Obispo, Doctor de la Iglesia, San
Agustín ha sido uno de los santos más famosos de la Iglesia católica.
Después de Jesucristo y de San Pablo es difícil encontrar un líder
espiritual que haya logrado ejercer mayor influencia entre los católicos
que este enorme santo.
Su inteligencia era sencillamente asombrosa, su facilidad de palabra ha sido celebrada por todos los países. De los 400 sermones que dejo escritos, han sacado y seguirán sacando material precioso para sus enseñanzas, los maestros de religión de todos los tiempos. Cuando Agustín se convirtió al catolicismo escribió el libro Confesiones, que lo ha hecho famoso en todo el mundo.
Su lectura ha sido la delicia de
millones de lectores en muchos países por muchos siglos. El comentaba
que a la gente le agrada leer este escrito por gozan leyendo de los
defectos ajenos, pero no se esmeran en corregir los propios. La lectura
de "Las Confesiones de San Agustín" ha convertido a muchos pecadores.
Por ejemplo Santa Teresa cambio radicalmente de comportamiento al leer
esas páginas. Cuando joven tuvo una grave enfermedad y ante el temor
de la muerte se hizo instruir en la religión católica y se propuso
hacerse bautizar.
Pero apenas recobro la salud se le
olvidaron sus buenos propósitos y siguió siendo pagano. Más tarde
criticara fuertemente a los que dejan para bautizarse cuando ya son
bastante mayores, para poder seguir pecando. Luego leyó una obra que
le hizo un gran bien y fue el "Hortensio" de Cicerón. Este precioso
libro lo convenció de que cada cual vale más por lo que es y por lo que
piensa que por lo que tiene. Pero luego sucedió que tuvo un retroceso
en su espiritualidad. Ingreso a la secta de los Maniqueos, que decía
que este mundo lo había hecho el diablo y enseñaban un montón de errores
absurdos.
Luego se fue a vivir en unión libre con una muchacha y de ella tuvo un hijo al cual llamo Adeodato ( que significa : Dios me lo ha dado) Luego leyó las obras del sabio filosofo Platón y se dio cuenta de que la persona humana vale muchísimo más por su espíritu que por su cuerpo y que lo que más debe uno esmerarse en formar es su espíritu y su mente. Estas lecturas del sabio Platón le fueron inmensamente provechosas y lo van a guiar después durante toda su existencia.
Se dedico a leer la Santa Biblia y
se desilusiono, ya que le pareció demasiado sencilla y sin estilo
literario, como los libros mundanos. Y dejo por un tiempo de leerla.
Después dirá, suspirando de tristeza : "Porque la leía con orgullo y por
aparecer sabio, por eso no me agradaba. Porque yo en esas páginas no
buscaba santidad, sino vanidad por eso me desagradaba su lectura. ¡ Oh
sabiduría siempre antigua y siempre nueva. Cuan tarde te he conocido!".
Al volver al África fue ordenado sacerdote y el obispo Valerio de Hipona, que tenía mucha dificultad para hablar, lo nombró su predicador. Y pronto empezó a deslumbrar con sus maravillosos sermones. Predicaba tan hermoso, que nadie por ahí, había escuchado hablar a alguien así, a gente escuchaba hasta por tres horas seguidas sin cansarse. Los temas de sus sermones, eran todos sacados de la santa Biblia, pero con un modo tan agradable y sabio que la gente se entusiasmaba.
Y sucedió que al morir Valerio, el
obispo, el pueblo lo aclamo como nuevo obispo y tuvo que aceptar. en
adelante será un obispo modelo, un padre bondadoso para todos. Vivirá
con sus sacerdotes en una amable comunidad sacerdotal donde todos se
sentirán hermanos. El pueblo siempre sabia que la casa del obispo
Agustín siempre estará abierta para los que necesitan ayuda espiritual o
material.
