Este fin de semana, comenzando el sábado 26 de Octubre, tendrá lugar en nuestra Parroquia de San García Abad, oficiado por nuestro párroco, José Carlos Del Valle Ruiz, el Triduo en honor de San Judas Tadeo, protector de causas difíciles, entre ellas el trabajo. Y finalizará el lunes 28, festividad de nuestro Santo Milagroso.
Sobre
San Judas Tadeo
San
Judas Tadeo es uno de los santos más populares, a causa de los numerosos
favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe. En
Alemania, Italia, América y muchos sitios más, tiene numerosos devotos que
consiguen por su intercesión admirables ayudas de Dios, especialmente en cuanto
a conseguir empleo, casa u otros beneficios más.
Santa
Brígida cuenta en sus Revelaciones que Nuestro Señor le recomendó que cuando
deseara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de San Judas Tadeo.
Judas
es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a
Dios".
Tadeo
quiere decir: "valiente para proclamar su fe".
San
Judas Tadeo estaba íntimamente relacionado con nuestro Señor por su parentesco
con San Joaquín y Santa Ana, padres de la Santísima Virgen. Sobrino nieto de
estos dos santos, es a la vez sobrino de María y José, de donde resulta ser
primo de nuestro Señor Jesucristo.
San
Judas es hermano del Apóstol Santiago el Menor. Tenía otros dos hermanos a
quienes llama el Evangelio "hermanos" de Jesús., José, Simón y
Judas?" (Mt 13,54).
La
palabra "hermanos" en hebreo comúnmente significa un pariente
próximo. El padre de San Judas era Cleofás. El nombre de su madre era María,
que era pariente próxima de la Virgen Santísima. Ella también permaneció junto
a la Cruz cuando murió nuestro Señor Jesucristo. "Cerca de la cruz de
Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y
María Magdalena" (Jn 19,25).
Durante
su adolescencia y juventud, Judas fue compañero de Jesús. Cuando Jesús comenzó
su vida pública, Judas dejó todo por seguirle. A San Judas se le llama Tadeo
para diferenciarlo de Judas Iscariote que fue el que vendió a Jesús.
En la
noche de la Última Cena le preguntó a Jesús: "¿Por qué revelas tus
secretos a nosotros y no al mundo?". Jesús le respondió que esto se
debía a que ellos lo amaban a Él y cumplían sus mandatos y que a quien lo ama y
obedece, vienen el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y forman habitación en su
alma (Jn. 14, 22).
Como
Apóstol, trabajó con gran celo por la conversión de los paganos. Fue misionero
por toda la Mesopotamia durante diez años. Regresó a Jerusalén para el Concilio
de los Apóstoles. Después se unió a Simón en Libia, donde los dos Apóstoles
predicaron el Evangelio a los habitantes de aquel país.
Refiere
la tradición que San Judas y San Simón sufrieron martirio en Suanis, ciudad de
Persia, donde habían trabajado como misioneros.
A San
Judas le dieron muerte con una cachiporra. Por eso se le representa con una
porra sobre la cabeza. Luego, le cortaron la cabeza con un hacha. Trasladaron
su cuerpo a Roma y sus restos se veneran ahora en la Basílica de San Pedro.
San
Judas es conocido principalmente como autor de la Carta de su nombre en el
Nuevo Testamento. Carta probablemente escrita antes de la caída de Jerusalén,
por los años 62 al 65. En ella, San Judas denuncia las herejías de aquellos
primeros tiempos y pone en guardia a los cristianos contra la seducción de las
falsas doctrinas.
Habla
del juicio que amenaza a los herejes por su mala vida y condena los criterios
mundanos, la lujuria y "a quienes por interés adulan a la gente".
Anima a los cristianos a permanecer firmes en la fe y les anuncia que surgirán
falsos maestros, que se burlarán de la Religión, a quienes Dios, en cambio, les
tiene reservada la condenación.
A la
soberbia de los malos contrapone la humilde lealtad del Arcángel San Miguel.
Anima a los cristianos a levantar un edificio espiritual llevando una vida
fundada en la fe, el amor a Dios, la esperanza y la oración. Alienta la
práctica del amor al prójimo; exhorta a los cristianos a que sean pacientes y
con sus vidas virtuosas conviertan a los herejes.
San
Judas concluye su carta con una oración de alabanza a Dios por la Encarnación,
pues por ella Jesucristo, Palabra eterna de Dios, tomó sobre sí nuestra
naturaleza humana para redimirnos.
Día
26. 1º Día del Triduo.
Oración a San Judas por El Pan
San Judas Tadeo, abogado de las
causas difíciles y defensor de los pequeños, tú sabes lo mucho que he sufrido
para conseguir dignamente el pan de cada día y los pocos resultados que he
obtenido, te pido por tu misericordia intercedas ante Jesucristo, Nuestro
Señor, para que mi petición sea escuchada.
Sabes que somos miles de
personas, las que necesitamos el alimento diario, no para llenar grandes
despensas, ni por gula, sino para alimentarnos y poder protegernos de
enfermedades y así, poder llevar a cabo
con dignidad nuestro deambular por el camino y que con el otro alimento, el
espiritual, el del cuerpo y sangre de Nuestro Señor, seamos dignos de llevar el
camino correcto de un buen cristiano.
Pero, también, pedimos ese pan
que alimenta el cuerpo aquellos que todavía no conocen de ti, misericordioso
San Judas, ni la Palabra de Dios.
