jueves, 24 de junio de 2010
“¿EN QUÉ TE PUEDO ECHAR UNA MANO, SEÑOR?”
ALABANZAS AL SANTÍSIMO
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
INTRODUCCIÓN
El Evangelio de este domingo nos invita a reflexionar sobre nuestro seguimiento de Cristo. Importa saber seguirlo como Él lo espera. Santiago y Juan aún no habían aprendido el mensaje de amor y de perdón.
Los católicos estamos llamados a ser misioneros del Evangelio de Cristo a través del diálogo y el perdón. «La misión es anuncio de perdón». Sólo el amor de Dios es capaz de hermanar a los hombres de toda raza y cultura, y podrá hacer desaparecer las dolorosas divisiones, los contrastes ideológicos, las desigualdades económicas y los violentos atropellos que oprimen todavía a la Humanidad.
Mediante la evangelización, los creyentes ayudan a los hombres a reconocerse como hermanos.
ORACIÓN –MEDITACIÓN.- UNA INVITACIÓN DEL SEÑOR
Nos ha invitado a salir de casa, de las cosas, de nosotros mismos. Y ponernos en camino para reunirnos como pueblo y asistir asombrados a la entrega de amor de Jesús.
No nos ponemos ante Dios como extraños, sino dentro del misterio. Toda oración, también la Eucaristía, es darle a Dios espacio para que nos ame.
Acogida: Una acogida de forma incondicional hace presente el amor incondicional de Dios. Abrirnos unos a otros es el camino para abrirnos a Dios. Sabernos amados, acogidos, da cimiento a nuestros pies. La acogida es algo consustancial al ser humano. El hombre y la mujer son seres en relación, viven en comunicación; es más, se engendran en la acogida mutua. La acogida saca a la luz la intimidad, lo más creativo que llevamos dentro las personas. Acogernos unos a otros nos abre y prepara para acoger el Amor de Jesús Eucaristía.
LA SEÑAL DE LA CRUZ:
En el nombre del Padre... Me llevo la mano a la frente. Quiero poner a Dios en todos mis sueños.
Quiero grabar a Dios en todas mis ideas.
Quiero que la mano de Dios toque todos mis pensamientos.
Quiero que la imagen de Dios florezca en mi cerebro, para poder inventar otros modos de amar, otros modos de saludar.
En el nombre del Hijo… Me llevo la mano al corazón. Quiero hablarle a Dios, cantarle, con todas mis palabras de amor.
Quiero plantar a Dios en todos los jardines de mi ternura. Quiero que el deseo de Dios florezca en mi corazón. Quiero que Cristo cure mis heridas y brote la felicidad por la que he sido creado.
En el nombre del Espíritu Santo... Mi mano pasa de un hombro a otro.
Quiero llevar a Dios a todo mi ser.
Quiero revestirme de Dios de arriba abajo, de izquierda a derecha.
Quiero ser una inmensa ventana, abierta de par en par, abierta al cielo y a mis hermanos.
Quiero abrir mi vida a los pobres, a los que tienen el corazón de piedra, a los que se sienten solos, a todo lo olvidado de la tierra.
MONICIÓN AL EVANGELIO
Jesús, en el Evangelio de San Lucas, que vamos a escuchar, anuncia ya su Pasión y entonces pide a sus discípulos que le sigan por encima de todo. Hoy nos lo dice a nosotros mismos, una vez más. Pone unos ejemplos duros y concretos… es el seguimiento total, sin subterfugios, sin atenuaciones. ¿Seremos capaces de seguirle por encima de todo?
TEXTO DEL EVANGELIO DE LUCAS 9,51-62:
Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, Jesús se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén.
Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?».
Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo.
Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas».
Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
A otro dijo: «Sígueme».
Él respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre».
Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios».
También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa».
Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios».
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El P. Martín Descalzo contaba como un niño al que preguntaron si rezaba, contestó: “Todos los días”.
Y a la pregunta: “Y qué le pides a Dios” contestó con naturalidad: “Nada. Le digo si puedo ayudarle en algo”.
Este niño no pedía nada. No se quejaba a Dios. No le lloraba. No había hecho de Dios como una tienda grande. Este niño no pertenecía a la Iglesia como a un club deportivo. Sin saber formularlo, sabía que la religión es un compromiso de ayudar a Dios y a los hombres, de dar y darse, de echarle una mano a Dios en su obra, de estar con el incondicionalmente.
“Sígueme”, nos contesta Jesús, “te necesito para que mi obra no se acabe conmigo, necesito que tu seas mis manos y mis pies, porque a mi me van atar los pies y manos a la cruz y así me voy a quedar para siempre…” “Sé mis manos y mis pies”.
PRECES
*Al caer la tarde tu Hijo nos ofreció su cuerpo como alimento de vida eterna Por
-acepta nuestra oración vespertina y haz que no falten en tu Iglesia vocaciones religiosas al servicio de los más necesitados.
*Padre de bondad, que aceptaste la ofrenda de tu Hijo,
- suscita en nuestras parroquias jóvenes dispuestos a dar su vida por ti en servicio a sus hermanos.
*Te pedimos Señor por las familias cristianas,
- para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal.
*Te pedimos Señor por los Seminarios y Noviciados
- que los jóvenes que allí se preparan vivan su formación con gozo y generosidad.
*Al llegar a su término esta jornada, haz que no decline en la Iglesia la esperanza de tu Reino,
- enriquécela con numerosas vocaciones a la vida consagrada.
*Dios misericordioso, que hiciste de María un modelo de entrega a los hermanos,
- haz que los jóvenes vean en ella un modelo a imitar.
*Altísimo Señor, baja a escucharnos con la bondad que te distingue,
- Para que nuestro párroco el padre Andrés y el padre Ángel sientan cercana en todo instante la especial protección de María Santísima particularmente en los instantes de sus desconsuelos y soledades en el ejercicio de sus actuales misiones.
*Señor, Dador de vida, te pedimos por los miembros enfermos de nuestra comunidad y de nuestras familias.
- Para que sientan siempre presente la fuerza de tu Espíritu y los levantes de su enfermedad.
OH CORAZONES DE JESÚS Y DE MARÍA, esperanza de la humanidad!
Hoy, esta parroquia se consagra y entrega por completo al amor de Sus Corazones.
Hoy nos disponemos a llevar muy en alto, como estandarte brillante, los nombres de Jesús y María. Deseamos participar desde nuestra pequeñez, en los designios de misericordia que los Dos Corazones están manifestando en la toda la Iglesia y en la humanidad. Hoy, consagrada esta parroquia a los Corazones de Jesús y María, renovamos con un nuevo ardor, un nuevo amor y una nueva fidelidad, nuestro compromiso a la Nueva Evangelización, a la que nos llama el Santo Padre, y que es fruto de la santidad y de la coherencia de vida, y del anuncio fiel y entusiasta de la verdad que nos enseña y el Magisterio de la Iglesia. Qué esta consagración de frutos de conversión, caridad, justicia, paz, generosidad y misericordia en cada uno de los fieles de esta parroquia... Que los Corazones de Jesús y María establezcan su reinado de amor en cada corazón, en los sacerdotes, religiosas, laicos comprometidos en el servicio y en cada uno de sus miembros, para el bien de toda la Iglesia. ¡Amén!
AVE MARÍA Y GLORIA
Fuentes:
Ana Navarro
Ángel Corbalán
Blog Parroquia San Garcia Abad.
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