sábado, 5 de junio de 2010

“El sacerdote, hombre de la caridad”


CARTA PASTORAL

"Día de la Caridad "

Mis queridos diocesanos:

Me es grato comunicaros que el Día de la Caridad tendrá lugar el domingo 6 de junio, Solemnidad del Corpus Christi, con el siguiente lema: “El sacerdote, hombre de la caridad”.

1. Canto de esperanza en la noche

La fiesta del Corpus, que ahora se llama mejor del “Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo” ha arraigado profundamente en el pueblo cristiano, desde que nació en el siglo XIII. En esta solemnidad os invito a cantar, con San Juan de la Cruz:
“Que bien sé yo la fonte que mana y corre,
Aunque es de noche...
Aquesta eterna fonte está escondida
En este vivo pan por darnos vida,
Aunque es de noche...
Aquesta viva fonte que deseo,
En este pan de vida yo le veo,
Aunque es de noche...”.

Esta noche en la que ahora vive esta sociedad económica y del paro, a nosotros los cristianos nos dice Jesús lo que dijo a sus discípulos “dadles vosotros de comer”. Ellos pusieron lo que tenían “cinco panes de cebada y dos peces”. Y el milagro lo hizo Jesús. Hoy se nos pide a todos que pongamos de nuestra parte todo lo que somos y tenemos para compartir, y el milagro lo sigue haciendo Jesús.


2. Signo de unidad y vínculo de caridad

Litúrgicamente esta fiesta es el día del Señor glorificado que está verdadera y realmente presente en el Sacramento de la Eucaristía. La celebración de la Eucaristía culmina con nuestra participación en la comunión, cuyo fruto principal es la unión íntima con Jesucristo: “El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mi y yo en él” (Jn 6, 56). La Eucaristía significa y realiza además la unidad de toda la Iglesia en Cristo, y por ello fue llamada por San Agustín “signo de unidad” y “vínculo de caridad”. “El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan” (1Cor 10, 17).

La unidad de la Iglesia significada en la Eucaristía, es a su vez signo e instrumento de la unidad de todo el género humano. La Eucaristía es “pan que da la vida al mundo” (Jn 6, 33). Por ello, la comunión eucarística ha de manifestar sus frutos no sólo en la comunidad, sino también en el mundo entero. “La comunión eucarística nos urge a practicar la caridad y a trabajar por un orden justo y fraternal en el mundo”.

3. Honda preocupación pastoral

Como Pastor de la Iglesia del Señor que peregrina hacia el Reino en Cádiz y Ceuta os quiero hacer partícipes de mi honda y sentida preocupación por la situación actual económica y de paro, y quiero también, mostraros mi esperanza de que, si las consecuencias de la injusticia y el desamor son las desigualdades, los odios y las marginaciones, espero que vuestro amor efectivo y fehaciente a los pobres y a los necesitados, os anime a una austeridad de vida más coherente con la crisis actual, y a compartir lo que somos y tenemos, desde nuestra vocación y misión.

4. El sacerdote, hombre de la caridad

El lema de este año 2010: “El sacerdote, hombre de la caridad”, está en relación con la celebración del Año Sacerdotal proclamado con ocasión del ciento cincuenta aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars.

La figura del Santo Cura de Ars ilumina la vida sacerdotal para vivirla como expresión del amor de Dios con que el sacerdote se siente amado y, al mismo tiempo, impulsado para que los hombres y mujeres de nuestro tiempo se sientan igualmente amados por el Dios del amor. En las palabras y en las obras del Santo Cura de Ars como “La Providencia”, orfanato para jóvenes desamparadas, han descubierto la radicalidad y la dimensión práctica del amor.

“Ahora, en los últimos días del Año Sacerdotal que será clausurado en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, el misterio de la Eucaristía que celebramos y veneramos, misterio del Cuerpo entregado y la Sangre derramada de Jesús para la vida del mundo, ilumina de manera muy particular el ministerio de los sacerdotes” (Mensaje de la C.E. de Pastoral Social con motivo de la Festividad del Corpus Christi, 2010).