Realizarme como persona y
llevar el “pan nuestro de cada día” a mi familia, que tanto espera de mí, y del
fruto de mis manos. Por esto clamo a ti para que me ayudes a elegir un trabajo
digno, bien pagado y seguro.
Apóstol de Jesús, te suplico
infundas mi corazón ánimo, esperanza y
fortaleza para encontrar los alimentos necesarios para el sustento mío y de mi
familia, y tener así la seguridad de que, con tu gran auxilio, se abrirán las
puertas del lugar donde podré conseguir una forma digna, como un empleo y
contribuir con el desarrollo de la obra de Dios y el sustento de mi familia.
Te pido de manera especial que
me ayudes a conseguir ese pan de cada día, que no desgaste por completo mis
ánimos y fuerzas físicas para que pueda con alegría entregarme a mi pareja,
hijos, otros familiares y amigos y compartir mi vida con ellos.
Con devoción rezo cinco
Padrenuestros por las personas que sufren hambre y cinco Avemarías por los
niños que no tienen hogar.
Todo esto te lo pido a ti san
Judas Tadeo por la intercesión de Jesucristo, Nuestro Señor y Salvador. Amén.
Día
27. 2ºDía del triduo
Oración a San Judas Tadeo por
la Paz
Apóstol gloriosísimo de Nuestro
Señor Jesucristo, aclamado por los fieles con el dulce título de ABOGADO DE LOS
CASOS DESESPERADOS, hazme sentir tu poderosa intercesión aliviando la gravísima
necesidad de Paz, en la que se encuentra nuestro mundo.
Por el estrecho parentesco que
te hace primo hermano de Nuestro Señor Jesucristo, por la privaciones y fatigas
que por El sufriste, por el heroico martirio que aceptaste gustoso por su amor,
por la promesa que el divino Salvador hizo a Santa Brígida de consolar a los
fieles que acudiesen a tu poderosa intercesión, obtenme del Dios de las
misericordias y de su Madre Santísima la gracia que con ilimitada confianza te
pido a Ti, la Paz en el mundo
San Judas, por medio de tu
ejemplo gentil y poderoso, me doy cuenta de la presencia serena de Dios cada día. Ruego porque este mundo en el que vivimos, pueda
encontrar la Paz que tanta falta hace.
Porque tu paz, San Judas, la
paz que calma las naciones, es la paz que calma mi corazón. San Judas, ayúdame a descubrir que mi
esperanza en ti es mi regalo para el mundo.
Que Dios nos conceda su paz a todos los ciudadanos, a mi familia y a mí,
mientras esperamos su gloriosa venida.
Que la confianza de nuestro Padre nos lleve al perdón, la fuente de la
paz.
Y por ello, San Judas, rogamos
intercedas por nuestros sufrimientos y por los sufrimientos que causan la
guerra, esa epidemia que se convierte en la enfermedad y los dolores de nuestro
mundo.
Con devoción rezo cinco
Padrenuestros por las personas que sufren los horrores de la guerra. Que pronto
encuentren la Paz en sus países y en sus almas, y cinco Avemarías por los que
como consecuencia de esta lacra que es la falta de Paz, han perdido toda
esperanza de vida y realización personal y espiritual.
Todo esto te lo pido a ti san
Judas Tadeo por la intercesión de Jesucristo, Nuestro Señor y Salvador. Amén.
Día 28.
3ºDía del triduo
Oración a San Judas Tadeo por
el Trabajo
Oh gloriosísimo Apóstol San Judas!, siervo fiel
de Jesús, y que la Iglesia os honra e invoca universalmente como patrón de los
casos difíciles y desesperados. Rogad por mí que soy tan miserable; y haced
uso, os ruego, de ese privilegio especial a vos concedido de socorrer visible y
prontamente cuando casi se ha perdido toda esperanza.
Venid en mi ayuda y a la de tantos millones de
personas, en esta gran necesidad, que es el trabajo digno, para que reciba los
consuelos y socorro del cielo en todas estas necesidades, tribulaciones y
sufrimientos, que los desempleados padecemos.
San Judas Tadeo, intercesor en todo problema
difícil consígueme un trabajo en el que me realice como humano y que a mi
familia no le falte lo suficiente en ningún aspecto de la vida.
Que lo conserve a pesar de las circunstancias y
personas adversas.
Que en el progrese, mejorando siempre mi calidad
y gozando de salud y fuerza. Y que día a día trate de ser útil a cuantos me
rodean.
Asocio tu intercesión a la Sagrada Familia, de la
cual eres pariente y prometo difundir tu devoción como expresión de mi gratitud
a tus favores.
Con devoción rezo cinco Padrenuestros por las
personas que sufren las graves consecuencias del paro. Que pronto encuentren un
trabajo digno para el bienestar de su hogar y de su alegría espiritual, y cinco
Avemarías por las personas que como consecuencia de esta tragedia, que es la
falta de trabajo o sustento, han perdido toda esperanza de vida y realización
personal y espiritual.
Todo esto te lo pido a ti san Judas Tadeo por la
intercesión de Jesucristo, Nuestro Señor y Salvador. Amén.
Oraciones Finales:
Padre nuestro
que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada
día y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve
María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al
Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro
que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada
día y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve
María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al
Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve
María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al
Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Fuentes:
Iluminación Divina
Santoral Católico
ACI Prensa
Ángel Corbalán
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