ALABANZAS AL SANTÍSIMO
Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas.
Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra.
Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses, tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero.
Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia, tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción.
Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres protector, tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza, tú eres refrigerio.
Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra, tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador.
CANTO INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu Creador,
visita las mentes de los tuyos;
llena de la gracia divina
los corazones que tú has creado.
Tú, llamado el Consolador,
Don del Dios Altísimo;
Fuente viva, Fuego, Caridad
y espiritual Unción.
Tú, con tus siete dones,
eres Fuerza de la diestra de Dios.
Tú, el prometido por el Padre.
Tú pones en nuestros labios tu Palabra.
Enciende tu luz en nuestras mentes,
infunde tu amor en nuestros corazones,
y, a la debilidad de nuestra carne,
vigorízala con redoblada fuerza.
Al enemigo ahuyéntalo lejos,
danos la paz cuanto antes;
yendo tú delante como guía,
sortearemos los peligros.
Que por ti conozcamos al Padre,
conozcamos igualmente al Hijo
y en ti, Espíritu de ambos,
creamos en todo tiempo.
Gloria al Padre por siempre,
gloria al Hijo, resucitado
de entre los muertos, y al
Paráclito por los siglos y siglos.
Amén.
INTRODUCCIÓN
Todos hemos escuchado alguna vez esos juicios llenos de seguridad y tan simples que se hacen en una conversación sobre los problemas que nos aquejan, o que aquejan a los demás. Enseguida sentenciamos, enseguida descubrimos la solución al problema y decimos lo que hay que hacer. Todos conocemos personas que siempre tiene la solución a los problemas. Para ellos la realidad es simple, sencilla... o es A o es B, o es verdad o es mentira, o es bueno o es malo, o es negro o es blanco. No hay puntos intermedios donde se funden los colores, no hay brumas... sólo hay certezas y seguridades.
Si no nos quedamos en la superficie de las cosas, de las personas o de los problemas seguro que descubrimos matices, puntos de vista, otras “verdades”, claroscuros. La realidad es ambigua, y siempre tiene un componente de misterio que hemos de respetar. Y esto no es relativismo, sino certeza de que sólo poseemos una mirada y que hay “otras” miradas.
Dios le habla a Job y le dice lo grande que es el universo y lo poco que sabe de él. Ante esto Job responde desde la humildad: “me siento pequeño”. Creo que esta es la actitud del creyente, la de quien se sitúa ante la inmensidad no desde las seguridades nacidas de la superficialidad, sino desde el Misterio que le supera y que ha de acoger y se encuentra detrás de cada realidad.
MONICIÓN AL EVANGELIO
Los habitantes de Corozaín y Betsaida no son capaces de reconocer en Jesús y sus milagros los signos de una presencia “única” de Dios.
No fueron capaces de mirar más allá de los gestos y de las palabras y descubrir tras ellas el rostro de Dios, y por eso Jesús pasó de largo.
¿Conocemos de verdad a Dios?
¿Sabemos cómo actúa?
¿Sabemos lo que quiere de nosotros?
¿Sabemos lo que quiere de los demás?
A veces diseccionamos tanto a Dios que le perdemos, y perdemos el misterio que se revela en los claroscuros, en el silencio, en la escucha, en la mirada profunda, el Misterio que nos trasciende y sin embargo nos llena a cada instante.
Dios se nos revela en la “profunda sencillez” de la humanidad de Jesús.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,13-16):
En aquel tiempo, dijo Jesús: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza.
Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno.
Quien a vosotros os escucha a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado.»
Palabra del Señor
ORACION MEDITACION
Señor, Jesús,
Tú nos enseñaste
el único camino
para construir la comunidad,
pagando por todos,
muriendo por todos,
resucitando
para poderte comunicar
a todos los hombres.
Pues ninguno ama más
que aquel que da la vida por los demás,
y si el grano de trigo no cae a tierra y no muere,
queda solo...
