominadores después de la
invasión de los Normandos. Federico, con su oración, buen ejemplo y palabra
vibrante, consiguió aplacar su furia y su rebeldía.
Otro tema muy importante en su vida, aunque más dolorosa que
la primera, fue la denuncia de los matrimonios incestuosos y de los divorcios.
Cuando denunció al emperador Ludovico Pío que no podía casarse
con otra mujer, mientras viviese la primera, dicen que lo mandó asesinar para
quitárselo de en medio. Otros dicen que fue un mercenario el que lo mató el 18
de julio del año 838.
Está enterado en la cripta de la catedral de Utrecht.
Está enterado en la cripta de la catedral de Utrecht.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa tus sugerencias