jueves, 11 de febrero de 2010
ORACIÓN COMUNITARIA SAN GARCÍA ABAD , Viernes 12 de Febrero
CANTO
ALABANZAS AL SANTÍSIMO
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
INTRODUCCIÓN
Jesús nos ofrece sus breves, concisas e inquietantes bienaventuranzas según el relato evangélico de San Lucas. Los pobres, los hambrientos, los que lloran están en el corazón del Señor y ellos ya serán dichosos en esta vida. Este domingo, además, celebramos la jornada mundial contra el hambre. La Iglesia lleva muchos años luchando contra esa lacra, producto de la injusticia y de la ausencia de amor. Aprovechemos este domingo para abrir nuestro corazón a los más pobres, a los más débiles, a los que pasan hambre, mientras que a nosotros nos sobra de todo. Meditemos y actuemos en consecuencia.
CANTO: Inúndame Señor con tu espíritu...
ORACIÓN-MEDITACIÓN: “EN LUGAR DE JESÚS”
Esta modalidad de oración sólo será posible en el Espíritu Santo “que enseña toda la verdad”.
Imaginar a Jesús en adoración, por ejemplo de noche, bajo las estrellas.
Con infinita reverencia, en fe y paz, entra en el interior de Jesús.
Trata de presenciar y revivir lo que Jesús viviría en su relación con el Padre, y así participa de la experiencia profunda del Señor.
Trata de presenciar y revivir los sentimientos de admiración que Jesús sentiría por el Padre.
Decir con el corazón de Jesús, con sus vibraciones, por ejemplo, “glorifica tu nombre”; “santificado sea tu nombre”.
Colocarse en el interior de Jesús, asumir sus armónicas y revivir aquella actitud de ofrenda y sumisión que Jesús experimentaría ante la voluntad del Padre cuando decía:”No sea lo que yo quiero sino lo que quieras Tú”. “Hágase tu voluntad”.
Qué sentiría al decir “como Tú y yo somos una misma cosa”, al pronunciar “Abba” (¡querido Papá), tratar de experimentarlo. Ponerse en el corazón de Jesús para pronunciar la oración de filiación que es el Padre nuestro.
Todo eso (y tantas cosas) hacerlo “mío” en la fe, en el espíritu para revestirme de la disposición interior de Jesús. Y regresar a la vida llevando en mí la vida profunda de Jesús.
CANTO
MONICIÓN AL EVANGELIO
Jesús sube a la montaña, como Moisés subió al Sinaí, para proclamar la carta de la nueva alianza, las bienaventuranzas. Así inaugura un nuevo orden de cosas. El viejo mundo va a dejar paso a un mundo nuevo en el que los valores serán radicalmente distintos. El dinero, el poder y la violencia, van a dejar paso a la paz, la misericordia, el amor.
EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 6, 17, 20-26
En aquel tiempo, bajo Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedentes de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Él, levantando los ojos hacía sus discípulos, les dijo:
-Dichosos los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios.
Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis.
Dichosos vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del Hombre.
Alegraos ese día y saltad de gozo; porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero, ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya tenéis vuestro consuelo!
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros!
Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.
Palabra del Señor
¿Qué retos pone en mi vida el evangelio?
¿En qué me inquieta, me sacude o me provoca?
CANTO
PRECES
Al caer la tarde tu Hijo nos ofreció su cuerpo como alimento de vida eterna,
-acepta nuestra oración vespertina y haz que no falten en tu Iglesia vocaciones religiosas al servicio de los más necesitados.
Padre de bondad, que aceptaste la ofrenda de tu Hijo,
- suscita en nuestras parroquias jóvenes dispuestos a dar su vida por ti en servicio a sus hermanos.
Te pedimos Señor por las familias cristianas,
- para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal.
Te pedimos Señor por los Seminarios y Noviciados
- que los jóvenes que allí se preparan vivan su formación con gozo y generosidad.
Al llegar a su término esta jornada, haz que no decline en la Iglesia la esperanza de tu Reino,
- enriquécela con numerosas vocaciones a la vida consagrada.
Dios misericordioso, que hiciste de María un modelo de entrega a los hermanos,
- haz que los jóvenes vean en ella un modelo a imitar.
Señor Jesús, que en tu peregrinar por los caminos de Palestina, has elegido y llamado a tus apóstoles para que sean pescadores de hombres,
- haz que en todas las actividades de la Pastoral juvenil y vocacional de nuestra Diócesis sean numerosos los frutos que se recojan para mayor gloria de tu Nombre.
Altísimo Señor, baja a escucharnos con la bondad que te distingue,
- Para que todos los sacerdotes y en especial nuestro párroco el padre Andrés y el padre Ángel sientan cercana en todo instante la especial protección de María Santísima particularmente en los instantes de sus desconsuelos y soledades en el ejercicio de sus misiones.
ORACIÓN FINAL Oración de la Madre Teresa de Calcuta
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida.
Cuando tenga sed, mándame alguien que necesite bebida.
Cuando tenga frío, mándame alguien que necesite calor.
Cuando tenga un disgusto, preséntame alguien que necesite consuelo.
Cuando mi cruz se haga pesada, haz que comparta la cruz de otro.
Cuando esté pobre, ponme cerca de alguien necesitado.
Cuando me falte tiempo, dame alguien que necesite unos minutos míos.
Cuando sufra una humillación, dame la ocasión de alabar a alguien.
Cuando esté desanimado, mándame alguien a quien tenga que dar ánimo.
Cuando sienta la necesidad de la comprensión de los demás, mándame alguien que necesite la mía.
Cuando sienta necesidad de que me cuiden, mándame alguien a quien tenga que cuidar.
Cuando piense en mi mismo, atrae mi atención hacia otra persona.
Hazme digno, Señor, de servir a mis hermanos, que viven y mueren pobres y hambrientos en este mundo de hoy.
Dales, a través de mis manos, el pan de cada día; y dales paz y alegría, gracias a mi amor comprensivo.
Señor Crucificado y resucitad, enséñanos a afrontar los hechos de la vida cotidiana, a fin de que podamos vivir, dentro de una más grande plenitud.
Tú acogiste humildemente y pacientemente los fracasos de tu vida que te llevaron hasta los sufrimientos de tu crucifixión; ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada día como ocasión para crecer y para asemejarnos más a ti.
Haznos capaces de mirar esas pruebas con valentía y mansedumbre, llenos de confianza, porque Tú nos sostienes. Qué nada, de ahora en adelante, nos haga sufrir o llorar hasta el punto de olvidar la alegría de tu resurrección!
Tú eres el sol que resplandece del Padre; tú eres la esperanza de la eterna felicidad; tú eres el fuego del amor que incendia nuestros corazones...
Que la alegría de Jesús sea nuestra fuerza, que sea entre nosotros lazo de paz, de unidad y de amor. Amén.
AVE MARÍA Y GLORIA
CANTO
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