Tú quisiste morir en la cruz
para reunir
a los hijos de Dios dispersos
en una comunidad de hermanos.
Así nos enseñas
que sólo dando la vida
podrá nacer la vida,
que sólo muriendo a nosotros mismos
podremos lograr
la comunión con los demás,
de la cual nace la comunidad de Jesús.
Haznos comprender vitalmente
que la comunidad es el don
y el lugar del Espíritu,
en el amor.
Suscita en nosotros
el compromiso de construir
comunidades nuevas
para hombres nuevos:
testigos del amor del Padre,
signo de esperanza y alegría
en el corazón del mundo,
para la salvación de los hombres,
hermanos nuestros.
Amén
PRECES
*Al caer la tarde tú Hijo nos ofreció su cuerpo como alimento de vida eterna,
- acepta nuestra oración vespertina y haz que no falten en tu Iglesia vocaciones religiosas al servicio de los más necesitados.
*Padre de bondad, que aceptaste la ofrenda de tu Hijo,
- suscita en nuestras parroquias jóvenes dispuestos a dar su vida por ti en servicio a sus hermanos.
*Te pedimos Señor por las familias cristianas,
- para que sean “Iglesia doméstica” donde puedan nacer futuras vocaciones para la Iglesia universal.
*Te pedimos Señor por los Seminarios y Noviciados
- que los jóvenes que allí se preparan vivan su formación con gozo y generosidad.
*Al llegar a su término esta jornada, haz que no decline en la Iglesia la esperanza de tu Reino,
- enriquécela con numerosas vocaciones a la vida consagrada.
*Dios misericordioso, que hiciste de María un modelo de entrega a los hermanos,
- haz que los jóvenes vean en ella un modelo a imitar.
*Te rogamos, Señor, por todos los que trabajan con jóvenes: padres, educadores, sacerdotes y animadores de pastoral juvenil,
-para que renueven cada día su esperanza y su amor hacia ellos.
* Te rogamos Padre, por el Papa, los obispos y sacerdotes
-para que hundiendo sus raíces en Cristo den frutos de santidad y justicia para el bien de tu Iglesia
*Te encomendamos Señor a todos los sacerdotes que son y han hecho historia en nuestra parroquia,
-Dales fortaleza en su trabajo y un amor grande a la Cruz.
*Señor Jesús, te agradecemos por tener en medio de nosotros al padre D. José Carlos, testimonio de larga vida entregada a Ti.
-Te rogamos bendigas sus trabajos con frutos abundantes y danos a nosotros la fe viva para para valorar su experiencia y acompañarlo en esta nueva misión.
*Señor, te pedimos también por todos los que llevan diversas cruces en su vida y son incapaces de soportarlas.
-Para que les ayudemos física y espiritualmente.
* Señor Jesús, te pedimos por todos los dirigentes, por los poderosos,
- para que no se dejen arrastrar por el afán y sean generosos con los más necesitados.
* Te rogamos, Señor, por los que dedican su vida al cuidado de los enfermos,
-para que sea su labor callada, fortalecida por la acción del Espíritu Santo.
*Padre, te rogamos también por los enfermos de larga duración,
-para que compartiendo la cruz de Cristo compartan también la salud que Él nos trae.
* Te encomendamos Señor a los que sufren, los parados, los que no tienen hogar, los que están presos o viven bajo la opresión de la droga u otras esclavitudes,
-para que descubran en Ti una fuente inagotable de Paz donde poder aplacar sus dolencias
*Señor Jesús, Tú que nos enseñas que hemos de trabajar para la construcción de un mundo más justo, te rogamos por nosotros,
-para que perdones nuestra frecuente insolidaridad.
ORACION FINAL
(Salmo Sal.138)
"Guíame, Señor, por el camino eterno "
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro.
Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha.
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras.
AVE MARÍA Y GLORIA
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