ALABANZAS AL SANTÍSIMO
INVOCACIÓN AL ESPIRITU SANTO
INTRODUCCIÓN
El primer domingo del Tiempo Ordinario, tras la larga etapa pascual y de cuaresma, está dedicado a la Trinidad Santa que es lo que celebraremos este próximo domingo. Celebramos pues la fiesta de un Dios que, por amor y con amor, engendró a su Hijo Unigénito. Y que la corriente de unión entre los dos es el Espíritu Santo. Y desde ahí trasciende todo el amor a la creación. Día grande para trabajar por nuestra fe.
La Iglesia española celebra en este último domingo de mayo la Jornada Pro Orantibus, dedicada a recordar y elevar una suplica por todos aquellos hermanos y hermanas que se han consagrado a la oración como principal actividad cristiana y pastoral. Oremos, por tanto, todos nosotros por aquellos que siempre –continuamente—oran por los demás. ¡Que Dios los bendiga especialmente!
MONICIÓN AL EVANGELIO
Descálzate para escuchar este misterio de amor que habita el corazón del mundo. Haz silencio hasta que el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu te envuelva con su amor. No te alejes de esa intimidad con la Trinidad.
EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 16, 12-15
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:- Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora: cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad plena.
Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío.
Por eso os he dicho que tomará de los mío y os lo anunciará.
Palabra del Señor
ORACIÓN-MEDITACIÓN
ORAR ES SONREÍR A LA TRINIDAD EN EL CORAZON
Sorpréndete ante el Misterio.
Jesús te lo desvela.
¡Antes de que te des cuenta la Trinidad ya tiene abiertos los brazos para acogerte.
Entra sin miedo en esa fiesta de adoración y de silencio.
Te hago sitio en mi vida, Dios mío. Deja tu huella en mi corazón.
Escucho en silencio tu callado amor.
Adora el Misterio.
Acalla los ruidos.
Inclina tu corazón y abre los ojos para mirar esa comunicación de amor que no se acaba entre las Tres Personas.
Oh Dios mío, Trinidad a quien adoro!
Me asomo a tu Vida, como un niño, y quedo maravillado.
Al mirarte, descubro la dignidad y belleza de todo ser humano.
Mira las experiencias comunitarias que conoces.
Aquí, en la Trinidad, tienen su raíz.
Mira también las experiencias en las que tantos seres humanos quedan fuera de los bienes vitales.
Aquí, en la Trinidad, está la energía para tejer otro estilo de vida donde sea posible el compartir.
Vida para todos, eso eres Tú, Trinidad Santa.
Don y tarea, eso eres Tú, Trinidad Santa. Hasta que brote la solidaridad grande entre todos los que estamos en el mundo.
Aprende a vivir en comunidad, suave brisa en la que habla Dios.
Ve por la vida recibiendo y dando, aprendiendo a dialogar, con las manos y el corazón dispuestos para crear una casa, grande como el mundo, abierta, con flores.
Que la gente al mirar nuestra Iglesia, te vean a Ti, Trinidad, se vean a sí mismos, vean a todos los pueblos como una gran familia.
PRECES
* Al caer la tarde tú Hijo nos ofreció su cuerpo como alimento de vida eterna,
-acepta nuestra oración vespertina y haz que no falten en tu Iglesia vocaciones religiosas al servicio de los más necesitados.
* Padre de bondad, que aceptaste la ofrenda de tu Hijo,
- suscita en nuestras parroquias jóvenes dispuestos a dar su vida por ti en servicio a sus hermanos.
* Te pedimos Señor por las familias cristianas,
- para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal.
Te pedimos Señor por los Seminarios y Noviciados
- que los jóvenes que allí se preparan vivan su formación con gozo y generosidad.
* Al llegar a su término esta jornada, haz que no decline en la Iglesia la esperanza de tu Reino,
- enriquécela con numerosas vocaciones a la vida consagrada.
* Dios misericordioso, que hiciste de María un modelo de entrega a los hermanos,
- haz que los jóvenes vean en ella un modelo a imitar.
* Señor, te rogamos por el Papa, los obispos, los sacerdotes;
- para que nos enseñen a creer en la Trinidad y arrodillarnos ante el misterio para experimentar: la vida, el amor y la plenitud de Dios.
* Altísimo Señor, baja a escucharnos con la bondad que te distingue,
- Para que nuestros párrocos el P. Andrés y el P. Ángel sientan cercana en todo instante la especial protección de María Santísima particularmente en los instantes de sus desconsuelos y soledades en el ejercicio de sus actuales misiones.
* Te rogamos, Señor, por los enfermos y sus familiares, por los que sufren injusticias, o están sin trabajo
- para que el Espíritu dador de Vida, saque del dolor a estos hermanos nuestros que sufren.
* Te rogamos, Señor, por los que dedican su vida a la oración,
- para que en este día de la Jornada Pro- Orantibus, el Espíritu los fortalezca y anime en su callada pero trascendental labor para la Iglesia.
* Te rogamos, Padre de Amor, por todos los que seguimos a Cristo,
-para que pronto seamos uno, y así, sea la Iglesia reflejo de la Trinidad Santísima.
ORACIÓN FINAL (Dos coros)
Tú en mí y yo en ti, Santísima Trinidad.
Tú me habitas como fuente inagotable de amor.
¡Cuánto cuesta escalar la santa montaña de Dios! para penetrar en tu misterio.
Dios Padre, Creador de los cielos y la tierra, ten piedad de mí.
Dios Hijo, rey del mundo, una cruz oculta me ayuda para subir al Calvario, y es allí en la herida abierta de tu costado donde puedo contemplar todo el sufrimiento del mundo.
Dios Espíritu que guías a la Iglesia hacia la verdad plena, ilumina mi corazón.
Tú en mí y yo en ti, Santísima Trinidad.
Tú has puesto tu morada en los contemplativos de Dios, de ti brota el amor a nuestros hermanos, un amor que ha vencido a la muerte, porque Cristo ha resucitado y su gloria se ha manifestado.
Alabado sea el nombre de Dios Padre, Hijo y Espíritu, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
AVE MARÍA Y GLORIA
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