Su vida esta mezclada
entre la realidad y la leyenda. Nació en Balcagia, la actual Baiona de
Pontevedra en Galicia (España), por el año 119, siendo hija de Lucio Castelio
Severo, gobernador romano de Gallaecia y Lusitania y de su esposa Calsia.
Mientras su marido esta fuera recorriendo sus dominios Calsia da a luz en un
solo parto a nueve niñas, y asustada por el múltiple alumbramiento
y temiendo ser repudiada por infidelidad conyugal decide deshacerse de las
criaturas y se las encomienda a su fiel servidora Sila, ordenándole que bajo el
mayor secreteo las ahogara en el río Miñor.
Sila, cristiana a carta
cabal, lejos de cometer tan horrible crimen, las dejaría en casa de
familias amigas y las criaturas fueron bautizadas por el obispo San Ovidio y
criadas en la fe cristiana.
Llegado el momento
tuvieron que comparecer ante su propio padre acusadas de ser cristianas,
el cual al saber que eran sus hijas las invita a que renuncien a Cristo a
cambio de poder vivir rodeadas de los lujos y comodidades propias de su
nacimiento. Las encarcela tratando de atemorizarlas pero logran huir de las
garras de la cárcel y se dispersaron.
Todas ellas, no obstante
acabarían siendo mártires cristianas. La
devoción popular sitúa a Liberata y a
Marina (hermanas) mártires en la cruz a la edad de 20 años el 18 de enero del
139. La fiesta de Santa Liberata se celebra el 20 de julio por ser la fecha en
que se trasladaron sus reliquias desde la ciudad de Sigüenza a la Baiona
gallega en el año 1515. La fiesta de Santa Marina se celebra el 18 de julio.
Oremos
Tú, Señor, que todos los
años nos alegra con la fiesta de Santa Liberata, concede a los que estamos
celebrando su memoria imitar también los ejemplos de su vida santa. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.
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