Será gran predicador invitado por los
obispos y sacerdotes de comunidades vecinas y escritor de libros
bellísimos que han sido y serán la delicia de los católicos que quieran
progresar en la santidad. El tenía la rara cualidad de hacerse amar por
todos. Había en el norte de África unos herejes llamados Donatistas,
que enseñaba que la Iglesia no debe perdonar a los pecadores y que como
católicos solamente deben ser admitidos los totalmente puros ( pero
ellos no tenían ningún reparo en asesinar a quienes se oponían en sus
doctrinas ) Agustín se les opuso con sus elocuentes sermones y
brillantísimos escritos, y ellos no eran capaces de responderles a sus
razones y argumentos.
Al fin el Santo logró llevar a cabo una reunión en Cartago con todos los obispos católicos de la región y todos los jefes de los Donatistas y allí los católicos dirigidos por nuestro santo derrotaron totalmente en todas las discusiones a los herejes, restos fueron abandonados por la mayor parte de sus seguidores, y la secta se fue acabando poco a poco.
Vino enseguida otro hereje muy
peligroso. Un tal Pelagio, que enseñaba que para ser santo no hacía
falta recibir gracias o ayudas de Dios, sino que uno mismo por su propia
cuenta y propios esfuerzos logra llegar a la santidad. Agustín que
sabía por triste experiencia que por 32 años había tratado de ser bueno
por sus propios esfuerzos y que lo único que había logrado era ser malo,
se le opuso con sus predicaciones y sus libros y escribió un formidable
tratado de "La Gracia", el cual prueba que nadie puede ser bueno, ni
santo, si Dios no le envía gracias ni ayudas especiales para serlo, en
este tratado tan lleno de sabiduría, se han basado después de los
siglos, los teólogos de la Iglesia católica para enseñar acerca de la
gracia.
Cuando Roma fue saqueada y casi destruida por los bárbaros de Genserico, los antiguos paganos habían dicho que todos estos males habían llegado por haber dejado de rezar a los antiguos dioses paganos y por haber llegado la religión católica. Agustín escribió entonces un nuevo libro, el más famoso después de las Confesiones, "La Ciudad de Dios" ( empleó 13 años redactándolo ).
Allí defiende poderosamente a la
religión católica y demuestra que las cosas que suceden, aunque a
primera vista son para nuestro mal, están todas en un plan que Dios hizo
en favor nuestro que al final veremos que era para nuestro bien. ( Como
dice San Pablo: "Todo sucede para bien de los que aman a Dios") . En
el año 430 el santo empezó a sentir continuas fiebres y se dio cuenta de
que la muerte lo iba alcanzar, tenía 72 años y cumplía 40 años de ser
fervoroso católico, su fama de sabio, de santo y de amable pastor era
inmensa.
Los bárbaros atacaban su ciudad de Hipona para destruirla, y el murió antes de que la ciudad cayera en manos de semejantes criminales.
A quién le preguntaba que si no sentía
temor de morir, el les contestaba : "Quien ama a Cristo, no debe temer
miedo de encontrarse con El".
Pidió que escribieran sus salmos preferidos en grandes carteles dentro de su habitación para irlos leyendo continuamente ( él en sus sermones, había explicado los salmos ) durante su enfermedad curó un enfermo, con solo colocarle las manos en la cabeza y varías personas que estaban poseídas por malos espíritus quedaron libres ( San Posidio, el obispo que lo acompaño hasta sus últimos días, escribió después su biografía ).
Pidió que escribieran sus salmos preferidos en grandes carteles dentro de su habitación para irlos leyendo continuamente ( él en sus sermones, había explicado los salmos ) durante su enfermedad curó un enfermo, con solo colocarle las manos en la cabeza y varías personas que estaban poseídas por malos espíritus quedaron libres ( San Posidio, el obispo que lo acompaño hasta sus últimos días, escribió después su biografía ).
Oremos
Renueva, Señor, en tu Iglesia
aquel espíritu que, con tanta abundancia, otorgaste al obispo San
Agustín, para que también nosotros tengamos sed de ti, única fuente de
la verdadera sabiduría, y en ti, único manantial del verdadero amor,
encuentre descanso nuestro corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo.Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa tus sugerencias