El Santo Cura de Ars solía decir: “La comunión y el santo sacrificio de la Misa son los dos actos más eficaces para conseguir la transformación de los corazones”. Los sacerdotes “han sido llamados, consagrados y enviados por Jesús para ser transparencia de ese amor que salva al mundo amando a los hermanos y siendo Buena Noticia para los pobres. (...) En el Corazón de Jesús se manifiesta el misterio del amor de Dios, que, por la encarnación del Hijo eterno, nos ama también con un corazón humano” (Mensaje de la C.E. de Pastoral Social con motivo de la Festividad del Corpus Christi, 2010).

5. Invitación a la contemplación y valoración del sacerdocio

Este año invito a todos los diocesanos a que la contemplación del Señor, verdadera, real y sustancialmente presente en la Eucaristía, bajo las especies del pan y del vino, nos lleve a valorar a nuestros sacerdotes como testigos ardientes de la caridad, como los llamó el recordado Juan Pablo II (cf. Exhortación apostólica Pastores dabo vobis, n. 49), y a rezar especialmente por ellos, a fin de que su ministerio sea una verificación y actualización del amor de Jesús ungido por el Espíritu y enviado a “anunciar a los pobres la Buena Noticia, a proclamar la liberación de los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y a proclamar un año de gracia del Señor”(Lc 4, 18-19).

6. El servicio de la caridad sacerdotal

También os invito a reconocer el magnífico servicio de los sacerdotes en el campo de la caridad y agradecer lo mucho que Cáritas debe al ministerio sacerdotal en todos sus ámbitos de realización -parroquiales, arciprestales, diocesanas, regionales y nacionales-, y dado que los sacerdotes no son únicamente los hombres del culto y de la palabra, sino también, los hombres de la caridad, y tiene una gran tarea que realizar en la animación de la caridad y en la misión de presidir a la comunidad en la caridad (cf. Mensaje de la C.E. de Pastoral Social con motivo de la Festividad del Corpus Christi, 2010).


7. Lucha contra la pobreza y la exclusión social

Por último, no podemos olvidar que 2010 ha sido declarado por la Comisión Europea “Año de lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social”. Os invito “a dar gracias a Dios por el don que significa su presencia eucarística y a orar por los sacerdotes y también por todos aquellos que entre nosotros son víctimas de la pobreza y la exclusión social” (Mensaje de la C.E. de Pastoral Social con motivo de la Festividad del Corpus Christi, 2010, n.4).

“Oigamos el clamor de los 78 millones de pobres que viven en Europa y trabajemos por superar esta injusticia social que afecta a la dignidad de las personas y a los derechos humanos de un modo inadmisible, sobre todo en una sociedad que dispone de recursos suficientes para erradicar la pobreza si se decide a hacer de la persona el centro de la vida económica y social, como pide el Santo Padre Benedicto XVI” (Ibíd., n. 4).

8. Llamados a aliviar la situación actual

La Iglesia, sus ministros y cada uno de sus miembros, están llamados a aliviar la miseria de los que sufren cerca o lejos, no sólo con lo superfluo sino con lo necesario (cf. Juan Pablo II, Encíclica Sollicitudo rei socialis, n. 31). Las necesidades de nuestros hermanos son tan grandes para atender la situación económica y del paro, la reinserción social de transeúntes, la atención a los inmigrantes y los problemas de marginación, que realmente todo lo que compartamos es poco. Todos juntos, pues, nos hemos de proponer intentar aliviar, con Caritas, tan grandes y dolorosos problemas sociales que viven nuestros hermanos. Todos nos sentimos llamados a aliviar esta situación.

Reza por vosotros, os quiere y bendice,




+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta

Cádiz, 1 de junio de 2010.

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